☙⚜• • • • ••••┉ Castillo Selwyn ┉•••• • • • •⚜❧

[Eliah Selwyn R.]

Observó la reacción de la bruja esperando que no la hubiera molestado el arrebato de la reina de las súcubos, pero pronto comprendió que no era algo que la había molestado a la peliazul. Además que había notado como aquella mujer la acariciaba la espalda cuando estaban en pleno beso, así que eso era una señal inequívoca de que todo estaba bien.

En cuanto la atrajo de nuevo hacia aquellos labios sabor vainilla, ella correspondió al beso mas ávidamente, primero despacio para después mas deprisa como si quisiera devorarla. Aquel sabor vainilla la encantaba, por no decir el olor que desprendía aquella mujer que era excitante para la Daimon, era suave pero penetrante para sus sentidos. La agarró de la cintura para tenerla mas de cerca sin interrumpir el beso, mientras volvía a cerrar los ojos inmersa en el tacto de los labios y de su lenguas.

Notó como suspiraba terminando el beso para escuchar sus palabras mientras abría los ojos observándola tan de cerca, no había casi distancia entre sus cuerpos y aquello era el principio.—Pues si es solo la entrada, ahora te toca entrar...—dijo excitada por las palabras de la Macnair para acabar tirando de ella, mientras la Selwyn se sentaba en el sofá y esperaba que @ Idylla Macnair T.  cayera encima de ella sentándose a horcajadas encima de sus piernas ya que con aquella falda que llevaba la chica de ojos verdes podría notar mas de ella.—¿Jugamos?—Dijo en un ronroneo, aunque ella quería mas que jugar con aquella mujer.

[Idylla Macnair T.]

Sintió como su beso se profundizaba aún más, vaya que deseaba a la chica y eso se notaba. Aunque era la primera vez que le gustaba una bruja, no estaba acostumbrada a recibir parte del deseo o iniciar la pasión. Después de haberse separado de aquel beso, la Macnair cayó encima de @ Eliah Selwyn R.  Y se sento a horcajadas encima de sus piernas, era muy divertido jugar este juego. Miro hacia abajo y se veía espectacular, ella había venido a hablar de una fiesta y míralas como habían terminado en aquella pocision. 

Se dio cuenta que si alguien entraba al lugar podía verlas y no sabía si estaban haciendo algo bien o mal. A ella le gustaba pero sentía que había algo que no cuadraba en aquella situación, no podía confiar en cualquiera que le gustará ya en esos momentos. Estaban saliendo de una guerra y debía limitar los encuentros, no vaya ser que sean de una familia traidora a la sangre. Pero miro alrededor y la decoración parecía ser un poco más tenebrosa que el resto de las casas por lo que decidió confiar.

Bajo una vez más su cabeza y enterró está en el cabello de la bruja, podía oler la fragancia de su perfume y antes de que pudiera pasar algo que cualquiera de ellas se tuviera que arrepentir se separó de la Selwyn.

-Disculpa por tal arrebato, deber haber gente en la mansión que pueda llegar a escucharnos- comento la Macnair y mientras se acomodaba su ropa miraba a la bruja frente a ella, si quieres se veía muy bien ahí acostada en el sofá -además se me está haciendo tarde, tengo una reunión en unos pocos minutos y si seguimos así llegaré muy tarde- claro que mentía, le habían llegado todos esos pensamientos a la cabeza y ella no supo cómo alejarlos, se habían llevado su momento de pasión -pero podemos fijar alguna otra fecha y terminar lo que estábamos planeando aqui- esa frase la dejo al aire, podía hablar de la fiesta tanto como de lo que acababa de pasar con los besos.

Espero la respuesta de la bruja, mientras terminaba de acomodar su ropa.

 

 

Off: tenía que darle un final, espero te guste 😅

[Eliah Selwyn R.]

Ella seguía acariciando las piernas semidesnudas de la bruja mientras seguía besando hasta que notó como ocultó su cabeza en su rubia caballera puesto que cortó el beso. Frunció el ceño puesto que no estaba siendo consecuente con aquellas palabras, primero la invitaba a que la llevará al infierno para después separarse de aquel contacto.

Su rostro cambió frunció el ceño mientras observaba las excusas que la estaba dando la Macnair. A la Selwyn no la gustaba aquello, era una mujer de de palabra y era consecuente con ellas, pero por lo visto la peliazul no era así. Estaba bastante molesta por su comportamiento, así que se levantó  de su asiento mientras se arreglaba la ropa y se la alisaba para estar presentable.

Primero la buscaba a su casa, buscaba una excusa para ver a la chica de ojos azules y amarillos, la deimon intentaba ayudarla con aquella fiesta para su hijo para luego decirla que se podían quemar juntas. Se cruzo de brazos con cara de pocos amigos, volviéndose fría como el hielo y el ambiente se volvió mas oscuro por la presencia de la demonio Abrahel que estaba muy molesta por aquello.

—No creo que  haya otra vez, conmigo nadie juega, que lo tengas claro...—La amenazó con un tono bastante cortante para chasquear los dedos haciendo aparecer  a sus dos elfos.—Acompañadla a la puerta...y no quiero verte cerca de mi castillo...—sentenció mientras la daba la espalda muy enfadada con aquella situación. Odiaba que jugaran con ella y sobre todo cuando alguien había en tan poco tiempo sentir cosas que hacia mucho que no sentía y ahora tenía que ahogar aquello y sabía que ver a @ Idylla Macnair T. la dolería. 

 

[Isobelle Selwyn R.]

Isobelle notó el cambio en la atmósfera al escuchar las palabras de Sylvana. La rabia y la tristeza de su hija estaban a flor de piel, y aunque la adolescente intentaba ocultar sus lágrimas, Isobelle podía ver la tormenta que la consumía. Un nudo se formó en su pecho; no había querido lastimarla, pero sabía que su decisión había tenido un costo.

—¿Ayudarme? —repitió, sintiendo la necesidad de explicarse una vez más—. Mi amor, tú no podías haber hecho nada. No era cuestión de pasarse como una muggle. Era más profundo que eso. El mundo en que vivimos es oscuro y peligroso, y no iba a arriesgar tu vida por una esperanza.

Sus ojos se llenaron de una mezcla de firmeza y compasión mientras se acercaba un poco más a su hija, intentando romper la barrera emocional que parecía interponerse entre ellas. 

—Te envié lejos porque creí que era lo mejor. Te quise proteger de un horror que no debías conocer. Te juro que nunca quise que te sintieras abandonada. 

La mención de Eliah hizo que su corazón se apretara. Sabía que su hermana había estado ahí para su hija, una figura fuerte, pero no podía evitar que la envidia la invadiera. Estaba claro que Eliah era más que una tía para Sylvana y no podía evitar admitir que aquello era lo que más le dolía. 

—No se bien como, pero alguien descubrió que Lyra tenía una nieta—respondió con la voz baja, cargada de seriedad— Según sus informantes, una niña con sangre de vampiro y de demonio corriendo por sus venas; el perfecto objeto de estudios. No sabían que eras completamente humana, solo teorizaban sobre los poderes que podrías llegar a tener y lo útil que podía ser tu sangre. Aún asi, enviaron a un pequeño escuadrón a por ustedes cuando dieron con su paradero. Me encargué de ellos antes de que siquiera saliesen de la ciudad...

Se detuvo, buscando las palabras adecuadas, recordando el momento que la había llevado a cruzar esa línea. Cada decisión estaba entrelazada con la protección de su hija, pero esa realidad parecía tan distante para Sylvana. 

—No te estoy pidiendo que lo entiendas —continuó, su tono más suave—. Solo quiero que sepas que cada acción, cada sacrificio, fue porque te amo. A veces, amar significa hacer lo que nadie quiere. 

Isobelle se acercó un poco más, intentando captar la mirada de Sylvana, que aún se negaba a encontrarla. 

—El negro, te entiendo. Es un recordatorio de lo que somos, de nuestra conexión. Pero quiero que recuerdes también que la vida es más que sombras. Quiero construir algo contigo, aquí y ahora, a pesar de lo que hemos pasado. 

Su voz se volvió casi un susurro, pero lleno de determinación. 

—No quiero que el pasado nos defina. Quiero que sepas que aquí estoy, y estoy lista para lo que venga. 

Con eso, esperó, su mirada fija en su hija, dispuesta a enfrentar lo que sea que sucediera a continuación.

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@ Sylvana Selwyn  @ Eliah Selwyn R.

[Sylvana Selwyn]

El tono suave que estaba tomando su madre poco a poco estaba calmando la rabia que sentía la pequeña Selwyn ante su madre. Aunque quisiera estar enfadada con ella con el tono de la vampira era casi imposible, ya que echaba de menos el cariño de su madre, sus consejos el que todo iba a estar bien, así que puede ser que tuviera razón de que ella poco podría hacer siendo humana y con un nivel de magia tan menor por que cuando ocurrió aquello iba a ingresar a Hogwarts.

Notó que se acercaba mas hacia ella pero no hizo nada, la miraba de reojo poco a poco  mientras seguía hablando mientras la calmaba y la ablandaba poco a poco corazón. Quizás debería creerla, no parecía que quisiera abandonarla como ella pensaba quizás si era cierto que la había dolido todo aquello pero poco a poco sus ojos azules se dirigían de nuevo a @ Isobelle Selwyn R. .

Miro su brazo  para ver las venas de su piel, puesto que al ser tan clara las podía ver, ella era descendiente de una rama de demonios y por otro lado lo siguiente la sorprendió.—¿Tengo sangre de vampiro, mi padre era un vampiro?—preguntó de repente a la morena sorprendida, ya que ella no sabía de aquello, sabía que su madre era vampiro pero no sabía que su padre era vampiro. Aunque ahora mismo todo aquello tenía lógica, había escuchado que querían experimentar con Deimons y si ella tenía dos sangres mezcladas podrían haber intentando experimentar

Las últimas palabras de Isobelle provocaron que mirara a su madre con cierta esperanza, en un momento estaba su madre tan cerca de ella que Sylvana no dudo en levantarse y observarla para acabar abrazándola por donde la llegaba. Su madre era unos centímetros mas alta que ella, pero recordaba aquel tacto que la daba paz, el olor de su madre que tanto la tranquilizaba de pequeña y aunque estuviera fría para ella irradiaba un calor especial.—No me abandonaras nunca ¿verdad?—Preguntó dudosa mientras resguardaba su rostro en el cuerpo de su progenitora.

Fue entonces cuando notó que tenía algo que contarla a su madre, así que se separó de ella mientras buscaba en uno de los bolsillos la carta de Hogwarts y se la enseño a su madre.—Se lo iba a enseñar a Eliah, pero bueno, te lo enseño madre...—la dijo en voz algo mas calmada y casi en un susurro sabiendo que aquello no la iba a gustar a su madre, su tia lo había aceptado en buen grado para que acabará su formación pero quizás la mujer de pelo oscuro no se lo iba a tomar muy bien todo aquello, pero ella deseaba seguir los pasos de ambas Selwyn y hacerlas sentir orgullosas. Quería estudiar y lleva años escondiéndose en los libros y en el conocimiento, quería poder defenderse y algún día defender a su madre.

[Idylla Macnair T.]

Solo por aquel microsegundo en el que dudo y se acomodo un poco sus ropas, la bruja que había estado tan cariñosa con la Macnair cambio totalmente su semblante, ya no estaba embelesada por ella, sino que ahora tenía una mirada negadora en su cara y sabía que había hecho algo mal. 

Ella no quería simplemente haber jugado con ella e irse, pero la rubia no le dejo más opción, empezó a dar gritos y amenazas y eso no lo iba a soportar. Sabía dónde alguien no la quería y le daba tristeza que las cosas hubieran terminado de aquella manera -yo no estaba jugando contigo, solo pare porque pensé que alguien nos vería- comenzo diciendo algunas excusas, pero la verdad es que sonaban solo a eso, excusas. 

Bajo la cabeza y tomo sus cosas que había dejado en la mesita -no espero que haya otra oportunidad, pero si quiero que esto no quede como que yo quería jugar contigo, enserio me gustabas, disculpame por todo- la Macnair siguió al elfo hasta la salida y después de unos pasos alejada de la propiedad salió rumbo al callejón, tenía que despejar sus pensamientos.

@ Eliah Selwyn R.

[Eliah Selwyn R.]

No se dio la vuelta ni un segundo para mirar a @ Idylla Macnair T. , el daño estaba hecho y por muy fría que quería mostrarse aquello la dolía. La había respetado en la boda por que aquella mujer la había interesado para algo más, pero por lo visto la otra mujer no pensaba lo mismo y lo que quería era jugar a un juego que la rubia no estaba dispuesta a seguir. Era un todo o nada, ella podía compartirla con quien quisiera, pero no era de buen gusto venir a la casa de una a hacer que el ambiente se caldeara para acabar huyendo como pollo sin cabeza.

Suspiró la peliazul no hacia mas que excusarse una y otra vez, pero era eso, solo excusas vacías intentando justificarse de alguna manera. Por eso no quería enamorarse, ni amar a nadie, era mejor el sexo sin compromiso y divertirse, al menos servía para alimentar a su Daimon. Podían haber tenido algo precioso, pero la Macnair no había actuado de buena fe con ella.

Su rostro parecía hielo mientras sus ojos azules eran tan fríos como el tempano igual que su actitud hacia ella mientras la miraba marcharse. No sabría si algún día volvería a poder hablarla con naturalidad, pero ahora mismo no podía y quería ser lo mas distante con ella, ya que estar cerca lo único que la haría seria daño. Así que la decisión de ser cortante, distante y sarcástica con ella ya la había tomado para que así aquella mujer se alejara de ella y no volviera a hacerla daño nunca más.

 

[Marabella K. Selwyn G.]

*Era momento de volver a sus raíces*, eso pensaba la pelirroja mientras caminaba junto a su hija Eunji, no sabía cual sería la reacción de Eliah ya habían pasado muchos años desde que se fue del castillo y en muy malos términos, Marabella sabía muy bien que la Rubia odiaba a Kyttara por ser tan pura y blanda lo opuesto a lo que son las Selwyn llena de oscuridad, empoderamiento y sensualidad, algo que ella representaba bastante bien, mas no sabia como reaccionaria la matriarca al darse cuenta que ella no era esa hija que pario hace muchos años y de la cual renegó con sus entraña el día que se entero de que no seguía la ideología de la familia – Vamos deprisa que no quiero que se haga de noche cuando estemos dentro- decía la pelirroja mientras agarraba del brazo a su hija adolescente la cual claramente tenia una mezcla de la odiosa de Kyttara y ella *- no deberías tratar a si a nuestra hija-* hablaba desde su subconsciente la vampira *-yo la trato como se me da la gana, cuando tu tengas el control haz lo que quieras y ya deja de fastidiar que estamos llegando-* respondió la Demonio mientras se adentraba a los jardines del castillo.

 

-¡Wou! es hermoso- dijo Eunji mientras admiraba aquellos paisaje- Madre, ¿es aquí donde viviremos?- Marabella la miro con cara de pocos amigos, claramente esa niña no escuchaba cuando ella le explicaba las cosas, antes de volver le había dicho absolutamente todo para que no hiciera esas preguntas tan obvias y ahí estaba la cabra chica mimada por el engendro de su padre haciendo esas preguntas que desesperaban a la demonio – Como que a ti te faltan neuronas ¿no? ¿qué te dije en Corea? está claro que aquí viviremos aquí, ¿si no para que vendría desde tan lejos a hacer una visita? De verdad a veces siento que le hablo a la pared-el demonio ya no tenía paciencia menos con una adolescente que claramente se parecía mas a Kyttara que a ella, tan llena de luz, de bondad y tan odiosa que a veces le daban ganas de ahogarla, pero claro una de las cosas que no podía por la esa ridícula maldición era no atacar su propia sangre ósea que sus hijos eran libres de ser matados por sus manos.

-Bien llegamos a la puerta, te comporta mira que tu abuela no es muy simpática, si piensas que yo soy pesada y mala, tu abuela es diez veces más que yo y si no quieres parar de patitas en la calle te quedas callada y no haces nada si yo no te lo digo ¿entiendes? – la pequeña pelirroja simplemente rodo los ojos fastidiada y asintió.

Marabella tomo posición para tocar la puerta del gran castillo, pero antes de poder hacerlo vio salir a una peliazul sin siquiera notar su presencia ahí lo cual a la pelirroja le hizo gracia, se imagino que algo tuvo que haber pasado con la déspota de su madre, esa cara de la pelizaul no era por bolitas de dulce. La demonio simplemente se giro a la puerta y le hablo al elfo -kowalsky ve y dile le a mi madre que eh vuelto y dile que la espero en la sala de estar- sin mas entro al castillo junto a su hija y se encamino a la sala , no sabia como la recibiría su madre pero estaba claro que no la echaría nuevamente o eso esperaba, ya no era la dulce Kyttara era en estos momento Marabella la demonio que ella siempre quiso que fuera.

[Eliah Selwyn R.]

Estaba cabreada, estaba claro que estaba sumamente enfadada con todo lo ocurrido, que podría vengarse, claro que podría vengarse, pero ella pensaba que era mejor ignorar y hacer como si no existiera, eso quizás le dolería mas a la Macnair. Mientras tanto mientras observaba por la ventana como salía de sus terrenos la peliazul pudo ver como alguien con un pelo diferente al de su hija y con una cría llegaban hasta sus dominios. Frunció el ceño mientras observaba como llamaban a la puerta y las recibía Kowalsky.

Fue entonces cuando con un rápido chasquido ella desapareció entre  unas llamas y humo de su habitación en cuanto Kowalsky la avisó de aquella inesperada visita. Se apareció de la misma manera en una voluta gris que hizo aparecer poco a poco su cuerpo en unas llamas mientras miraba aquella visita con la ceja arqueada mirando a Kyttara, pero ella no era Kyttara y eso lo presentía no solo ella, sino que Abrahel sabía que aquella era la forma demonio de su hija, a ella como su madre no la podría engañar jamás.

—Hola Hija, aunque bueno¿ como te debería llamar a ti ?—le dijo a su primogénita mientras se cruzaba de brazos delante de aquel corsé que llevaba junto aquellos pantalones negros ceñidos y los botines de tacón negros. Sus ojos azules y amarillos como los de un felino pasaron hacia la adolescente que llevaba su hija en la mano. Frunció el ceño observándola con cierta frialdad ¿desde cuando ella era abuela? Su hija no aprendía a que esa niña tendría que haber sido criada por ella, igual que fue criada Sylvana entre Isobelle y Eliah, había al menos crecido con los ideales correctos, pero aquella cría dudaba que fuera como las demás, tendría que trabajar con ella bastante.

Llevó una de sus manos a uno de los anillos que llevaba en sus refinados dedos y lo tocó para activar asi el Anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos para poder hablar con su descendencia sin que nadie les pudiera interrumpir.—¿ya has olvidado aquellas ideas ridículas sobre salvar a los muggle después de la guerra?—la pregunto de forma sarcástica a @ Marabella K. Selwyn G. mientras esperaba alguna que otra respuesta.

Se Acercó a su nieta con su sensualidad, sofisticamiento y poderío que siempre tenían las Selwyn y se agrachó justo a su altura para mirarla directamente a la cara para observarla, pero con un gesto en su rostro mas suspicaz y una media sonrisa.—¿Quién eres tu ? ¿Cómo te llamas?— Preguntó directamente a la joven que tenía delante que parecía intimidada por la presencia de la Selwyn. Abrahel suspiraba por dentro, puesto que odiaba que las descendencia suya no hubiera salido del todo bien aunque tenía esperanzas con aquella pelirroja que tenía delante, eso era otra cosa que la interesaba muchísimo mas a la matriarca.

—Venga, entrad, no quiero que nadie nos vea hablando en la calle y además esta anocheciendo—comentó la mortifaga mientras se apartaba de la puerta para que entrara mientras Kowalsky andaba por allí no muy lejos por que estaba preocupado por su ama. Ya que estaba teniendo muchas emociones por hoy. La verdad que no se imaginaba que su hija volviera a casa, pero tampoco quería que se fuera, además estaba orgullosa de que el apellido Selwyn siguiera junto a una nieta, eso es que la descedencia de Katara y Lucifer seguía en pie.