Terrenos e Invernaderos

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Legilimancia con @ Rosália Pereira

1er post

Para culminar mi buena labor como Ministerial y jefe de la Oficina de Desmemorizadores ya había pasado la petición de cursar Legilimancia. Era un recurso valioso ya que al extraer una memoria podría ser las selectivo. Además, estaba el asunto de mi proyecto personal, si no sabía cómo funcionaba esa habilidad como podría encantar el casco en cuestión. Si...un abanico de posibilidades comenzaba a abrirse ante mí, de adquirir esa habilidad. Porque como dice un viejo adagio, la información es poder. Y esta era una vía más expedita para lograrlo. 

He de decir que recibir la invitación a un curso personalizado para superarme en esa esfera me alegro. Volví a recordar ese sentimiento cuando había cursado Oclumancia y comencé a sentir ese escozor clásico en la mano de cuando me encontraba extremadamente feliz. Digamos que generalmente solo se calmaba en una cama con buena compañía o robando alguna que otra cosa. Pero esta vez sería diferente. O al menos lo quería pensar. En fin, que me acomodé la gabardina para que no tuviera problemas con el creciente frio del otoño londinense y salí al encuentro de mi destino.

Llegar de nuevo a Hogwarts utilizando una chimenea que conectaba con Hogsmeade fue muy grato para mí, tenía buenos recuerdos de mis días en la escuela. Muy adecuado ya que continuábamos aprendiendo. Así recorrí los terrenos del colegio, viendo chicos imberbes por aquí y por allá, hasta que alcancé el invernadero, donde ya nos esperaba un mensaje flotante en la entrada. Pues bien, no era de detenerme llegado a este punto. Así que entre para encontrarme con mi mentora.

-Buenos días...-dije mientras recordaba que nombre decía el mensaje que me había llegado -estimada arcana Rosalia. 

 

 

 

[Beltis]

(1) Legilimancia con @ Rosália Pereira

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El invernadero de Rosalía no era simplemente un refugio de plantas, era un ser vivo en sí mismo. Beltis lo sintió apenas cruzó el umbral: la humedad envolvente, el aire denso y cargado de aromas penetrantes, y el leve susurro de las hojas al agitarse. Caminaba entre los senderos como si cada planta la estuviera evaluando, esperando que ella misma echara raíces allí. Las sombras de su antigua vida, y el disfraz que solía adoptar como Alana, no tenían cabida en ese lugar. Hoy no había lugar para engaños.

Beltis avanzaba con paso decidido, su cuerpo delgado y etéreo, casi fantasmal, se movía con una fluidez natural. Su cabello blanco, caído en ondas suaves, contrastaba con las hojas oscuras y espesas que la rodeaban. En su rostro, los ojos de un azul lavado, profundos como las sombras de su pasado, revelaban una inteligencia que pocas veces se permitía mostrar sin reservas. Hoy, sin embargo, la reserva no era una opción.

— En menudo jardín te has metido esta vez. — dijo en voz alta, más para sí misma que ser escuchada, mientras ajustaba su capa.
Apretó el paso mientras el calor y la humedad se adherían a su piel, y su mente, siempre ocupada, intentaba mantener un equilibrio entre su humor mordaz y la realidad de la situación. Era irónico, incluso ridículo, estar aquí después de todo lo que había pasado. Entrenar en legilimancia, abrir su mente cuando la mitad de ella ya estaba sellada en cristales.

El invernadero se abría a su alrededor, como un vasto cerebro vegetal, y sabía que Rosalía estaba en alguna parte, probablemente observándola ya, probablemente sonriendo con esa expresión que decía más de lo que las palabras podían. La legilimancia no era algo con lo que se jugara, y Beltis lo sabía. Sabía que cada paso que daba hacia esta disciplina implicaba riesgos que no podía controlar completamente. Pero eso era precisamente lo que la había traído aquí: el control. O la falta de él.
Entonces, lo vio.

Al otro lado del invernadero, un hombre estaba ya de pie, conversando en voz baja con Rosalía. Era alto, llevaba una gabardina bien ajustada y se movía con la soltura de alguien que estaba cómodo en cualquier situación. Beltis lo observó por un segundo, calculando cada detalle: su porte relajado, la confianza en su postura y en la sonrisa que le dirigía a la arcana. Un desconocido para ella, y eso, en sí mismo, ya era lo bastante perturbador.

Un segundo alumno, pensó con frialdad. La idea de no ser la única bajo la mirada de Rosalía alteraba el delicado equilibrio mental que había preparado para esta lección. No lo mostró en su rostro, claro, porque mostrar incomodidad nunca había sido su estilo, pero dentro de su mente, ya calculaba el impacto de esta nueva variable.
Caminó hacia ambos con el mismo ritmo controlado de antes, aunque su mente procesaba rápido. No se había preparado para una audiencia, y menos para compartir este tipo de entrenamiento. Rosalía, por supuesto, no había mencionado que no estaría sola. Por supuesto que no lo hizo.

Cuando llegó junto a ellos, la conversación cesó. Beltis inclinó la cabeza hacia Rosalía en un saludo respetuoso, pero no pudo evitar que una pequeña sonrisa sardónica curvara sus labios al volverse hacia el desconocido.
— No esperaba... compañía, — dijo con suavidad, sus palabras bañadas en la más cuidadosa cortesía. — Beltis, — se presentó con la misma naturalidad, pero sus ojos claros lo evaluaron de pies a cabeza. — Supongo que la legilimancia no es un campo que se cultive en soledad, ¿verdad?

Rosalía mantenía su habitual mirada indescifrable.

— Pues bien, — continuó Beltis, girando apenas hacia Rosalía. — Dos mentes por el precio de una. Esto se pondrá interesante.
 

[Leah Slytherin]

Animagia, con @ Alyssa Black Triviani

—Y puede alimentar a más —añadió, refiriéndose al ciervo.

Lo que quería que Alyssa viese en ese momento era que, si bien sus pensamientos estaban bien hilados con respecto a la presa que había elegido, había cosas más sencillas en las qué fijarse. Por ejemplo, la mención que había hecho de las presas pequeñas tampoco había sido al azar. Durante su conversación a lo largo del día, le había nombrado a varias especies, con la única intención de ver cuál era su reacción. Con ninguna había mostrado particular emoción y ahora había cazado a un animal grande y difícil de llevar solo para poder compartirlo. No eran actitudes de un animal pequeño y solitario, sino uno grande y con ciertas responsabilidades. 

¿Qué sería al final? ¿Un puma, quizás? 

Se quedó un rato en silencio, dejando las preguntas de Alyssa en el aire, como si no las hubiese escuchado. Pero solo estaba divagando, permitiendo que el olor de la cena la trasladara a otro sitio, a los recuerdos de cuando se había transformado por primera vez. Encontró que era difuso, un poco borroso, como si se hubiera perdido ligeramente tras su muerte. Sin embargo, fue capaz de entretejerlos hasta que tuvo clara la respuesta. Cuando habló, pensó que su amiga incluso podría haber pensado que estaba dormida.

—Fue extraña —admitió—. Tenía la sensación de que iba a controlarlo más, pero fue más bien instintivo. El lince estaba en el fondo de mi cabeza, no sé si por elección propia o por el entorno, la situación... pero simplemente fue. Me habría decepcionado ser un roedor, eso también te lo digo.

Soltó una risita y se sentó, ladeando la cabeza mientras intentaba buscar las palabras para describir la sensación del proceso, como Alyssa lo había llamado.

—El proceso es complejo —explicó—. Todo esto que estamos haciendo, más allá de ser decorativo, es una preparación física y mental. El ensayo y error es lo peor. Tienes que obligar a tu cuerpo a transfigurar, pero no de la forma en que estamos acostumbrados con magia. Es lo opuesto a consumir una poción multijugos. No pretendes ser algo más, es algo que eres y que debes extraer de ti, algo que se oculta a plena vista y que sabes cómo hacer que salga pero... simplemente no le da la gana. Ahora mismo, si haces el esfuerzo, estoy segura de que lo sabes ya. Pero no serás capaz de descubrirlo, aún no. Es como tener algo en la punta de la lengua, sumamente frustrante, si te soy sincera. Pero eso hace que el final sea más dulce... ¿Qué tal va eso? —preguntó, viendo la comida. 

De repente sintió la necesidad de comer, olía francamente bien.

[Thoth]

HABILIDAD: OCLUMANCIA 

Con perdida de memoria

Lisandro Luxure (falsa identidad) con @ Hecate Engosvezhof

 

-Quizás sea la forma que pueda revelar lo que se esconde en mí…- Comenzó a responder con ciertas dudas en su mente, aquel camino no le sería fácil. -y si estoy acompañado de cierta forma me siento un poco más seguro, pero…- Bajo su mirada, la cual se encontraba aún con lágrimas que salían de ella. -no sé qué puertas abriré. -  

 

Esto lo decía por si de alguna forma liberaba algo que no se debía hacer, quizás era mejor mantener ciertas ataduras sin desatar, pero si era necesario el mismo llevaría a cabo cualquier posibilidad para poder defenderse de aquellos que deseaban descubrir esos secretos. En donde ese método quizás era inusual, pero aún así era mejor navegar por ese mar de pensamientos caóticos que pudiera tener.

 

- ¿Entonces la poción esta lista? -

 

Cuestiono ya que dudaba de todo lo que estaba ocurriendo fuera real, quizás era un sueño. En ese sentido observo a la bruja, mientras su respiración se encontraba agitada. Este estudiante era un manojo de nervios, quizás la edad o la poca experiencia, pero algo estaba seguro que su mente se comenzaba a cuestionar si se encontraba realizando lo mejor para si mismo.

 

-Si es así, yo…-

 

Suspira y cierra los parpados, en eso cierra su puño para ganar algo de valor, la brisa que pudiera estar pasando pudiera darle ese aire de calma, pero no, este se encontraba nervioso, no al punto de temblar, pero era curioso verlo de esa forma, donde buscaba ser valiente y no lograba, por lo que luego abre los parpados.

 

-Quiero probar en adentrarme en lo que hay en mí. -

 

Afirmo con una voz quebrantada, algo asustada y sobre todo con cierta determinación, este no era consciente si ella le daría ese brebaje de que habían hablado, en caso de hacerlo se la tomaría de un solo golpe, en caso contrario esperaría para su siguiente instrucción. Este Luxure no le dio tiempo de pensar mucho en los efectos al ingerirla, ya que si lo pensaba mucho era posible que no la tomara, pero  deseaba descubrir ese mundo escondido en él.