☙⚜• • • • ••••┉ Castillo Selwyn ┉•••• • • • •⚜❧

[Shena Cindy de Ryvak M.]

Cindy se tomó la barbilla con tres dedos de su mano ... La sugerencia de su prima Eliah sobre presentar a ambas mascotas familiares para que se llevarán bien y reinará la paz en el castillo, era algo que realmente no había pensado... Se alegro de como se van desarrollando las cosas, siente que el ambiente se torna animado y creé que le gusta mucho.

-- De acuerdo, entonces haré la presentación en cuanto "copo de nieve" regrese a mi lado. (Lo que podría tardar bastante ya que Anthony es él que hace ir y venir a la blanca paloma con sus cartas de amor que la castaña atesora. Una sombra pasa con rapidez en sus ojos castaños cargados de tristeza por el desaparecido mago, se toca el pecho con la mano a la altura del corazón por la preocupación de la posibilidad de que el Ryvak, su amado esposo, esté muerto...) "No! No debo permitir que los malos presagios y la calamidad se ciernen en mi ánimo, aunque me cueste tanto, tengo que conservar la esperanza, confiar en que recuperaremos nuestro amor, así como la vida conjunta compartiendo tan bella relación que hemos tenido el uno con el otro."

La joven bruja aligera su propio sufrimiento centrado su atención hacia otros, por eso con su gesto de tomar la mano de la prima Isobelle, en silencio ofrece su apoyo a la joven.

Tuvo que girar su rostro a una tercera mujer que apareció y se acercó a la repentina reunión familiar, era obvio que no se conocieran entre si, ya que Cindy también recién se enteró de pertenecer a la familia Slewyn por parte de su padre sanguíneo desconocido para la castaña...

Ella esbozo una sonrisa, identificando que su actuar es parecido, ella también fue bastante rebelde años atrás, hasta le gustaba atormentar a quienes se solían oponer a ella y a sus deseos.

Las palabras de la matriarca @ Eliah Selwyn R. la hicieron entender la situación que se desarrolla entre @ Isobelle Selwyn R.  y la hija de está, por lo que no requiere sentirse afectada por la hostilidad que demuestra la chica de hermosos ojos verdes. @ Sylvana Selwyn

Respetuosamente espero que ellas resolvieran sus diferencias.

[Isobelle Selwyn R.]

—¿Hogwarts ? —Exclamó la vampiro con la voz resquebrajada. ¿Su hija apenas llegaba y ya quería alejarse de ella una vez más? ¿Después de tanto tiempo separadas? 

<<No puedes culparla, apenas te conoce>>

Isobelle escuchó con atención las palabras de la Daemon; el suave calor de la mano de Cindy entre las suyas lo único que la mantenía anclada a la realidad actual. 

—Pero Eliah...—Entonces se vió interrumpida por otra voz. Sus sentidos, sensibles y agudos percibieron el sin fin de aromas y sonidos que acompañaban a la castaña brujita y con un rápido movimiento, dirigió su mirada a las raíces de la escalera. Allí, apoyada contra el barandal, envuelta en ropas demasiado grandes para su cuerpo, se encontraba Sylvana. 

—A chuisle mo chroí — El apodo irlandés fluyó de sus labios como un susurro. Era un término de cariño que había aprendido de la partera que le había ayudado durante el embarazo, significaba "Pulso de mi corazón" y vaya que así había sido. Su corazón humano había dado su último latido meros minutos después de dar a luz a la adolescente brujita. Una noche que habría terminado en tragedia de no ser por la presencia de quien había convertido a Isobelle en vampiro. 

La mirada dorada de la vampiro recorrió el cuerpo de su hija, examinando detalladamente y tratando de determinar el estado de salud de su pequeña; la voz de Eliah amortiguada en el fondo tras la necesidad de asegurarse que su tesoro más preciado se encontrase en buena salud. 

Hace un poco más de 5 años, durante los inicios inciertos y peligrosos de la guerra, le había tocado tomar la decisión de separarse de su pequeña. Magos, vampiros y otras razas, estaban siendo secuestrados para luego aparecer muertos en algún rincón recóndito del país; sus cuerpos inertes abandonados en basureros y zanjas, algunos con claros signos de tortura, otros mutilados y otros, los usados como conejillos de indias, llenos de deformidades, sus cuerpos claramente alterados por alguna sustancia. Años más tarde, habían descubierto el plan de los muggles pero esos primeros año, esos horribles primeros meses, la incertidumbre reinaba en el mundo mágico y la Selwyn, temerosa de lo que pudiera ocurrirle a su hija, había tomado la decisión de enviarla fuera del país. La decisión más difícil que había tomado jamás.

Había vuelto a Ottery con la vaga esperanza de un reencuentro feliz; un falso anhelo que sabía no se merecía. Quería creer que su hija entendería las razones detrás de su decisión. Quería creer que la pequeña castaña a la que amaba con locura y por la que daría la vida, llegaría a entender que aún en la distancia, entre las sombras y el dolor, su madre no había querido separarse de ella, que todo había sido por su bien. Pero claramente no era así...

—Cindy, disculpa a mi hija —Su voz como profunda emergió con elegancia y seguridad; no dejando entrever el remolino de emociones que en realidad habitaban en su interior —Vuelvo a reiterar que eres bienvenida en este castillo y mis elfos están a tu disposición si los necesitas. 

Le dio un último apretón a la bruja, intentando demostrar su agradecimiento ante el apoyo prestado. Eliah tenía razón, madre e hija debían hablar; aunque solo los dioses sabrían si de verdad llegarían a algún tipo de paz o si el castillo se llenaría de griterios. 

<<Tú eres su madre y eso no cambiará>>

Bajo el tramo de la escalera con paso decidido y una expresión seria en su rostro. No se arrepentía de su decisión, no ahora que la tenía en casa, sana y con vida. 

—Tal vez no me creas aun pero nunca me he olvidado de que soy tu madre...—Exclamo con dulzura y sin arrepentimientos; alargó inicialmente una dubitativa mano en un impulso de acariciar el rostro de la adolescente pero retractandose en el último momento —Tu tía tiene razón, tal vez deberíamos hablar en privado. ¿Me dejarías explicarte al menos mi lado de la historia?

--

@ Eliah Selwyn R.  @ Shena Cindy de Ryvak M.

 

[Sylvana Selwyn]

Al menos sabía cual era el nombre de aquella bruja que estaba allí con su tia y su madre, pero seguía sin saber el parentesco, quizás, en otra ocasión, cotillearía quien era aquella bruja y que hacia en la mansión de su familia. Miró a Eliah cuando se dirigió a ella por lo que empezó a relajar un poco el gesto de su rostro pero igualmente estaba enfadada por como se presentaba allí su madre sin más.

Entornó los ojos cuando se disculpó la vampira por ella, cualquier persona con dos dedos de frente no se metería con una vampira que podría arrancarla el cuello en unos segundos, pero ella era su hija y sabía que no iba a hacerla nada, aunque ya no estaba tan segura. Observó a su @ Isobelle Selwyn R. que bajaba el pequeño tramo que había de diferencia entre ellas mientras la humana alzaba el rostro para observar a la chica de pelo azabache.

Observó la mano que se dirigía hacia ella, por una parte quería que la acariciara el rostro pero se decepcionó cuando su madre apartó la mano sin llegar acariciar su rostro. Tendría que darla quizás una oportunidad, pero pensaba que la carta de Hogwarts ayudaría a darla un pequeño castigo a su madre para enseñarla que ella también podría abandonarla.

—Vale, vayamos a mi cuarto...—dijo con cierto tono distante pasando por su lado mientras subía al cuarto no sin dar antes un abrazo a @ Eliah Selwyn R.  antes de dirigirse a su habitación. Abrió la puerta de su habitación entrando ella primero y dejando la puerta abierta para que entrara su madre y esperando que la cerrara tras de ella.

Su habitación era de un ambiente un poco oscuro con la bandera de Slytherin en su cuarto y la de Durmstrang que le regaló el padre de la rubia, algún grupo de rock mágico que escuchaba ella, pentagrama rojo con fondo negro y las colchas de la cama de color negro y rojo. Tenía un ambiente bastante dark pero era la etapa que estaba pasando ahora mismo la adolescente. 

Se sentó en la cama dejando que su madre se acomodara donde quería mientras la observaba atentamente, le deba respeto que perdiera los papeles con ella puesto que por su condición sabía que era inestable. Pero en el momento en el que se encontraba Sylvana no estaba pensando en el control de su madre.—¿Y bien?— comenzó esperando que su madre se explicara.

No sabía si su madre la juzgaría por las pintas que llevaba, pero era su etapa rebelde y a ella la gustaba. Y además ella no tenía la fortuna de ser un ser sobrenatural como las dos mujeres a las que admiraba, pero al menos sabía que esa sangre sobrenatural corría por sus venas, ya que su abuela era Deimon por lo que sabía y algo de  herencia en su sangre tendría.

 

[Shena Cindy de Ryvak M.]

Cindy se pasó un mechón de cabello detrás de su oreja, un detalle que suele hacer cuando no tiene una idea clara de que hacer pero en una reflexión que le guiará en el momento presente.

Luego que Isobelle y su hija se retiraron, la castaña se animó a hablar con su prima Eliah.

--Perdon, he pensado sobre las presentaciones y bueno, no sé si sea importante, tal vez no tanto, pero verás, conozco varios elfos que ayudan en los locales que Anthony abrió, yo suelo indicar los cambios en sus tareas y cosas parecidas. Hay una elfina (Tami )a la que le encargó mis cosas personales y la suelo llamar seguido. También Anthony tiene tres elfos personales, uno se lo cedió su padre adoptivo Reacon, (Kristoff) el otro fue anteriormente de su madre sanguínea (Elian) y hay una elfina (Winny) que por lealtad a mi pareja Anthony, también me acepta como su ama.

Tengo la costumbre de solicitarles aquello que requiero, espero que no sea un inconveniente.

Cada que surja una nueva situación, los iré presentando, si te parece bien. En principio, quiero que conozcas a Winny.

La chica castaña bajo sus brazos y junto sus manos al frente de ella pronunciando el nombre de la elfina llamándola con autoridad.

-- Winny -- La elfina apareció a un lado de la joven bruja castaña llevando consigo varias maletas, al darse cuenta que su ama no se encuentra sola, se inclina de inmediato, su cabeza baja y hasta sus ojos cerrados por la inesperada situación. 

-- Prima Eliah, está es Winny, como puedes apreciar, acude en cuanto le solicitó y también sigue las instrucciones que le doy con anterioridad. Me previne con mi equipaje por si me dabas tu aprobación para instalar me aquí y te agradezco mucho por hacerlo ☺️ 

Me siento un poco aturdida, perdón, pero... Puedo ocuparme de mi futura habitación??

@ Eliah Selwyn R.

 

[Eliah Selwyn R.]

Aceptó de buen grado que las mascotas en algún momento se conociese, así por lo menos no tendrían problemas de convivencia con los animales. Notó como el rostro de @ Shena Cindy de Ryvak M. se ensombreció por un momento mientras estaba con los cinco sentidos atenta a lo que podía pasar con madre e hija. 

Por suerte tanto @ Isobelle Selwyn R.  como @ Sylvana Selwyn , se marcharon del hall para irse a una de las habitaciones para tratar lo que tuvieran que tratar tranquilamente. La española no pudo hacer otra cosa que suspirar pues no sabía como iba a acabar aquello, había tratado a la pequeña brujita como si fuera su hija durante los cinco años de la guerra, pero ahora debería tratar ambas dos en solucionar sus problemas y volver ella a su puesto como tía de la pequeña Selwyn.

Prestó atención sobre lo que la comentaba Cindy sobre los elfos y asintió dando la aprobación sobre los elfos, ya que, todo el servicio era bienvenido para poder cuidar todos los terrenos de la familia, asi que si ella tenía personal propio el resto de elfos podían dedicarse a otras funciones. Observó a la elfina, para saber identificarla y al menos no echarla de la mansión, si la veía rondando por los dominios de la familia.

-Si, Shena, puedes irte, además tengo que ocuparme de temas del trabajo del ministerio, este es tu hogar y puedes decorar tu cuarto como desees....-finalizó para dejar libre a la esposa de su amigo Anthony, para ella dirigirse a su despacho para acabar de preparar todo, ya que era jefa de una de las oficinas del departamentop.

[Shena Cindy de Ryvak M.]

La joven bruja sonrió ampliamente por el resultado positivo que obtuvo por parte de su prima y se sintió muy feliz con la aprobación de la elegante y distinguida matriarca.

Llena de agradecimiento le dió un beso en la mejilla antes de encaminarse a la segunda planta seguida de Winny que hizo una reverencia educada a @ Eliah Selwyn R.  Para después hacer levitar las maletas con las pertenencias de su ama y subir por la escalera al segundo piso.

Shena Cindy mostraba en su rostro y conducta, la emoción que le causa ir a elegir su nueva habitación, lo que le causa tanta alegría que le ayuda a dejar a un lado su pesada tristeza.

Decorar la habitación, suena bastante prometedor para explorar su creatividad, a de estar "empolvada" porque hace mucho que no se ha dedicado a decorar como antes que ella dirigía las tareas de adornar los locales conforme a las festividades del año.

[Idylla Macnair T.]

Ya habían hablado sobre las posibilidades de encontrarse después de la boda, habían hecho un convivió en el atrio hacia algunos días, pero ahí no pudo hablar mucho con ella, había mucha gente. En la boda tampoco pudieron hablar demasiado pero las intenciones y el coqueteo ahí estaban, así que ella quería otra excusa para volver a verla; solo que no encontraba alguna. 

¿Si se paraba en la mansión se vería que le interesaba mucho? No sabía ella casi nunca salía con mujeres y los hombres eran los que buscaban siempre, pero es que la Macnair se había quedado muy interesada en la Rubia por lo que se decidió y salió de su mansión. Llevaba un atuendo algo descubierto, un corsé de color negro y una minifalda de cuero azul, combinaba con sus botas negras hasta la rodilla y sus medias de red; encima llevaba una gabardina negra y el cabello amarrado en una chongo.

Desapareció, apareciendo exactamente en la puerta de la mansión, abrió la verja para poder llegar a la puerta de entrada y tocó mientras esperaba ver quién le abría, sin no sabía que le iba a decir del porque estába visitándola, pero algo se le ocurría.

@ Eliah Selwyn R.

[Eliah Selwyn R.]

Unos días después...

La normalidad parecía que había vuelto a la mansión de la familia Selwyn, su hermana estaba en casa, su prima también aunque su sobrina estaba en Hogwarts, sabía que la podría ver en los periodos vacacionales. Por eso, tras llegar al anochecer, estaba en su despacho revisando los cuidados de la parcela de la familia, lo que tenía en la despensas, las habitaciones ocupadas y un largo etcétera.

Llevaba su corsé negro con tonos verdes oscuros, los pantalones de cuero negro ajustado y sus botines de tacón alto. Llevaba la melena rubia suelta que caía completamente lisa y la chimenea del despachó crepitaba dando calor a todo el espacio, además su despacho tenía además un sofá y una mesa de centro negra. En aquel lugar que se encontraba reinaba el escudo de la familia Selwyn, además tenía un minibar y unas jarras para poder hacer chocolate junto a unas tazas y como complemento había  unos dulces, por si en algún momento necesitaba picar algo.

EL dormitorio tenía colores verdes, plateados y negros, pero el despachó tenía los mismos colores pero quitando el color verde por el azul, ya que el azul era uno de los colores de la familia de la que era matriarca. Aunque también había figuras, en su oficina , ya sea estatuas u otras representaciones de felinos.

Escuchó que alguien llamaba a la puerta del castillo por lo que se levantó de su cómodo  asiento enfrente de su mesa de oficina y se acercó al ventanal donde podía ver la puerta del su hogar. Allí la matriarca pudo ver el pelo azul de una bruja que ya conocía, la verdad es que no habían podido acabar el juego pero no esperaba que quisiera volver a verla, ya que las últimas veces apenas habían podido interactuar. Sonrió desde el ventanal para chasquear los dedos lo que provocó que Nibiru se apareciera detrás de la mesa del despacho.

—Trae a mi visita hasta el despacho...—Ordenó al elfo que desapareció de la vista de Eliah mientras ella se volvía a sentar en la silla de la oficina guardando los documentos que estaba revisando en la carpeta para acabar guardándola en uno de los cajones de su mesa de la oficina. Esperando que el elfo trajera a Idylla hasta su despacho.

@ Idylla Macnair T.

[Isobelle Selwyn R.]

Entrar al cuarto de su hija fue como dar un corto viaje al pasado. La habitación decorada en tonos de rojizo y negro era como un festín de imágenes estridentes para sus hipersensibles ojos, pero de alguna forma le recordaba a su época juvenil. El gusto por lo gótico y deprimente le había durado poco, pero vaya que había hecho revuelo en su madre. Como extrañaba a la deimon, ella sabría qué hacer y cómo resolver el asunto que ahora separaba a madre e hija en aquel momento.

—Tu abuela seguro está riéndose de mí en estos momentos, donde quiera que esté —exclamó con ternura mientras recorría la estancia a paso lento, observando cada detalle que la ayudase a conocer y entender a Sylvana. Estaba haciendo tiempo, algo que sabía irritaría a la adolescente, pero tenía que hallar las palabras correctas o si no ambas terminarían hablándose a gritos. 

Decidida y algo irritada consigo misma y con Sylvana por ponerla en aquel apuro, se detuvo frente al tocador y miró a su hija a través del espejo. 

—No esperes que te diga que lo lamento, que me arrepiento de haberte enviado lejos de mí y de tu hogar, porque no es así. Estás aquí, estás viva —dijo con seguridad y algo de dureza. Su hija quería la verdad e Isobelle no era de hablar a media tinta. —Y eso, aunque no lo entiendas aún, vale más para mí que nada en este mundo. Vivo por ti y para ti. Todo lo que hago en mi vida, las decisiones que he tomado desde el día en que viniste al mundo, han sido por ti y por tu bien. He mentido por ti, he dicho la verdad por ti, he incluso asesinado por ti. Así que no esperes una disculpa de mi parte por hacer lo necesario para que mi hija, mi sangre, esté hoy aquí con vida. 

Estaba siendo dura, lo sabía, pero no le importaba. Isobelle había cometido errores y los seguiría cometiendo como toda madre, pero estaba convencida de que enviar a Sylvana fuera del país durante aquellos terribles años nunca contaría como uno de ellos. Era una decisión que le había costado caro por lo visto, pero no una de la que se arrepentía. Se volteó para observar a la adolescente a los ojos, tratando de expresar en miradas lo que le costaba decir en palabras. 

—No lo hice con el propósito de herirte y espero me creas cuando digo que fue la decisión más difícil que jamás he hecho en la vida. Enviarte lejos, entregarte a Eliah… —bajo la mirada hacia sus manos, intentando y fallando increíblemente en mantener la máscara inexpresiva que usualmente llevaba en el rostro. —Estabas muy pequeña para recordarlo, pero en aquel entonces, las cosas no pintaban bien para el mundo mágico, mucho menos para nosotras las criaturas. Había demasiada incertidumbre, desapariciones y muertes sin resolver. Brujas, magos, vampiros y todo tipo de seres mágicos estaban siendo aniquilados, y entonces aparecieron los cuerpos modificados.

Isobelle recordaba el día en que se encontró el cuerpo de la primera criatura con claras señales de intervención experimental. El profeta había publicado la noticia con una gran imagen en la portada que había aterrorizado a la comunidad y sobre todo la había aterrorizado a ella. La primera víctima de la que se tenía récord había sido una niña, una brujita que en aquel entonces compartía la edad de Sylvana; una criatura diminuta y frágil. La habían encontrado a pocos metros de la fachada muggle del Caldero Chorreante; su rostro desfigurado, su cuerpo lleno de bultos y sus brazos llenos de orificios diminutos. En la imagen, su pecho subía y bajaba con dificultad hasta detenerse.

Narró la historia con toda la seriedad y el control que pudo obtener; explicó cómo la imagen de la pequeña la había aterrado a tal punto que había hablado con Eliah aquella misma noche, implorando a la deimon que se llevase a su pequeña fuera del país. Sylvana era lo único que realmente importaba, le dijo a Eliah. Era el futuro de la familia y no podían permitir que acabase como animal desfigurado en la calle.

—Era más fácil para tu tía salir de Inglaterra que para mí. Para entonces, los muggles sabían de la existencia de los vampiros y tenían formas de detectarnos. Fue una de las primeras razones por las que no escapé yo misma. —Su mirada regresó al rostro de la adolescente, encontrando en él rastros de sí misma escondidos en la singularidad que era ella. —Luego pasó lo de tu abuela y yo me perdí en mí misma, en mis emociones y en mis deseos. No podía ser tu madre entonces, no quería ser tu madre entonces, porque no era la misma persona que ves ahora. Era más criatura que otra cosa. Vivía a través del instinto, sin razonar, sin pensar.

La muerte de su madre lo había cambiado todo. Isobelle se había dejado llevar por las emociones, había dejado que la consumieran y se había olvidado por completo del resto del mundo. Había pasado años en aquel estado, y si era realmente sincera, solo tenía unos pocos meses de haber vuelto en sí misma, pero eso no tenía por qué saberlo su hija o nadie. 

—No espero que entiendas —Le dedico una sonrisa melancólica y sincera a Sylvana, la primera en mucho tiempo —Ni voy a pedirte perdón por ponerte a salvo. Solo quería que supieras toda la historia. Te amo y te amaré siempre, y si el costo de mantenerte con vida significa perderte, que así sea. 

Recorrío la habitación con la mirada una vez más. Sylvana definitivamente había heredado el dramatismo de su madre. Una corta risa escapó de sus labios, recordando el tiempo en que ella misma había pasado en una habitación con colores similares.

—El rojo y el negro son demasiado ¿no te parece?

--

@ Eliah Selwyn R.  @ Sylvana Selwyn

[Idylla Macnair T.]

No tuvo que esperar mucho, para que un elfo doméstico abriera la puerta del castillo. Antes de que el llegará estaba admirando los jardines del frente de la residencia, le gustaba que muchas de las casas de los magos y brujas tuvieran tan buen gusto, si los muggles no fueran un problema ellos vivirían bien y tranquilos alejados de ellos y de sus actividades egoístas.

Miro al elfo que le permitía entrar al castillo de la familia Selwyn, sabía que Eliah era la matriarca y que ella y alguien más tenían la casa en funcionamiento, admiraba la decoración y la ubicación de los muebles de aquel lugar; sin duda tenían un buen gusto las personas que vivían aquí. Eso le agradaba más de la rubia, aún estaba pensando que excusa le diría para estar parada en aquel lugar; ¿si le decía que solo le apetecía verla le creería? O solo le daría una cara de ¿Estás loca? 

Cualquier opción podría suceder, trago un poco mientras iban pasando unas habitaciones y cuando el elfo le dio la indicación de que en el despacho la esperaba la bruja. A la Macnair le dio un escalofrío en la espalda, abrió la puerta de la habitación y miro como @ Eliah Selwyn R.  Se encontraba sentada detrás de un escritorio, evidentemente tenía algunos papeles y parecía un poco ocupada con ellos -si llegó en un mal momento, puedo volver despues- comento la Macnair mientras ingresaba al lugar.