Departamento de Transportes Mágicos

[Lawan Nguyen Thanh]

Lengua pársel con @ Cillian Haughton

 

—Claro que no será tan sencillo, ni de lejos— exasperado con las reticencias del mago que seguía sin estar seguro de lo que iba a suceder. ¿Y cómo lo iba a saber si nisiquiera lo intentaba? El vampiro chasqueo con la lengua en señal de desaprobación en cuanto el ofidio llamó su intención. <él pondrá luz a las incógnitas que tenemos sobre lo que realmente está sucediendo> los siseos de la pequeña criatura perlada impregnaban el ambiente del despacho del director, con un sonido melodioso y relajante que invitaba a un estado de tranquilidad. —Hay solo dos posibilidades, o la mordedura te transporta a los recuerdos de la serpiente o mueres— sonó más directo de lo que pretendía.  

El encantador de hanoi se percató que estaba perdiendo la compostura, con motivo de peso, pero innecesario para el caso que le trajo hasta en el ministerio. Respiró varias veces de manera profunda para regular su postura, y sus chacras internos. —Es normal que le tema a lo desconocido... y más si una de las posibilidades es la muerte— miró fijo a ambos y volteó.  

Al fin la serpiente le propinó una mordida, era el principio, al fin podían dar inicio a la aventura que el destino les tenía preparado.  

Lawan recordó cuando, mucho tiempo atrás, daba clases junto al resto de arcanos en la universidad. Allí recibía magos y brujas de todos sitios, de todas las culturas y países para aprender de él la lengua de las serpientes, habilidad que conllevaba una prueba que muy pocos magos y brujas superan. Este entrenamiento se llevaba a cabo durante varios meses, y no era para nada el escenario de lo que estaba sucediendo allí en las oficinas del departamento de transportes mágicos. Era muy peligroso lo que estaban planteando hacer, acelerar el proceso de vinculación no era la vía más acertada para extraer información de lo sucedido con las serpientes, no si eso podía atentar con la vida del director Haughton.  

—Cuéntame lo que ves... — Lawan se deslizó en un abrir y cerrar de ojos hacia el Haughton, la mordedura de la serpiente le empezaba a hacer efecto, pero ¿de qué manera? Agarró al mago por la espalda para que este no se caiga al suelo. —Señor director... responda— lo recostó en el suelo de la mejor manera que pudo y se sentó a su lado a esperar si el mago avanza a través de la guía de la serpiente, o muere en el intento.  

[Cillian Haughton]

Adquiriendo la Habilidad de Hablante de Pársel
Con Lawan Nguyen Thanh

Cillian sintió un frío que lo recorría desde el punto de la mordedura, extendiéndose por todo su cuerpo. El dolor inicial se disipó rápidamente, reemplazado por una sensación de vacío, como si algo estuviera siendo drenado de él. El entorno comenzó a distorsionarse: las paredes del despacho del ministerio parecían desvanecerse, siendo sustituidas por sombras ondulantes y serpientes que susurraban en un idioma que apenas comprendía.

Su respiración se hizo pesada. Por un instante, creyó que la muerte ya había llegado, que este sería su final, pero entonces, las voces en su mente, siempre presentes, comenzaron a desvanecerse. No era la calma que esperaba, era algo más profundo, más siniestro. Cuando abrió los ojos, ya no estaba en el ministerio. Estaba en un lugar oscuro, una caverna vasta e interminable, iluminada solo por la fosforescencia de serpientes que se deslizaban a su alrededor. Algunas eran gigantescas, otras tan pequeñas como un dedo, pero todas lo observaban con la misma intensidad, como si supieran algo que él no.

El murmullo de susurros en parsel aumentó, y Cillian finalmente entendió una palabra, una que resonó en su mente: "Memorias".

Un río de imágenes inundó su visión. Vio el nacimiento de civilizaciones, antiguos magos que hablaban a serpientes como si fueran sus iguales, y batallas donde estas criaturas se levantaban para defender a sus maestros. Entre esas imágenes, una en particular destacó: una serpiente de escamas negras y ojos rojos, mucho más grande y más vieja que las otras, moviéndose a través de una ciudad en ruinas. La reconoció al instante: esta era la fuente del poder que habían buscado. 

Cillian intentó moverse, pero sus piernas estaban paralizadas. El miedo comenzaba a apoderarse de él. No era la primera vez que enfrentaba una fuerza mayor a él, pero esta vez, no había voces que le susurraran cómo salir. Solo había silencio y la sensación sofocante de estar siendo observado por algo antiguo y omnipresente. - ¿Qué es esto? -murmuró para sí mismo, aunque su voz no resonó en aquel lugar. Estaba atrapado en las memorias de la serpiente, sin saber cómo salir.

De repente, la serpiente negra se giró hacia él, y Cillian sintió una presencia dentro de su mente, más invasiva que las voces que lo atormentaban. No era control; era algo más, algo que deseaba consumirlo. - Es demasiado tarde... -murmuró nuevamente, pero esta vez su voz sonó diferente, como si no fuera realmente suya. Las palabras parecían dictadas por otra entidad. En ese momento, todo se detuvo. El silencio se volvió ensordecedor, y Cillian entendió. Había hecho contacto con algo más allá de lo que podía comprender, y no estaba solo en su mente.

Y entonces estaba su oficina, pero ya no estaba sentado en su escritorio si no recostado en el piso. La serpiente ya no seguía posada sobre su brazo pero ahora Cillian podía entenderla perfectamente. Debía ayudarla. Intento levantarse lo más rápido que pudo, pero le fue imposible, esto debido a el veneno que aún recorría su sangre.

Pero seguía vivo.

- Nunca pensé que una serpiente pudiera tener tanto poder... -fue lo primero que acertó a decir ante las palabras del Arcano-. Sabía que eran poderosas pero no tanto.

@ Lawan Nguyen Thanh

[Lawan Nguyen Thanh]

Lengua pársel con @ Cillian Haughton

 

Lawan espero paciente la reacción que podría presentar el mago. Si bien era muy incierto, en el fondo sentía un poco de seguridad sobre cómo podía resultar aquella aventura. Para el encantador de hanói, expresar simpatía de manera gratuita era una práctica que no acostumbraba a realizar y menos con alguien que apenas conocía. Pero aceptó el criterio del ofidio cuando este le habló sobre el potencial que tenía el director Haughton. La serpiente había visto dentro del mago y estaba segura, de que podría sacar cosas interesantes del vínculo que formen.  

El vampiro tomó una postura de meditación mientras no perdía de vista los espasmos del cuerpo de Cillian. Podía imaginar lo que estaba pasando dentro de la cabeza de Haughton, y aunque no pudiera hacer nada para ayudarlo, aguardó en silencio, controlando sus constantes y manteniéndolo a salvo.  

<¿Estás completamente seguro de que esta es la persona correcta?> las palabras no salieron de la boca de Lawan, sino más bien un silbido apenas audible que también retumbó en la conciencia de Haughton. Efectivamente, había conectado su mente a la de Cillian a través del ofidio. <Señor Haughton, ¿puede oírme? Estoy dentro de su cabeza, estamos conectado a través de la conciencia de la serpiente...> No obtuvo respuesta... Lawan sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, el miedo no provenía de él, pero sintió el terror aumentar cada vez más hasta que el susurro de unas palabras lo alertaron. —es demasiado tarde— Lawan desconcertado por no saber de dónde procedía aquella voz.  

¿Qué ocultaba el mago?  

Se permitió dudar un poco en las esperanzas que el ofidio había puesto en aquel brujo. Con un leve resoplido se acomodó un poco en su postura y volvió a su conciencia. Lawan miró dubitativo el cuerpo que descansaba frente a él, resentido por estar más lejos aún de poder seguirle la pista a los desalmados que tenían cautivas a las crías de ofidios, pero también curioso, porque en ninguna de sus intervenciones como arcano de la lengua de las serpientes había experimentado tal transferencia de emociones y sentimientos de la mano de otro mago o bruja. Cillian no era consciente de lo poderoso que era, y ni creo que sea conocedor del poder que puede llegar a desarrollar si se abre a experimentar con ayuda de otros en su interior. El encantador de hanói no estaba allí para ayudarle a él, por el contrario, no quería admitir que necesitaba de la ayuda del mago que estaba tendido aún en el suelo... ¿Orgullo? Quizás...  

—Ya era hora— le tendió la mano como soporte para que se incorporarse. —¿Me va a explicar qué demonios ha pasado? — su voz sonó más preocupada de lo que Lawan quería aparentar. —He sentido una presencia desconocida y eso nunca ha pasado... se supone que al lugar que le transporta la serpiente que le acompaña, es un sitio seguro para ambos, pero una tercera voz apareció... —agudizó un poco más mientras acompañaba a Haughton al sofá de piel que se encontraba al otro lado del despacho del director. —¿Cómo se siente?  

[Cillian Haughton]

Adquiriendo la Habilidad de Hablante de Pársel
Con Lawan Nguyen Thanh

Cillian, aún desorientado por la experiencia vivida, tomó un momento para centrarse mientras la voz de Lawan resonaba en su mente. El recuerdo de la voz desconocida seguía inquietándolo, como un eco persistente. Al levantarse con la ayuda del encantador de Hanói, notó la calidez de la mano de Lawan en la suya, un gesto que, aunque simple, lo ancló en la realidad.  Cillian se sentó en el sofá de piel, sintiendo la suavidad del material contra su piel, mientras sus pensamientos se entrelazaban con las sensaciones abrumadoras de miedo y vulnerabilidad que aún persistían en su mente.

—No lo sé... —respondió Cillian, tratando de recordar los momentos anteriores. Se pasó una mano por el cabello, la frustración clara en su rostro. —Todo estaba bien hasta que... hasta que de repente me sentí atrapado. La conexión con la serpiente, la magia... se volvió caótica. Algo no estaba bien, y entonces escuché esa voz. Era como si alguien más estuviera en mi cabeza—.Cillian cerró los ojos un momento, recordando la sensación. —Era... opresiva. Me llenó de miedo, como si estuviera siendo observado. No sé de dónde vino, pero no creo que sea algo que debería estar aquí. 

Cillian sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Había sentido el poder del ofidio en su interior, una conexión profunda y abrumadora. —Lawan, ¿crees que eso podría haber sido un signo de un poder más oscuro? ¿Cómo esta todo esto conectado con la razón por la que me visitaste en primer lugar? —.Cillian estaba por completo confundido, en un principio parecía ser algo que apuntaba al tráfico ilegal de criaturas, pero ahora parecía ser algo mucho más grande.

@ Lawan Nguyen Thanh

[Lawan Nguyen Thanh]

Lengua pársel con @ Cillian Haughton

Cillian se puso cómodo en el sofá. El vampiro intentó regular sus emociones ante la situación imprevista que estaba sucediendo. El solo había llegado hasta allí en busca de alguna que otra información que aclare lo que estaba sucediendo con el tráfico y contrabando de criaturas, pero algo más oscuro y más complicado acechaba en el entorno del mago. ¿Era ese el verdadero motivo porque que la serpiente lo había guiado hasta allí? O solo era una serie de casualidades que van ocurriendo a medida que permanecen en el despacho del director del departamento de transportes. Cada vez está menos seguro de lo que tienen que hacer o no hacer con respecto a los asuntos de Cillian.  

—En todos estos años que llevo enseñando la magia que hay detrás de la magia de los ofidios...—explicó el vietnamita mientras acompañaba al mago en el sofá. —he descubierto que hay cierta magia que es incompatible con la pura y muy noble lengua pársel— se acomodó un poco en su sitio, dejando espacio suficiente para que Cillian haga lo mismo y se pueda poner más cómodo.  

La magia necesaria y la habilidad que requiere dominar la lengua de la serpiente, atrae de manera copiosa, como si de un faro en medio de la tormenta se tratase, guiando a seres oscuros y muy poderosos esperando poseer el cuerpo débil por el veneno, del mago o bruja que esté intentando establecer un vínculo fuerte con una de las serpientes. El vampiro había escuchado varios testimonios sobre aquellas incursiones oscuras, pero eran solo eso... presencias. Nunca se habían manifestado tan vívidamente, tanto que incluso traspasó a la impenetrable mente del arcano, a través del ofidio que conectaba a Cillian y Lawan.  

Profirió un suspiro fugaz. La pregunta de Cillian le sacó de sus pensamientos y lo devolvió al momento, sentados en el sofá asumiendo lo que acababa de pasar. —No estoy seguro del todo, pero he escuchado sucesos que quizás arrojen un poco de luz a este asunto...— se aclaró la garganta para continuar la explicación. —La magia oscura atrae más magia oscura, ese es el principio más básico y más antiguo del poder. Bien, entonces, cuando accedes a una fuente de poder mágico desconocido, corres el riesgo de atraer peligros desconocidos...— hizo una pequeña pausa para continuar. —...y digo desconocidos, porque se manifiesta según la personalidad y las experiencias vitales de cada persona.  

El encantador de hanói miró a los ojos de cillian para asegurarse de que estuviera entendiendo algo de lo que decía. Durante su largo recorrido como arcano de la lengua de las serpientes, en pocas ocasiones había podido hablar con un mago que haya experimentado dicho suceso. Sin embargo, en lo que todos coincidían era en que la ¨presencia¨ se manifestaba a través de los miedos y las malas experiencias. —¿Entiende por donde voy, señor Haughton?  

[Eobard A. Black Lestrange]

El anuncio de la llegada a la sexta planta fue eclipsado por el chirriar de la reja metálica del ascensor. Se tomó unos minutos para recuperar el sentido de la orientación; pasar tanto tiempo en los niveles más recónditos del Ministerio de Magia estaba comenzando a pasar factura, y el rápido movimiento del elevador definitivamente no ayudaba. Recargó el antebrazo en el muro del recibidor, carraspeando para retomar la compostura.

⎯Tal vez deberíamos comenzar a considerar usar escaleras. No me molestaría caminar de vez en cuando ⎯ dijo, mientras se deslizaba con cierta premura por el tranquilo corredor, camino al Departamento de Transportes Mágicos ⎯. Ojalá que no estén ocupados, esto podría interesarles. 

De su mano izquierda, salió disparado un memorándum dirigido al Asistente Junior de la Ministra, @ Lukyan A. Volkov , a quién le pedía amablemente la posibilidad de una reunión en la dependencia a la que el Black Lestrange se dirigía en esos momentos. ¿Que lo traería a ese lugar, convocado por el Jefe de Inefables del Departamento de Misterios? Un asunto que Eobard había descubierto durante sus investigaciones en la Cámara del Espacio, y que consideraba prudente discutirlo a su vez con alguien experta en temas de movilidad mágica.

Además, Lukyan y él eran viejos conocidos, pues en algún momento, previo a las guerras interminables,  habían trabajado codo a codo en el Banco Mágico de Gringotts. Lo cual resultaba gracioso, pues era ese preciso lugar el que daba pie a dicha junta improvisada.

Ingresó a la oficina hexagonal tras cruzar la puerta de vidrio, realizando una venia a modo de saludo a la secretaria, quien seguro le preguntaría el motivo de su visita. Decidido a dejar todo el asunto de misterio, y esperando que la persona que buscaba se encontrara disponible, además de dispuesta a escuchar sobre sus hallazgos y preocupaciones, anunció por qué visitaba la dependencia.

⎯Buen día. Me gustaría saber si se encuentra la Jefa del Centro de Pruebas de Aparición. Esto...¿la señorita Nymeria Malfoy? ⎯ inquirió, un tanto inseguro, pues no conocía a @ Nym... , más que por el listado de cada dependencia. Sería la primera vez que coincidirían en el ámbito ministerial ⎯. Hay un asunto sobre la regulación de las apariciones que me gustaría comentar con ella, en compañía del señor Volkov.

[Lukyan A. Volkov]

Lukyan se detuvo un momento en el umbral de la oficina hexagonal, sintiendo el peso del pasado en cada rincón del Ministerio de Magia. La presencia de su antigua vida, llena de promesas y esperanzas, lo rodeaba, pero la sombra de sus traumas lo seguía como un espectro. El chirriar del ascensor aún resonaba en su mente, un recordatorio de lo rápido que podían cambiar las cosas, de lo efímero que podía ser el control.

La secretaria lo miró con curiosidad, y él sintió la necesidad de componer su expresión. Un ligero arqueo de cejas, un gesto que pretendía mostrar confianza, aunque en su interior una maraña de inseguridades lo asediaba. No estaba acostumbrado a estas interacciones públicas; el dolor de su pasado aún lo mantenía alejado de conexiones más profundas.

⎯Buen día. Me gustaría saber si se encuentra la Jefa del Centro de Pruebas de Aparición. 

Mientras esperaba la respuesta de la secretaria, su mente divagó hacia el memorándum que había recibido aquella mañana por parte del jefe de inefables del departamento de misterios. Que al tratarse de antiguo compañero, un aliado en tiempos de incertidumbre, quien había estado a su lado en el Banco Mágico de Gringotts decidió dejar sus pendientes de lado y encontrarse con el Black Lestrange. Era por eso que estaba ahi, a punto de entrevistarse con el mago y la señorita Malfoy.

La secretaria asintió y le indicó que aguardara un momento. Lukyan se sintió enjaulado, pero también ansioso por lo que el futuro podría deparar. Como Asistente Junior de la Ministra de Magia, había asumido una responsabilidad que lo mantenía al tanto de los asuntos más relevantes del mundo mágico, aunque a menudo se preguntaba si estaba a la altura de las expectativas. Antes de que Malfoy apareciera frente a él, se encontró con Eobard, al cual saludo con un fuerte abrazo muy feliz de verlo. 

⎯Eobard, es bueno verte, no me percate que ya estaba aquí, al parecer luego de lo que me escribiste, los dos pensamos en venir a hablar con la jefa de apariciones. 

Finalmente, Nymeria apareció, con una presencia que combinaba autoridad y elegancia. La observó, intentando no dejar que su mente divagara hacia pensamientos oscuros. Tenía un propósito claro en su visita: la regulación de las apariciones, un tema que podía significar un cambio positivo en la comunidad mágica.

⎯Señorita Malfoy, ⎯ comenzó, intentando que su voz sonara más firme de lo que se sentía en ese momento. ⎯ Agradezco que se tome el tiempo para este encuentro. Eobard y yo hemos estado analizando algunas inquietudes en torno a la movilidad mágica y creemos que su perspectiva podría ser invaluable.

Mientras hablaba, sentía el peso de sus palabras. El deseo de contribuir, de alinear sus esfuerzos con los de otros, lo llenaba de una esperanza que había creído perdida. La imagen de Irisha cruzó por su mente, como un recordatorio del amor y la conexión que tanto anhelaba recuperar.

La conversación prometía abrir puertas, quizás incluso llevarlo a un futuro en el que pudiera dejar atrás parte de su dolor. Pero, como siempre, la sombra de su pasado lo observaba desde la distancia, lista para reclamarlo en el momento menos esperado.

[Cillian Haughton]

Adquiriendo la Habilidad de Hablante de Pársel
Con Lawan Nguyen Thanh

Cillian se mantuvo en silencio durante un momento, procesando las palabras del vampiro mientras realizaba un ligero tamborileo con los dedos en el reposabrazos del sofá. Se sentía incómodo, sí pero Lawan había logrado captar completamente su atención. Su mente aún nublada por la experiencia reciente, comenzó a enfocarse con más claridad en lo que estaba frente a él: la advertencia descrita en las palabras del encantador de Hanói.

— Eso creo, no estoy seguro... —Comenzó, rompiendo el silencio, intentando seguir las palabras del vampiro pero le era casi imposible. Las palabras magia oscura y miedos resonaban con fuerza en sus pensamientos —. Lo que estás diciendo es que, al conectarme con esa ella... con la serpiente... estoy abriendo una puerta a algo más. Algo que quizás no sea capaz de controlar si no soy lo suficientemente cuidadoso.

Se acomodó en el sofá, cruzando los brazos, y dejó que su mirada vagara un momento antes de volver a centrarse en los ojos de Lawan. —Pero... ¿por qué ahora? He trabajado con magia oscura antes, pero nunca había experimentado algo tan... invasivo, tan personal. Esto no tiene sentido alguno —. Comentó mientras un escalofrío le recorría la espalda al recordar la sensación de la presencia desconocida en su mente, el miedo paralizante que lo había invadido. Hizo una pausa, volviendo a repasar las palabras de Lawan. La idea de que su propia personalidad, sus miedos, pudieran haber atraído a esa fuerza, hacía que todo fuera aún más raro, ¿cómo es que su vida estaba relacionada con todo aquello? Había muchas cosas en su pasado que el rubio prefería mantener en el olvido.

— Entonces, lo que dices es que esta... "presencia" —continuó, su voz algo más controlada— se alimenta de lo que sea que llevo dentro de mí. ¿Y qué hago con eso? Estoy seguro de que la respuesta esta en resolver todo el problema relacionado con esa pequeña que te acompaña, ¿o no?
 —. Había una mezcla de frustración y desafío en su tono. Su poder mágico, si bien no lograba entenderlo del todo, siempre había logrado mantenerlo bajo su control. Y la idea de que algo estuviera interfiriendo, una cosa más que no entendía, lo incomodaba profundamente.

— Es hora de comenzar a movernos, ¿no? —mientras se levantaba del sillón, no pudo evitar echarle una nueva mirada al arcano, no era para nada feo.

[Eobard A. Black Lestrange]

Lo que pareció ser una eternidad, se convirtió en un tobogán de acontecimientos, con la llegada de Lukyan al Departamento de Transportes Mágicos. Eobard estaba ahí de pie, balanceándose sobre sus talones, que fue hasta escuchar la voz de su antiguo compañero, que salió del ensimismamiento.

—Ah, Ky, qué gusto volver a verte, igual que en los viejos tiempos — saludó, correspondiendo al abrazo y complementándolo con una palmada en la espalda —. Enhorabuena por el nuevo puesto, por cierto. Ya habrá tiempo de celebrar, ojalá esta reunión fuera en mejores condiciones.

Poco fue el tiempo que esperaron a que la Jefa de Apariciones hiciera acto de presencia, pues Nymeria pronto acudió al encuentro, facilitando muchísimo las cosas. Escuchó con atención lo que Lukyan le decía para ponerla al tanto, y cuando lo consideró prudente, hizo su aportación. Seguía intentanto acostumbrarse a tomar partido en ese tipo de cosas, pues ni cuando era empleado en Regulación y Control de Criaturas Mágicas solía tomar asuntos así de complicados.

—Creo que no nos conocemos formalmente, señorita Malfoy. Eobard Black Lestrange, departamento de Misterios — se introdujo de forma directa y breve, como hacía cuando la situación lo apremiaba —. En teoría esto es secreto absoluto de mi dependencia, pero el señor Volkov aquí presente, comparte mi preocupación respecto a la libertad de aparición que se ha dado últimamente. Hace años estábamos en guerra, incluso contra los no mágicos, así que era natural que no se vigilara del todo. 

Aprovechando el lapsus, se aproximó a una pared, sacando su varita y conjurando un encantamiento que le permitía trazar dibujos animados, sencillos, sobre la lisa superficie. Con una floritura, dibujó lo que parecía ser una nebulosa, en la que una figura amorfa entraba corriendo, para después salir de otro lado, a un costado de lo que parecía ser el Callejón Diagon, coronado por el Banco Gringotts y su forma torcida. 

—Creo que están familiarizados con el hechizo Fulgura Nox, aquel que permite desplazarse, rompiendo las leyes del tiempo. Y el espacio, que es en lo que me especializó. Intentando buscar una forma de acceder a las estrellas, vino a mí un pensamiento aterrador: ¿Este modo de transporte está regulado? 

Para complementar su explicación, continuó dibujando. Aún no había terminado de dar su punto, y no quería dejarlo a la interpretación. Sí, el tema de la regulación era una cosa pero, también estaban tratando con el tema financiero. 

—Verán, a lo que voy es que, sin forma de rastrearlo, ¿qué tal si a alguien se le ocurre usarlo para ingresar a las bóvedas? — el dibujo mostró a la figura saliendo del portal frente a una cámara acorazada llena de oro —. Me consta que el Banco tiene sus propias defensas contra aparecerse directamente dentro de una bóveda. Sin embargo, no ha sido la primera, y posiblemente no vivamos para ver la última, vez que se han infiltrado para hacerse con alguno de sus tesoros. 

La situación era delicada. Venía a su memoria el incidente que todos los duendes mencionaban, la infiltración de Harry Potter y compañía para robar la bóveda de Bellatrix Lestrange. Quedaba ver si tanto Ky como Nymeria estarían dispuestos a lo que estaba proponiendo. En el mejor de los casos, descubrían la falla y la arreglaban; en el peor, se quedaban atrapados en los interminables túneles.

—Creo que deberíamos hacer una visita a Gringotts para averiguarlo. Conozco a alguien que nos podría ayudar a llegar a alguna bóveda y verificar esto.

 

@ Lukyan A. Volkov  @ Nym...

[Nym...]

Nymeria entró en la oficina con una mezcla de confianza y determinación que capturó la atención de Lukyan y Eobard. Su presencia era inconfundible: elegante, pero con un aire de firmeza que denotaba su papel como Jefa del Centro de Pruebas de Aparición. 

Nymeria escuchó atentamente, su mirada ámbar enfocada en Lukyan. Notó las inseguridades que a veces cruzaban el rostro de Lukyan, pero también vio en él un deseo genuino de contribuir, de encontrar su lugar en el Ministerio. Era un reflejo de sus propias luchas; la sombra de su pasado también la seguía, aunque había aprendido a abrazar su nueva identidad y propósito.

Cuando Eobard se presentó y comenzó a explicar la situación, Nymeria se sintió intrigada por su enfoque directo y su necesidad de actuar. La manera en que conjuró dibujos en la pared le recordó su propio interés por la creatividad y la innovación en la magia. La conversación se tornó técnica, pero su mente también se centró en las implicaciones más amplias: el equilibrio entre la libertad y la seguridad en el mundo mágico.

—Es un punto válido —respondió Nymeria, analizando los dibujos animados que Eobard había trazado. La idea de un uso indebido del hechizo Fulgura Nox la inquietaba. Sabía que la magia podía ser tanto una herramienta como un arma. 

—Deberíamos considerar no solo la regulación, sino también las consecuencias de no actuar —añadió, su voz firme pero conciliadora. Su experiencia le decía que la vigilancia era esencial, especialmente tras las cicatrices de la guerra. 

Al escuchar la propuesta de Eobard sobre visitar Gringotts, Nymeria sintió que la inquietud se convertía en una chispa de acción. Era el tipo de desafío que podía aportar cambios significativos al mundo mágico y también un paso hacia la comprensión de su propia historia familiar. La idea de enfrentarse a su padre y los secretos que aún la acechaban se hacía más cercana.

—Organizaremos la visita a Gringotts —decidió, mirando a ambos hombres con determinación. —Necesitamos respuestas y, sobre todo, soluciones.

Nymeria sabía que cada paso que daba no solo afectaba su futuro, sino también el de aquellos que la rodeaban. A medida que avanzaba, el eco de sus experiencias pasadas se entrelazaba con su deseo de crear un mundo mejor, donde la magia se utilizara para proteger y no para oprimir. En ese momento, se sintió más en control, lista para enfrentar lo que viniera.

@ Eobard A. Black Lestrange  @ Lukyan A. Volkov