Convención de Magos y brujas

[Shena Cindy de Ryvak M.]

Los cristales de la torre brillan tan intensamente que parecen de diamante, eso ayuda bastante a ser divisada en la lejanía ya que muchos llegarían por el aire usando los transportes voladores más conocidos. Enclavada sobre las nubes, es una maravilla de poder y destreza mágica de los organizaciones que se unieron para dar aquel primer gran evento a nivel Internacional en la actual sociedad.

A los ojos de todos aquellos "sin magia" solo era una coincidencia de que algunas nubes adquieran esa forma caprichosa, ya que la mayoría de brujas y magos se hubiese congregado, las nubes mágicas creadas a designó de un trío de hábiles magos, ocultaran la torre.

La lujosa torre cuenta con siete pisos, setenta salas y catorce sótanos, además de miles de habitaciones para aquellos que desearan hospedarse. Grandes chimeneas están disponibles en el primer piso que se emplea como recibidor, esto para todos aquellos que opten por ese medio de transporte. En este primer piso, también se permite el uso de trasladores, en los demás pisos no, pero hay libertad en los jardines y plaza exterior, así como el techo y ventanas.

Aviones de papel y figuras de origami van enterando a los presentes sobre las ponencias mágicas, las exhibiciones de hechizos y la "joya" de la Convención "Un debate general".

Esto causa gran conmoción porque cualquier bruja o mago, puede tomar la palabra, así que con gran nerviosismo en su cara, la castaña aguarda con gran emoción, el inició de este magno evento, esperando que brujas y magos compartan su conocimiento sobre la magia, en el esfuerzo de ampliar la visión de cada uno de los participantes.

(Recuerdo que tod@s están invitad@s, pueden hacerlo en rol o como usuario en off todo ayuda.)

[Aaron Black Yaxley]

-¿Por qué harían una convención de brujas y magos en este lugar?- consultó la voz de un Kalevi casi al borde de las dos décadas de edad, al elfo de su padre, quien le acompañaba. Su mirada no se dirigía hacia la criatura, sino que más bien reflejaba la cúpula brillante de la torre del fondo, entre carpas y otras tiendas de campaña que enseñaban una situación de feria popular junto a diversas exposiciones de magia.

-Nius no lo sabe joven amo...- respondió inmediatamente el elfo, mientras adelantaba un par de pasos al mago para esfumarse y reaparecer inmediatamente sobre una mesa plegable que soportaba un montón de manzanas. Tomó una y le dio un mordisco- ... pero a su padre le gustaban las congregaciones...- recordó mientras parloteaba con la boca llena. 

-¡ATENCIÓN!... ¡MANZANAS ENVENENADAS A SOLO GALEÓN Y MEDIO!...- gritó un regordete mercader de barba cana y frondosa mientras observaba de reojo a Nius. La criatura se atoró a medio tragar y comenzó a golpearse el pecho con su huesuda mano, para finalmente recibir un palmazo de Kalevi a media espalda; escupió el trozo de manzana y dejó el resto tirado al suelo mientras su joven amo lo cargaba al hombro.

-¡Mil disculpas señor!, no ha comido en una semana...- mintió Kalevi mientras apresuraba la marcha para esconderse entre la multitud, de la mirada del mercader, pensando quién querría comprar una manzana envenenada. Ya en un lugar seguro, dejó a Nius sobre el césped y lo reprendió- ... ¿qué es eso de andar robando? ¡eres el elfo de un Black!... podrías haberme dicho y te compraba la manzana, Nius. 

-Nius lo sabe, Nius sabe que el joven Kalevi es bueno con uno...- sostuvo la criatura cabeza gacha, considerando que el ex líder de la casta tenebrosa no se habría molestado en pedir disculpas a un mercader de feria- ... pero Nius no aguanta el olor a manzanas rojas, es muy adictivo para uno, mi señor. 

La relación de ambos era muy buena, y aunque el elfo no había sido tratado por Aaron de la misma forma que lo trataba su hijo, él le respetaba y le servía fielmente como cualquier elfo de la era clásica con un mago o bruja- y es que hoy en día los elfos tenían voz y voto, aunque este último solo de manera figurativa-. Kalevi parecía ser todo lo contrario a lo que alguna vez fue el ex ministro de Magia, sin embargo, tal vez solo era cuestión de la edad o quién sabe qué cosas. 

-Mira, qué tal me veo Nius...

El joven y esbelto mago, vestía un camisón blanco y ancho junto a unos pantalones azul oscuro y calzado deportivo del mismo color que la prenda superior, decorada con un detalle muy sutil, una snitch dorada que se movía por toda la zapatilla. Recientemente se estaba probando unas gafas que le hacían cambiar el cabello de color; el mismo, al viento, se mecía entre tonos dorados y cobrizos, cuando en realidad era de un castaño oscuro. El elfo sonrió con una varita de regaliz en la mano- Kalevi lo miró algo derrotado- ¿de dónde la habría sacado esta vez?.

[Shena Cindy de Ryvak M.]

"Es una buena idea"...Si? --penso la castaña pero ahora sentía que no, sobretodo por tener que ir preparando algún guión para realizar la presentación y realizar su papel de moderadora durante el debate.

Los nervios la asaltan de vez en vez, cosa que no es tan grata pero... Ella está muy interesada en escuchar a todo aquel que participe en el debate, un modo directo y menos cansado que consultar una infinidad de escritos. (Recuerda perfectamente aquel tiempo en que era recepcionista de la gran biblioteca de la universidad mágica, con la oportunidad de leer cuánto libro deseara, si... Pero ser impaciente es un rasgo que es difícil soportar y no digamos el querer controlar, muy complicado).

Se pasea en aquella oficina mientras un pergamino, pluma y tintero están sobre un elegante escritorio, aún no tiene siquiera una primera frase y sigue caminando sobre sus propios pasos como si pudiera "tropezar" con la inspiración.

La puerta se abre, ella tiene que hacer alto, un mago pide disculpas y le informa que siguen llegando solicitudes de personas que desean poner un Stan. Cómo si no hubiese tanto trabajo organizando las ponencias y las diferentes exposiciones que se celebrarán. Y porque tienen que informar le a ella precisamente? No, ella no se encargará personalmente, habrá que delegar esa tediosa tarea, si, pronto designará a alguien que le aligere el trabajo.

Encima también está el otro asunto... Su estómago comienza a doler bastante, mal.dita sea, por qué se dejó convencer?