Palacio Ashryver

[Ludwig Malfoy]

Un dia mas estaba por terminar en las calles de Ottery, el verano continuaba haciendo de esta una calurosa tarde que sin duda alguna se convertiría en una sofocante noche. Los miembros de la Orden del Fénix deberían desahogar esas ansias buscando mortífagos para encarcelar y llevar presos.

Aquella tarde Ludwig llevaba unos shorts ajustados que le hacían marcar aún más sus piernas quitando todo a la imaginación. Su trasero era legendario y lo había salvado ya de muchas batallas. Como top, llevaba una camisa holgada para refrescarse del calor,
de manga corta, con un hermoso tono amarillo. El rubio aquella tarde llevaba unas sandalias para proteger sus pies del asfalto hirviendo.

Ingresó a la vivienda con varita en mano, sonrió y dijo:

- Nadie saldrá herido y todos cooperan, pero por favor no cooperen.

Estaba listo para la batalla.

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja observaba el cielo la noche era más cerrada de lo que pensaba sus ojos se deslizaron del cielo hacia el frente en donde una criatura plateada se había materializado. Sintió estrujar su corazón ante la leona, cuya voz era la Gryffindor. Frunció el ceño, el lugar al cual la citaban le resultaba levemente familiar.

Dejó su chal sobre el sillón del jardín y tomó su varita, calzó las zapatillas y sacudió el vestido que llevaba sobre su ropa de noche, para desaparecerse desde el jardín de Hose of Books en que estaba hasta llegar a a Southerness en Escocia. Sabía que la familia real ocupaba el Palacio Ashryver, la noche era neblinosa pero podía distinguir la silueta del castillo y las figuras que habían llegado antes que ella y empezaban a acercarse a los jardines de ingreso de la alta edificación.

—Bonita noche, para encontrarse en el principado —una sonrisa se dibujó en sus labios, a la reina no le haría gracia que la rebajara, lo otro que la hacía sonreír era recordar que su compañera Kim había sido enviada a cubrir la frontera para amedrentar a la familia real y ahora ella estaba allí para… ¿para qué y por qué estaba allí realmente? No lo tenía claro en realidad. Sin embargo allí estaba, varita en mano, haciéndola girar con una sensación de nervios que le revolvía el estómago.

[Lord Cubias]

Aquella sería la primera incursión desde que Cubias decidiera darle vuelta a su pasado y sumarse a quienes un día combatió, el ahora miembro de la Orden del Fénix apareció junto a sus nuevos colegas, tenía su varita sostenida con fuerza en la mano derecha, su mirada escaneó a cada costado el lugar, era su costumbre hacer eso cada vez que se aparecía en un sitio, y esa noche era más necesario hacerlo, sabía que estaba expuesto.

Lejos estaba aquel tiempo en donde invadir un lugar no suponía demasiado peligro, pero ahora, su habilidad no era la de entonces, de forma que debía tomar cada precaución posible.

El nervio le invadía la carne pero su rostro no reflejaba ningún tipo de temor, su semblante permanecía serio y calmado, como si se tratase de una visita al campo, pero en el fondo algo le decía que estar ahí esa noche a lo mejor no era del todo una buena idea.

Cubías observó a su costado y escuchó la voz de su compañero que también estaba en el jardín -Esto se va descontrolar- decía aquella voz, a lo que Cubías respondió entre dientes -Espero que no tanto…-

[Rory Despard]

Noche, y nuevamente, una nueva incursión se llevaría a cabo. Rory emitió un suspiro, acomodándose la túnica y tapando con una capucha su encendida cabellera rojiza, y se alistó para ir hasta el punto que el patronus de leona de Mica le había señalado.

Esta vez el grupo era más numeroso, teniendo en cuenta que se desplazarían bastante más lejos de Ottery, hasta la residencia de la familia Ashryver en Southerness, Escocia. Quizá porque era la primera vez que ingresaba a la residencia de una familia de la nobleza, pero Rory quedó impresionado de la cantidad de protecciones que el espacio tenía para acceder a él.

Era una construcción inmensa, agradable a la vista, pero que envuelta en la espesa neblina de ese día, le otorgaba un aspecto siniestro.  No tenía idea si como el día anterior, encontrarían oposición al ingresar o si podrían efectuar el cateo de la propiedad, pero estaban a punto de averiguarlo.

Colocándose cerca de Darla, Rory respondió en apenas un susurro a las palabras de la vampira.

— Con la protección de Dios, saldremos de aquí prosperados y en victoria.

[Mica Gryffindor]

Poco a poco su llamado dio frutos. No conocía a todos los que empezaron a arribar, pero estaba en oídos de toda la Orden el hecho de que había nuevas incorporaciones. Los comentarios de los recién llegados la preocuparon un poco. No sabía bien cómo habían ingresado al bando y dudaba mucho de su historia previa, pero no era quien para indagar… o al menos no todavía. Sin embargo, haría su mejor esfuerzo por que no se metieran o generasen problemas. 

La presencia de Darla la tranquilizó un poco, confiaba en su compañera, sabía que ella se uniría a ella para tratar de mantener todo bajo control. Aunque nunca sabrían qué podría suceder en caso de que los dueños de casa estuviesen allí y respondiesen en forma agresiva ante su inesperada llegada. 

El líder de la Orden por fin hizo su llegada, con sus extrañas palabras, pero segura presencia. Era momento de avanzar en los terrenos de aquel palacio desconocido. No necesitaba palabras, todos se movieron juntos con las varitas en alto, listos para cualquier acontecimiento. Pero nada sucedió, al menos no por el momento.

-Creo que lo mejor será separarse, les pido que monten guardia en los jardines…- se dirigió a los desconocidos, a la espera de que fuesen de confianza y se ocupasen de protegerlos desde allí. -Nosotros tres entremos ¿les parece? A ver qué se puede encontrar dentro...
 

[Darla G Dumbledore]

PV: 100
PP: 11

 

Sus pasos llevaron lentamente hacia el interior de los jadines recorriendo con la mirada cada detalle, para que no pudiera ser usado en su contra. Cesped, árboles algunos lejanos monumentos, un aún más lejano puente y una construcción atractiva. Pero no quedaba de otra, allí estaban esa noche y allí podrían divertirse. Darla paseo su mirada por los tres hombres que las acompañaban, por poco lanza una carcajada, si hacía seis años todos la miraban con desconfianza ahora ella podría hacer lo mismo con aquellas tres criaturas que no dejaban de asombrarla.

—Creo que es hora de recuperar los objetos que te han quitado querido —dijo dirigiéndose a uno de los recién llegados.

Miró de reojo al  rubio y se acercó a la Gryffindor, mientras sacudía su varita con delicadeza susurrando Umbra, la sombra se fue desprendiendo lentamente surgiendo desde el suelo hasta tomar su forma junto a su invocadora.  Darla la observó y le dio una orden mental, haciendo que la sombra desapareciera rumbo al interior de la Mansión hacia la quinta planta donde buscaría algunas pociones que le habían indicado.

—Me sorprende que control y cooperación formen parte de su lenguaje —claro que los tres magos habían hecho referencia más bien a todo lo contrario.

Se volvió hacia Rory y le sonrió, guiñándole un ojo, si, con la ayuda de Dios… ¿pero cuál de todos?

—Vara de Cristal… —dijo en el momento en que ingresaban al castillo, la invocación había a su vez transformado su varita en una vara de un cristal blanco con vetas celestes y tras ello apuntó hacia una mesa que había en el comedor que estaba en la sala lateral —morphos —ahora se había transformado en una pantera negra joven de buena musculatura dispuesta a defender a su invocadora y compañeros.

—Morphos  —repitió  apuntando esta vez a las cortinas que una ventana abierta hacía flotar con una suave brisa, de inmediato la cortina se transformó en un banderín con un fénix dorado sobre un fondo rojo brillante.

[Ludwig Malfoy]

PV 100/ PP 6
 

Era evidente que los mortifagos no se mostrarían, ¿tenían acaso miedo? O simplemente estaban tan muertos que no podían aparecer para pelear.

Sin duda alguna aprovecharían para dejar su propaganda y hacerse notar, la orden del fénix estaba renaciendo y había llegado para emparejar las cosas en el mundo mágico.

El Malfoy decidió inspeccionar los calabozos del castillo, seguramente encontraría algún prisionero que le podría proporcionar información sobre las actividades delictivas en aquel establecimiento.

El miembro de la trifuerza vio todas y cada una de las celdas y se dispuso a destruir las con:

- Bombarda - una onda expansiva salió de su varita causando una terrible explosión en los calabozos, en caso de haber prosioneros serían liberados.

Solo una columna había sobrevivido la cual había usaría como defensa en caso de que alguien se presentara por lo que dijo:

- Morphos - la columna se transformó de inmediato en un oso polar de más de dos metros de tamaño, fuerte e imponente, aquel le ayudaría y protegería en caso de ser atacado.

Al no ver a nadie más, con su varita comenzó a dibujar en los muros y colocando aquella publicidad de la Orden del Fénix.

[Illidan Burke]

Pv:100  pp: 5

Saludo a sus compañeros con un simple asentimiento, sonrió a Lud y Cubias un tanto ansioso, recorrió a los pares con la mirada, reconociendo a los que habían participado la noche anterior en la exitosa redada, aunque no reconoció a la indicadora de los fénix, apenas la había visto en la legendaria fiesta en la Dumbledore.

- Nos toca de porteros... Derecho de piso - Diría hacia los Trifuerzos, mientras que el resto del grupo se adentraba al palacio. - su varita danzó en su mano. - Morphos... - Susurró apuntando a una de las hojas de la puerta principal. Está se convertiría en una pantera de color negro, la cual se adelantó hasta las verjas del jardín, con la orden de atacar a quien apareciera con el rostro cubierto. - La chica que nos llamó no esta nada mal... - Diría mirando a Cubias, sabía que tenía buen gusto sobre las mujeres, de seguro le daría la razón.

Llevo la mirada a Lud  ahora, analizando el brillo particular que irradiaba su amigo. - Así que el rubio de la fiesta te tiene loco... - sentenciaría ahora buscando pasar el rato mientras montaban guardia. - Avis - Pronunciaría ahora, doce golondrinas saldrían de su varita y girarían en torno a él, buscando protegerlo de cualquier ataque inesperado. 

[Lord Cubias]

PV: 100 

PP: 5

-Le pido que monten guardia en los jardines- 

Cubías arqueó las cejas al escuchar aquellas palabras, por un momento le resintió escuchar la indicación tan a secas, sin embargo no era tiempo para fijarse en pequeñeces. -Entendido- respondió el ex mortifago con la misma seriedad que reflejaba su cara.

Varios de sus ahora colegas ingresaron al recinto, mientras el ojinegro se mantuvo firme montando guardia en el jardín, tenía la varita bien sujeta en la mano, estaba atento a cualquier movimiento en los a los rededores, su mirada no dejaba de vacilar de un lado a otro.

-No te creas un nigromante- Pensó Cubías, era extraño que ese pensamiento invadiera su mente en ese momento, en ese instante ni siquiera tenía idea de donde le venía esa frase, y encima una melodía la acompañaba, intentó indagar en su cabeza, pero era algo que andaba muy metido sin saber a qué respondía. 

-Morphos- exclamó el triforziano, el hechizo hizo cobrar vida a uno de los pequeños quioscos de piedra del jardín, este inmediatamente adquirió la forma de un tigre blanco, la indicación para la bestia era mantenerse a unos cinco metros de distancia y listo por si algún enemigo se asomaba. 

Tras materializar al animal, Cubías le dedicó una sonrisa a su colega Illidian -Yo la vi primero...-, les respondió mientras sonreía por lo bajo y seguía atento a cualquier eventualidad. 

[Rory Despard]

PV: 100 // PP: 9

No había respuesta, pero Rory todavía recordaba lo que le había sucedido el día anterior, como solo por unas palabras de más y un movimiento descuidado, había terminado sin varita al inicio del enfrentamiento (aunque afortunadamente, luego todo había caminado positivamente para la Orden). A su lado, Darla se adelantó hacia el interior del castillo, y él apenas unos pasos por detrás de ella, concentró su energía, pues el espacio natural del jardín de los terrenos de la Ashryver era un escenario adecuado que potenciaba sus poderes sacerdotales.

— “Espíritu en silencio, requiero tu refuerzo, hazme de ti ayudar, Morrigan a lugar”.

De inmediato, merced al poder del Llamatus seres, aquel antiguo espíritu acudió a ayudar a Rory, y silenciosa, bajo la figura de una hembra de cuervo, para recorrer todos los pasillos de aquel castillo impenetrable, que a medida que ingresaba más y más en su interior, emanaba una magia más y más oscura.

— Corpus patronus— de inmediato un fénix emergió de la varita del pelirrojo, de plumaje brillante y con un canto poderoso y potente que resonó a lo largo de la primera planta de la edificación, y luego sobrevoló más allá hacia el resto de plantas del castillo.

Editado 17 de Agosto del 2021 por Rory Despard