Las Puertas de Asfódelo

[Hecate Engosvezhof]

Taberna Velaryon _ Callejón Diagón 

Norax Velaryon 

El viejo Norax había recogido el periódico esa mañana, mientras habría el local junto con su ayudante el camarero Ashathor. Había humedad en el ambiente y el canoso marino lo notaba en sus articulaciones a la hora de agacharse o levantarse. El callejón Diagón despertaba esa mañana con la misma neblina habitual de todos los días, mientras los comerciantes, empezaban sus jornada y los primeros compradores esperaban ansiosos a gastar sus galeones, normalmente las tabernas y el resto de lugares de ocio, éstos no empezaban a llenarse hasta después de la una de la tarde. Por lo general, el que entraba por la mañana era para tomarse algo caliente y en los lugares más especializados para ello. La Taberna Velaryon por lo general solía dar refrigerios más potentes.

Una bruja entró temprano, levantó la mirada y enseguida la reconoció

- Llega demasiado temprano - susurró mientras veía como Ashathor terminaba con varios aireos de manos y varios aireos de varita, de limpiar todo lo que podía, se acercó a la puerta y puso el cartel de "cerrado"

- Para los negocios nunca se es demasiado temprano, ¿lo ha visto? - la bruja ataviada de un negro absoluto, levantó una mano engüantada y enseñó el documento que estaba leyendo ahora mismo el Velaryon. Asintió con la cabeza. Observó como se sentaba cerca suyo y sacaba los guantes, con otro chasquido indicaba al vampiro camarero que sirviera un par de tragos de whisky de malta... la bruja tomó un trago y alabó el licor 

- Pero no venía a eso... ¿sabe que hace una semana alguien nos hizo un encargo sobre las plantas de asfódelo? - él asintió y temió lo peor, lo último que necesitaban eran redadas ministeriales, era cierto que el lugar era una tapadera, pero le había tomado cariño y bueno, siempre se ganaban unos buenos galeones y eso a él era lo que más le hacía falta- tendremos que dehacernos de todo el asfódelo posible, llevarlos a los puertos Velaryon y tirarlos al mar. NO sé para qué diantres querrían usar tanta cantidad, pero parece que es más grave de lo que parecía a simple vista en un negocio de contrabando de no se sabe qué llega, pero en éste sí teníamos conocimiento y ya sabe para qué se utiliza esa planta, sirve tanto para los filtros de muertos en vida y para pociones revitalizantes, y me temo que no sea para lo segundo. ¿Será una especie de aviso o de llamada? Será mejor que no comente con nadie de éste asunto... si no nos salpica, mejor, y si lo hace, tenemos que dar muchas explicaciones de porqué ésto no pasa por aduanas

- No tema - añadió el mago apretándole la mano con cariño - a nuestras familias nos une más que un enlace de vasallaje, le ayudaré en todo lo que pueda, descuide. Tengo contactos en el puerto y puedo sacar información - Hécate levantó una ceja y asintió con la cabeza- un par de cajas de whisky escocés y asunto arreglado

- Me parece bien poco dar dos cajas de ese licor por lo que está pasando, pedirán más... eso seguro - advirtió la bruja- si ve que se ponen tontos, ya sabe mis métodos - le guiñó un ojo y el marino rió entre dientes, levantó la copa y la alzó a su jefa, dándole un trago largo- pero éstas cosas corren como la pólvora, si hay movimientos sospechosos... usted limpie todo ésto déjelo como si lo acabase de abrir, saque información de hasta debajo de las piedras si es preciso, si necesita oro avíseme y se lo haré llegar - dejó tres galeones encima de la barra mientras que se despedía del lugar. Ambos quedaron pensativos.

Hécate se apoyó en la zona sombreada del local mientras encendía un cigarrillo. Lo único que se advertía en dónde estaba ella, era el color vivo del cigarrillo, porque ella iba completamente de negro, botas, pantalón de tela negro como así la blusa y los guantes además de por supuesto, la capa. Hasta el cinturón era de un cuero oscuro, no llevaba nada en los ropajes que la diferenciase de una farola pintada de negro y hasta su varita estaba guardada en el bolsillo, junto a su morral. Había sido una noche dura de caza y ncesitaba una poción revitalizante, ¿dónde podría empiezar? No tenía ni la menor idea no conocía a ninguna de esas mujeres, o al menos Hécate, nunca había escuchado hablar de ellas con anterioridad.

off: rol de introducción, si alguien gusta, con tal de hacer @ allá voy xD

[Idylla Macnair T.]

Habían pocas veces que la Macnair se la pasaba en el departamento, siempre estaban fuera resolviendo casos. En el ministerio solo lo pisaba cuando tenía que entregar sus reportes, pero en realidad lo que le gustaba del trabajo era no estar totalmente en la oficina, ocupar su mente en otras cosas y salir a buscar aventuras por otros lados.

Llegó al despacho en el departamento y había una carta encima del escritorio, era temprano para el correo por lo que debía ser algo urgente para haberlo encontrado en encima de todos los demás papeles. Tomo la carta y la abrió con cierta incertidumbre, la leyó mientras con su varita aparecía un café y le iba tomando un trago. 

-Con que una carta- mientras tomaba el café la fue leyendo, cada palabra le hacía soltar sorpresa por ellos -pff, más trabajo, y nada menos que con alguien que no quiere verme ni en pintura... Bueh solo lo haré porque es favor a mi hermano- soltó un suspiro y miro todos los pendientes que también tenía, si quería ir a la misión, debía terminarlos a tiempo.

 

Después de varias horas haciendo sus pendientes, por fin estaba lista para salir, uso su varita y se vistió más acordé a la situación. Unos pantalones de cuero negros, una blusa negra holgada y unas botas altas. Encima de todo eso se hecho su abrigo negro y salio del ministerio. 

Ya afuera desapareció en la negra noche, y se materializó en una nube de humo negro cerca del lugar donde se habían quedado de ver. Mientras caminaba, pensaba si le diría algo a la bruja que la odiaba @ Eliah Selwyn R.  Ella no quería haber jugado con sus sentimientos, pero sin duda eso no lo creería la rubia. 

-Buenas- saludo la Macnair mientras llegaba al encuentro con los dos magos -creo que soy la última - 

@ Sean -Ojo Loco- Linmer

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Bien, tenía en el barco a las dos brujas. Una ayuda imprescindible y una forma de rescatar a mi hermana del papeleo. Y por sus caras como que colaborar no les iba a ser fácil. Pero ahí estaba yo, como pegamento humano, como salsa para mejora un plato, para interceder y tratar de rescatar el bello y feliz ambiente de la boda en la Dumbledore. Tarea difícil pero no imposible. ¿Cómo entender que una orquídea, un jazmín y una rosa no podían convivir juntas en un arreglo florar? Pero mejor dejar de lado esas ideas porque un fin más noble nos congregaba. El rescate de 12 doncellas atrapadas por un inepto y ridículo ladrón de feminidades. Eso no se podía permitir. 

Por suerte ese discurso solo se desarrollaba en mi cabeza, como el gran caballero de brillante armadura que me gustaba pensar que era, así que ya con la llegada de @ Idylla Macnair T.  podía ir desarrollando la idea. Sin más abrí el baúl a mi lado mientras me llegaba una lechuza que dejé posar en mi mano con un mensaje.

-Vayan abrigándose que probablemente haya que disfrutar de un clima más invernal que el nuestro- comente mientras sacaba el mensaje de la lechuza y sonreía. Interesante. Una vez se hubo retirado el ave mire al reloj en mi mano -Nuestro traslator se activará en unos minutos así que estén listas. 

Y dejando por un momento a las chicas me gire y camine unos pasos sobre el muelle para sacar mi varita y conjurar un patronus. Las hebras plateadas se unieron conformando un mapache adulto. De un ladrón para otro pensé. Y sin mas me incline para dejar el mensaje.

-Ve a ver a @ Hecate Engosvezhof , dile que sé que está haciendo en los puertos...que se reúna conmigo en Perú.  

Ahí estaba la explicación de mi sonrisa al recibir la lechuza. Convivir en los temas de contrabando ilegal con la italiana me forzaba a estar al tanto de sus movimientos. Y convendría decir que ahora mismo la rapidez con que quería deshacerse de cierta mercancía me daba cierta información para arrastrarla conmigo a la aventura. A fin de cuenta siempre en un desliz ¨alguien podía notificar a las autoridades. Y quien se iba a compadecer de una Rambaldi caída en desgracia. Ya ese nombre no tenía pegada. Opacado por la muy odiosa de la Medici. 

Cumplido esto me gire y regrese a congregarme con mis aliadas. -Bien creo que es hora. -Ahí estaba yo todo bien arreglado para enfrentar el cruento clima montañoso que nos podía recibir.

@ Eliah Selwyn R.

[Hecate Engosvezhof]

Taberna Velaryon _ Callejón Diagón 

Ahí estaba yo tomándome un whisky de fuego mientras leía el periódico de El Profeta, no, no me había ido del todo, sólo hacer unos recados en los puertos Velaryon que se accedían como lo hacían los novatos en Hogwarts, tras la puerta de mi negocio sólo se cerraban en caso de ataque. Norax Velaryon y su ayudante atendían a los clientes que a lo largo del día pasaban por allí, saqué un cigarrillo y lo encendí con la varita, el humo enseguida empezó a hacer una campana encima de mi cabeza. Seguía leyendo las víctimas de ese psicópata y yo seguía preocupada por el tema del contrabando de Asfódelo, quién supiese de ese negocio, sabía que podía jugar conmigo...

En esos momentos la taberna normalmente oscura, brillo con intensidad, parpadeé y me fijé que era un patronus... no tenía ni idea de quién era a principio pero ¿quién diantres me mandaría un mensaje a un lugar tan mugriento como ese? Apreté la hoja del periódico en cuánto escuché la voz de Sean y su mensaje. ¡Menos mal que el negocio estaba vacío! Miré a Norax y éste elevó los hombros

- ¿Qué te dije? ¡eh? ¿Qué te dije? -rechiné los dientes, a causa de la rabia - sólo Sean sabe como sacarme de mis casillas... pero por supuesto no daba ni indicaciones ni coordenadas...

- Perú, claro que sí - di un puñetazo encima de la mesa y el portavelas se tambaleó un poco por la fuerza - montañas, selva, costa ¡dónde! -exclamé, furiosa.

Suspiré para tranquilizarme... y me di cuenta de un pequeño detalle

- El asfódelo se suele guardar en lugares fríos o al menos en temperaturas que permitan conservar su magia, ¿no? - Norax asintió con la cabeza- bien, montañas... es el lugar, el problema es dónde puede estar Sean -bufé- como lo pille se va a enterar, busca la información de como lo ha sabido y si es necesario, ya sabes - el Velaryon asintió con la cabeza y yo me disponía a partir. Agarré la capa y me la coloqué encima de los hombros tapándome la cara con la capucha, salió al exterior y con otro aireo de varita, me dirigí hasta Perú.

¿Dónde encontrar a ese diablo? No tenía idea. 

Recurrí al único método que sería útil

- Expecto Patronum - (hechizo decorativo) nuevamente empleé la misma magia para avisar a Sean de mi llega al altiplano del Perú - lugar montañas, coordenadas, estoy en Perú - le indiqué al murciélago plateado, y con otro aireo de varita éste se puso en un vuelo silencioso para buscar al contrabandista

@ Sean -Ojo Loco- Linmer

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Paso un poco de tiempo y una puerta, ubicada para la ocasión en un costado del almacén, comenzó a brillar. Signo evidente de que se había activado el traslator. Mejor hacer el viaje trasatlántico por aquí ya que aparecerse o viajar en escobas, alfombras o cualquier otra vía porque siempre podrían verse afectadas por las inclemencias climáticas de zonas tan conflictivas como el trópico. Así que cómodamente ataviados para enfrentar el frio el mejor trio comenzaba la aventura. 

Fue cuestión de abrir la puerta y aparecer en el interior de una vivienda donde ya nos esperaban dos personas...un guía y mi contacto. Este último rápidamente nos puso en sobre aviso que no éramos los primeros magos que habían pasado por ahí. Sino que desde hace algunos días uno, @ Jank Dayne  había estado haciendo preguntas y la última vez que se había visto había comenzado el ascenso al Huacaran. ¿Acaso el Ministerio iba tan adelantado en cuanto a información? En fin...una vez hecho los arreglos salí con el guía por la puerta para ver la magnificencia del paisaje y que me indicara con el dedo...que a donde iríamos era a una montaña perfectamente visible. 

-Bien chicas...supongo que no estamos solos en esta búsqueda...así que cautela...que a saber que intereses tiene ese otro mago.

Así emprendimos camino...con un paisaje bonito en la base de la montaña...supongo que a medida que subiéramos cambiara a algo más desolado. Y pasaron así dos horas cuando un patronus murciélago llego hasta mí. Sonreí al reconocer la voz de @ Hecate Engosvezhof  y me alarme. Diablos..con tanta planificación y se me olvido decirle a la bruja las coordenadas. Sin más moví la varita sobre un mapa para lanzar un hechizo de ubicación...y le comuniqué al mucielago las coordenadas. pronto la italiana se uniría al grupo.

@ Idylla Macnair T. @ Eliah Selwyn R.

[Sophie Elizabeth Granger]

Llevaba la ropa que comúnmente usaba en su trabajo,  no solo era cómoda sino que se adecuaba perfectamente a su cuerpo esbelto de vampira. El frío no le afectaba así que no necesitaba equiparse para protegerse de el, solo se coloco al final una capucha para que la nieve no le cayera directo al rostro y no estorbara su campo de visión. En cuanto puso sus pies en la cima de aquella montaña pudo ver cerca de donde había aterrizado a algunas compañeras de la orden. Entre ellas a @ Luna Gryffindor Delacour  y a @ Darla G Dumbledore , a las cuales le unía lazos sanguíneos con una y lazos de una larga amistad. Pero no solo ellas estaban ahi, si no había visto mal, otras mujeres estaban por ahi cerca caminando hacía la cueva.

 

Al que no veía por ningún lado era a @ Jank Dayne y eso le preocupaba, si el solo se había lanzado a la batalla, en aquel momento no seria solo rescatar a las mujeres, sino al Dayne también. Acelero sus pasos y se puso a la par de las vampiras y los morphos creados por alguna de ellas.

 

- Alguna de ustedes ha visto a Jank, hizo el llamado pero no se si llegamos a tiempo...Elizabeth, nuestra vieja compañera esta en manos de ese loco - dijo esto ultimo para Darla pues Beth había sido secretaria del cuartel en los tiempos que ellas dos habían sido aurores 

 

Elizabeth Wallace

Lo ultimo que recordaba la exauror era estar checando los papeles de la casa de Sophie  y después un fuerte golpe y después de eso, todo era borroso. Aun no podía creer que se hubiese descuidado tanto como para que cualquier loco la atrapara tan fácilmente. La Wallace suponía que tantos años y aventuras con la Granger habrían rendido mejores frutos pero claramente no era así. Ahora no solo ella estaba en peligro mortal sino que iba a poner a su amiga en el mismo peligro, por la rubia desquiciada seguro iba a correr a rescatarla. Como pudo desato las cuerdas que la mantenían atrapada y se quito la venda que cubría sus ojos por lo que tras unos segundos de acostumbrarse a la luz se dio cuenta que estaba junto a un arroyo que rodeaba un castillo que no reconocía y frente a ella un enorme bosque que no parecía nada amigable. No solo eso, estaba segura que algunas de las plantas, las  mas pequeñas, la sobrepasaban por mucho.

 

- Si así están las plantas...como demonios estarán los animales - se pregunto mientras se revisaba los bolsillos sin dejar de vigilar el bosque y el castillo. - por supuesto que me quito mi varita, diantres  

[Luna Gryffindor Delacour]

Escuche a Darla a mi lado y suspire sintiéndome protegida de repente, hacia siglos desde que la vampiresa necesitaba protección y había aprendido a base de prueba y error a que podía con todo y más, pero eso no impedía que quisiera tener a su amiga a su lado, primero porque la bruja siempre veía cosas que ella nunca veía y segundo porque dos cabezas pensaban más que una y sabia que tenerla al lado, haría que todo estuviera bien, era como si supiera que nada malo pasaría si Darli estaba ahí, llevaban años siendo amigas y compañeras de trabajo y habían vivido tanto, que por solo un instante pensó que era una suerte tenerla al lado en esa empresa complicada.

- No lo vi por ningún lado y me temo que algo malo le haya pasado, ¿Sabes si dijo en donde nos veríamos? su patronus solo me dijo a donde venir pero no especificaba a donde estaba, tengo miedo que algo malo le pasara en nuestra ausencia, tengo como una sensación rara, ¿no la sientes también? quizás sean imaginaciones mías, pero me preocupa no verlo por ningún lado ¿se abra ido por otro camino distinto? ¿Por dónde quieres que vayamos? - Le pregunté a Darla sintiéndome preocupada por Jank pero agradecida de no estar sola en esta difícil empresa -

 

Todavía pensaba en las pobres mujeres que habían desaparecido y me sentía mal por ellas, pero cuando vi que transformo una roca en un hipogrifo, que sobrevoló nuestras cabezas me hizo sentir mucho más protegida que antes, pensé en que debería de haberseme ocurrido a mí, pero estaba más preocupada en ver que nada malo sucediera y que no se cayera ninguna cosa, porque tenia la sensación de que había algo así como polvo y algunas rocas cayéndose ¿o eran ideas mías? quizás solo debíamos de investigar bien y protegerlos a todos a como de lugar.

 

- Morphos - Dije apuntando a una roca grande que había al costado del camino que se transformo en un gran león de pelaje naranja que se puso delante nuestro con la orden de que nos protegiera de cualquier cosa que pasara -

 

- Protégenos a Darla y a mi por cualquier cosa y no dejes que nada malo nos pase - Le indique al león que tras un rugido movió su melena en señal de asentimiento y se acomodo mejor cubriéndonos a ambas y posicionándose al lado del hipogrifo para cubrirnos de cualquier derrumbe o hechizo que nos quisiera dañar -

Luego de mandar al león a protegernos, vi a  Sophie, la única familia directa que me quedaba, no le dije a Darla que se me había formado un nudo en la garganta cuando escuche su voz, tampoco les dije a ninguna que su pregunta me había preocupado por demás, si Beth la dulce Beth estaba con ese loco cualquier cosa podía pasar, me trague el grito de horror que casi les doy dándome cuenta que debería de pensar en un plan de acción porque si Jank y Beth estaban en problemas mejor seria idear algún plan para salvarlos.

 

- Sophie, dichosos los ojos que te ven, no vi a Jank de hecho eso mismo le comentaba a Darli, no sabia lo de Beth por Merlín santo, tenemos que seguir adelante y ver si encontramos alguna pista de para donde ir, ¿quieren seguir subiendo? se que debemos de decidir para donde ir y que hacer, así que podemos pensar que camino tomar y porque no ir a explorar a ver si encontramos alguna pista de Beth, no puedo creer que alguien le hiciera daño, es tan buena y siempre era tan amable, lo siento, pongámonos a ver en que podemos ayudar y seguir subiendo la cuesta ¿les parece? podemos ir por la izquierda si quieren - Les dije señalando el lugar por donde quería ir y preguntándome si no estaré apresurándome sin tener algún plan de acción sobre que haríamos a continuación -

 

Luego de terminar de hablar, le di un abrazo a Darla y Sophie, si se que no era momento para sentimentalismos, pero me sentía tan feliz de verlas que por solo un momento quise agradecerles que estuvieran de alguna manera, cuando me separé del abrazo de ambas, les hice señas para que me siguieran y pudiéramos subir la cuesta al final, porque tenia una sensación rara, como si detrás de esas montañas pudiéramos encontrar alguna cosa que nos guiara hasta Beth o hasta algunas de las demás mujeres, pensar en que un loco las tenia secuestradas me daba escalofrió, pero me daba ánimos el que estuviéramos por decidir de que manera buscarlas y además sabia que íbamos a poner todo de nosotras para encontrarlas a ella y a Jank con vida, no se los dije pero la desaparición de Jank también me tenia preocupada y pensaba en que seguramente algo malo le había pasado, porque no era propio de él desaparecer cuando nos llamaba para la acción y mucho menos si la vida de varias mujeres estaba en riesgo si es que no nos apurábamos rápido en encontrarlas.

 

 

@ Darla G Dumbledore   @ Sophie Elizabeth Granger

[Idylla Macnair T.]

La lycan no era de las personas que le diera frío algo, con su abrigo que traía y la ropa creía que era más que suficiente para ir a dónde fuera que irían, se encogió de hombros mientras miraba de reojo a @ Eliah Selwyn R. parecía que estaba visiblemente molesta con ella y no quería incomodarla más, por lo que la Macnair fue a pararse a un lado de @ Sean -Ojo Loco- Linmer mientras que pasaban por el traslador, el cual se iluminó para dar paso a los magos.

Del otro lado estaban en una cabaña, sus pensamientos luego luego fueron a sus zapatos, no eran lo recomendable para estar en aquellos terrenos tan agrestes, por lo que con un movimiento de su varita se los cambio por botas de campismo y así mismo sus pantalones dieron paso a unos de cargo para poder estar más cómoda. Estaban al pie de una montaña y después de que salieran de la cabaña, la Macnair admiraba el paisaje que se desarrollaba alrededor de ellos.

-Cautela nunca a sido mi fuerte, pero no sabemos a qué nos enfrentamos. O quizá talvez no encontremos nada- comento la bruja aún sin saber mucho de lo que estaban haciendo ahí, simplemente seguía a @ Sean -Ojo Loco- Linmer  ciegamente sin pensar a dónde las estaba conduciendo. Esperaba que por lo menos no las hiciera caminar mucho antes de encontrar cualquier otra pista.

[Arya Macnair]

Mansión Macnair

Noche

Los gemelos me tenían agobiada, siempre que volvíamos a casa lo ponían todo patas para arriba. Pero el verano se estaba acabando y las clases pronto comenzarían, ambos iban a un bello internado en Italia, y volvían con nosotros los fines de semana. La pasaban bien, Isaac tenía más amigos que dedos en las manos, y para tener solo 7 años era mucho decir; los niños lo seguían como moscas a la miel, era un líder nato. Odiaba tener que admitir que aquel rasgo lo había heredado del hombre cuyo nombre llevaba, su abuelo. Por el contrario, Henry disfrutaba de los invernaderos y la paz que había en aquella apartada isla, pues el internado estaba oculto para ojos indiscretos y solo acudían hijos de magos —al menos uno de sus padres debía serlo— cosa que nos llevó varias discusiones con Aidan. El más callado de los gemelos practicaba en secreto sobre plantas y venenos. Ambos poseían un metabolismo desacelerado, y una curación rápida, debido a la raza de su padre, por lo que experimentar en sus cuerpos con cosas potencialmente mortales para cualquier humano, en ellos no significaba mayor riesgo. 

El día anterior ambos habían marchado con Ámbar y Rohanna, ya que Aidan recibió una carta importante del extranjero y yo aun no podía ser vista en Londres, así que llevaba 24 horas del más puro silencio. Había disfrutado comidas sin guerras de por medio, paseado por los jardines Macnair sin tener que velar porque un pequeño ser humano no atentase contra su vida subiéndose a los techos o buscándole la cola a nuestro dragón, a mayor o menos medida, los gemelos eran tremendos. No se mal entienda, adoraba ser su mamá, ellos me habían enseñado cuánto daño le había hecho a Ámbar, y fue gracias a su nacimiento que nuestro lazo por fin se había afianzado. 

Era entrada la noche ya, estaba lista para irme a la cama. Había tomado un largo baño y me encontraba sentada frente al tocador cepillándome el cabello y maldiciendo alguna que otra cana salvaje, cuando la puerta se abrió de sopetón. Primero entró un muchacho, detrás uno de los elfos de la mansión, ambos lanzaron un juego de palabras que se mezclaban entre la súplica, una disculpa, mucha presura y enfado. Por instinto me habría levantado y los dos estarían amordazados en el suelo, pero fue tanta la sorpresa, que acabé viendo la escena por el reflejo del espejo, con el cepillo atorado a mitad de camino. Podía reconocer esas facciones, aquel color de ojos inconfundible ¿Entonces la punzada de dolor en el pecho de segundos atrás no había sido cansancio? ¿Sería posible acaso qué...? 

Desenredé el cepillo y lo dejé sobre el tocador, cerré mejor mi bata de dormir y caminé hacia la mitad del cuarto, guardando distancias aun. Solo cuando Baleiro mencionó mi nombre fui capaz de salir del trance donde mis recuerdos me habían arrojado. Parpadeé varias veces y le pedí, sin abrir la boca, al elfo que nos dejase solos. Cabe destacar, de una muy mala manera. 

Lo vi derramar unas cuantas lágrimas y el corazón se me volvió a partir, igual que cuando nació, exactamente de la misma forma que cuando supo lo que había hecho con su alma, y con la misma fuerza que cuando se la devolví. Nuestra historia estaba condenada a ser una tragedia. Más fue el recorte de periódico que flameaba a centímetros de mi nariz lo que revolucionó todo mi mundo. Una marejada de escalofríos me sacudió completa, uno detrás de otros, hacían cosquillas y me revolvían el estómago en igual medida. Su foto, su bello rostro, el único recuerdo viviente de Oniria... Mi insomnia.

Estiré la diestra y apareció mi varita. Con una floritura sencilla cambió mi atuendo. Los movimientos eran tan sistemáticos y mecánico, que de pronto me asemejé a un robot, frío y sin sentimientos. Sin embargo, por mi rostro brotaban una detrás de otra, lágrimas de pánico, felicidad, y tristeza. 

—Acompáñame— Le dije en un tono sombrío, ambos bajaríamos a la biblioteca y allí veríamos qué hacer. 

Le había arrebatado el recorte de El Profeta, lo aferraba contra la palma como si este me fuese a decir dónde estaba su hermana. Baleiro me siguió, la mansión dormía, estábamos solos. Llegamos a la biblioteca, miré sobre mi hombro, y sin verguenza alguna toqué los lomos de los libros encantados que me darían paso hacia las oficinas de Sybilla y Pik Macnair, fundadores de la familia, allí tendríamos todo lo necesario para salir, a donde quiera que tuviésemos que ir. 

—¿Qué sabes sobre las desapariciones?— Le pregunté, intentando buscar algún libro de historia que datase sobre algún caso similar —¿Estabas con ella cuando desapareció?

Nunca me volví a verlo, había crecido, me doblaba en tamaño. Se me encogía el corazón del solo pensar qué sucedería cuando supiese que había sido yo quien mató a su madre. 

@ Leah Dayne

 

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Haciendo tiempo a ver si @ Jank Dayne  nos revela que hay detrás de esas tres puertas.

Menudo grupo había conformado, mi hermana y Eliah apenas si se dirigían la mirada y @ Hecate Engosvezhof  pues cuando llegara de seguro sería como can con bichos, toda enojona. Al final la había llamado chantajeandola con la información que disponía. Pero aún faltaba para que llegase. Eso me daba tiempo para pensar en el caso mientras ascendiamos a la montaña.

Primero, el fetiche del Asfodelo. Una flor que era ingrediente para preparar pociones de dormir poderosas. Claro esa idea no encajaba con el caso porque no había relación con el secuestros de las doce brujas. Así que había que ir a su significado más profundo.

En la mitología griega se relacionaba con la muerte y el inframundo. Y esto puede que si tuviese algo que ver. Algún ritual nigromante para traer demonios o fallecidos poderosos a este plano con un nivel de control? Pudiera ser. De ahí a lo mejor que usarán las doce brujas para hacer un sacrificio. Serían vírgenes las brujas? Se decía que la pureza era un ingrediente poderoso en la magia Oscura cuando a sacrificio se refería.

Pensé por un momento en la lista y después de ver algunos apellidos negué con la cabeza. No. Virginidad no sería. Ahí había apellidos de familias muy...No, eso no sería.

El otro punto era por que este lugar. No era que las puertas al Hades estaban por Grecia? O acaso está montaña era una puerta trasera. Ahhh mucha preguntas y comenzaba a hacer frío y se dificultaba respirar con la altura. No era fan del invierno, la cosa se reducía demasiado. Mejor pensar en otra cosa.

@ Eliah Selwyn R.

@ Idylla Macnair T.