Taberna Velaryon (MM)

[Hecate Engosvezhof]

Nombre del Negocio: Taberna Velaryon

Nombre de los propietarios con link a su perfil: Hecate Engosvezhof

Rubro al que se dedicará: Hostelería

Descripción:

Ésta taberna es bastante particular, un poco diferente a las otras que hay en el callejón Diagón. Está semioculta tapada por el gran banco de Gringotts que le confiere sombra gran parte del día, pero para saber que es una taberna el dueño un marinero retirado, colocó su enseña particular; un escudo sencillo terminado en punta con un fondo verde y un caballito de mar de color blanco en el centro, de madera, que se balancea con la suave brisa del callejón a últimas horas de la tarde.

Su parte delantera es de roca de sílex negra y la parte superior de madera, que sobresale un poco, por tener la forma de camarote de un barco galeón del siglo XVI. Su estructura es en forma de cuadradados con las ventanas sucias por el paso de los siglos. Con lo que la privacidad está completamente garantizada, se entra a mano derecha con una puerta con un ojo de buey.

Cuando se entra su estructura recuerda a la de un barco, la parte superior tiene la forma invertida de un casco, como si fuese un pergamino doblado en forma de 'v'. La barra no es muy larga, pero cómodamente se pueden sentar cinco personas, tiene dos grifos de oro dónde pueden servir la mejor cerveza y en la parte trasera de la barra diferentes barricas con todo tipo de contenidos, unas diez que se ven a simple vista y las que están ocultas tienen espacio para otras veinte más, enfrente tienen diferentes vasos con todo tipo de medidas y en medio, una máquina para guardar los galeones que se abre automáticamente

En el interior suele estar pobremente mal iluminado así que se usan velas flotantes. A mano izquierda una chimenea que ayuda en las noches más frías del invierno y a su derecha se encuentran los baños que sirve para hombres y mujeres. Enfrente a la chimenea hay cuatro puertas con la palabra grabada salida en la parte superior en color rojo. En las mismas puertas tienen diferentes nombres, Knocturn, Ottery, Hogsmeade y Puertos Velaryon. Por supuesto, están conectados con puertas disimuladas evanescentes compradas a tal expreso y que se pueden usar en caso de necesidad tras el pago de cinco galeones por salir (*)

El local da espacio para unas quince mesas para tres personas y cada una de ellas tiene un portavelas pero no se sirven comidas, sólo bebidas alcólicas y refrigerios; desde la limonada, arándanos, hasta bebidas alcohólicas destiladas por el dueño, el ron no puede faltar, también hay todo tipo de vinos y de añadas exquisitas. Todas éstas bebidas se guardan en una bóveda oculta a la vista y que se accede por una doble barrica que simula una puerta, justo, al lado de los baños, está oculta además por la estatua de mármol del mismo símbolo que del escudo, un caballito de mar con la cola enroscada con un gran pedestal. Se suele usar para guardar artefactos para contrabando como bebidas no declaradas oficialmente y todo ésto se deshace a las pocas horas de llegar. Si es para guardarse puede usar de almacén, pero cobrando un seguro de más de 1000 galeones por día (**), el dueño no pregunta pero tampoco arriesgará su negocio

información adicional: En la parte inferior hay una cámara secreta protegida por hechizos propios, no ministeriales, y esos sirven tanto para mantener la bebida fresca como para subirla hacia la parte superior mediante tuberías complicadas, como para guardar y vender todo tipo de objetos de contrabando, nadie puede entrar excepto la dueña o un elfo asignado

Información adicional de seguridad: el lugar tiene el anillo de Anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos:  activado, asi que, todo lo que se hable en su interior, queda a salvo. Además de por supuesto un chivato de Anillo Detector de Enemigos que da un aviso enseguida de un ataque inminente contra la persona o la familia

Empleados: 3 elfos criados en cautividad por supuesto, educados bajo las extrictas normas de los magos; 1 Nox, 2 Vaghar, 3 Miraxis y un hombre de raza vampírica llamado Ashathor (nombres empleados para el rol), el dueño del establecimiento se llama Norax Velaryon (**)

(*) en caso de batallas de bando, no está permitido su uso. Las puertas se transforman en una pared, para proteger el verdadero uso del establecimiento y lo que oculta. 
(**) rolísticos; en el negocio no se cobran nada que incluya movimientos de bóvedas. Los empleados son rolísticos, no tienen ficha de personaje ni están registrados en ningún lado aunque pueden aparecer en los roles 

 

Editado 12 Octubre por Hecate Engosvezhof

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Tenía resaca, y ahora mismo estaba de mal humor. Primero porque la Medici en la gala había mencionado lo maltrecha de mi cuenta y tenía razón. Odiaba eso. Segundo porque....pues porque estaba obligado nuevamente a hacer una sociedad. 

Las sociedades indicaban confianza y la verdad que pese a ser accidentosa y desde siempre tener un enemigo en común, @ Hecate Engosvezhof era una muy bella y filosa compañía. Y la confianza para con los galeones pues habría que probarla.

Por lo pronto ya teníamos un objetivo entre manos, mercancía que vender y claro un enemigo en común. Y no era pelivioleta. En fin, bajando por los escalones de Gringotts hasta la calle del Callejón Diagon tome a mi derecha hasta un negocio que parecía bastante desabitado. Esa era la dirección. Sin mas abrí la puerta y me dirigí a la barra.

-Llameme a la Rambaldi por favor. Y no perdamos el tiempo diciendo que no la conoce. Ahora mismo me duele la cabeza y ando de mal humor. 

Me detuve y lo mire a los ojos.

-Espero sepas reconocer cuando estás cercano a la muerte.

[Hecate Engosvezhof]

El barco del puerto ya estaba preparado para su habitual travesía, que sería bastante breve. Veía a los otros subseres trabajar a destajo y sonreía a través de la pared mientras lo veía todo y ellos no podían verme. No pude evitar más que soltar una tremenda carcajada. Había robado una parte del puerto de Londres para mis negocios y me iba muy bien, salvo con algún disgusto por la mercancía... Lo mejor de todo, es que podía sacarle provecho a ese buque porque era irrastreable por mar. Mis estibadores iban y venían con las mercancías de medio mundo, según me habían dicho, iba el barco lleno casi, hasta los topes.

Asentí con la cabeza y respiré por última vez el aire a salitre que llenaban en "apariencia" mis pulmones. Me daba muchísima paz y muchísima tranquilidad... 

***

Taberna Velaryon

- Tranquilo amigo, antes tengo que hacer algo - Norax levantó las dos manos y una de ellas, sacó debajo de la barra negra, un plato con una pequeña bola blanca. No, no era una recordadora pero casi, su magia radicaba en que era un llamador especial, sin recurrir a lechuzas, cuervos o elfos. El marinero tomó la varita y dio tres toques a la piedra de cuarzo, ésta brilló enseguida y cambió a un color rojo intenso, su luz subía y bajaba como si fuese un corazón vivo, Norax pensaba que, si Hécate lo llevaba encima, notaría el calorcillo que producía... Era un aviso de llamado.

Ashator vigilaba al mago que había entrado deprisa, sin modales ni educación ni decoro, miraba desconfíado al muchacho y había sacado la varita

- Guarda eso, ¿quieres? No estamos en el Salvaje Oeste - le bufó el tabernero a Ashathor- los jóvenes, sepáme disculparlo, por favor... imagino que querrá tomar algo mientras aguarda - sacó una de las tazas de cristal que estaban en la repisa, en la parte de atrás y la llenó de un líquido dorado burbujeante, al final del vaso, dejó una ligera capa de espuma - espero que le guste, es la mejor de la casa... enseguida vendrá - Norax intuía y bien, que ese hombre conocía los entresijos de la familiar vasalla que hacía siglos tenía con ella y sobre todo, a los tratos de contrabando que conocía muy bien y ayudaba a custodiar lo mejor que sabía... Notaba al mago de muy malas pulgas y antes de decir algo prefirió complacerlo, él tampoco estaba de muy humor... 

Y en esos instantes...

***

Abrí la puerta y lo que menos me esperaba encontrar a esas horas, o sí, según se mirase era a Sean en mi negocio recién inaugurado en esos momentos, antes de cerrar la puerta se escuchaba los graznidos de las gaviotas como los gritos de los estibadores bajando la carga, miré hacia atrás y de nuevo entré al interior, cerrando la puerta: 

- Que sea la última vez que amenazas a mi amigo - le dije a Sean rechinando de rabia... otra de las propiedade de esas rocas de cuardo es que podían "escuchar" lo que decían mientras estuviese activas. Cerré la puerta con cuidado mientras el cartel de "Puertos Velaryon" bailaba hasta detenerse

- Y no soy Rambaldi, métetelo en esa cabeza hueca que tienes, ¿quieres? no eres al único que han destrozado en ésta p*** guerra...

Iba ataviada de un traje negro de ejecutiva, con la salvedad de que llevaba botas en vez de tacones y llevaba capa, en vez de un abrigo largo, iba completamente de negro, saqué la pequeña bola de cuarzo y ésta brillaba tan intensa como la que estaba en la barra, al contacto las dos se apagaron al instante. Saqué los guantes y los puse encima de la barra cogí un taburete y crucé las piernas, mirándolo de mala manera:

- ¿Cómo sabes que éste negocio es mío? Y no me digas del ministerio porque no es así... lo registré a su nombre -señalé a Norax, éste, cautelosamente se apartó de nosostros mientras iba a hacer sus quehaceres pero no sin antes, dejarme una botella de whisky de fuego y un vaso de tamaño mediano además del cenicero, nunca le gustaba que tirase las colillas o la ceniza al suelo.

- ¿Qué es lo qué quieres, a qué has venido? - abrí la botella de whisky y me eché un poco, aguardé su respuesta mientras bebía un poco, veía como estaba, no sólo ya de mal humor si no que parecía que había bebido la noche anterior, la cara se lo delataba.

@ Sean -Ojo Loco- Linmer

 

Editado Viernes a las 17:40 por Hecate Engosvezhof
correcciones

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Al fin alguien que comprendía mi mala mañana. Un poco de bebida y ya estaría como nuevo, más de medio envase y ya podría bromear con el tabernero. Así que bebí mientras disfrutaba de cómo se intentaba, por parte de Norax, relajar el ambiente, porque el hecho de que me apuntarán con una varita si aseguraba trifulca.

Por suerte la espera no fue tan larga y si bastante amena después de probar el líquido de la botella más de una vez. El dolor de cabeza disminuía y a mis espaldas se dejó oír el ambiente del puerto y claro, la voz iracunda de @ Hecate Engosvezhof . Las malas formas de la vampira no me sorprendían, las conocia desde hacía mucho. 

- Deberías saber que decirle amigo al pobre Norax lo pone como objetivo. Somos gente pragmática así que cuidado con la lengua.

Una advertencia, una amenaza o un simple consejo. Yo gustaría de creer que fuera lo último. Del tema de la fuera no hablaría, sino que bebería por aquellos que ya no están. Bebí, a su salud.

--Ven y siéntate Helicate. -dije en broma- Acaso creías que no me enteraría de quien estaba incursionando en los muelles?  No has consideras que por mis negocios tengo que saber quién está detrás del testaferro de un nuevo negocio? No me tomes por principiante cuando somos viejos en esto.

Zanje el asunto, pues de nada servía revelar mis fuentes.

-Vengo para ya sabes...iniciar han sociedad de beneficio mutuo. 

Saque de unos de mis bolsillos cierta joya representativa de cierta rubia italiana de desagrado mutuo.

-Estaba pensando en vender está y otras piezas a las demás familias italianas. Sería bastante humillante para la Medici ver cómo van a parar a sus rivales sus prendas robadas.

Y quien dice prendas dice otras cosas. Pero había que lanzar el anzuelo a la Rambaldi. O como se apedillara ahora. La privacidad no me incomodaba. Sabía que todos le tenían a la vida o le rendían un celoso vasallaje.

[Hecate Engosvezhof]

- ¿ A cuántos de mis estibadores has sobornado? - tomé un sorbo de whisky de fuego, el licor, pasando por mi garganta dejando un regusto dulce, me encantaba... 

- Y es más, me sorprende y muy mucho que fueras capaz de entrar a una zona restringida sin sufrir cortes, porque los que no tienen permitido el acceso... digamos que mueren de una manera muy cruel -miraba al mago, cabrada... Si venía hasta aquí era por algo, no por el cariño que, precisamente, no nos teníamos... y lo mejor de todo, parecía que conocía el nombre de Norax, lo miré y el se encogió de hombros

- En mi local no quiero amenazas ni por un lado ni por el otro, los chuchos, a la calle  - le dije en un tono sereno, volviéndolo a mirar y acercándome a él, apretando el whisky de fuego pero como quería algo y había dicho algo de negocios, suspiré. Saqué el morral del moke y extraje un cigarrillo, lo encendí y dejé que su humo pasara por mi garganta, disfrutando de su aroma... el marinero retirado enseguida colocó un cenicero... El Velaryon se apoyó detrás de las barras con ambas manos y sonreía mientras nos escuchaba... 

- Ya... ¿y qué crees que pensaría ella? - bufé mientras tomaba el anillo en mis manos y lo vi, llevaba otro de los símbolos Médici, siempre enseñando ostentación, de algo que carecían- que lo tendría yo, un Sforza o, un Pozzi - una de las familias más antigüas de Italia, más que los Sforza o los Médici e incluso Rambaldi, los Rambaldi eran de la época de Galileo- buscaría por cielo o tierra éste objeto - le comenté - y parece que pesa, debe ser de buen oro, trae la balanza - le dije a Norax - vamos a ver qué pureza puede tene éste trasto... -saqué varias frascas con sus dispensadores y al menos, tenía el pañuelo debajo y así no dañaría la barra, que me había costado más que un riñón 

Fui probando con un par de gotas en diferentes lugares del aro, hasta que uno de esas gotas reaccionó, cambió de color

- Oro puro... quizás de unos veinticuatro quilates -saqué un pequeño objeto que me ayudaba a ver con más precisión si las joyas eran falsas o verdaderas, como diamantes, rubíes, esmeraldas o cualquier gema, todo ésto por supuesto había sido adquirido con la experiencia, lo coloqué en el ojo izquierdo y llevé el objeto valioso a la luz para distinguirlo mejor - los diamantes son de alta calidad... quizás vengan de África, como así los rubíes quizás de Madagascar y las esmeraldas, yo diría que con todo, te pueden dar medio millón de galeones a quién esté dispuesto a pagar ésta joya porque yo no tengo éste dinero - le indiqué - ésto está muy controlado en el mundo muggle te pedirán los datos y aquí en nuestro mundo... bueno... nos conocemos todos y se levantará la liebre en cuánto Lucrezia se de cuenta de que le falta del joyero ¿fue de la época cuando la gala de la ministra? - saqué un objeto que parecía pesado pero era un simple bolígrafo, uno especial - ¿ves? ahí - le indiqué con el dedo, le volví a pasar - es verdadero, y éstas piedras son de las buenas de muy alta calidad, me sorprendería mucho que la Médici portase baratijas - le dije con una sonrisa. Puse los instrumentos de nuevo, en el morral de moke ¿y porqué los tenía ahí? Acaba de comprobar un cargamento, ilegal por supuesto, de diamantes, rubíes, esmeraldas... tenía que chequear que todo estaba como debía ser.

Tomé el vaso y lo llevé a la boca para darle un trago, eché un poco más:

- Ya que hablas de tratos, puedes trabajar para mí, yo no es que tenga tanto oro como Sagitas o Lucrezia, que tienen mucho acumulado, pero te puedo pagar un buen salario... ya que tanto conoces los puertos Velaryon, puedes formar parde de su seguridad y olvídate de robar, olvídate de eso porque ya está todo previsto - le dije, dando un golpecito al vaso que tenía en la mesa generando un leve tintineo- y no sólo formar parte de mi seguridad privada, informante 

- ¿Qué te parece? No tienes porqué responder hoy, puedes venir otro día a darme la respuesta - le dije con una sonrisa

@ Sean -Ojo Loco- Linmer

Editado Viernes a las 21:40 por Hecate Engosvezhof

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

No sé de qué tanto se asombraba Hecate de mis formas de recopilar información. Al final vivíamos de esto, y si la maquinaria no funcionaba bien la competencia haría el resto. La información era poder, antes y ahora, un bien valioso como pronto iba demostrar. Porque no sólo había conseguido joyas y artefactos valiosos en mi incursión en la Mansión Medici el día de la gala. Claro el próximo paso en esa dirección tenía que pensarlo con más cuidado, porque involucraba a cierta pelivioleta.

Disfrute como examinaba el anillo que le había dado. Que descortesía, que desconfianza, eso ya lo había hecho yo. Y claro también sabía el precio.

--Se que venderlo así es casi imposible, se sale de cualquier  presupuesto. Pero un buen orfebre podría hacer maravillas utilizándolo en la creación de nuevas piezas.

Sonreí y me recline en el asiento mientras tomaba de mi vaso un buen whisky. Y ante la oferta que me hizo la italiana solo me quedo negar la cabeza.

--No. La respuesta es no. No hay nada que pensar. -tome el anillo y lo guardé en el monedero de piel de moke- Vine con la oferta de asociarnos, no de ser lacayo. Lo tomas o lo dejas. @ Hecate Engosvezhof

 

[Hecate Engosvezhof]

- dioses - me quejé- en serio, no hace falta ser tan susceptible, caray - cerré los ojos y suspiré para abrirlos nuevamente y asentí con la cabeza- vale, vale... bien un trato de igual a igual, de acuerdo... Estoy interesada en información ¿te parece bien? Creo que te mueves más que yo en el ministerio de magia y tal y como eres, seguro que eres capaz con una buena copa de vino y o un buen bourboun (o como se escriba xD) sacarle hasta el número del pie que calza e incluso con metamorfomagia será más impresionante, sólo te pido una cosa, no quiero negocios que nos comprometan, pero por lo demás, me da lo mismo el producto de contrabando, ya sabes, el dinero es el dinero

<< y me refiero que me nos comprometa directamente a nosotros dos o a uno de los dos porque si no, la balanza se rompe, entendido -levanté una ceja, para avisarle. Tenía el anillo en la mano mientras él iba hablando y pensaba... ¿qué pensaba hacer éste diablo con el anillo? - tienes razón con lo del orfebre, conozco a unos que no harán preguntas a cambio de un buen dinero, pero aún así, si a ésta joya la impregnaron con magia... se podrá saber ¿lo pensaste? -pregunté mirándolo fijamente - la seguridad es lo importante, sé que soy una paranoica con ese tema, pero teniendo familia por detrás no quiero arriesgarme a que se vean involucrados si no es estrictamente necesario

Tome un trago largo de whisky, el día iba avanzando pero parecía que mi ex cuñado sería el único cliente, o no cliente, bien mirado.

- Lacayo no, mira que eres burro... tengo alianzas de familias muy antigüas, viejas alianzas; vasallajes - le aclaré- y no quiere decir que sean lacayos, es una colaboración mutua... y es más, tú podrías entrar a mis puertos con mi permiso expreso para poder contrabandear todo lo que quisieras... la única condición que te pongo es que no digas nunca, a nadie dónde atracas tu barco... si es que lo tienes, como el mío - sonreí de lado, había sido una gran adquisición en el último halloween de paz- mi interés es tener a alguien en el wizengamot y me temo que será casi, si no imposible si no se es alguien importante como Sagitas - bufé... tomé el cigarrillo y seguí fumando - yo también tengo mis propios intereses, no es oro, lo único que busco  - le dije, guiñándole un ojo.

@ Sean -Ojo Loco- Linmer

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Al parecer nos habíamos comenzamos a entender. Por mi parte no había ningún problema en reforzar los intereses mutuos. Información, tráfico de influencias, contrabando...etc. Y entendía que cualquier menoscabo o riesgo a esos intereses podría finalizar nuestra alianza. Nos conocíamos desde hacía mucho pero básicamente la lealtad no había sido lo que nos había mantenido cerca, odiaba decirlo pero en esa parte la pelivioleta, aunque nos cayera mal, tenía mucho que decir.

--No pediría menos de una sociedad como la nuestra. Al final lo que nos movería son intereses comunes nada más.

Pasando al tema del anillo pues si no había un reto sería aburrido. Jugar a lo seguro al final llegaba a cansar. Así que sonreí cuando se autedenomino paranoica, si, ahora mismo aunque lo parecía. Querer controlarlo todo poniendo como excusa su seguridad al parecer era más su estilo. No el mío que básicamente improvisaba sobre la marcha. Sin duda sería una sociedad bien...interesante.

--Tranquila, creo que somos lo suficientemente competentes para lidiar con un anillo.  No crees? O tanto miedo le tienes a las represalias de la Medici.

Mejor darle un golpecito en su orgullo italiano. 

Sonreí y a medida que explicaba su versión de vasallaje tomaba un poco más del whisky y desconectaba mi mente. Cuando llego a la parte de sus intereses ya mi curiosidad comenzó a dispararse. Poder tras bambalinas usando el Wizengamot? Estaba Sagitas pero no sé...era demasiado evidente. Y ademas...de donde vino ese guiño al final de sus palabras?.

--Bueno cerremos el trato a la vieja usanza.

Alce la copa esperando que me siguiese y me bebí el contenido de un tirón para casi al instante tomarla de la cadera, acercarla a mí y robarle un beso.

Eso era tradición en......bueno en algún lugar lo sería. Ya me inventaría una excusa.

@ Hecate Engosvezhof