Departamento de Transportes Mágicos

[Eobard A. Black Lestrange]

Contuvo un suspiro de alivio al ver que los presentes habían entendido su muy burda preocupación, más que explicación, referente a la factibilidad de un simple hechizo pudiera brindar acceso a incontables tesoros y cantidades exorbitantes de dinero de la sociedad mágica británica. Los años le habían conferido esa expertise para desenvolverse en entornos otras personas, aún con aquellas como Ky que le conocían de más tiempo. Por un momento habría creído que Nymeria descartaría todo, al no encontrar sustento suficiente para organizar la expedición.

Se alegró de haberse equivocado, y más aún, de que la Jefa del Centro de Pruebas de Aparición fuera directa sobre el plan de acción. Quedarse a discutir el asunto ahí por horas resultaría contraproducente.

⎯Está decidido, entonces ⎯ comentó, disolviendo los dibujos que había hecho con su varita. La pared quedó tan pulcra como antes de que el Black Lestrange la utilizara como lienzo ⎯. Sabemos que, desde el escape de un Ironbelly Ucraniano en el noventa y ocho, Gringotts ha reforzado muchísimo sus requisitos de ingreso a las cámaras. Sin embargo, tendremos el respaldo de una rompemaldiciones que hará el traslado de un artefacto de interés para los duendes, hacia una de estas bóvedas. La oportunidad perfecta para poner a prueba esto que hemos estado comentando.

En papel, parecía tan sencillo como entrar y salir entre las dependencias ministeriales, pero su tiempo sirviendo al Banco Mágico le había enseñado que no debían subestimar aquellos túneles interminables.

⎯Ky mejor que nadie sabe lo difícil que puede ser tratar con los duendes ⎯ repuso, dirigiendo brevemente su mirada a su antiguo colaborador, recordando tiempos en los que había que negociar con aquellas criaturas para que les permitieran laborar ⎯. Así que lo mejor sería no alertarlos del todo. Supervisaremos el traslado hacia la bóveda, y ahí estará la ventana de oportunidad. Eso sí, hay que prepararnos para cualquier eventualidad.

Nunca estaba de más, y menos, considerando que las bóvedas en Gringotts funcionaban de formas que ni siquiera su amplio entendimiento en varias ramas de la magia le permitía comprender. Cruzó los brazos detrás de la espalda, expectante. Como bien había dicho Nymeria, había que considerar las consecuencias de no actuar, y en el clima actual, lo mejor era no averiguar cuáles serían.

⎯Supongo que nos encontraremos en Gringotts. La rompemaldiciones Thawne aguarda allá nuestra llegada.

 

@ Lukyan A. Volkov  @ Nym...

[Nym...]

—Entiendo, espero que con el conocimiento de ambos logremos algo con aquellas criaturas tercas. —Fue lo único que dijo antes de despedirse de ellos. Había Sido educada para despreciar a cualquier ser inferior a un mago, y los duendes eran parte de esos seres 

La Malfoy dejo que ambos hombres salieran del departamento de transportes, antes de ir a ver lo que le esperaba en Gringotts debía terminar su trabajo pendiente en su oficina, cosa que no les había dicho, ya que no quería que la considerarán alguien inexperta. Estaba segura que su puesto como jefe en aquella oficina se debía gracias al apellido que portaba, no por qué fuera la mejor opción, además era un puesto en el que no podía hacer mucho daño. Mucha gente había dejado de sacar su licencia de aparición, desde que se había convertido en un trámite arcaico, el aparecerse y desaparecer ya no era algo tan vital para los magos y brujas de Londres. 

Se sentó frente a su escritorio y empezó a checar todas las familias que habían dejado de contratar los servicios antiaparicion y de polvos flu para sus mansiones, ya iría a buscarlos mansión por mansión para ver si estaban interesados en contratar los servicios. Cuando terminó de revisar los papeles de unas 5 familias, salió del departamento y fue hasta donde había quedado de verse con los caballeros. Camino por varios minutos luego de salir del ministerio de magia, colina a abajo, desde donde se encontraba se podría apreciar el gran edificio de mármol

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