Bosque Prohibido

[Malum Luxure]

Animagia.

El bosque prohibido sin duda era el lugar preferido de todos los buenos magos y brujas para potenciar la magia en una buena lección, sin duda la dama a mi lado era una persona impresionante, había leído de ella por los distintos medios, sin duda que personalmente su aura era más cautivadora a pesar que parecía demasiado seria.

-Un gusto conocerle señorita Di Medici.- Realice un gesto similar al suyo con mucha amabilidad. -mi nombre es Malum Luxure Black de Blackthorn y como ve seré su compañera de clase.- Luego de la presentación mi vista volvió a frente.

Note que el bello lince era tan majestuoso como lo es la misma Ada, sin duda ella manejaba esa magia a la perfección y en mi corazón se afirmaba con más fuerza lo correcto de mi elección de docente, no importaba el parentesco entre nosotras pues sabíamos como dividir los temas según la necesidad.

Me dispuse a escuchar prestando muchas atención a lo que nos impartía, la magia se maneja mucho por sentimientos, el dejarla fluir dentro de uno mismo para que cumpla con lo que deseamos sin duda era muy complejo pero no imposible, el lograrlo dependía más de nosotros mismos que de otra cosa, mi experiencia anterior me había dejado un sabor amargo, no porque fuera malo si no por el hecho de poder concluirlo con éxito, pero había priorizado mi embarazo a cualquier cosa y aquí estaba una vez más intentado esto con la intención de no darme por vencida.

Cuando mi Petite Fleur hablo como despertó su fuerza a través de una decepción me dio un pinchazo en el corazón por ella, ya averiguarla luego sobre el tema, me tendría que concentrar para que mi atención no se disperse.

Mis sentimientos muchas veces eran un torbellino, pero ahora si necesitaba analizarlos en ver a mi animal, sabía lo que quería ser pues ya lo había visto antes, cerrando los ojos con total calma deje correr ja magia como la misma sangre por mis venas, aquella sensación no dejaba de ser abrumadora tanto como ja primera vez que me sucedió, necesitaba conectar con la serpiente en mi, debía olvidar que tenía brazos y piernas, un cuerpo humano para dar paso al del reptil, el nombre de la especie es "Yarara", una especie venenosa del sur de América, no tenia muy en claro del porque de la unión entre mi persona y ese ser.

No consideraba que fuera fácil ya que habían pasado fácil 10 años que no había vuelto a intentar esto, me hice un pequeño reproche por no haber practicado antes, pero aún así seguí con lo mio.

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@ Lucrezia Di Medici  @ Ada Camille Dumbledore

[Hecate Engosvezhof]

5º post

Me acompaña en ésta habilidad Pársel con @ Thoth

Asentí contenta al ver como el fraile iba lanzando encantamientos protectores, me resultaba chocante, se suponía que la magia y la religiosidad eran incompatibles. Negué impercetiblemente con la cabeza para dejar de divagar y ponerme con lo mío. Vi que me faltaba asfódelo, chasqueé la lengua, fastidiada... recordé enseguida que llevaba en bolsitas diferentes ingredientes con sus nombres grabados en un estuche, dentro del morral de moke, susurré un accio y enseguida llegó a mis manos. Lo abrí y vi que en el interior había buenas reservas de todo, suspiré más tranquila. 

- Señor, si no le importa, cuando acabe vamos al interior... - asentí con la cabeza a todo lo que me había dicho- no se preocupe, supongo que si pasara algo en mi cabeza, me despertaría enseguida...

Me cohibía la presencia de los frailes pero el que uno de ellos dijera que estaban para protegernos, gracias a las piedrecillas que poseía el nigromante, que nuevamente me desconcertaba por completo. Quizás no era la religión cómo yo la conocía si no la Orden que me había mencionado de San Mungo, pero me produjo más serenidad aún dentro del bosque prohibido, debiera llamarse tenebroso... Se escuchaba algún ululato de una lechuza, el correteo de una serpiente, los chasquidos de rotura de hojas y ramitas que producían los propios animales al andar o curiosear.

- Tengo la impresión de que sí tengo el don -aclaré- me vino un recuerdo fugaz de cuando era una cría, jugando con serpientes y tenía la impresión de que les hablaba pero no conseguí saber mucho más porque, de la manera en que vino, se fue, con un dolor punzante en las sienes...

Y para estar todavía mucho más seguros, suspiré:

- voy a usar una magia especial, cubrirá la tienda y así podemos estar todavía más tranquilos, que los monjes protegan la entrada -debieron entenderme porque así se pusieron y volví a suspirar - fortificum(*)- tras la invocación salió una muralla de ladrillo semiredonda protegiendo la parte trasera de la tienda de campaña, ésta no era muy grande tampoco pero ayudaría con un semicírculo, tres metros de ancho y cinco metros de altura. Toqué la protección y sí, era dura como una roca, no tendríamos mucho tiempo con ella porque la invocación era limitante en cuánto a su uso, pero esperaba que, mientras desarrollaba el pársel fuera tiempo suficiente 

Apunté nuevamente a la tienda y susurré un encantamiento para endurecerla- erectus(*)- la tela se puso rígida, como si fuese una casita de madera normal y corriente... Si caía una buena tormenta, estaríamos más seguros, el problema era la limitación, su magia se degradaba con el tiempo y después de cinco horas aproximadamente, volvía a su estado natural.

- ahora sí, podemos ir al interior - con un aireo de mi varita le indiqué al religioso pasar al interior, como así a la serpiente cornuda - para ti hay ratones en el interior, puedes darte una buena merienda - mientras le rascaba por debajo de la boca, esperaba que eso le gustase a la serpiente cornuda, ya, en el interior coloqué un par de rocas de cuarzo, con un encantamiento y polvos de mineral, éstos empezaron a brillar en cuánto le puse la varita encima y susurré un - lumus solem(*)-  enseguida mi arma lanzó un chispazo grande y una llama al mineral de cuarzo, estaban encima de un plato y el lugar se llenó de luz y calor - espero que eso le ayude, es poco calorífico pero es mejor que estar fuera - le dije y señalé dos enormes butacas, enfrente, una mesa de madera. 

Saqué el caldero y coloqué con otro aireo de varita los ingredientes que había sacado en el exterior, los fui seleccionando y con un - aguamenti(*)- rellené el caldero de agua fría, fui echando cantidades precisas de para hacer el brebaje que me indujera a un sueño sin pesadillas, que sólo me llevase a mi memoria pasada, aunque en otra ocasión había usado agua fresca en ésta, se necesitaría que fuera caliente. Saqué un encendedor del interior del morral y lo coloqué debajo del caldero, enseguida le puse llama. Poco a poco empezó a calentarse y los aromas de la poción fueron llenando la habitación. 

Me dirigí hasta un pequeño armario de la cocina y saqué una caja en dónde tenía ratones vivos, lo saqué con cuidado y se lo di a comer a la serpiente. Volví de nuevo a mi posición y fui mezclando con suavidad la bebida hasta que se volviese no en un tono índigo, si no más bien negro negro como la noche con toques violetas. Y ahora que me fijaba en esos momentos sí parecía que me adormilaba...

- ¿lo nota usted? -pregunté al fraile- parece que la poción está funcionando bien, yo siento que cabeceo a saltos - dije con una sonrisilla... fui de nuevo al mismo armario y saqué un par de tazas y un whisky de fuego- si le apetece aquí tiene, y si no, pues, tendría que salir a buscar agua al arroyo - le dije, como disculpa- lo que no sé es si fuese capaz de encontrar la tienda - comenté. Tras cinco minutos hirviendo la poción ya estaba, con cuidado, puse un poco en la taza que había sacado antes y suspiré...

- Confío en usted señor frailecillo -le dije con cariño - si ve que la cosa se pone fea... despiérteme - le dije con un guiño, puse la varita encima de la mesa, no la necesitaría al lugar en el que iba a estar. Solté el aire con suavidad nuevamente, y tomé la poción... al principio parecía que sabía a agrio pero gracias a los diferentes compuestos endulzaban la bebida 

(*) Hechizos decorativos

<<continúo en el siguiente post>>

Editado 16 Octubre por Hecate Engosvezhof

[Ada Camille Dumbledore]

Acompañamiento en habilidad de Animagia

El bosque siempre despertaba en mí todos mis en tus animales definitivamente mi animal mágico siempre dominaba parte de mí en mi interior era algo que siempre me ha gustado pues me sentía muy a placer transformada el lince, las dos chicas a las que guiaba por los caminos de la animagia estaban un poco distraídas podría ser hasta en sus propios pensamientos @ Lucrezia Di Medici en particular. Esperaba que haberme sincerado y haberles mostrado cómo lo había hecho yo pudiera ser que para ellas fuera más fácil para todos el proceso siempre es distinto la animagia era un arte mágico tan profundo tan lleno de experiencias que venía antes de tu alma y desde tu espíritu no era algo que se mostrara fácil era algo que venía directamente desde tu interior que de a poco al dejarte invadir por él te permitía usarlo a tu favor. @ Malum Luxure siempre era dispuesta a hacer sus experiencias mágicas con total voluntad era algo que me agradaba de ella sabía que ya había tocado su instinto ahora era momento en que lo dominara

- Traten de transformase, este lugar les dará un escenario magnífico para que su instinto animal se manifieste.

Parte de la animagia siempre era dejar ir por un momento tu razón y lógicamente siempre debes mantener tu razón por encima del instinto después de haberte transformado y ese Era realmente El Paso difícil primero dejarte invadir por los instintos animales que tu espíritu te hubiera guiado llegar a ser un felino de Gran tamaño salvaje había sido algo particular recuerdo haber tratado de atacar a mi maestra porque no había dominado Mi razón y después simplemente haber luchado para que mi razón volviera a dominar

- Intentenlo, tengo un juego para ustedes

Esperaba ver como trataban de transformarse

 

 

[Zack Slytherin]

Aprendizaje de Animagia #1

Acompañante: @ Pik Slytherin Macnair

El Bosque Prohibido era uno de los lugares más temidos por cualquier estudiante que hubiera pasado o aún estuviera Hogwarts. Incluso para aquellos magos y brujas adolescentes más osados o despreocupados por sus vidas. Zack podía recordar que hasta él sintió miedo en alguna de sus tantas visitas al bosque, si acaso no en todas. Siendo también la cocina donde surgían los más temibles planes que los aspirantes a mortífagos creaban, era de esperar que todo mago oscuro hubiese pasado ahí buena parte de su etapa por la escuela. Era un campo de entrenamiento hardcore. No para débiles, tampoco para tontos, pero ni siquiera la valentía y la astucia bastaban para ser capaz de sortear los desafíos que ahí surgían. 

—Y aquí vamos de nuevo— aquél murmuro completó sus pensamientos una vez que apareció en los terrenos de la escuela, ya frente al bosque prohibido. Aún era de día, aunque el naranja del cielo era un claro indicador que en pocos minutos la noche caería sobre él y su osadía de volver a ese lugar. Pero así lo había querido Pik, así le había dejado escrito en aquella nota sobre una mesada en la mansión Slytherin. "Bosque prohibido. Ven y te hago volar". Muy digno de su primo ser así de conciso. Aunque en aquella convocatoria había más picardía que una simple respuesta a la antigua petición de Zack sobre aprender a dominar la animagia. 

Ya con toda la experiencia que tenía de haberse enfrentado a escenarios mucho más temerosos, ver la muerte de cerca y hasta entregarse a ella un par de veces, volver a ese bosque no debería representar ningún esfuerzo descomunal. Solo requería tener sus sentidos más alerta de lo normal, confiar en el resto de las habilidades mágicas que ya dominaba para usarlas cuando cualquier peligro atentara contra él, y entregarse. Entregarse al aprendizaje y a los extraños métodos que Pik seguramente le propondría. Ya la elección del escenario no había sido la más convencional. Pero él obedeció, porque le gustaba el peligro. 

También en las últimas horas había pensado mucho al respecto de aquella aventura. ¿Tendría que elegir en qué animal transformarse o cierto espíritu animal lo elegiría a él como sucedía con las varitas? No estaba seguro de querer ser algún animal específico, disfrutaba su forma física y la creatividad que practicaba gracias a la metamorfomagia. Su aspecto natural era el que ya todos conocía:, un peliblanco (como su prima leah), ojos grises a juego, mandíbula marcada, nariz fina, y unos músculos que atraían toda la atención a su tez pálida como la de cualquier otro vampiro. Con esto último no jugaba tanto a transformarlo, le gustaba que la gente supiera que era un vampiro. Los bronceados los utilizaba para cuando se camuflaba en otros cuerpos completamente diferentes al original. 

—Tal vez podría ser un tigre de bengala — murmuró mientras se adentraba al bosque pisando arbustos y esquivando ramas. Pensaba en voz alta porque nadie lo iba a escuchar ahí —. O tal vez una aburrida paloma blanca. Como el símbolo de la paz — esbozó una sonrisa burlona por su propio comentario —... irónico para ser promotor del terror en el pueblo y tener tantos muertos encima — aseguró recordando que tal vez sus actividades mortífagas no coincidían tanto con aquél símbolo de paz. De cualquier forma, aquella tarde lo descubriría. O durante la noche y el siguiente amanecer, pues parecía que iba a ser una jornada larga antes de lograr su primera transformación. 

Se detuvo después de atravesar las mil y un plantas, de las cuales algunas hasta intentaron atraparlo y logró zafarse. Encontró aquél terreno circular vacío, apenas con una enorme piedra al centro que escaló y un segundo más tarde le sirvió de asiento. Desde ahí podía ver todos sus flancos, y desde ahí cualquiera que llegara podría verlo interceptando los últimos rayos de luz de aquel atardecer y con una camisa blanca de mangas cortas que resaltaría incluso en la oscuridad. Sus pantalones azul marino y zapatos con un estilo más deportivo le habían ayudado a no sufrir el trayecto hasta ahí, pero ya sus brazos y la propia camisa mostraban rasguños de las ramas que estuvo esquivando. 

Solo restaba esperar. Pik debía estar cerca. Ojalá que al llegar viniese con un plan, porque él no tenía idea cómo despertar nuevas habilidades en sí mismo. Todo lo que sabía era de hechizos, invocaciones y magia oscura que combinaba con la fuerza de su varita. Y todo eso le había costado años de práctica, una lista larga de asesinatos y un esfuerzo seguramente bastante equiparable al que tendría que hacer para sacar su animal interno.

[Pik Slytherin]

Animagia con Zack #1

 

Era extraño poder ver a Zack antes de que él se diera cuenta de su presencia. Podría comprobar, en aquel momento, que un vampiro no diferenciaba entre un animal y un animago. Desde su posición podía verlo adentrarse al bosque prohibido y se le fue fácil seguirle el paso, de salto en salto y planeado de una rama a otra. Sus sonidos formaban parte de la naturaleza incluso en aquel extraño bosque el cual solo era peligroso cuando no se escuchaba ningún sonido.

Cuando Zack llegó a donde lo había convocado soltó un graznido, alertando al otro mago de su presencia. Desde la copa más alta del árbol descendió, cayendo en picado. Sentía la brisa en cada parte de su cuerpo, en como sus plumas ayudan su aerodinámica y como poseía una comprensión de su cuerpo que ni de forma humana era capaz de tener.

Cuando estuvo a chocar contra el suelo, recobró su forma humana, dejándolo a tan solo a unos cuantos metros de Zack.

— ¿Estás listo para ver las estrellas? —preguntó, dejando que lo interpretara como él quisiera.
estaba envuelto en una capa negra, espesa, similar a su plumaje cuando era un cuervo. Empezó a caminar alrededor de su pupilo, examinándolo.

— Antes de comenzar tengo que preguntarte un par de cosas y advertirte de otras. La primera advertencia es que te va a doler, la primera transformación se siente como si alguien te quebrara cada hueso del cuerpo uno a uno, es desagradable, pero luego será una sensación placentera; la segunda advertencia es que quizás no lo consigas al primer intento si no tienes claro que animal vive dentro de ti, y aquí viene la primera pregunta.

Terminó de examinarlo, quedó frente a él. Se acercó un par de pasos, dejando solo unos cuantos centímetros de distancia entre los dos.

— ¿Qué animal vive dentro de ti, Zack? A veces uno lo sabe por instinto, a veces uno sueña con el animal, en otras ocasiones es algo que deseas. Esto se presenta de muchas formas, pero antes de poder comenzar hay que dejar esto claro o toda la práctica no tendrá sentido. Si no lo sabes aún, vamos a encontrarlo juntos.

Editado Domingo a las 13:57 por Pik Slytherin Macnair

[Zack Slytherin]

Aprendizaje de Animagia #2

Acompañante: @ Pik Slytherin Macnair

El primer graznido y una bola de plumas negras casi estrellándose contra el suelo junto a él lo sacó de sus pensamientos atrayendo su atención a lo que más tarde acabó siendo el propio Pik. La escena había sido fascinante, podía sentir como sus ojos brillaban de admiración al ver cómo era posible que un mago hiciera eso. Seguramente su primo lo estuvo siguiendo todo el camino hasta ese punto de encuentro, pero curiosamente él no lo había percibido, sus instintos parecían no detectar animagos cuando estaban en su forma animal. Tendría que evaluar eso luego con su clan, algo debía estar fallando con él. Pero no lo admitiría ahí, ni era el mejor momento para darle trascendencia. 

—Estoy listo para verlas contigo— respondió casi sin pensarlo antes de que su, ahora tutor, adoptara rápidamente el papel de tal y comenzara a verlo como si algo estuviese mal con su cuerpo. Era el mismo vampiro de siempre que ya Pik conocía, pero ahora parecía buscar algo más profundo con la mirada, tal vez evaluar si todo su cuerpo podría adaptarse a su futura forma animal. Zack se mantuvo inmóvil, escuchando y dejando que él hiciera lo suyo. 

La parte del dolor no sonaba muy atractiva, ni siquiera teniendo en cuenta que ya había sufrido tanto en los miles de duelos y asaltos que había participado. Esta vez el dolor vendría de adentro, no infligido por alguien externo a quien culpar, alguien en quién descargarse y vengar esa sensación desagradable. Suspiró. Antes tenía que llegar ahí, no dejaría que su ansiedad lo traicionara. 

—No lo sé, Pik — dijo resoplando mientras blanqueaba sus ojos — siempre fui salvaje, independiente y libre. Siempre tuve mucho coraje, determinación y...— avanzó hasta su interlocutor y deslizó una mano por su pecho —un par de plumas, ya sabes — bromeó. Claro que él sabría a lo que se refería. Seguramente no había un camino bien definido para identificar su animal interno, y esa era la parte más difícil de todas.

—Nosotros tenemos mucho en común. Recién descubrimos que somos parientes, compartimos los mismos valores y a ti, caballero, te sobran unas cuantas plumas — finalizó con doble sentido una vez más, pero ahora referenciando el hecho de que había llegado en su forma de cuervo y de un minuto a otro recobró la forma humana —. Quiero decir, todo esto debe significar algo. Tal vez mi animal interno es uno bastante parecido al tuyo, o al menos también uno que pueda volar — reflexionó saltando hasta la enorme piedra donde había estado antes, a dos metros sobre el suelo. 

—¿Crees que si pruebo lanzarme de cabeza como tú, logre algo antes de romperme la cara?— bromeó. Pik tendría que lidiar con eso, con un alumno travieso, inquieto, pero con voluntad. Ojalá que lo último le valiera para no terminar aquél encuentro con un rayo verde dando de lleno en su pecho. No se propuso colmar la paciencia de su primo, simplemente se le daba natural en algunos casos. Es solo que sencillamente no tenía idea de cómo hacer nada de aquello, ni si quiera por dónde comenzar. 

[Pik Slytherin]

Animagia con Zack #2

 

— De todas las cosas est****as que se te han ocurrido, esta es una de las más grandes que te atreves a decir en voz alta —no le iba a confesar que lanzarse de cabeza desde una un lugar alto también fue su primera idea—. Tengo un par de ideas para descubrir en qué animal te podrías convertir, pero primero debes bajar de esa piedra… sin lanzarte de cabeza —aclaró.

Pik se sentó en el suelo y le indicó a Zack que se sentara frente a él. Tenía claro que aquella clase seria complicada, no solo por el hecho de la complejidad de la animagia, gran parte del problema sería el propio Zack y no por ser quien era, si no por las constantes distracciones que causaba en él. Cada toque, cada mirada, cada vez que algún músculo se le marcaba en la camisa. Era una constante distracción. Soltó un suspiro lleno de resignación cuando el otro mago se sentó frente a él sin dejar ni un centímetro de separación entre sus rodillas. Maldito vampiro, pensó.

— Si no sabes en qué animal te puedes convertir hay dos formas de saberlo. La primera es bastante aburrida, se trata de meditar y recordar el pasado, porque lo más probable es que ya te has transformado en el animal pero no lo recuerdas. Pudo ser mientras dormías, en una situación extraña o algo que pasó hace muchos años y, como eres un vampiro, quizás… ¿ya no lo recuerdas? —sonaba descabellado, pero la mente tenía un límite—. La cosa es que meditar puede llevar horas, días o semanas, y de verdad no pienso quedarme tanto tiempo en este bosque. La otra opción es un poco más invasora y solo lo haría si me das el permiso de entrar en tu mente.

Deslizó una mano dentro de la capa y sacó su varita, con un simple movimiento hizo desparecer la capa que lo protegía dejando a la vista la una camisa negra de mangas largas y anchas, pero el corte en la parte inferior era corto, dejando al descubierto parte de su abdomen si alzaba mucho los brazos.

— La otra opción es entrar en tu mente. Es una opción, como dije, bastante invasora, pero prometo no entrar a esos rincones que no quieras —aclaró— , yo solo abriré el camino de tus recuerdos y juntos podemos desenterrar esas memorias que viven dentro de ti pero ya no recuerdas. Así que, ¿cuál opción prefieres?

Editado Domingo a las 13:57 por Pik Slytherin Macnair

[Zack Slytherin]

Aprendizaje de Animagia #3

Acompañante: @ Pik Slytherin Macnair

¿Penetrar su mente? Debía reconocer que no era así como esperaba ese primer acto con Pik. Podría jurar que venía por otro lado y hasta le resultaba mucho menos invasiva esa otra opción. Zack no era un libro abierto como muchos otros magos de por ahí, cargaba consigo secretos y experiencias traumáticas que eran la piedra angular de su carácter. Y claro que no tenía muchas ganas de revelarlas, ni siquiera a su primo. Había recuerdos tan oscuros que él mismo había bloqueado por el bienestar de su propio equilibrio. Pero al final esa era la mejor opción.

—Bueno a ver, si de ideas est****as hablamos... esperaba que la primera vez fuese diferente— Zack movió su cabeza de lado a lado como tanteando, pasando de una idea a otra —. Esta bien, vamos por la segunda— acabó por decidirse en cuestión de segundos. Ya estaba ahí sentado frente a Pik, y aunque prefería desnudarse él mismo antes que su propia mente, confiaba en el otro hombre. Solo esperaba que no rebuscara mucho en sus recuerdos negativos.

—¡Venga, entra!— autorizó guiñando un ojo mientras reposaba sus manos sobre las piernas, aún en el suelo. Su interlocutor lo amenazó con la mirada, por dirigir toda la sesión a la coquetería. El vampiro aclaró su garganta y retomó la seriedad. Aquello debería ser indicador suficiente para hacerle saber que colaboraría, detendría el jugueteo, al menos por ahora.

Estaba listo para aquel viaje. Le parecía curioso que a raíz de un recuerdo pudiera identificar y traer al presente su animal interior. Su mente rápidamente viajó hacia aquellos sueños despierto, casi visiones, en las que veía al mundo desde arriba, como si de un gigante se tratara. O un ave, no lo sabía. También recordó cuando en su aprendizaje de metamorfomagia algunas partes de su cuerpo erróneamente adquirían plumas... y ni hablar cuando durante su entrenamiento en nigromancia se vio a sí mismo muerto, desnudo y rodeado de un montón de cuervos, águilas y halcones. Esperaba que eso significara algo.

[Pik Slytherin]

Animagia con Zack #3

 

Pik hizo un movimiento rápido con la mano que tenía libre, cogió a Zack por las mejillas y pegó su frente con la suya.

— Zack, cariño —dijo, mirándolo directamente a los ojos— cuando puedas transformarte en algún animal, te voy a llevar a la mansión Slytherin y te haré cosas que en los cientos de años que llevas vivo jamás has visto. Pero mientras tantos, vas a tener que comportarte y dejar de distraerme.

Se quedó en esa posición mirándolo un par de segundos más, esperando que quedara claro lo que estaba diciendo. Se echó para atrás, no sin antes deslizar su mano por su mejilla de forma cariñosa. Alzó la varita con su otra mano y coloca la punta donde segundos antes estaba su frente.

— Quiero que intentes recordar memorias que no tengas claras, recuerdos que sabes que deberías tener, pero que por algún motivo no están. Lo que yo haré es abrir el camino, pero tú me vas a guiar a donde quieras ir. Recuerda todo lo que dije antes, lo más probable es que ya te transformarás en un animal bajo una situación extrema así que… intentemos recordar que causó aquellas situaciones —le dio un par de segundos para que procesara la información— ¡Legilimens!

Los ojos de Zack se volvieron un vacío infinito y en menos de un instante Pik estaba dentro de él, abriendo aquellas cerraduras en su mente que tenía bloqueadas.

Editado Domingo a las 13:57 por Pik Slytherin Macnair

[Zack Slytherin]

Aprendizaje de Animagia #4

Acompañante: @ Pik Slytherin Macnair

El movimiento fue tan rápido que sin darse cuenta sus ojos estaban a escasa distancia de los de Pik cuando este pegó su frente a la de él. Ese puente físico hasta podría servir para transferir todos los recuerdos que estaban buscando, ojalá que fuese así de sencillo. El vampiro asintió consciente de que debía concentrarse y seguir cuidadosamente las orientaciones de su primo.

Para cuando la varita estuvo tocando su cabeza ya su mente estaba en blanco. No por falta de concentración, sino por haber despejado cualquier pensamiento intrusivo que pudiera distraerlo a él y por consiguiente a Pik también. Escuchó atentamente y tras el hechizo sintió como una descarga eléctrica atravesaba su cuerpo, desde la cabeza hasta la punta de los pies. Se tensó inclinando su cuerpo hacia atrás a medida que sus ojos se ponían en blanco.

La última situación extrema que había vivido era experimentar con el mundo de los muertos, una actividad bastante atrevida considerando que podía no volver de allí nunca más. No era lo mismo a morir en un asalto con sus compañeros mortífagos. Aquella magia oscura penetraba en cualquiera que se atreviera a practicarla y si no se acompañaba correctamente por alguien experimentado, fácilmente uno podía quedarse en el limbo, vacío y perdido en un mundo al que nadie iría a rescatarte. 

De pronto se vio a allí, rodeado de una espesa niebla, lo suficiente como para no reconocer el escenario que le rodeaba. Pero podía verse desde arriba a sí mismo, como una película, luchando con la fuerza de la nigromancia para unir la energía correcta con el propósito que buscaba lograr: traer en vida a una pareja de hombres desnudos que yacían sobre el suelo. Lo curioso de toda la situación es que aquellos dos eran bastante parecidos al vampiro, al menos la característica más evidente era el pelo blanco de los tres. Pero por el contrario, los otros dos no eran tan musculosos como Zack y de hecho se veían físicamente frágiles.

Él tocaba el pecho de aquellas "victimas" con fuerza, uno en cada lado, uno en cada mano. Y hasta se podía ver como sus venas se tensaban por la pesada energía que su cuerpo movía al experimentar con aquél tipo de magia. Toda su intención estaba puesta en revivir aquellas... ¿águilas?

—¡mier**!— exclamó asombrado al ver que logrando revivir a los dos hombres, estos se transformaron rápidamente en dos pequeñas águilas calvas que emprendieron vuelo a su costado. Se posaron en la copa de un árbol junto a aquél Zack nigromante de la escena, y al cabo de unos segundos este las miró desde el suelo, sonriente y satisfecho de haberlo logrado. Se contorsionó en su propio lugar a tal punto que la túnica que vestía se desvaneció y poco después se transformó también en un águila uniéndose a las otras dos posadas en aquella rama. Eran idénticas, negras con las plumas de la cabeza de un blanco resplandeciente.

El Zack del presente que observaba aquella escena, aún con los ojos blancos, mostraba una expresión de asombro. Aquello solo podía significar que las dos personas que él trajo en vida guardaban un vinculo familiar con él. Solo restaba identificar quiénes eran... ¿sus hermanos? era la única explicación lógica. Pero lo que resultaba aún más extraño es habérseles unido adoptando también aquella forma animal. 

Estaba confundido. Ya no sabía si aquello había sido un sueño -difícil al ser un vampiro que nunca duerme-, una visión provocada por el hechizo de Pik o una alucinación. Lo cierto es que ahora aparecían más incógnitas en su vida y tendría que volver a su historia familiar para identificar aquellos dos personajes. No sabía que tenía o tuvo dos hermanos idénticos a él. Ni mucho menos que los tres contaban con la habilidad innata de transformarse en aquellas aves.

Sus ojos continuaban en blanco aunque tanto él como Pik ya no veían nada. La película que se mostró ante ellos acabó con la escena de las tres águilas posadas en el árbol. No estaba preparado para más sorpresas, acabaría pasando el resto de su vida intentando darle sentido a su historia. Recién había descubierto sus lazos con sus dos amigos -ahora primos- cercanos y ahora aquello. Necesitaba un descanso de tantas novedades.