¿Comienzo o Final?

[Cillian Haughton]

Mansión Riddle

 

— ¿Y quién ha... —no pudo terminar la pregunta.

Un momento estaba en el Atrio y al siguiente, ese sentimiento tan caracterisco de ser obligado de cruzar un túnel de goma realmente estrecho a oscuras, lo transportó a la Mansión Riddle. Durante un par de segundos se sintió desorientado pero apenas recuperó la compostura volvió a dirigirse a su hermana.

— ¿Quien ha dado la orden? 

Entendía que aquel ataque estaba alineado a los ideales del bando pero lo que no entendía era porque tenía que haber pasado justo en ese momento. Quizá los demás no lo comprendieran del todo pero no era ni de cerca el mejor momento para realizar aquel atentado ya que posiblemente estaba por perder una gran oportunidad. 

— ¿Dónde está Kam? ¿DONDE ESTÁN TODOS? —Necesitaban actuar con rapidez, quizá el ministerio estaba destruido pero eso no cambiaba la situación en general aunque posiblemente la retrasara un poco—. ¿De verdad han pensado bien este ataque? 

Comenzó a caminar hacia el comedor, necesitaba pensar, tenía demasiadas cosas sobre los hombros. Si bien no compartía del todo los ideales del bando, sabía bien que tenía que apoyar al bando a alcanzarlos y él tenía otro camino en mente. Una vez en el comedor tomó el asiento en en la cabecera y habló de nuevo. 

— Ustedes dos —se refería a su hermana y al otro miembro del bando del que desconocía su nombre—. En cuanto Kamra aparezca la quiero aquí, igual a todos los demás. Debemos organizarnos, algunos deben volver al Ministerio de Magia, como ya deben saber el Ministro a muerto y alguien debe reemplazar su lugar. Ese alguien tiene que ser uno de nosotros. 

 

@ Ada Camille Dumbledore  @ toji  @ Kamra Ashryver D.  @los demas (? 

[Sophie Elizabeth Granger]

Mientras escuchaba al resto de sus compañeros, se distrajo, esa era la verdad, sino hubiese estado pensando en el futuro del Ministerio y en haberse re encontrado con su sobrina que por azar del destino ahora era su jefa, aquella mujer jamás se había  podido acercar ni a unos metros de distancia. En cambio ahora la tenia en la nuca, apuntándola con una varita al cuello, tomándola del cabello y gritando quien sabe que cosas sobre la Marca.

 

-          Expecto patronum – susurro. De su varita  y de manera rápida sin que nadie pudiese evitarlo y se atrevía a decir que sin notarlo,  salio un halo de luz que después tomo forma de perro dálmata el cual salió corriendo en busca de cualquier fenixano que estuviese disponible.

El golpe que había recibido apenas después de las palabras de la mujer no la noquearon pero si que la hicieron enojar y la pusieron mas alerta. Por el momento no podía oponer demasiada resistencia porque estaba desventaja pero ya se las ingeniaria para escaparse, no seria la primera vez que estaba en ese tipo de situaciones-

 

-          No se quien seas, pero mas te vale que no me dejes escapar porque en cuanto me libere, voy a cortarte en tantos pedazitos, que nadie va encontrar tu cadáver. Soy  un auror del Ministerio y tu y tus amigos serán perseguidos hasta el fin del mundo para llevarte ante la justicia mágica. – le gruño mientras forcejeaba un poco para medir fuerzas.

 

De pronto otra voz femenina la increpo sobre la aun existencia de la Orden y de pronto se dio cuenta que aquellos magos no estaban secuestrando a un empleado del Ministerio, ellos sospechaban que era miembro de la orden. No estaban equivocadas, eso era claro pero ella no iba a darles entrever que era Fenixiana, y no cualquiera, si no la misma líder en persona.

 

-          La Orden? Esos delincuentes que solo se diferencian de ustedes por que ellos no usan mascara y se fingen los buenos. De que hablas mujer- le contesto a la bruja.

Mas allá de aquel intercambio de palabras, la rubia se dio cuenta que la llevaban a una chimenea y de ahí seguro terminaba en el cuartel de aquella banda de delincuentes que eran sus enemigos. Solo esperaba que por lo menos su sobrina fuera tras su pista en lo que lograba safarse de aquel embrollo.

 

-          Donde estamos, contesten, déjenme en paz y puedo pensar en tenerles clemencia, incluso puedo decirle al Wizengamot que fueron amables y cooperaron - dijo, intentando negociar, haciendo tiempo para ver donde estaba parada y si podia salir con vida.

 

@ Luna Gryffindor Delacour  @ Fiamma Phoenix  @ Lisa W Delacour  @ todos

[Thoth]

En el Atrio

 

En medio del caos y destrucción causada por los Mortífagos, en donde muchos de ellos habían abandona en las chimeneas que de alguna forma se mantuvieron en pie. Sin embargo, otros mecanismos de seguridad no funcionaron, quizás la ausencia de la figura del Ministro marco un duro golpe más en los departamentos ministeriales de lo que se pudiera imaginar.

 

Aunque, no todo fue oscuro ya que el valor de algunos empleados ministeriales se alzaron en varitas contra la sombras de esos criminales conocido como los miembros de la Marca Tenebrosa, quizás las secuelas de la guerra vuelven a estar a flor de pie en el ambiente, los gritos de los heridos del fuego Maldito, el llamado de ayuda por medio del Expecto Patronum de ciudadanos ¿Quizás estos sean dirigidos a la Orden del Fénix? Y aún así esas preguntas solo el tiempo dictará respuesta, mientras tanto algunos reporteros existentes en los medios de comunicación, allí escondidos entre los escombros de las explosiones, podían dar su voz en medio de tanto caos.

 

De pronto un nuevo voz de conflicto acusa a la  Orden de Fénix como terrorista, entonces muchos de los ciudadanos de pie se pregunta ¿Acaso existe diferente entre esos dos grupos criminales? ¿Entonces son igual los llamados “Mortífagos que los integrantes de la Orden del Fénix? ¿Este fue el legado que dejo Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore?

 

Quizás muchos lamenta como el gran héroe Harry Potter no se encontrará en el Ministerio, quizás se encontrará ahora con su familia o en alguna misión, esto solo lo sabrá el Departamento de Aurores, esas épocas en donde había una gran diferencia entre los ideales, pero ya la rueda del tiempo no se puede dar marcha atrás, y solo gira hacia adelante, porque las lamentaciones de lo que se pudo o no hacer ya no existe, solo se deja ver entre tanto dolor para el mundo la reseña de un extraño periódico, el cual se publica en anonimato, solo en ocasiones y extraña causas, en donde algunos rumorean que sea propiedad intelectual de un grupo clandestino de vampiros por su siempre solicitud de sangre.

 

--

off. Antes que ubiquen mi pj principal por estos rumbos este no está en el Ministerio, sino en otra parte, solo que ando esperando algo moderativo para hacerle aparecer nuevamente. Primer PM hago la transferencia al banco. XD a ver que tal son con las adivinanzas.

Editado 10 Septiembre por Thoth

[Kamra Ashryver D.]

En la Mansión Riddle 

Kamra, Sophie y Leslie llegaron a los terrenos mortifagos en cuestión de segundos. Le llevó un momento ajustarse tras la sensación de vértigo y lo aprovechó para mirar a Yume. Ladeó la cabeza y acomodó un mechón de su cabello rubio detrás de la oreja de la Deimon - Eres adorable - su voz sonaba ronca y distorsionada - Pero vuelve a reclamarme en público y te haré gritar - era una amenaza vacía, o al menos vacía en cuanto a que no habría violencia. Para Kamra era seguro que Leslie entendería a lo que se refería, y que sus mejillas se teñirían de un adorable rosa. 

Rodó lo ojos, escuchando el parloteo sin fin de su prisionera mientras intentaba aplacar la ira creciente que le subía desde los pies hasta abarcar cada centímetro de su cuerpo. Volvió a apuntar hacia Sophie con la varita, pegando a su mejilla la punta del arma mágica - Continúa así y lo único que hallarán de ti es esa lengua que no paras de utilizar. 

- Y algo más - se acercó a centímetros del rostro de Granger, de modo que respiraban el mismo aire - la única interesada por clemencia aquí deberías ser tu. 

Manon la sacudió hacia adelante tomado ambas manos de Sophie por  detrás de su espalda - Incarcerous - dijo apuntando con la varita mientras las sogas salían para envolver a la bruja. Una vez hecho, Kamra la llevó dando tumbos, seguidas de cerca por Yume hasta la sala donde se escuchaban voces descutiendo. 

- Máscaras arriba - avisó antes de entrar a la sala, frunciendole el seño a Cillian allí presente - Manon, mi Líder - le dijo un poco desafiante - ¿Porqué requiere mi presencia con tanta premura?  ¿No ve que estoy ocupada trabajando por la causa?

- Si tanto le molesta haber arruinado las elecciones,  yo misma iré a asegurarme de que un Mortifago ocupe el cargo. 

@ Cillian Haughton  @ Leslie Ann Linmer PB  @ Sophie Elizabeth Granger  @ Eliah Selwyn R.  @ Hecate Engosvezhof  @ Ada Camille Dumbledore  @ toji  @ Kahlan Blackthorn  @los demás 

Editado 10 Septiembre por Kamra Ashryver D.

[Hecate Engosvezhof]

Mansión Riddle

Belona

Junto con Kamra, y otros mortífagos traspasamos las medidas de seguridad de la mansión Riddle. Llegué caminando hasta el interior de la mansión porque al ser un soldado raso no podía aparecerme dentro de la edificación, así que, llegué caminando con rapidez hasta la sala y escuchaba atentamente los forcejeos de la secuestrada  dónde estaba y al llegar oí a Cilian que le respondí: 

- A mí no me pregunte mi señor - dije con una media sonrisa que no se veía al portar aún la máscara- yo sólo obedezco órdenes y qué quiere que le diga, tal y cómo están las cosas es buena idea dar ésta clase de mensajes, decirle a los demás que no estamos de acuerdo con esa basura, decirle a la comunidad mágica que aún quedan mortífagos. No importan los métodos para llegar al poder - la secuestrada protestaba por cada palabra dicha - sé que para usted no soy nadie, ni siquiera un rango intermedio, pero conozco todos los sistemas y créame a la comunidad mágica de Reino Unido se estaba ablandando ante esos terroristas, hay que recordarle quién es quién, quién tome el poder será dueño del país. 

<< Usted y yo lo pensamos de manera distinta pero tenemos un mismo fin - hice un gesto galante hacia kamra - ya sabe que los mortífagos no se caracterizan precisamente por ser pacíficos -lancé una risita por lo bajo-.

- ¡¡CÁLLATE BASURA!! - le grité a la bruja - tú aquí no eres nadie, no eres más que un montón de estiércol con plumas - acusé yo, mirando a la bruja fijamente - y más te vale que muestres un poco más de respeto, ¿alguien le ha quitado la varita? - pregunté a los presentes- y como no cierres la boca la próxima te la cerraré yo, si es que a los que estamos aquí, no les moleste que saque un poco de ventaja con eso no me hará falta la magia, te lo puedo asegurar

Había dirigidio mi mirada hacia @ Sophie Elizabeth Granger con una ira y con odio que si me la dejasen en esos momentos quizás su cuerpo aparecería desmembrado en cada punto cardinal

- Oigan a eso que dice - lancé otra carcajada, mucho más sonora que la anterior - ¿cooperar? ¿en serio dice cooperar mi señora? - terminé la frase con rentintín y con otra risotada más fuerte que la anterior distorsionada por la careta- prefiero pasar a cuchillo a todo miembro del Wizengamot por inútiles, payasos y montón de estiércol, que es lo que son

- Mi señor @ Cillian Haughton usted tiene razón en que deberíamos tener a uno de los nuestros, ¿acaso no es mejor manejar a alguien de fuera? si descubren que queremos infiltrarnos se puede ir todo al garete y es más, está descubriendo sus planes a ésta... persona - levanté un poco la másca y le escupí a sus pies, volviéndola a colocar de nuevo.

- Mi señora @ Kamra Ashryver D. - incliné un poco los hombros - no digo que usted tenga razón pero, si me permite es mejor que no sea uno de nosotros, yo puedo serle útil reuniendo información y no crea, no pienso sacar mi máscara hasta que este ser se vaya de aquí o esté a buen recaudo - bufé- lo mejor es utilizar el hechizo imperius, muchos de nosotros en el pasado fuimos acusados de ser miembros de ésta honorable orden y no renegaré nunca de pertenecer a ella... pero seamos claros, no están los tiempos para perder a más magos -susurré por lo bajo- pasados a prisión, desterrados o a saber dioses qué.

- Ella ya sabe nuestros planes y si la soltamos puede ir corriendo al ministerio a a avisar, ¿alguien se ha molestado en averigüar qué cargo tiene? -pregunté a los presentes - hay muchos de ellos infiltrados en los mejores puestos, debemos contactar con los nuestros y aunque me gustó la diversión de hoy, ahora hay que moverse con sigilo y atacar desde dentro, en el interior - sonreí nuevamente tras la cara oculta - discúlpenme si me sobrepaso, todos ustedes tienen razón y es fantástico destruír el atrio no dudaré de sus órdenes, salvo que aquí mi señor (Cillian) se le ocurra disponer de órdenes raras... obedeceré, yo ya estoy en lugar importante, de momento, necesito tranquilidad... pero primero, recabar información, mucha, para después atacar con dureza

- Antes de soltarla, borraría su memoria - les dije- y mis disculpas por no presentarme antes, fue todo muy rápido, me llamo Belona -asentí con un movimiento de cabeza a los presentes, tomé una silla y me senté aún con el uniforme de mortífago puesto y crucé las piernas con la varita aún en la mano derecha.

@todos los demás 

Editado 10 Septiembre por Hecate Engosvezhof

[Juliette Macnair]

Sentía el peso de la tensión en la atmósfera al observar a Eobard, cada palabra que cruzaba sus labios era como una daga afilada, dibujada con una mezcla de sarcasmo y familiaridad. Aún con la distancia que los había separado, el eco de sus antiguas batallas y las sombras que compartían seguían presentes⸺su mirada esmeraldina parecía imperturbable, como una máscara de compostura que ocultaba la tormenta interna.

Parecía que el ciclo jamás se detenía.

⸺ Un vacío de poder. . . ⸺repitió lentamente con un tono suave pero siempre afilado.⸺ Me temo que este ‘vacío’ no es más que otra grieta en el castillo de arena que es este Ministerio. No necesitamos otro estallido de violencia sin sentido. . . lo que necesitamos es gobernar desde las sombras, no a través del caos de las llamas y el ruido. Esos métodos… ya no tienen cabida en el mundo que debemos construir. Nos debilitamos con cada arrebato.

Sus palabras eran frías, casi despectivas, mientras sus ojos lo observaban de reojo, calibrando su reacción⸺aún estaba un poco molesta por la desaparición de su esposo, pero se contenía. Se acercó al asiento que él le había ofrecido, pero no se sentó. En cambio, se detuvo, su mente vagaba por momentos hacia pensamientos más oscuros.

Hasta que. . .

Daeron. Una breve sonrisa cruzó sus labios al escuchar lo que Eobard había dicho sobre él⸺era un destello fugaz de alivio entre la frustración y la tormenta que se avecinaba. Su pequeño, su futuro, aún intacto. Pero esa paz duró poco. Apenas procesaba las noticias sobre su hijo cuando un dolor familiar la recorrió, emanando desde la Marca Tenebrosa grabada en su piel.

Su expresión cambió en un instante. Se volvió tensa y su mirada adquirió un color mucho más sombrío⸺La Marca. Alzando la cabeza, cruzó una mirada veloz con Dróvik, quien permanecía como su sombra silenciosa en la habitación. Una figura imponente y siempre alerta, su leal protector, y ahora mensajero de malas noticias.

⸺ Están desatando el caos en el Ministerio. . . ⸺informó Dróvik en un susurro grave.⸺ Quizás deberías regresar a la Mansión, o al menos dignarte a buscar a tu familia.⸺como siempre, Dróvik era irritantemente directo.

La joven Macnair sintió cómo el suelo bajo sus pies, metafóricamente, temblaba. Suspiró con una irritación apenas contenida. No podía creer la necedad de sus compañeros. Esto no era lo que se necesitaban. El caos era un arma, sí, pero debía usarse con precisión quirúrgica, no como una explosión desmedida en el corazón de la estructura que debían controlar.

⸺ Por Salazar. . . ⸺murmuró para sí misma.⸺ Justo lo que necesitábamos: un ataque torpe y sin sentido.⸺murmuró exasperada pero siempre manteniendo esos movimientos gráciles y elegantes, comenzando a caminar de un lado a otro.⸺ ¿Qué esperan conseguir con esto? ¿Ganar notoriedad? ¿Atraer más enemigos? Esto no está bien, es demasiado imprudente. . .

Alzó la vista de nuevo, y sus ojos buscaron de inmediato los de Eobard, buscando en ellos el apoyo que, aunque le costaba admitir, tanto necesitaba⸺era una tormenta tras otra, pero si alguien podía comprender lo que pasaba por su mente, era él. Siempre había sido él.

Kalevi. Los pensamientos de su hijo mayor, de sus posibles deseos de seguir el mismo camino, la golpearon de repente. Él, más que nadie, era quien más la preocupaba. Todavía joven, aún impresionable, y los fuegos de la rebelión y el poder podían fácilmente seducirlo. ¿Cómo evitar que fuera arrastrado por la tentación de seguir la Marca, de sumergirse en un conflicto que lo devoraría?

Leopold, Baela, Daeron. . . toda su familia estaba en peligro, no sólo por el caos a su alrededor, sino por las decisiones que sus propios aliados estaban tomando⸺necesitaba actuar con rapidez y sutileza, antes de que todo colapsara pero tenía miedo.

⸺ Nuestros hijos, Eobard. . .⸺dijo, dejando entrever su preocupación mientras su voz iba bajando en un tono más íntimo, como si no quisiera que el mundo escuchara su vulnerabilidad.⸺ Si esto sigue así. . . no sé qué pasará. Kalevi. . . Baela. . . son tan jóvenes, justo en la flor de su vida, y sabes lo fácil que es ser seducido por el poder. No puedo permitir que lo arrastren en esto. Ni a Daeron. . . él es tan bueno, lo mejor de ambos en una pequeña alma.

Juliette sabía que tenía que regresar a lo que dejó atrás, pero no pensó hacerlo en medio del caos y la destrucción. En realidad, ella nunca creyó en ese tipo de plan⸺si debían gobernar, lo harían a través de la política, de la infiltración sutil, no con ataques estruendosos que sólo expondrían sus flancos más vulnerables. Esto no era lo que Grindelwald hubiera hecho. 

Sin embargo, se sorprendía de sus propios pensamientos. No sabía en qué momento había cambiado tanto, pero sabía que su sentir, su accionar y todo lo que la jalaba a tierra era la dureza que sólo una madre preocupada por sus hijos podría tener.

⸺ No quiero que Daeron crezca en esto. . . ⸺susurró, apenas audible, pero lo suficiente para que él la escuchara.⸺No quiero más caos, no quiero más batallas sin sentido. . .

La bruja se acercó un poco más a Eobard, casi en busca de refugio, algo muy raro en ella, pero en ese momento lo necesitaba. Las décadas de lucha la habían endurecido, pero en este instante, con el caos envolviéndolos una vez más, sólo quería sentir algo más que la constante presión de mantener todo bajo control. Sus dedos rozaron suavemente la mano de su esposo, buscando ese contacto que siempre había sido su ancla en medio de la tormenta.

⸺ Pero tampoco podemos renunciar a lo que fuimos. . . ya no podemos seguir huyendo, Eobard. La sangre llama a donde quiera que vayamos, a mí me llama constantemente. . . ¿Será sensato aceptar ese dolor nuevamente?

@ Eobard A. Black Lestrange

Editado 12 Septiembre por Juliette Macnair

[Eterno Blackthorn]

 

Entré al Ministerio de Magia con una mezcla de emociones encontradas. Como trabajador del Ministerio, había visto el lugar en todo su esplendor, pero ahora se encontraba en ruinas. La fachada principal estaba destrozada, con grietas y marcas de hechizos fallidos. Me sentí culpable por no haber podido evitar este desastre.

 

Al entrar, vi que el vestíbulo estaba lleno de escombros y mobiliario roto. Los retratos de los antiguos ministros colgaban torcidos de las paredes, como si hubieran sido testigos mudos del caos. Me acerqué a la recepción, donde solía trabajar mi  compañera de piso, la señorita...dude un poco al observar su escritorio que estaba volcado, y sus papeles y libros estaban esparcidos por el suelo.

 

Me sentí abrumado por la sensación de pérdida y fracaso. ¿Cómo había permitido que esto sucediera sin mi? ¿Por qué no había estado allí para ayudar? Me quedé parado un momento, tratando de procesar mis emociones.

 

Seguí caminando por el vestíbulo, intentando procesar el alcance de la destrucción. Los escombros crujían bajo mis pies, y el aire estaba lleno de polvo y el olor a magia quemada. Me detuve frente a la puerta del despacho del Ministro, que estaba completamente destrozada. La madera estaba astillada, y los goznes colgaban sueltos.

Me sentí un golpe de nostalgia al recordar  las reuniones que nunca había tenido con el Ministro en ese mismo despacho. No sabía si reírme o ponerme bastante triste al respecto ya que si este hubiera estado presente la situación hubiera sido un tanto distinta. 

Seguí adelante, intentando encontrar algún indicio de lo que había sucedido. El pasillo estaba oscuro, ya que las luces mágicas que lo iluminaban estaban apagadas. Tuve que conjurar una luz para poder ver. Aunque mis ganas de trabajar no menguaban. 

A medida que avanzaba, vi que la destrucción era aún peor de lo que había imaginado. Los laboratorios estaban en ruinas, con equipo roto y frascos de pociones destrozados. Los archivos estaban esparcidos por el suelo, con documentos importantes arrugados y rotos.

Me detuve frente a la puerta de mi departamento de mi área, que estaba intacta. Me pregunté si los atacantes habían intentado no acceder a los secretos  internacionales que se guardaban allí. Me prometí a mí mismo que haría todo lo posible para proteger esos secretos. Aunque me reí para mis adentros, tratando de guardar la compostura pero no prestar más sospechas lo que pudo haber ocurrido.  En ese mismo instante se me ocurrió regresar a dónde era un nuevo lugar pactado y esperar que lo reconstruyan este lugar para Volver a comenzar a trabajar, saqué una cámara de mis cosas y empecé a tomar fotos de recuerdo y con las mismas que llegué me retiré. 

 

Editado 10 Septiembre por Eterno Black Triviani

[Aaron Black Yaxley]

Si al momento de llegar al atrio ya había bastante gente, en lo que fue mi andar, desde las chimeneas hasta el ascensor, se había conglomerado una gran cantidad de brujas y magos. Algunos, de alta alcurnia y otros que no tendrían dónde caer muertos, eran cazados por los medios de comunicación para conocer de sus opiniones tras la muerte del ministro, pero pocos respondían cosas coherentes; más bien se saludaban de un extremo a otro, se hacían señas, se acompañaban, se mostraban como si no se hubiesen visto en años... ¿esa era la época de paz que mantuvo Theodore? ¿una sociedad reprimida?, en fin. 

Capté la mirada un mago con quien me había cruzado un par de veces. Sean me observó desde que crucé medio pasillo, hasta pasar por la legendaria fuente del atrio ministerial, sin embargo, mantuve la calma pues no podría reconocerme con una apariencia de multijugos completamente diferente a mi original; de seguro nos volveríamos a ver en breves o en un tiempo muy corto. Así, tampoco capté a otros ¡que por supuesto reconocería al instante!, pero era lógico que no estaríamos todos en un mismo lugar, a la misma hora, al mismo segundo. Quizás la bruja que buscaba ya habría llegado o no al Ministerio y ni cuenta me habría dado, pero no lo aseguraría si no me dirigía a su oficina. Tenía que ver a Macnair...

-Diga el departa...

El elfo, atento a llevarte a uno de los diez niveles, no alcanzó a oír que requería ir a las oficinas del Wizengamot cuando de pronto un tumulto de personas se apretujaron en el elevador. 

-Transportes... Cooperación Mágica...accidentes...criaturas- se oía casi al unísono, todos necesitaban moverse, oficiar, producir, enviar lechuzas... y es que un Ministerio sin ministro, era un blanco fácil de descalabro gubernamental. El elfo tecleaba tan rápido como podía. 

-¡Wizengamot!- la voz del muggle que usurpaba mi identidad era contrastadamente chillona en consideración a mi tono. Al menos se oía varonil.

Y entonces varios tuvieron que sujetarse con su colindante pues el elevador parecía moverse en diferentes direcciones generando una fuerza similar a la centrífuga. Me tomé de la baranda que bordeaba toda la zona media y tendí a sonreír, falsamente nervioso, a quien cruzase la mirada con la mía. El elevador se detenía y bajaban uno o dos magos. Me quedaba recorrido aún cuando de pronto la luz del interior pestañeó un par de veces y el elevador pareció chocar contra un gran muro de concreto; todos tambaleamos, algunos cayeron, se golpearon la cabeza ¡yo me golpeé la frente!, el elfo quedó estampado en el techo... ¿qué demonios pasaba?... y sentí el llamado.

Podría haber estado bajo apariencias con una multijugos, pero cuando se era parte de la casta tenebrosa no había nada que menguara el ardor de quien accionara el tatuaje (la mueca de plácido dolor se mezclaría con la del golpe en mi frente) y entonces miré a las dos o tres personas que quedábamos en el elevador para ver si alguno de ellos formaba parte del culto mágico al que pertenecía, al que había liderado alguna vez. Me dieron ganas de apagar cada uno de mis sentimientos, considerar una mirada genuinamente indiferente y asesinarlos a todos allí dentro ¡incluido el est****o elfo!, pero no todo era sangre y muerte... a veces había que mover hilos. 

-¿Qué habrá sido eso?- comenté a mis acompañantes quienes se cuestionaban tanto como yo, sin conocer ellos que de seguro algunos mortífagos habrían aprovechado la oportunidad de irrumpir el ministerio y tener un plan para buscar el control del mundo mágico ahora que Ogden estaba muerto- ¿quedaremos atrapados aquí dentro?...

-No... no señor...- respondió de pronto la criatura quien sobándose la nuca con una mano chasqueaba los dedos con la otra para poner en movimiento el ascensor. En aproximadamente treinta segundos se habrían las puertas que darían paso al piso diez "Tribunal del Wizengamot y Sala de Prensa". 

Cerrándose las puertas a mi espalda, confirmé mis suposiciones. La sala de prensa ya se encontraba con la última noticia del día "Mortífagos irrumpen el Ministerio de Magia en un día de duelo, dolor y debilidad política"... ¿Dónde estaba Arya? ... lo último que recuerdo había sido dejarla a cargo, quién lideraba la marca tenebrosa hoy en día...

-¡Publica esto! ... ¡Quiero que salga en todas las portadas!... ¡envíen una lechuza al El Profeta!....- rápidamente cambiaban las fachadas de los diarios, de las revistas. Salían copias sobrevolando como un zepelín, de hecho tan raudos que había que esquivarlos o de seguro perdías un ojo... ¡MINISTERIO EN CRISIS! ¡GABINETE HA RENUNCIADO! ¡MORTÍFAGOS DESEQUILIBRAN LA POLÍTICA MINIESTERIAL Y TOMAN UN REHÉN EN PLENO ATRIO! 

Seguí avanzando a paso ligeramente apresurado, y entonces di con las elegantes puertas que daban paso a las dependencias del Tribunal Mágico y sus oficinas. Una bruja en el mesón me dio la bienvenida y consultó por mi requerimiento. 

- Necesito ver a Macnair- impuse. La chica sonrió y me solicitó alguna exhibición de prensa o uno que otro memorándum político ¡algo que acreditase una reunión con dicha jefatura!... olvidaba que estaba bajo efectos de la multijugos y que, quizás, una fría mirada gris y un acento inherentemente inglés habría dado un resultado más ágil- Disculpe, me llamo Rufus... ¿podría decirle a Macnair que la busca un viejo amigo? háblele del nobiliario mágico, ella entenderá... 

-¿No..biliario?

Comenzaba a perder la paciencia. Asentí.

 

[Eterno Blackthorn]

Me senti confundido y abrumado por el acontecimiento pero al mismo tiempo, me sentía alegre de haber salido ileso y de tener la oportunidad de buscar auxilio y encontrar una manera de ayudar a reconstruir. En el fondo quería aparentar a que no había participado en la escena de manera directa, aunque si le hubiese encantado. 

 Quería simplemente retirarte y esperar a que otros tomaran el control, sino que querías tomar acción y hacer algo para destruir un poco más pero ya era un poco tarde para jugar esa carta, se la aguantó sin más ni menos apretando un poco los dientes y ajustando su varita en uno de esos bolsillos la cual se encontraba un tanto caliente como si esta misma me dijese que quería salir a explayar sus deseos tanto como los propios. 

Así que, con  una manera de seguir adelante con tu trabajo y de hacer una diferencia en el mundo mágico pero al parecer hoy no era el día. 

 

Al salir del edificio, te detuviste un momento para mirar atrás. El Ministerio, una vez un símbolo de poder y magia, ahora yacía en ruinas. Pero tú no te detuviste en la nostalgia. Tenías un propósito, un destino que cumplir.

Con un movimiento fluido, te volviste y te deslizaste desapareciendo en la ciudad, con sus luces y ruidos, te recibió de nuevo, pero tú te moviste con una confianza y seguridad que solo un Mortífago podía tener aunque en ese momento no lo eras, simplemente un mago más uno común y corriente.

 busqué uno de los servicios telefónicos más cercanos al establecimiento y bien encontré cerré la puerta de dicha cabina colocando un penique digitando un número en específico este hizo que desapareciera ni bien dejará colgando el auricular para trasladarme a un sitio en especial. 

Algo me me hizo dudar Aunque sentí mi cuerpo hacerse cada vez más liviano y de la nada desvanecerme tras los vidrios opacos medios pavonados de la cabina telefónica. 

 

[Alyssa Black Triviani]

Roma – Ministerio de Magia Italiano

Sobre su escritorio descansaba la más reciente copia de El Profeta, y bajo el mismo se podían divisar otros periódicos mágicos apilados sin cuidado cubriendo casi toda la superficie del mobiliario. En todos ellos la noticia se repetía, reverberando por toda Europa el deplorable estado del gobierno inglés. ¡MINISTERIO EN CRISIS! ¡GABINETE HA RENUNCIADO! ¡MORTÍFAGOS DESEQUILIBRAN LA POLÍTICA MINIESTERIAL Y TOMAN UN REHÉN EN PLENO ATRIO! – Los títulos sensacionalistas sin duda cumplían con su objetivo, atraían la atención de uno como moscas a la luz.

Otra noche pasada en vela en la solitud de su oficina, pensando, analizando. Caminaba de un extremo a otro, sus manos a la espalda y la mirada perdida en la profundidad de sus pensamientos. De pronto, sin ninguna causa aparente, se detuvo en seco y alzó la cabeza con una determinada expresión en el rostro. Finalmente había llegado a una decisión, aunque no sin cierta aprensión, y es que su gabinete no estaría para nada feliz con esto.

- Pero llevare a Illidan conmigo – pensó la Triviani, segura de que la presencia del Jefe de Seguridad apaciguaría cualquier objeción a su plan. La Ministra alzó su varita y de ella emanaron cinco de sus patronus, asumiendo la forma de una loba, los cuales salieron disparados en distintas direcciones, el mensaje el mismo para todos:

-He tomado una decisión, mañana partiré para Londres acompañada por nuestro Jefe de Seguridad. La situación es mucho peor de lo que pensábamos, mientras que aquí disfrutamos de una tenue paz en Inglaterra parecen estar al borde de otra guerra. No podemos permitir que la desestabilidad de nuestros vecinos rompa con lo que nos ha costado tanto conseguir, tenemos que intervenir. – Fin del comunicado.     

Una vez segura del camino que tomaría por fin podía relajarse, o al menos intentarlo. Mañana seria un largo y arduo día de tediosas negociaciones y tensos reencuentros, mejor seria irse a casa y tratar de dormir un par de horas. 

 

@ Illidan Burke