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— Mansión de la familia Rosier —


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Una parte de él le sugería que el tiempo no fluía de la misma forma en las inmediaciones de la Mansión Macnair, que fuera de ella, pues en su recorrido hacia la edificación, se encontró con una singular paz, que de haber pasado años caminando por ese sendero, jamás lo habría notado. Entre sus dedos, giraba la rosa que tomó a su llegada, mientras la imponente casona iba acrecentándose a cada paso. 

Divisó movimiento a la par que arribaba a la entrada; grande fue su sorpresa al ver a su gran amiga de toda una vida recibirlo allí, en vez de algún elfo doméstico.

⎯⎯Mi muy apreciable y querida Juliette ⎯ saludó en respuesta a su llamado, correspondiendo con una palmada de la diestra en el hombro de la Rosier, cuyo sonido se difuminaba bajo el chaleco que bien podría confundirse con el firmamento nocturno ⎯. Mencioné alguna vez que los bailes no se me daban precisamente, ¿o no? Creo que sí, mi mente ha estado un tanto hecha trizas. Pero en lo que respecta a ti, experta escapista, parecería que nos vimos ayer en esa sede francesa. 

Con la mano que no tenía lesionada, le prendió la rosa entre los castaños mechones de su libre cabellera, por encima de su oreja derecha, trazando una media sonrisa al lograr colocarla. Rió por lo bajo ante la mención de sus recientes visitas a los pisos de urgencias en San Mungo, no pudiendo evitar resoplar al recordar tantas oportunidades de escapar de las garras de la perdición. 

⎯⎯Ahora estoy un poco...Uhm, ¿hecho pedazos? Gracias a Merlín, no literalmente. Durante, prácticamente, tres meses seguidos, estuve en Uagadou, intentando vincular con los poderes de algunos libros de hechizos. El precio, fue razonable, pero como podrás ver, una extremidad lesionada es lo de menos. 

Dio una cabezada para señalar su brazo izquierdo, inerte desde que había salido del hospital. Se lo habían inmovilizado con magia, pero aún deshaciendo el conjuro, estaba de cierto modo atrofiado, por lo que no era raro mirar que la capa verde se enroscara cada cierto tiempo en este. Y eso, si omitía las claras secuelas psicológicas que habían mermado su ya precaria estabilidad mental. 

⎯⎯Pero, vamos, que un simple mortal como yo puede sobrevivir a eso ⎯ frunció los labios para formar una sonrisa burlona, mientras aceptaba la invitación de la Macnair-Rosier con una inclinación de cabeza más pausada que la hecha para visibilizar su lesión ⎯. Así que, mejor cuéntame cómo te ha ido a ti. ¿Cómo es qué logras sobrevivir con tantas privaciones? 

Añadió con ironía al adentrarse en el recibidor de la mansión. Nunca había sido un ávido crítico de los recintos, pero tal como se habría esperado de una joven que pertenecía a familias de los Sagrados Veintiocho, la decoración y disposición de todo era exquisita. El Black Lestrange-Thawne, casi se sentía como en casa, ya fuera que se refiriera a la mansión al otro lado de la colina, y al castillo al otro lado del mar, en Nortamérica. 

Giró sobre sus talones, tras maravillarse con tan cordial recibimiento. 

⎯⎯Me gustaría algo fuerte, si te agrada la idea. Ya sabes, un poco de whisky de fuego para celebrar este peculiar reencuentro. Así también podría calmar a las voces dentro de mi cabeza. 

Escuchar voces ajenas a un ente físico nunca era un buen indicio, ni siquiera en el mundo mágico. Para Eobard, y su recién descubierto don de la Legeremancia, limitar su poder para evitar invadir toda mente que se le pusiera enfrente, suponía un reto al sólo tener un par de días practicando el control, tras haber enfrentado sus miedos con la ayuda de la Arcana de dicha habilidad. 

 

@ Juliette Macnair

Off: Que comience la celebración pre-navideña (???)

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Con suavidad asintió a sus palabras, recordando perfectamente el momento en que ambos decidieron bailar una sola melodía de cortesía para luego escapar a quién sabe dónde, siempre que estuviera lejos de la multitud, y aunque aquello no se concretó por azares del destino, conservaba cada momento junto a él como un pequeño regalo que la vida ponía en frente para ella. 

Veo que conociste a las rosas... ⸻murmuró con una sonrisa ladina, agradeciendo con un gesto elegante la colocación de la delicada flor entre sus cabellos almendrados, y luego de que él volvió a su lugar, le invitó a finalmente pasar.

El ceño fruncido ante la mención de la incursión de los libros le trajo recuerdos incomodos, aún sentía una profunda frustración por no haber sido lo suficientemente convincente como para vincularse con el libro de la sangre y su poder albergado en aquellas sagradas páginas. Más no hizo mención del mismo, pues a pesar de conocer al mago durante tantos años, la sangre Macnair tiraba con más fuerza y eso significaba, no mostrar debilidad ante cualquiera.

¿Un simple mortal como tú? Imposible, estoy segura de que albergas algo mucho más poderoso que un mago corriente. 

Le miró con dulzura mientras le guiaba por los pasillos de la Mansión Rosier con un deje de orgullo en su caminar, y cómo no hacerlo, si literalmente había reconstruido los cimientos de su infancia, levantado escombros y revitalizando un apellido que pareció, por muchos años, perdido y hasta extinto para siempre en el tiempo. Las impolutas paredes blanquecinas daban una luz bastante peculiar y significativa, como si Juliette intentara contrastar la oscuridad que desprendían sus sombras con la pureza de su corazón, y vaya que sí lo había logrado.

Caminaron tranquilamente en dirección a la cúpula de vidrio que daba a los jardines, todo a su alrededor estaba decorado con jarrones llenos de rosas blancas, cuadros de los miembros más distinguidos y figuritas históricas que contenían magia poderosa albergada en su interior. Cada detalle estaba perfectamente (re)pensado por la bruja, y cada rincón exclamaba con fuerza que ella era una heredera innata de los Rosier.

No hace mucho recibí un whisky de fuego desde Bulgaria, regalo de un viejo amigo que ahora es profesor en Durmstrang... sólo esperaba el momento perfecto para poder compartirlo contigo. 

Extendió su mano en dirección a la mesita de té que se encontraba perfectamente en medio del, estéticamente, invernadero, y luego de que ambos pudieron acomodarse en sus respectivos lugares, la bruja relajó sus hombros. Dirigió su mirada verdosa a la contraria, y luego de presionar tantito sus labios, contestó a su pregunta inicial.

Han pasado muchas cosas desde mi vuelta a Inglaterra, incluso intenté rehacer mi vida con otra persona... pero, supongo que un corazón como el mío, requiere de alguien que realmente comprenda el peso que llevo, y que por supuesto, me robe el aliento por completo.

Dijo con una pequeña sonrisa.

A veces me pregunto si realmente valió la pena el trato que hice con Artemius, sé que quería estar más tiempo para mi hijo, pero cuando miro mi vida, siento que es tan vacía. No es la vida que hubiese elegido, en lo absoluto.

Se encogió de hombros.

Admito que, pienso mucho en nuestras aventuras, y echo de menos a la joven que alguna vez fui. ¿Crees que he cambiado demasiado, Eobard?

@ Eobard Thawne
off. siempre dramática, nunca indramática (?)

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El Black Lestrange había hecho todo lo posible por no ahondar en los pensamientos de las personas, más aún, en los de sus conocidos, pero alcanzaba a percibir una cierta pizca de molestia que emanaba de Juliette; pero a su vez, de determinación, pues conocía de sobra que cuando la Macnair se proponía algo, no se rendía hasta lograrlo, sin importar cuánto le llevara. 

⎯No conocía tus dotes con la herbología, me ha sorprendido lo bien cuidadas que están las rosas ⎯ respondió, siguiendo a su anfitriona por los pasillos cuya luz parecía casi antinatural, como si tuviera un origen más siniestro ⎯. Me atrapaste, tal vez albergue uno que otro as bajo la manga, pero hace años que me mantengo fuera del radar, ya sabes. 

En algún momento, fueron compañeros dentro de las filas de la Marca Tenebrosa, por lo que se entendían perfectamente. Para llenar el vacío que le dejó el mantenerse a raya en las esferas de poder mágico, se había abocado al estudio, pero no era suficiente; la compañía de su cómplice, por otro lado, resultaba más estimulante que un par de libros viejos. 

Se encontró con unos corredores que despedían una gran historia, en una bien planeada distribución que unía a lo antiguo con la nueva era. Para el Black Lestrange-Thawne, era como sentirse en casa, pues siempre consideró que se encontraba en un limbo entre su antigua vida y la nueva, aún en esas épocas. Experimentó una sensación de liberación conforme se aproximaban a la cúpula. 

⎯⎯Me da gusto que hayas tenido tal consideración conmigo, una bebida así nunca se guarda por mucho tiempo si es buena ⎯ repuso con una fugaz sonrisa, aceptando la invitación a sentarse en la mesa del té, que sería testigo de una suerte de brunch por como iba el asunto.

Apenas tomó asiento pudo relajar el brazo herido, como una pierna cansada que por fin se pone en alto para evitar la hinchazón. Un grave fallo en su educación mágica era la capacidad de curar heridas, pero la magia de los libros de hechizo era muy diferente. Juliette le ponía al día en lo que se refería a su vida, y en ese momento el castaño pensaba en cuánto se había perdido. 

En el verde fulgor de su iris podía ver, sin necesidad de usar sus poderes mágicos, prácticamente toda una vida por la que ella había pasado. 

⎯⎯Si te soy sincero, al verte aún veo a mi ágil complice en tantas aventuras e incursiones. Como ver un espejo que no se opaca con el tiempo; a mí sí me han salido un par de canas, ¿a qué no? 

Bromeó con la maldición de ser mortal, a diferencia de muchos de sus conocidos, para aligerar el ambiente; el cambio era parte del ciclo de la vida, un motor que permitía trascender y valorar todo lo que se quedaba detrás. 

⎯⎯El cambio es inevitable, por más que intentemos huir, eventualmente llega, de alguna forma u otra ⎯ razonó al fin, pasando la mano sana por su barbilla mientras el gris alrededor de sus pupilas observaba a Juliette del otro lado de las lentes ⎯. Tienes un corazón muy particular, quien se lo gane y sepa conservarlo sin morir en el intento, sin duda es muy... ¿hábil? Quizá. Llama mi atención la mención de tu hijo, ¿tanto me he perdido? Quiero pensar que el tema de la crianza ha sido muy educativo. 

Reclinó la espalda contra el respaldo de la silla, procesando lo que la Rosier le había confiado, y que a la luz de su último reencuentro habría parecido poco, pero si se desenmarañaba, era literalmente toda una vida. Intentó hacer memoria de si Juliette había mencionado a su hijo en algún momento, pero sus recuerdos no le dieron razón, lo cual evidenciaba que jugar con la mente de otras personas dejaba hecha jalea la suya. ¿Cómo sería? Se imaginaba una versión aún más joven de la mujer que tenía frente a él.

⎯⎯Aún podemos tener una de esas aventuras como cuando éramos un poco más jóvenes, creo que no estamos tan oxidados ⎯ opinó, depositando su mano sobre el borde de la mesa, a la par que la zurda comenzaba a recuperar la movilidad. 

 

@ Juliette Macnair

Off: Seguro me cuelgas, pero han sido días demenciales; viva el drama (???)

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Una amplia sonrisa se dibujó en sus finas facciones, enseñando esa fila de dientes perlados que iluminaban peculiarmente sus ojos cuando se sentía orgullosa de sí misma. Mordió su labio inferior con entusiasmo, y luego de asentir dos veces, le volvió a mirar.

Bueno, las rosas son... parte importante del escudo de mi familia, y crecí con las enseñanzas de mi adorado abuelo. ⸻contó con tranquilidad mientras enarbolaba la varita para encantar la botella de whisky y de esa manera comenzar a organizar las cosas sobre la mesita.⸻ Hace algunos años decidí que quería ampliar mis conocimientos, y siento que podría dedicarme fácilmente a esto.

Encogió sus hombros.

Bueno, es la decisión más inteligente mantenerse lejos del radar... ⸻respondió a lo dicho por el mago, pero le restó importancia, no podía ahondar mucho en el pasado y juntarlo con el presente, muy a pesar de la confianza que profesaba con él, era consciente de que ya no luchaban por el mismo ideal que antaño.

En cuanto los vasos de cristal estuvieron servidos, y la comida se hubo perfectamente acomodado, la bruja Macnair se dejó caer sobre el asiento, observando al mago detenidamente; no pasaba por alto el malestar que le aquejaba al contrario y por supuesto, maquinaba secretamente en su cabeza para recordar algún ungüento mágico, de esos que ocupaba su tía Castalia para cuando la castaña se metía en problemas.

Te agradezco tus palabras, aunque es una mera ilusión, a pesar de que no soy inmortal, mi belleza prevalece. ⸻alzó el mentón con encanto y luego le miró con dulzura.⸻ Yo veo a mi mismo compañero de aventuras, ahí, en la profundidad de tu mirada, puedo aún sentir esa alma guerrera que tanto te caracterizaba.

Deslizó una mano por sus ondas castañas, y luego procuró de agarrar el vaso con cuidado, dando algunas vueltas a la bebida antes de dar un pequeño sorbo. Pronto tendrían ocasión para brindar, ahora sólo debía dar un buen trago para poder explicar el enredo de historia que tal vez jamás alcanzó a comentarle al mago.

Una forma muy amable de decir que soy muy compleja de amar a causa de los fantasmas que me persiguen, ¿verdad?

Comentó con una sonrisa un poco triste, y luego asintió ante la mención de su hijo.

En realidad ese hijo existía desde que nos conocimos... en ese tiempo, era muy joven y mantenía a Kalevi resguardado en un mundo prisión, ya sabes, dada mi condición y la maldición que me perseguía.

Negó suave, toda una vida.

Kalevi es un muchacho realmente inteligente, cursa en Hogwarts, casa Slytherin, educado por los mejores... ⸻pausó un momento, y luego soltó un pequeño suspiro, necesitaba contarle a alguien el secreto que más le consumía por dentro.⸻ Mi querido Eobard, me temo que le he mentido todo este tiempo en relación a su padre, y me aterra que se entere, si lo hace, podría perderle para siempre.

Acomodó un mechón tras su oreja.

Quizás éste sea el comienzo de una nueva aventura, aunque es un poco aburrida, ¿no? 

Dio un sorbo a su bebida, y luego corrió su mirada para poder fijarla en su alrededor, callando por un par de minutos para disfrutar de esa paz que su hogar le brindaba. Él tenía razón, seguía siendo la misma pero mucho más madura, se notaba en sus ojos, en sus acciones lentas y cuidadosas, pero esa sonrisa vivaz, juguetona e infantil, dejaban en evidencia el corazón aniñado que aún le seguía caracterizando.

Me encantaría presentártelo, Eobard. Estoy segura de que se llevarían bien... a él le gustan cosas parecidas a ti, ¿sabes? 

 

@ Eobard Thawne
Off. Ni sé qué escribo pero en mi cabeza suena bien (?)

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  • 1 mes más tarde...

Escuchaba con atención la explicación que Juliette le brindaba respecto a la presencia de las rosas, mientras se hacía con un bagel de salmón y queso crema para acompañar con el whisky de fuego. 

⎯⎯Tiene sentido, es parte de una gran tradición familiar. Un cliente seguro ya tienes ⎯ concedió, ladeando la cabeza a juego con la sonrisa que le dedicó ⎯. Gran sorpresa también es enterarme de tu herencia Rosier, se creían desaparecidos tras la Segunda Guerra, pero claramente los registros mentían. 

Coincidió con ella en cuanto a mantener un bajo perfil. Dada la constante inestabilidad social que había reinado en Europa tras los cambios en el entorno político, era más sensato ocuparse en los asuntos propios y, de vez en cuando, interferir en los de otros. 

⎯⎯No sabes lo útil que me ha resultado estar muerto para la mayoría de los gobiernos europeos ⎯dijo, moviendo los dedos de la mano sana como sí enlistara países ⎯. Pero, a veces, uno se cansa de correr. 

En cuanto Juliette tuvo el caso entre sus manos, Eobard hizo lo mismo, paladeando un poco la mínima cantidad que se había llevado a los labios. El ardor invadió su boca, como si le cerraran la garganta, pero poco a poco fue diluyéndose en una sensación reconfortante, que se cuestionó si se debía a la bebida o al reencuentro. 

⎯⎯Cuéntame tu secreto, quisiera tener una cabellera tan sedosa como la tuya ⎯ repuso con gracia, inclinando ligeramente la cabeza hacia la derecha ⎯⎯. Un guerrero caído, me temo. Supongo que tiene que ver con la edad, uno se hace menos ágil y más cauto; pero aún se me dan bien las escapadas de los bares, si te lo estabas preguntando. 

Una fugaz imagen del altercado en Elviris Pub, momentos antes de que se les convocara para recibir la mítica Marca Tenebrosa. Entonces no les había importado dejar atrás un negocio casi destruido, y parecía que esa chispa era lo que necesitaban ahora para retomar las andadas. 

⎯⎯Dudo que sea eso, todos tenemos fantasmas, y algunos de ellos visibles al ojo. La cuestión está en no dejar que nos arrastren a ese inframundo. 

Volvió a reclinarse sobre el asiento, con el vaso en mano y la zurda reposando casi inerte sobre su rodilla, mientras escuchaba con atención el contexto respecto al hijo de Juliette del que no tenía conocimiento. En el gris de sus ojos se podía ver la sorpresa; y vaya que él no solía sorprenderse con facilidad. 

La amplia sonrisa que dejaba entrever sus piezas dentales era una reacción cortés para que su expresión de sorpresa no pareciera desconcertante.

⎯Kalevi ⎯ repitió, visualizando la imagen de un hábil estudiante de Slytherin ⎯. Razones de sobra tienes para haberlo ocultado, han sido años complicados, y en esas edades, más aún. Sin embargo, creo que en lo que respecta al padre, más de uno nos hemos llevado un chasco así que, ¿qué es lo que le ha pasado? 

Aunque le interesaba conocer quién sería el posible padre, tampoco quería ser tan fisgón, así que aprovechó para hacerse de otro bocado del bagel. Las posibilidades eran casi infinitas, tal vez alguien dentro de los Sagrados Veintiocho o algún joven de buena cuna en Norteamérica.

⎯⎯Disfruto elaborar pociones en mis tiempos libres, creo que mi opinión respecto a lo que es aburrido o no, sería inválida ⎯ concedió tras otro sorbo a la feroz bebida, como antesala a los hechos que se desdoblarían ahí a partir de entonces ⎯. Me encantaría conocerlo, siempre es grato saber de otro Slytherin, aunque bien sabes que originalmente fui un Wampus. Si me dices que gusta de hacerse con exquisitos objetos de alto valor histórico, lo enlistaré a mi pequeña asociación.

La expectativa de conocer a alguien de quien, momentos antes, no había tenido ni idea de su existencia era emocionante. Las palabras de Juliette contribuían a su imagen de cómo sería el muchacho, por lo que seguro se llevarían bien. 

O intentaría hacer añicos al Black Lestrange en su primera oportunidad.

 

 

@ Juliette Macnair  Han pasado 84 años, srry (?)

 

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Cruzó sus piernas con elegancia mientras le escuchaba, y asintió dándole la razón respecto a los Rosier, ella sabía que habían sido, en su tiempo, una de las familias más influyentes en Inglaterra, pero poco a poco, como la mayoría de los pertenecientes a los Sagrados Veintiocho, sus miembros se fueron dispersando hasta desaparecer de los registros y hacerse polvo en conjunto a sus pergaminos.

Soy la única Rosier aquí, bueno, mi prima Genevive también lo seria, pero ella nació y creció, como la mayoría de los miembros de esta familia, en la magnífica Francia.

Frunció el puente de su nariz.

¿Y qué hay del MACUSA? ¿Aún tienes problemas con ellos? ⸻preguntó con una aparente distractibilidad, pero en realidad, sí que le importaba conocer su respuesta.⸻ Uhm, así que estás cansado de correr ( ... ) ¿te quedarás aquí, entonces? En Inglaterra, quiero decir.

Le miró con dulzura antes de soltar una melodiosa risita cuando él halagó su cabello, y como era lo usual, la bruja alzó su mentón con cierta vanidad, deslizando una de sus manos por las ondas antes de dar una pequeña sacudida elegante con su cabeza. Se sabía hermosa, y eso no era ninguna novedad.

Por Salazar, por poco había olvidado tal catástrofe. ⸻guió el dorso de su mano a sus labios, y luego volvió a sonreír con amplitud.⸻ Supongo que podríamos hacer una que otra visita a los aclamados bares londinenses, pero en secreto ( ... ) si me llego a enterar de que Kalevi hace algo así, lo colgaría de la torre más alta.

Intentó fingir seriedad, pero su vivaz mirada le delataban inconscientemente, o al menos cuando estaba al lado del mago, su semblante oscuro y dominante, parecían inexistentes. En lugar de una matriarca respetada, pasaba a ser esa jovencita de esmeraldina mirada que le sacaba varias canas coloridas a su padre.

Ahora venía lo difícil.

Kalevi piensa que Willian Grimsditch, un respetado y aristocrático auror estadounidense es su padre, mi ex esposo, por supuesto. ⸻aclaró de inmediato, como si de alguna forma le avergonzara la situación, y luego soltó un pequeño suspiro, sus labios se presionaron antes de cerrar los ojos.⸻ William lo sabe, se casó conmigo a sabiendas de que yo no sabía con exactitud quién era el padre, si él o el joven de mi pasado que se apareció momentáneamente en mi vida y luego, por supuesto, desapareció.

Alzó la mano.

¡Y no lo culpo! Lo que ocurrió entre nosotros fue un desliz del destino, no debía pasar, y él quebrantó las reglas. ⸻intentó explicarse, pero mientras más hablaba, más se percataba de lo complejo del asunto, y es que ni ella lograba entenderlo del todo.⸻ En esos años desconocía quién era él, por el encantamiento desmemorizante que efectuó en mí, pero cuando comencé a recuperar algunos fragmentos, de pronto hilé algunas cosas y me di cuenta de que esa persona estaba más cerca de mí de lo que pensé.

Con nerviosismo se volvió a incorporar, abandonando su asiento para poder caminar con tranquilidad alrededor del mago, y acercarse así, a las flores que brillantes se mecían mágicamente cuando ella les acariciaba. Decirlo en voz alta era angustiante, le asfixiaba la garganta y le provocaba una fuerte presión en su pecho. Un secreto que prometió llevarse con ella una vez abandonara ese mundo, pero cuando se enteró y confirmó que él era el padre, William le aconsejó que debía decir la verdad o luego seria demasiado tarde.

Kalevi es muy cercano a su verdadero padre, y lo ama como tal, pero ( ... ) ⸻miró hacia arriba por un par de segundos para sostener las lágrimas, y luego bajó el mentón luego de sentir el temblorcito en su labio inferior; con una mano en su abdomen, continuo.⸻ Padre e hijo se aman y conocen, pero ninguno de los dos sabe la verdad, Kalevi no sabe que él es su padre, y él no sabe que es su hijo.

Volvió a mirar a Eobard.

Su padre ( ... ) su padre es Aaron Black.⸻ terminó por confesar.

@ Eobard Thawne
off. *música de tensión de telenovela* (?)

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