¿Comienzo o Final?

[Ministerio de Magia]

1 de Septiembre de 2030

Llovía. El verano llegaba a su fin y aunque aún quedaban varias semanas de calor, parecía que este había dado un pequeño respiro para que el mundo mágico llorara su pérdida: el último de los llamados "ministros de la guerra"  había muerto. Theodore Ogden había sido lo que algunos habían catalogado "algo blando", pero había sido capaz de mantener una quebradiza aunque resistente paz durante los casi dos años en los que se había mantenido a la cabeza del ministerio de magia inglés. Había sido el principal promotor de la reconstrucción de prácticamente todas las instituciones tocadas por la guerra y, sobre todo, de asentar la idea más importante desde que esta acabara: Ya estamos a salvo. 

¿Pero era esa idea algo real? ¿Era cierto que podían estar tranquilos?

Tras la despedida a Theodore, la tarde anterior, el ministerio de magia se había engalanado de luto. Al día siguiente, a pesar de ser sábado y de que muchas familias habían tenido que ir a dejar a sus hijos en la estación de King's Cross, el Atrio permanecía abierto. Poco a poco las llamaradas verdes y brillantes de las chimeneas iban dándole la bienvenida a trabajadores que habían sido convocados y, sobre todo, a los ojos curiosos de quienes querían conocer de primera mano lo que estaba apunto de suceder allí. 

La muerte del ministro había traído consigo la renuncia de toda su oficina, lo que significaba que el Reino Unido no solo había quedado huérfano en cierta manera, si no que tampoco había nadie que supliera el puesto que acababa de quedar vacante y eso... era muy peligroso para los tiempos que corrían. 

¿Quién sería ministro hasta que unas nuevas elecciones se llevaran a cabo?

~*~

Off: Inicio del primer rol global. Todo personaje es libre de llegar, sea trabajador o no, y de ir situándose en este escenario que iremos describiendo entre todos, por lo que hemos querido ser escuetos. El equipo de Harrylatino desea que en esta nueva etapa nos divirtamos y, sobre todo, que escribamos juntos otros veinte años de historia mágica. 

¡Gracias a todos!

 

 

[Sophie Elizabeth Granger]

 

Poder caminar libremente por las calles de Londres sin tener que disimular su palidez era algo a lo que apenas empezaba a acostumbrarse. Aun temía que algún loco corriera tras ella con una estaca, no es que fuese a lograr siquiera acercarse pero siempre había sido un tema que le causaba algo de incomodidad. Ahora solo recibía miradas curiosas de vez en cuando, pues para algunos muggles aun era un poco extraño, y los locos de las estacas eran cada día mas escasos. Aun así, su entrenamiento como Auror la hacia estar siempre alerta, tal como Ojo Loco había enseñado hacia muchos años. Su rápido andar la llevo a la entrada del Ministerio en muy poco tiempo y cuando finalmente entro al Atrio no pudo evitar un gesto leve de felicidad. Por fin había vuelto a aquel lugar que tanto le gustaba, lamentablemente el llamado a presentarse en el Ministerio no era para nada bueno, Odgen estaba muerto y con esto, el gobierno mágico estaba sin líder para dirigirlos. Si bien el mago no había sido el mejor Ministro de la historia, había hecho lo que podía con lo que tenia y ahora que no estaba, se auguraban tiempos de crisis, de nuevo.

 

La rubia camino rumbo hacia los elevadores, en busca de llegar a su oficina. No sabia lo que iba a encontrar ahí, después de todo lo que estuvo pasando en la última guerra y los últimos acontecimientos le llevaban a preguntarse si aun tenía compañeros o jefe. Las puertas se abrieron y la auror busco su lugar y dejo sus cosas. Se acomodo su uniforme y miro la soledad de aquella oficina. Si aquello se sentía catastrófico no quería ni pensar como estaba la oficina del ministro.

 

-          Solo espero haber convencido a Elizabeth de regresar a la oficina, me vendría de maravilla la compañía. – dijo mientras acomodaba su varita en su escondite en la manga de su traje y regresaba al atrio.

Si los habían convocado era por que seguro estaban preparando algún tipo de anuncio o edicto y acorde a eso, ella vería como actuar al respecto. Las puertas del ascensor se abrieron de nuevo en el Atrio, y la Granger se posiciono a un lado de la fuente, sentada de manera discreta como si no tuviese interés en nada en particular. Ahora solo tocaba esperar

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Me mire en el espejo por un momento. Si, esto era ya una batalla perdida. Y no, no me refería ya a las canas que ya habían cambiado el color de mi cabello. Eran estas entradas que anunciaban una calvicie prematura. Sin duda el alma...naque, me había alcanzado pese a tratar de escapar lo más rápido posible de él. Lentamente negué con la cabeza y me terminé de acomodar la capa gris que llevaba sobre mis ropas. Me gire y me despedí con un suave beso de una bella doncella que dormitaba aun y tomando un poco de polvos flu lo lance a la chimenea.

-Atrio del Ministerio de Magia- exclame y las llamaradas de la chimenea se tornaron de color esmeralda. 

Sin más me adentre en ellas y llegue al Atrio del Ministerio. ¿¿Que hacía ahí?? Pues ver que deparaba este ¨nuevo comienzo¨. Además claro esta quería visitar a @ Matt Blackner  que creo aún era el jefe accidentoso. Y claro, recordar los buenos momentos de antaño. Sin duda la vejez hacia replantearse muchas cosas, la principal, aquellos lugares donde uno verdaderamente fue feliz. Y no es que como ladrón la felicidad me falte, pero yo no era solo un ladrón y seductor, era más. Y eso lo descubrí en ese trabajo. Tenía sin duda perfil accidentoso.

Claro, ahora mismo no sabía que esperar, el gabinete del finado Ministro se había esfumado y parecía que el Ministerio se mantenía a duras penas. Lo que me daba la oportunidad de quien sabe volver al redil y limpiar mi imagen. Claro siempre estaba la posibilidad de que conquistara el Ministerio, pero ahora...sin funcionar...pues no tenía mérito. Donde estaba el reto. De hecho, ahora mismo no había una figura definida a derrocar. Ahhh que aburrida se hacia la vida mágica en estos tiempos. 

Mire por un momento el reloj. Era bien temprano y algunos magos y brujas comenzaban a asomar la cabeza y a salir de las chimeneas. Matt era bastante puntual, así que por ahora me quedaría por aquí, capaz y encontrara una cara familiar a quien importunar con mi compañía. Mientras no hicieran chistes de calvos todo iría bien.

[Angra]

Un nuevo comienzo...

La emoción es la que predomina en el ánimo del castaño. No sabe si han ocurrido cambios, para él es un continuo descubrimiento de todo, aunque ya se controla más para evitar hacer aspavientos o gestos de sorpresa (Lo que segundo a segundo sucede, el presente le brinda un asombro de cuánto va viendo) Mucho que ir conociendo. Como lo aseguro Azrael, descubrir que puede leer, es la fortuna de poder acceder a mucha información... un tanto abrumante, porque desconoce muchísimo y no posee el significado de muchas de las palabras que lee, pero si cree que tarde o temprano, entre más lea, irá comprendiendo.

Ahora se la pasa "devorando" cuanto periódico o revista le trae el pelinegro, Azrael no puede platicar como antes, tiene mucho que ir realizando, al igual que la castaña (Parece que los dos conocidos de Angra, tienen muchas responsabilidades y que están son mucho más importantes que lo que pueda desear él)

Muchas personas piensan que cada individuo conserva una forma de ser inalterable, pero la verdad, es que la gente cambia.

Eso es lo que escucha repetir a Azrael "No puedo aceptarlo, tu mi amigo, has cambiado mucho" Angra no responde, después de todo, ya no se molesta en discutir, solo mira fieramente al pelinegro, si le llama "Anthony". Por alguna razón, Angra le enoja muchísimo ser nombrado así, hasta le nacen las ganas de matar al mago.

Hay mucho que el castaño quiere ver por cuenta propia, pero no tiene los medios para hacerlo. Como es el caso de ir al Ministerio Mágico.

La negativa siempre es lo habitual, ni Azrael o Shena, consideran que sea el momento adecuado, así que se niegan a apoyar su curiosidad. Angra no suele rendirse, quiere salir a otros lados, por unos días exploro el local de Shena, subir a las montañas y a el arroyo de las aguas termales, fue bueno, conocer tantas criaturas también, pero tiene aspiraciones mucho más deseadas.

La castaña lo tacha de "fiera enjaulada" hasta le llama "loco terco" y tal vez no le perdona que lo sea, pero Angra no suele olvidarse de saciar sus deseos. Le tomo mucho encontrar la forma de acudir al lugar. Tuvo que buscar información sobre como viajar del local hasta el Ministerio, nombres, rutas, formas de viajar... fue altamente difícil para él, hubo mucho que consultar y luego pensar. Sin nada a su haber, sí que es un gran problema, pero él tiene la convicción de "Que querer es poder" no puede fallar.

Contaba con la ausencia de ambos conocidos, la ingenuidad de los elfos y tener a su alcance las pertenencias de sus "benefactores".

Claro que no fue fácil, pero sus ansias de lograr lo que se propone, le ayuda. Fue mucho ensayo, muchos errores, pero su terquedad por dominar el manejo de aquella cosa de dos ruedas fue un alegre triunfo para él.

Posiblemente causo mucha extrañeza al preguntar tanto sobre cómo llegar, anduvo bastante, varias veces estuvo a punto de chocar contra cosas y construcciones, pero fue tomando un buen control sobre aquel vehículo.

¿Cómo logro llegar hasta aquel sitio? no podría decirlo claramente, pero miraba el lugar entre maravillado he incrédulo. Orientarse hasta ahí, fue de una dificultad enorme y ahora se preguntaba ¿Cómo lograr acceso al lugar? ni idea tiene, pero tal vez corriera con suerte...así que aguardo a que se presentará una oportunidad...

[toji]

Fushiguro, Toji

Emperador de Japón. 

 

El último mes había puesto a Fushiguro más malhumorado que de costumbre. Apenas llevaba en el cargo menos de un año y los recientes acontecimientos en la comunidad mágica internacional habían trastocado la transición pacífica que había planeado para el pueblo nipón. Como jefe de estado y máximo representante de la comunidad mágica nipona, Toji aún lidiaba con los resquicios de lo que fue el clan Zenin. La persecución a la que se vio sometido por la traición de miembros de su clan, no dejó más que un rastro de cadáveres, sin embargo, no todos habían perecido... aún quedaban algunos fieles de las viejas costumbres. Mientras que la comunidad muggle pedía responsabilidades por los crímenes que su clan había cometido contra familias de muggles y no magos. 

A pesar de los inconvenientes, el Emperador de japón no descuidada sus asuntos políticos, ni sus responsabilidades con la comunidad mágica internacional. Es por eso que pasa la semana entre Londres y Tokio.  

— Buenos días señores— Su mirada pasó por cada uno de sus homólogos internacionales mientras accedía al ministerio por la entrada de empleados. Su destino eran los despachos de los embajadores extranjeros, que utilizaba mientras ejercía como representante de la comunidad mágica japonesa. Apenas en el atrio, el nipón se percató que los empleados ministeriales se reunían junto a fuente. Al parecer iba a ocurrir algún tipo de anuncio o algo similar.  

Fushiguro esperó para tomar el ascensor, sentía curiosidad por lo que estaban a punto de anunciar. —¿Quizás haya nuevas elecciones? quien sabe...— deslizó su mano izquierda por dentro del bolsillo derecho de su haori y sacó un trozo de pergamino enrollado y lo sujetó con firmeza. La necesidad de poner en marcha sus planes se batía en duelo con la urgencia de poner al día sus asuntos personales con la familia que lo crió, los Malfoy. Ya hacía un par de meses había perdido todo rastro de su amigo y empezaba a preocuparse. —Ten cuidado donde quieras que estés... 

[Luna Gryffindor Delacour]

Luna Gryffindor Delacour- Jefa del departamento Auror de Gran Bretaña/Pocionista.

 

Después de la muerte de Theodore, todo se había ido a pique, la paz que habíamos construido se había vuelto efímera de nuevo y suspiré frente a mi escritorio de la oficina de Aurores, pensando que hacer con todo el lío que teníamos en puerta.

 

Nos habían llamado al Atrio para una suerte de reunión improvisada, ¿o era para presentar al nuevo ministro? La realidad era que la auror no tenía muchas ganas de ir, pero como el deber obligaba, no le quedaba de otra que la de encaminarme hacia el lugar en cuestión.

 

Antes de irme, deje una carta arriba de mi escritorio blanco mate, dirigida a Sophie para que supiera que me iba al Atrio, a ver que pasaba y no se asustara si no me veía por ahí.

 

Mis botas violetas con tacones, resonaron en la vacía oficina mientras me encaminada hacia la chimenea para irme hacia el Atrio con premura.

 

Una llamarada verde dio paso a una Vampiresa alta, de cabellos rojos enrulados sujetados en un rodete del fénix dorado, unos impresionantes ojos azules claros, su rostro en forma de corazón y una sonrisa blanca y brillante en sus pálidas facciones y para completar llevaba su varita mágica bien sujeta en su mano derecha, como si estuviera esperando una batalla en breve.

 

Nadie pasaba tanto tiempo siendo auror y no terminaba mirando a todos lados o paranoico pensando en que algo malo podría pasar y si bien, siempre había sabido controlarse bastante bien y que no se le notará tanto, hacia demasiado tiempo que no salia de la casa de su amiga Ada y por eso estaba en alerta permanente en esos momentos.

 

Me mezcle con la gente y sonreí cuando vi a Sophie cerca de donde estaba y parpadee asombrada cuando vi a Sean también por ahí, hacia tanto que no veía a nadie que me hacía ilusión verlos en esa especie de reunión, en donde esperábamos haber que nos iban a decir.

 

- Lamento llegar tarde, encantada de volverlos a ver - Dije con mi cantarína voz a Sophie y a Sean, siendo consciente de que quizás no debería de estar hablando en esa ocasión-

 

Mientras esperaba la respuesta de alguno de los dos o de ambos, les sonreí feliz pensando en que al fin hablaría con alguien y si es que podría saber que pasaría en esa reunión, mientras me acordaba de mantener mi varita bien sujeta en mi mano por si algo malo sucedía.

 

@ Sophie Elizabeth Granger   @ Sean -Ojo Loco- Linmer

[Leslie Ann Linmer PB]

El chasquido en lo profundo del callejón hizo que varias ratas como gatos salieran corriendo de sus escondites para buscar un nuevo lugar donde asentarse; cuando de la oscuridad del callejón se asomo una cabellera rubia buscando si había sido vista por algún muggle, después de tanto tiempo de estar en el extranjero Leslie había vuelto a Inglaterra solo para estar recluida en un hotel del que era dueña. 

Con un gran suspiro salió a la calle principal para dirigirse a la cabina de teléfono que era la entrada que por lo general era para visitantes pero Leslie recordaba vagamente el interior del ministerio ya que desde su décimo cumpleaños se había marchado dejando todo atrás, familia, trabajo y deberes, asi que decidio que aprovecharía todo el cambio para volver a comenzar de nuevo. Caminando despacio bajo la lluvia sin llamar la atención de nadie ingresó a la cabina y se dispuso a marcar los números 62442 y dar su información como trabajadora del departamento de Criaturas, mientras el ascensor de la cabina bajaba Linmer recordó que esa mañana temprano les mandó cartas a sus compañeros de trabajo.

No los conocía pero a Linmer aquellos nombres @ Malum Luxure  y @ Saori Rambaldi Ragnarok  le resultaban extrañamente familiares, desde que había vuelto a Londres muchas cosas habían pasado a su alrededor que le resultaba extrañamente familiar pero siempre que se ponía a pensar terminaba con un gran dolor de cabeza, solo esperaba que aquellas personas llevaran en Londres más tiempo que ella para poder explicarle lo que ocurriría ahora. Leslie aún tenía en sus delgados dedos el periódico con una carta en donde anunciaban el deceso del ministro Theodore Ogden y su aceptación para un empleo en el Ministerio. 

Mientras esperaba a llegar a la reunión con sus compañeros acomodo su saco negro para cubrir su falda verde larga con una camiseta negra, acomodo su cabello rubio lacio largo detrás de sus rejas para que no se le fuera para adelante y mientras seguía esperando a tocar el suelo del ministerio sus nervios fueron juntándose en el estómago y preguntando si aquel dia pasaria algo importante.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Mientras esperaba note que en el Atrio no era que hubiesen cambiado muchas cosas. Seguía la fuente, con sus figuras características, el movimiento constante, más chimeneas chisporreteando cuando llegaba un nuevo invitado. Lo cierto es que me estaba perdiendo de algo. Yo estaba ahí para ver a @ Matt Blackner  o a @ Sagitas E. Potter Blue , que con estos hechos de seguro harían más vida social, pero los demás que estaban presentes al parecer esperaban algo. Por suerte una voz conocida me sacaría de dudas. Esa entonación solo la recordaba en la muy inocente @ Luna Gryffindor Delacour .

 -No te preocupes. Tarde no has llegado. Adelante Luna- le cedí un espacio a mi lado, junto a otra chica @ soa @ Sophie Elizabeth Granger - Alguna idea de que  estamos esperando.

Era algo vergonzoso admitir que estaba desinformado. A fin de cuentas en el bajo mundo el chisme siempre era prioridad. Pero bueno capaz y que algo relacionado con el Ministerio no tenía tanta importancia para ese sector. O me estaba volviendo....viene...

Y no. Alejar esos pensamientos. Me lleve la mano a los bolsillos y miré por casualidad a la entrada y la vi. La prueba viviente de mi vejez. Mmmm qué hacía Memi aquí?. @ Leslie Ashryver PB Ya era una señora? Qué rápido pasa el tiempo. Y pensar que la había tenido en mi vientre. Ahh esto era culpa de la pelivioleta desde el principio y después cuando no me la dejo ver.

[Saori Rambaldi Ragnarok]

Entre las torres espesas de la Ragnarok se encontraba, saori la metida entre sus libros y extensa biblioteca donde lo principal de aquella librería era la filosofía y el conocimiento de magia prohibida así como la de los animales mágicos, la asiática ni  por enterada de lo que pasaba fuera de su burbuja  la única excepción para salir con urgencia es el trabajo y su mujer, en esta ocasión era el trabajo,  ya que uno de los elfos de su tío llega a la entrada de su  biblioteca con un ademan solo le pasas el sobre y se despide sin mas, sin darle importancia saori solo la ojeo mientras acomoda uno de sus libros, Al ver el sello entendió que esta era una  prioridad. Saori sin mas solo toma  lo esencial ( sus galletas y dulces) sale  con un  ropa muy cómoda y casual algo que no tan común en ella ya que ostentaba vestuarios formales . 

 

Sin mas usa la red para poder llegar algo mas rápido.. 

 

Al  ver  habían mas personas de lo que esperaba lo cual no le extraño de ninguna manera,  siguiendo el camino hacia  a su  departamento, ver la puerta  saori cayo en cuenta de que no había visto la carta solo vio el sello y salió sin mas, or lo que primero, mira al parecer es una invitación normal como las que normal mente se ven al día a día, al parecer había alguien nuevo entre ellos .Al abrir la puerta  ve a una mujer rubia no muy alta sentada con una ligera vibra de fría pero familiar, saori la vía de arriba abajo. 

 

--Hola eres nueva ?   

 

fue lo único que menciono para poder  confirmar información y ver quien era, aun así  saori no le quitaba la mirada de encima.

 

@ Leslie Ashryver PB   @ Malum Luxure

[Eliah Selwyn R.]

Siempre volvía al que fue su antiguo hogar cuando reinaba el caos, puesto que la daimon era de escapar cuando no veía muchas raíces en algún lugar y aunque intentó meses atrás volver a reescribir la historia de la familia, se dio por vencida pronto y después de todo lo acontecido prefirió resguardarse en las sombras para saber como se reconducía la situación y a donde iba a llevar toda aquella locura.

Además viendo que el resto de razas como los vampiros y los licántropos sufrían a manos de muggles para defenderse de los magos en aquellos años decidió que era mejor desaparecer por un tiempo hasta que otra bomba pareció explotar ahora en Londres. Ella era una de las ultimas Selwyn que existían y de momento debería de guardar el apellido hasta volver a forjar la familia de su querida y difunta madre.

"Deberias volver a Londres" resonaba en su cabeza pero ella no estaba muy segura de aquella decisión. La Daimon de ojos azules y amarillos caminaba intentando no dejarse ver demasiado pero tampoco quería tener mucho contacto con nadie hasta saber si era seguro volver allí después de lo acontecido. Y aunque las mareas parecía que estaban calmadas, mas o menos, la muerte y la incertidumbre que había en el ministerio  no ayudaba mucho a que la situación se tranquilizará aunque era positivo saber que las otras razas ya no tenían que esconderse.

La castaña llegó hasta el atrio observando desde la distancia como la gente interactuaba "alegremente" mientras ella se apoyaba en una de las paredes del atrio y se cruzaba los brazos por fuera de su túnica de un morado  tan oscuro que casi parecía de color negro. Al único que reconoció de vista fue a @ Sean -Ojo Loco- Linmer pero no sabía si era buena idea interactuar en aquel momento.