La Marca Tenebrosa ~ Mansión Riddle ~

[Eliah Selwyn R.]

Como matriarca de su familia tenía muchas cosas que hacer ahora mismo y entre ellas si quería que el resto de su familia viviera en paz, en la tranquilidad del mundo mágico sabía que tendría que hacer algo por ello. Por eso ansiaba tanto ponerse manos a la obra para que la sangre limpia volviera a su mundo y no volvieran a tener que huir o a esconderse.

Sentada al lado de la ventana dejó en su regazo un bloc de notas mientras miraba el cielo, aunque una quemazón que hacia mucho que no sentía volvió a parecer en su piel, como la serpiente de su pentagrama, de forma crepitante, baja por su clavícula y hombro  hasta llegar el interior de su bíceps izquierdo por donde aparecer una calavera y la serpiente sale por la boca de esta descansando la cabeza de la serpiente   en el lado interno de la fosa del codo con la boca abierta y la lengua fuera.

Observó la marca con una sonrisa tras subirse un poco la manga de su túnica, tras levantarse e irse a una de sus habitaciones secretas, la bruja estando totalmente en su soledad hizo aparecer la mascara en su rostro mientras sus ojos se volvían de un color amarillo dejando paso a su lado Deimon, puesto que cuando se ponía la mascara su lado del inframundo salía a la luz. 

Ya no era Eliah, ahora era Hékate y su túnica despareció para llevar un corsé negro con escote, pero que salía unas  con mangas cortas negras que a su espalda se unían y  portaba una capucha que se puso para ocultar su rostro. Sus manos estaban enguantadas, sus piernas vestían unos pantalones de cuero también negro junto a unas botas con cierto tacón del mismo color que toda su vestimenta.

Apareció en el lugar indicado, la mansión Riddle, donde la llamaba el líder mortifago, Nada mas llegar observó como mataba (Galia)  a uno de esos deplorables seres y justo despues pudo ver como una de las mortifagas (Kamra) acababa o eso parecía  con la vida de un muggle. Ladeó la cabeza mientras miraba como la sangre gorgoteaba que parecía asquear a la chica. Sonrió  aunque su sonrisa no se podría ver, pero esas palabras de su compañera de bando la gustaron y además la excitaron, así era su lado Deimon, aunque había que destacar que la bruja era atractiva, como la mayoría de brujas que estaban en el lado oscuro.

Avanzó unos pasos tras escuchar la petición y metió el tacón de su bota en la boca de muggle que se estaba ahogando con su propia sangre para que dejará de gorgotear y acabar con aquel ruido y además darle una muerte agónica. Tras ver que se hinchaba al quedarse sin respiración y notar que no salía mas sangre de su boca, apartó la bota de la boca y observó el rostro del humano muerto y luego la faz de la peliblanca de la cual no sabía el nombre. 

-¿Así bien?- preguntó con tono perverso pero a la vez divertido mientras sus ojos amarillos posaban sus ojos en Cillían al cual hizo una pequeña reverencia de cabeza puesto que aunque habían perdido contacto para ella siempre serían familia y por lo visto ahora su Líder-Semper fidelis-susurro sin apartar sus ojos amarillo del Líder.

@ Cillian Haughton  @ Ada Camille Dumbledore  @ Kamra Ashryver D.

 

Editado 13 Septiembre por Eliah Selwyn R.

[Hecate Engosvezhof]

Hogsmeade

Ya hacía varios días que estaba instalada en el pueblecito encantado a los pies de Hogwarts, estaba muy agusto en ese pueblecito tan mágico como encantador. Iba conociendo poco a poco a los vecinos y disfrutaba de Honeydukes como si fuese una cría pequeña. Iba investigando más sobre la zona, viendo cuál era su límite mágico y por dónde podría desplazarme o hacer magia sin sentir miradas indiscretas. El tiempo transcurría pero aún así, se hacía sentir el calor que aún quedaba del verano en ese pequeño sitio, lo notaba por cómo iban los vecinos vestidos y que aún se servían copas con hielo tanto de alcohol como sin él.

Estaba a las afueras del bosque, pero aún así no había cambiado para nada mi atuendo: pantalones bombachos, blusa y botas negras y una capa enganchada a pequeños broches en forma de marca tenebrosa. En esos instantes sentí un escozor muy fuerte en mi antebrazo izquierdo como hacía mucho que no lo notaba, sólo durante la guerra era prácticamente constante el dolor punzante en la cicatriz de la Marca Tenebrosa, lancé un quejido de dolor y tomé un sorbo de sangre fresca de la petaca, comprobé que todos mis enseres estaban a buen recaudo en el morral de moke, tomé mi varita y con un giro de muñeca llegué en una voluta de humo negro, hasta los jardines de la mansión Riddle.

Mansión Riddle

Mi cuerpo salió tras una voluta de humo negro al traspasar la seguridad mágica del lugar. Todo estaba tal cuál lo recordaba, los mismos destrozos y éstos no habían sido reparados en absoluto. Lo único que cambiaba era quién estaba en los jardines a uno de ellos lo conocía de vista, una de ellas, era un aroma familiar; femenino, creía saber quién se ocultaba detrás de la máscara pero tampoco podía asegurarlo al cien por cien, había muchos aromas que se mezclaban y me pareció notar que había cierto tufillo muggle... Bajé la capucha y dejé entrever mi cabello corto estilo años treinta, y mis rasgos un poco tocados por la guerra pero que aún así, todavía era reconocible.

No entendía a qué venía esa reunión pero me sorprendió que ese pequeño grupo mancillara los terrenos de la mansión Riddle. Levanté una ceja para intentar comprender el porqué de todo eso, hasta que un haz de luz verde invadió todo el lugar y un cuerpo inerte cayó al suelo. Y luego, otros dos más... poco a poco los susurros de congoja se fueron acallando...

- mis señores - incliné un poco mi cabeza al trío que aguardaba delante de la mansión en señal de respeto, mientras aún tenía mi varita en mi mano derecha -disculpen que llegue tarde a la fiesta, pero entre una resucitación y encontrar empleo, perdí mucha información por el camino -comenté lanzando una sonrisa de medio lado- así que, perdonad que no esté al tanto de todo - comenté, elevando mis hombros, guardé la varita en uno de mis bolsillos y me crucé de brazos esperando instrucciones -aún así, cualquier cosa que pueda hacer por ustedes, háganmelo saber - volví a hacer un cabeceo leve. Me fijé en que había más gente pero mucha de ella portaba máscara y la voz que salía estaba ensordecida y no se apreciaba a quién pertenecía realmente. 

p.d. :sí lo sé, no es muy bueno, tenerme paciencia que aún estamos empezando xD

Editado 9 Septiembre por Hecate Engosvezhof

[Mefistófeles Evil.]

Calles de Ottery.

El ir y volver de mi ser entre este y miles de planos de la realidad han sido una constante durante toda mi existencia, el muchas veces no saber si uno es de aquí o de allá no era nuevo. Estaba casi acostumbrado a tratar de no sentar raíces, apegos o cariño a familiares y amigos, porque mi presencia era siempre inconstante. Cada regreso, sobre todo al mundo mágico donde más tiempo he pasado, viene cargado de reclamos y llamados de atención, ya que he abandonado muchas veces a personas que he dicho querer y estimar.

Lo que siempre he notado mientras recorría las hermosas calles inglesas de Ottery, es que el tiempo parecía haberse detenido, durante largo tiempo he pasado por esas calles y hasta los adoquines tienen las mismas marcas e imperfecciones, sonando redundante, se sentía la magia en el ambiente.

Me encontraba sumergido en mis pensamientos cuando sentí un fuerte escozor en mi muñeca, era el llamado de la familia, uno de los pocos lugares que a pesar de no mostrar mi rostro podía ser yo mismo, desbordar mis sentimientos, desde los más sublimes hasta los más perversos.

Así que simplemente cerré mis ojos y me adentré en la obscuridad de ese llamado y desapareciendo entre las sombras me dirigí hacia donde solo pocos escogidos podían ir.

Mansión Riddle.

Las sombras de unos arbustos dentro de la hermosa mansión fue el sitio propicio para salir del plano de las sombras, aquella imagen bidimensional empezó a tomar forma, una vez listo ya mi máscara estaba en su lugar, mi traje negro y aquella corbata color sangre que tanto me gustaba, la camisa azabache de igual manera, siempre que la usaba sentía en mi boca aquel sabor metálico de la sangre, parece que iba a haber acción después de tanto tiempo, que excelente regreso.

Las puestas de la mansión se abrieron sin necesidad de ser anunciado, siempre fue así cuando había un llamado, fui caminando hacia el salón y ya se encontraban algunos reunidos, la curiosidad me mataba, pero sea lo que sea tenía la seguridad que me iba a divertir.

Miré a cada uno de los presentes y sonriendo debajo de esa máscara les hablé:

-Abadom se encuentra presente camaradas…-me anuncié a todos abriendo los brazos como diciendo “aquí estoy” …- ¿Qué traen entre manos? ...-

[Eterno Blackthorn]

Había pasado mucho tiempo desde que no pisabas Ministerio sabía bien que no quería ingresar de esta manera en su primera vez aunque dado el caso tenía que hacerlo Y de alguna otra forma entre mezclarse contra el bullicio y la multitud que se encontraba ahí presente. Quiso ingresar en esta oportunidad como cualquiera hubiera hecho pero no se podía raramente escuchó gritos allá a lo lejos y quiso ver qué sucedía. Quizás nos había enterado por llegar tarde posiblemente estuvieran haciendo unos juegos o unos cánticos en dentro de la alegría que normalmente se hacía a la hora de trabajar de una manera muy dinámica y con bastante ímpetu para poder realizar un trabajo exitoso en el día a así realizar con ello un impecable labor.

 

Terminó de arreglarse en uno de los baños del quinto piso pero empezó a haber bastante humo y no sabía si en estupor del lugar era por lo fuerte que sea las que habían estado reventando hace un momento imaginó. le empezó a picar sutilmente su pierna y con ello se enteró de lo que estaba sucediendo realmente, cambiando sus ropas ágilmente con un traje adecuado totalmente oscuro que le cubría todo desde los cabezas a los pies en ellos su capucha le cubrió todo el rostro y él con la mano pasó por la cabeza para que en ella apareciera una máscara aquella la que simbolizaba los cuatro Jaguares.

 

Miró fijamente a su alrededor y sosteniendo su varita salió de su lugar para que en un breve instante ya estaba de regreso acompañando a su grupo los cuales habían sido muy bendecidos en esto trayendo la recompensa a este precioso lugar qué era nuestra casa, con una sonrisa que la llevaba oculta en una intrincada situación espero a que todo se ponga en paz y en calma cosa que iba a ser un tanto imposible dada la circunstancia. Se posicionó entre sus con uno de los tantos conocidos y viejos compañeros de trabajo pero sin abrumarles de preguntarles por lo acontecido lo bien que se encontraban de los más normal y sin problemas, felizmente Todo fue un éxito como siempre sucedía y en esta oportunidad nos llevó y nos llenó la gracia. 

Simplemente Espero a que todos llegasen algunas con la respiración agitada y otros de lo más normal. Aún así fue una impresión lo bastante ejemplar cuando pasó las seguridades de los dominios proporcionando las respectivas contraseñas y llegando al lugar pactado.

[Saori Rambaldi Ragnarok]

Castillo  Ragnarok 

 

Dentro del castillo de  hades soari descansada cómoda mente en una de las salas comunes, donde su tío por lo general deja galletas y dulces  para ella. sentada   en uno de los sillones que daba al ventanal grande, de aquella sala sintiendo un poco la brisa que pasaba se acomodo, solo cerro sus ojos para recordar  aquel pasado y presente que tiene  en su vida, aunque estar con su amada era lo que mas anhelaba pues hace mucho no la veía pero era algo que no  podía pasar por alto. 

 

En el momento que estaba quedando dormida, sintió un dolor agudo en  brazo que recorrió cada parte de su cuerpo abrió sus brillantes ojos azules miro su ante brazo al ver aquella marca sintió un placer inexplicable, además le dio atender que por fin abría algo nueva que hacer después de tanto  tiempo, saori se levanta como si un bicho la hubiera picado, va a su dormitorio y toma la ropa mas cómoda pero elegante que tiene en su closet, toma su capa de color negro como la noche con toques de azul oscuro, con su varita coloca su mascara  la cual tapa todo su rostro por completo, con un color blanco como la luna en un ocaso. 

 

Sale en un hilo de humo hacia su llamado. 

 

Mansion Riddle 

 

Al cruzar el inmenso jardín de aquella mansión que con su despampánate arquitectura hacia poner la piel de gallina , saori camino a paso firme entra con sigilo pues llamar su atención  no era lo suyo, adicional a esto saori vio demasiadas personas pero no le tomo mucha importancia lo que la motivo fue ver tan asombrosa escena de aquellos muggle sometidos por su querida hermana, y sus compañeros que disfrutando tal visión, saori  quien esta ocasión se conocería como(  Sauron )asomo  a ver el nuevo líder de la marca. 

 

La asiática se acerca a donde estaban el resto de sus  compañeros y con un voz suave pero lúgubre - Perdón, la demora - Llamar la atención no era lo suyo, lo que si era lo suyo poder torturar aquellas personas que alli se encontraban, miro de re ojo a su hermana sintió que debía, que debía hacerse notar por lo que mira al líder de la marca y con su carisma poco convencional, mira aquel muggle muerto . 

-Ohhh que escena mas maravillosa - sentía emoción de solo estar alli. 

hace una reverencia -Semper Fidelis - retrocede un poco alzando su cuerpo nueva mente , mira a su hermana y se devuelve a su lugar . - Espero que esto sea una hermosa velada *- riendo levemente . 

 

 

[Aaron Black Yaxley]

 

¿Era de noche ya?. 

Oscurecía el cielo y las largiruchas nubes, dibujadas en el firmamento, bordeaban destellos dorados a efecto de los últimos rayos de sol luego de un día lluvioso. La brisa era fresca y las copas de los árboles se mecían serenamente al cabo de escuchar uno que otro ulular de las lechuzas o graznidos de cuervos a lo lejos. Como el resto, sentí el ardor en el tatuaje de la serpiente enroscada a la calavera; la particularidad de este llamado lo había efectuado en carne propia ¡quemaba más de lo usual!.. era una convocatoria en la Mansión Riddle; ¿sería Ishtar o tal vez Umbra?, no, no, ¡quizás la incontrolable Shiva o el desquiciado de Serpens!... Entrecerré la gris mirada como si quisiese enfocar una de las primeras estrellas del cielo y salí disparado en una nebulosa azabache que sobrevoló los bosques aledaños. 

Al cabo de un rato habría llegado a los terrenos de la mansión. Me dejé entrever sobre el concreto de una lápida acostada sobre el césped y dirigí mi firme andar hacia la mansión del sangre sucia de Tom. Crucé la varita por mi parco semblante, sintiendo una fría tela oscura que materializaría la máscara mortífaga que me distinguía. Paso a paso, envainé mi varita al cinto que moldeaba la victoriana túnica oscura y crucé el cementerio hasta empujar la puerta con mi palma. Se oían voces en el salón, entre ellas las disculpas de una demora.

-Sí ... sí...- asentí parsimonioso, con una voz raspada y áspero acento producto de la apariencia- veo rostros...¡máscaras!... identidades conocidas...- comenté al cruzar el umbral y fijé la mirada en los cadáveres del piso- ¿Qué? ¡¿ejército de inferis?! ... supongo eran brujas o magos del Departamento de Seguridad Mágica, ¿no?- cuestioné mientras observaba a uno que otro mortífago reunido y cruzaba por sobre los muertos con cuidado de no pisarlos. Era casi un acto de ironía- porque digo, no son muggles o sí -me encogí de hombros- Hoy en día cualquiera mata un muggle ¿verdad?- pasé el índice enguantado sobre la mesa y amasé el polvillo- ¿Dónde está la cabeza del líder de la Orden?... ¡Quién tiene una pluma del fénix!- exclamé a secas al tiempo que pasaba la mirada por todos y cada uno de los presentes- Katze, Venus, Cosaco, Nemeus, Kila y toda esa tropa de sucios traidores... ¿quién sabe de ellos?...

[Jeremy Triviani]

La explosión seguida de humo, fuego, más humo y aún más explosiones, conjuro una sonrisa en los labios del vampiro. ¿Había algo más tan poderoso como el grito de los traidores clamando por sus vidas? Lanzó una carcajada que resono perdiéndose en el viento mientras giraba hacia su aprendiz. 

-Y así, querido niño, es como se finaliza con un clan que toca nuestros intereses. Dejamos el nombre de la familia bien en alto y una advertencia que otros tendrán muy en cuenta -Enseñó comenzando a caminar por desnivelado cemento del lugar. 

-Hay uno vivo... -Señalo el joven levantando el mentón con la arrogancia de la adolescencia en sus facciones. Aquella que busca siempre el error en los adultos y lo señala como el mayor logro del universo. 

-Necesitamos que alguien cuente lo que sucedió aquí -Jeremy apenas miró al herido que no dejaba de botar sangre por sus heridas. 

-Si lo dejas vivo, tendremos un enemigo en el futuro.

El vampiro se rió con ganas. ¿Más enemigos? La familia misma era su propia enemiga cuando comenzaban con las largas reuniones movilizadas por el oro y los interés económicos que los producían. El chico aún tenía mucho que aprender de aquella vida. Lo había criado como a un cachorro hogareño lejos de la realidad. 

-No encuentro la gracias a mis palabras, señor.

-Eso es porque habrás heredado el humor agrio de tu abuela -Jeremy repentinamente hizo una mueca al percibir que su marca se encendía sobre su piel. ¿Quien osaba invocarlo? ¿Luego de tanto tiempo seguían llamando? Él estaba fuera, y aún así, la marca quemaba como el primer día.

-Candela...

-Te prohíbo que la nombres. Esa mujer es... -Ni las peores palabras lograban describir a la bruja de su madre. Ni se gasto en hacerlo - Debo irme.

-¿Que? ¿Me dejaras aquí? 

-No, regresa a casa. Luego iré por ti. Tengo que hacer algo.

-¿Entrenamiento? 

-¡Silencio! -Jeremy tomo al chico del cuello y lo sacudió como a una marioneta - No vuelvas a decir una palabra. ¿Lo entendiste?

El último campeonato europeo había dejado un sabor amargo en el rubio. Tan amargo que había precisado varios días para volver a presentarse en los entrenamientos. Lanzó al joven a un lado con violencia antes de sacar la varita y apuntarlo. Vio los ojos claros del chico dilatarse de asombro y terror. 

-No volveré a repetirlo, Ekis. Vete a casa.

El chico no tardó más de dos segundos en desaparecer frente a sus ojos. Cuando lo hizo, Jeremy volvió a oler la sangre y apretó la mandíbula antes de desaparecer. La mansión Riddle le dió la bienvenida. Estaba igual que siempre. No sé molestó en ponerse la mascara, y al cruzar la puerta, se encontró con mas sangre, cuerpos mutilados y mortifagos. 

-¿Y ahora que ocurre? -Preguntó molesto. 

[Juliette Macnair]

 

Apareció en el vestíbulo de la Mansión Riddle con una elegancia que parecía desafiar toda la oscuridad del lugar. La entrada fue marcada por un sutil destello de magia, que hizo que su capa negra se desvaneciera en un torbellino de sombras, revelando un vestido negro que reflejaba la elegancia intrínseca de la familia Rosier.

El vestido, confeccionado en un suave terciopelo negro, caía en un corte ajustado que acentuaba la figura de Juliette con un aire de sofisticación serena. El diseño era impecable, con una silueta ceñida que se abría en una falda larga que rozaba el suelo, moviéndose con fluidez y gracia. El cuello del vestido era alto, con un diseño limpio que ofrecía un toque de nobleza y estructura sin ser tan ostentoso, pero manteniendo esa característico estilo de la bruja.

Siguió avanzando ignorando a los cuadros.

Su cabello almendrado, recogido en ondas elegantes, caía en cascada por su espalda, añadiendo un toque de gracia a su porte imponente mientras sentía cómo la varita de ébano se iba deslizando por su antebrazo, provocándole un cosquilleo que sólo mermó cuando logró agarrarla por el mango.

⸺ No me dejes sola, Dróvik. ⸺susurró hacia las paredes.

Al llegar al gran salón de reunión, la bruja Rosier levantó su varita con un gesto controlado. Un hechizo murmurante hizo que su máscara se desintegrara en un torbellino de sombras que se desvaneció en el aire, mostrando su jovial y delicado rostro, con una expresión de calma y determinación. Su entrada no era sólo un acto de presencia, sino una declaración de su compromiso y su conexión con la causa.

⸺ Parece que la Marca ha tomado un giro inesperado . . .⸺ dijo con su voz clara y autoritaria cortando cualquiera de los murmullo de los presentes.⸺ Espero una explicación adecuada para el caos que se ha desatado.

Con un gesto calculado, extendió una mano hacia una mesa cercana, tocando la superficie con una precisión que subrayaba su control sobre la situación. La elegancia de su atuendo y la intensidad de su mirada verde hacían que cada palabra y gesto suyos llevaran un peso significativo. Hace mucho tiempo que había dejado de ser una niña asustada y protegida bajo las alas de su familia, ahora era madre, y matriarca.

No se andaría con rodeos.

⸺ ¿Y bien? ¿Quién nos revivió de entre los muertos?

@mortios 💀

[Idylla Macnair T.]

Apareció a las afueras de la propiedad, tenía años sin acudir a aquella mansión. Tantas historias, redadas y amistades que se encontraban en aquel lugar, aquel sitio en el cual era su tercer hogar y sus familiares y amigos se encontraban en el.

 

Avanzo con paso decidido y con un poco de nerviosismo por lo que encontraría adentro, ¿quién más había llegado?, ¿cuánta gente que ella conocía seguía en el bando?, ¿Quién los había convocado? ¿Porque tan de pronto estábamos en junta después de la muerte del ministro? Ella había asistido tarde al anuncio en el ministerio, pero sabía que las cosas solo estaban a punto de iniciar y que era cuestión de tiempo para que la persecusión y las consecuencias de quién hubiera hecho aquello, llegarán.

 

Suspiro y entro en la mansión, ya había bastante gente dentro, con mascaras y sin ellas. Algunos los conocía por sus máscaras y los que no la traían vagamente los ubicaba, esperaba que la junta fuera para resolver nuestras dudas sobre lo que pasaría de ahora en adelante, a quien íbamos a perseguir y si debíamos o no meternos con la Orden. Ya que habían estado muy tranquilos en estos últimos años.

 

-Hola familia, da gusto volver a este lugar. ¿Y entonces para que es todo esté reencuentro?- comento la bruja, mientras tocaba el lugar donde estaba su tatuaje de la marca, aún picaba y ardía pero no la incomodaba de ninguna manera. 

[toji]

Kōkyo - Palacio imperial de Tokio.  

 

Mitad de septiembre, el calor aún se abría paso durante largas horas del día, y a veces también en irrumpen en la noche. Las sábanas de seda se pegaban con insistencia a su cuerpo, el sudor que se manifestaba por las altas temperaturas hacía que, con cada movimiento, esta se moviera al compás de su cuerpo inquieto. La serpiente que descansaba en la cara externa del omóplato se despertó, empezó su ligero movimiento que daba pie a un cosquilleo que alertaba que algo estaba a punto de suceder. —¿Qué demonios? —Toji puso atención a su antebrazo para identificar la razón que lo había despertado.  —Es hora de volver— miró orgulloso como la serpiente se colocaba en el sitio que le correspondía, formando así la marca que lo hacía pertenecer al bando tenebroso.  

Toji llevaba más de una semana preparando su traslado a Londres, los asuntos de un emperador no le suponían mucho trabajo ya que contaba con un gabinete que se encargaba de todos los asuntos oficiales. Era una de las condiciones que había puesto tras asumir el cargo que le habían impuesto hace un par de años. Poco a poco tenía menos responsabilidades y eso le dio pie a organizar su vuelta a occidente.  

 

Londres 

Zenin apareció entre una nube de humo negro perlado, las ropas negras que vestía esa noche, no era más que el uniforme que eligió para acudir a la llamada del líder de la marca. La máscara de color jade y oro cubría el rostro de Fushiguro, la cara del oni al que pertenecía su identidad, era un mero recordatorio de la fragilidad y de lo fugaz que puede llegar a ser la existencia de un ser, incluso para los que se sienten inmortales. —Respondo a vuestro llamado, señor— hizo una reverencia a Cillian. —Señoras— hizo lo mismo para ambas compañeras que estaban junto al líder, las lugartenientes. Zenin no dudo en poner su mirada en los tres cuerpos sin vida que descansaban en el suelo. Por la cantidad de sangre derramada junto a ellos pudo deducir que llevaban unos minutos muertos... — La diversión no se hace esperar— comentó mientras se abría paso para colocarse junto al resto de compañeros de armas.  

Toji echó un vistazo a su alrededor, había máscaras que no le sonaban de nada, otras tantas que si pero que de igual manera desconocía su identidad. Era buena señal, de esa manera no tendría que revelar su identidad, al menos no de momento. Ya le iba bien a Fushiguro que pocas personas sepan quién era en realidad.