• Mansión de la Familia Macnair •

[Akiza Dumbledore Macnair]

Un temor se me alzaba mientras avanzaba por los callejones de Ottery buscando la mansión de mi nuevo hogar...sabía que esto era nuevo para mi, había pasado muchos años desde que pisaba este lugar mágico por así decirlo y bueno me adoptaron sin dudarlo esta maravillosa familia, esperaba que @ Arya Macnair  me acogiera y me llevara a lo que es algo parecido a un hogar calido y acogedor. 

Toque la puerta principal de la mansión, y realmente fue al acto que se abrió, era algo novedoso para mi, así que camine tranquilamente por el camino de piedra que iba directamente a la mansión, realmente era muy grande...quizás algo "tenebrosa" aunque entendía el porque se sentía así, sonreí por mis pensamientos así que llegué a la puerta.

Miré y toqué algunas veces las grandes puertas que estaban enfrente mío esperando a ser atendida, quizás me encuentre con personas que hace mucho no veía, no se realmente que esperar...la verdad no sabía, además de mi mamá, quién vivía en este lugar, mientras esperaba, saqué una manzana que tenía debajo de la capa para comerla tranquilamente, porque una manzana? Pues tenía hambre...sonreí mientras mordía lentamente la fruta y esperé ser atendida.

[Astara Macnair]

Habilidad: Metamorfomagia
Alumna: @ Alyssa Black Triviani
Mentora: Astara Macnair - PJ secundario: Ava Onyx

 

El claro del bosque que se extendía al otro lado del portal era tan sereno como Alyssa lo había descrito. Ava Onyx respiró profundamente, permitiendo que el aire fresco del otoño acariciara su rostro y los sonidos de la naturaleza la envolvieran. Los susurros de las hojas, el canto lejano de los pájaros y la tranquilidad que emanaba de la laguna formaban el escenario perfecto para la práctica que iban a realizar.

Ava observó cómo Alyssa se acomodaba entre las raíces del viejo sauce, conectando con el lugar de manera natural, como si cada respiración la anclara más a la tierra y al entorno. El poder de ese espacio era evidente. Allí, en ese rincón apartado del mundo, Alyssa parecía encontrar la paz que necesitaba para adentrarse en su magia más profunda.

"Compartimentar", pensó Ava, mientras veía a su aprendiz concentrarse en su transformación. Era una tarea ardua, no solo física, sino mental. La metamorfomagia requería un control minucioso, una conexión entre mente y cuerpo que solo se alcanzaba a través de la introspección y la práctica constante.

Ava permaneció en silencio, observando los cambios que se sucedían en Alyssa. Su cabello se acortó y se volvió negro azabache, su figura se alargó y musculó, y su rostro tomó rasgos completamente distintos. La transformación era impresionante, un reflejo de su potencial, pero también del desafío que suponía. Y cuando Alyssa decidió combinar ese cambio físico con un hechizo elemental, Ava sintió el esfuerzo y la concentración que aquello requería.

Alyssa levantó una esfera de agua de la laguna, haciéndola levitar sobre la superficie mientras su aspecto fluctuaba. La transformación empezaba a traicionarla: su piel se aclaraba, su cabello tomaba matices rojizos, y sus ojos cambiaban de color de forma incontrolada. Ava notó la frustración en los gestos de su aprendiz, y supo lo que iba a ocurrir antes de que sucediera. Finalmente, el agua cayó de vuelta a la laguna con un chapoteo fuerte, y Alyssa, exhausta, regresó a su forma original, apoyándose contra el tronco del árbol.

Ava dio unos pasos hacia ella, con una expresión de comprensión y calma.

— Es normal que esto te deje sin aliento —dijo suavemente, sus palabras llenas de apoyo y sin juicio alguno. Sabía lo agotador que podía ser intentar mantener el control de dos disciplinas al mismo tiempo—. Lo que has logrado hasta ahora es impresionante, Alyssa. Dominar una transformación de ese nivel y mantener un hechizo a la vez no es algo sencillo, ni siquiera para los magos más experimentados.

Se detuvo un momento, permitiendo que el entorno las envolviera con su quietud. Ava comprendía la importancia de estos momentos de pausa, de reflexión en medio del proceso de aprendizaje.

— Aquí, en este lugar que te brinda tanta paz, tienes la oportunidad de seguir practicando. La frustración es parte del proceso, pero debes aprender a no luchar contra ella. El control llegará, pero no lo fuerces. Estás muy cerca, pero necesitas confiar más en ti misma.

Ava observó a Alyssa mientras recuperaba el aliento, sus ojos aún mostrando la determinación de quien quiere seguir mejorando. Con un gesto tranquilo, Ava se agachó frente a ella, apoyando una mano suave pero firme en su hombro.

— El siguiente paso es trabajar en fragmentar tus pensamientos —le dijo, su voz baja pero clara—. Necesitas empezar con transformaciones más simples mientras mantienes tu mente dividida. En lugar de intentar algo tan complejo como cambiar todo tu aspecto y controlar un hechizo a la vez, enfócate en una parte de tu cuerpo, como el color de tu cabello o la forma de tus manos. Cuando puedas mantener esa transformación sin esfuerzo, añade pequeños hechizos que no requieran tanto poder mágico.

Ava se levantó, indicándole a Alyssa que lo intentara de nuevo, pero esta vez con pasos más pequeños y precisos. Sabía que la clave estaba en que su aprendiz encontrara equilibrio entre la ambición y el control.

[Alyssa Black Triviani]

Habilidad: Metamorfomagia
Alumna: Alyssa Black Triviani
Mentora: @ Astara Macnair  - PJ secundario: Ava Onyx

 

Al fin comenzaba a comprender lo que quería decir Ava con lo de fragmentar sus pensamientos, y es que como de costumbre la Triviani se había lanzado de cabeza al desafío tratando al primer intento de lograr lo más difícil. Eso era un error muy común para ella, le venía bien que le recordaran de empezar con pasos más pequeños al principio para poder ir dominando la habilidad de a poco. Pensando en las palabras de su mentora y reflexionando en ello, se puso de pie y caminó hasta un costado de la laguna un poco más lejos de las raíces del sauce, donde pudo encontrar una esplanada de pasto suave y libre de obstáculos. 

Se sentó allí con las piernas cruzadas y sus manos descansando sobre las rodillas, con los ojos cerrados y meditando. Así fue como descubrió que si se concentraba en algún rasgo que le fuera familiar era mucho más fácil mantenerlo por largos periodos de tiempo, como por ejemplo cambiar el color de su cabello al negro azabache que era el tono del cabello de su hijo. Una vez estuvo segura de que tenía aquel cambio bien establecido en su mente, la mortífaga abrió los ojos y comenzó a contorsionar su cuerpo haciéndolo fluir a través de distintas posiciones que buscaban estirar sus músculos y lograr un balance. Aquella disciplina era comúnmente conocida como Yoga, se decía que procedía de los budistas y que les ayudaba a alcanzar estados mentales de mayor concentración y zen. 

Tan inmersa estaba en sus ejercicios que mantener la transformación de su cabello le resultaba tan fácil como respirar, ahora por fin entendía a que se refería Ava con lo de compartimentar y de empezar con pequeños cambios en lugar de intentar una transformación total de entrada. Finalizó el último movimiento de su rutina y regresó a la posición inicial, respiró hondo y exhaló despacio dejando que todo su cuerpo se relajara. Al abrir los ojos le dedicó una sonrisa a su mentora.

- Ahora si entiendo – comentó la Triviani en apenas un murmullo, como para no alterar la paz que le rodeaba.

A continuación agregó otro cambio a su apariencia, recordando la piel trigueña de su esposo Pik se concentró hasta adoptar ese rasgo en sí misma. Una vez más, manteniendo ambos cambios en su aspecto, comenzó una vez más con su rutina de ejercicios de yoga. 
 

#5

[Idylla Macnair T.]

Después de aquella gran reunión en la que estaba tanta gente importante, había llegado el día en el que podía descansar, los adolescentes ya se habían ido a Hogwarts y no los verían, mínimo hasta las fiestas decembrinas.

Se disponía a bajar a la cocina por un bocadillo, en aquellos días la mansión estaba algo desolada. No había mucha gente por los alrededores y eso le daba escalofríos, ingreso a la cocina y miro a los elfos que ya estaban preparando la comida, muy bien ella tenía mucha hambre. Tomo algo d els comida que preparaban y escucho como tocaban a la puerta.

Normalmente dejaba que los elfos abrieran la puerta, pero ella estaba cerca así que se encamino hacia ahí y la abrió -que grata sorpresa- comento la bruja al ver a @ Akiza Dumbledore Macnair parada frente a ella. Comiendo una fruta y luciendo muy confundida de su encuentro -pasa hija, bienvenida está es tu casa- comento la peliazul, dándole la bienvenida y dejando que avanzará justo delante de ella, para que pudiera observar la casa -no sabía que vendrías el día de hoy-

[Astara Macnair]

Habilidad: Metamorfomagia
Alumna: @ Alyssa Black Triviani
Mentora: Astara Macnair - PJ secundario: Ava Onyx

Ava observó a Alyssa en silencio, percibiendo el cambio en su actitud. La alumna había comprendido, finalmente, la importancia de fragmentar sus pensamientos y de avanzar paso a paso. Ava se sintió orgullosa, no solo por la mejora evidente en la metamorfomagia de Alyssa, sino también por la calma y el enfoque con los que abordaba ahora el desafío.

La bruja notó cómo el cabello de Alyssa se mantenía negro azabache, una transformación firme y estable que parecía casi natural para ella en ese estado de meditación profunda. Cuando Alyssa comenzó a fluir entre las posturas de yoga, Ava no pudo evitar sonreír levemente. Había algo en la fluidez y la gracia de los movimientos de su aprendiz que demostraba un crecimiento interno, un equilibrio que iba más allá de la simple magia.

Cuando la Triviani abrió los ojos y le dedicó una sonrisa a Ava, la mentora inclinó la cabeza en señal de aprobación.

— Lo has logrado, Alyssa —dijo suavemente, respetando el ambiente tranquilo que las rodeaba. Sus palabras eran firmes pero llenas de calidez—. Ahora ves lo poderoso que puede ser el enfoque, el dominio de un solo cambio a la vez. Este es solo el principio, pero ya has dado un paso importante hacia el control total de tu magia.

Ava mantuvo la mirada en su aprendiz mientras Alyssa añadía un nuevo cambio a su apariencia, adoptando la piel trigueña que evocaba los recuerdos de su esposo. La facilidad con la que mantenía ambas transformaciones a la vez era impresionante, y Ava sintió que estaban cerca de un punto de inflexión en el desarrollo de la alumna.

— Lo más difícil de la metamorfomagia es confiar en tu habilidad sin forzarla —añadió Ava, con una expresión serena mientras observaba a Alyssa volver a su rutina de yoga—. Ya has demostrado que tienes el poder, ahora se trata de permitir que fluya naturalmente, como lo estás haciendo ahora. Esta conexión entre mente y cuerpo, entre pasado y presente, es lo que te dará la estabilidad que necesitas para avanzar.

Ava dio un paso atrás, permitiendo que su presencia se volviera más discreta, dándole a Alyssa el espacio necesario para seguir explorando sus transformaciones. Sabía que la alumna estaba encontrando el ritmo adecuado, y que con el tiempo, lograría un dominio aún mayor de su don. Observó el progreso de Alyssa y decidió proponerle un ejercicio que la ayudaría a perfeccionar su control.

— Vamos a dar un paso más en tu práctica. Esta vez, quiero que elijas dos aspectos de tu apariencia que sean completamente opuestos entre sí. Por ejemplo, puedes cambiar el color de tus ojos a un tono claro y transformar el color de tu cabello a un tono oscuro. El objetivo es que mantengas ambos cambios estables mientras ejecutas un hechizo sencillo, como encender una pequeña llama con tu varita. Esto te ayudará a dividir tu atención entre la metamorfomagia y la magia elemental, permitiendo que cada transformación ocupe su propio espacio en tu mente.

Hizo una pausa, permitiendo que Alyssa asimilara la instrucción.

— Cuando te sientas segura manteniendo esas dos transformaciones mientras realizas el hechizo, añade un tercer elemento. Quizá un cambio en la forma de tus manos o el color de tu piel. El reto no es solo mantener los cambios, sino lograr que todo fluya de manera natural, sin perder el control ni forzar tu magia. De este modo, no solo mejorarás en la metamorfomagia, sino también en la integración de tu poder mágico en momentos de alta concentración.

[Akiza Dumbledore Macnair]

Veo como se abre la puerta y sonrío al ver quien fue la persona quién me recibió era mi mamá, terminé tranquilamente la manzana suspirando levemente, mientras me acercaba para poder entrar a la mansión, suspiré suavemente feliz al ver a mi alrededor el acogedor aire familiar que no había respirado hace mucho tiempo.

-Si, quería darles una sorpresa, como estas?- pregunté feliz mientras iba a un lugar acogedor para iniciar una charla trivial...claro después de desaparecerme años del lugar...tendría preguntas.

-Cómo van las cosas?- pregunté con una sonrisa, acomodándome en un sillón cercano, parecían años (literalmente) en sentarme en algo tan cómodo. -Hay buenas noticias mamá?- seguí con el interrogatorio.- Ya pasaron años que decidí volver y me imagino que hubo alguna novedad en mi ausencia, así que cuéntame todo lo que necesito saber- dije con una sonrisa mientras sacaba de mi bolsa un chocolate que era muy rico de donde yo estaba.

-Ten mamá espero que te guste- dije a @ Idylla Macnair T.  feliz tendiéndole el regalo. -Es poco, pero bueno debía escoger algo pequeño para regresar- dije riéndome levemente.

 

[Radamantys]

Un suave viento soplaba en el ambiente,las hojas de los árboles se mecian de un lado a otro sacudidas por la corriente que se dejaba sentir,en el horizonte el sol aún brillaba con cierta fuerza,más sin embargo la tarde empezaba a avanzar y dentro de poco, está daría paso a la noche,aquel momento del dia en que las energías se combinan de cierto modo que la magia toma un matiz diferente.

Una vez más la figura de Radamantys se había hecho presente,una vez más aquel mago había aparecido en aquel lugar donde ya había estado un par de ocasiones,pero está vez muchas cosas habían cambiado,el ya no era el mismo que pisará ese sitio,un tiempo atrás,la inegbale marcha del tiempo se había dejado sentir y la constante evolución del ser humano había llegado hasta Radamantys.

Los ojos del mago volvieron a recorrer la periferia,talvez era una costumbre que le había quedado de todas las veces que solía entrar en batalla,y seguía haciéndolo solo que en esta ocasión ya no defendiendo los ideales de la magia tenebrosa,en este punto los ideales de Radamantys eran los que predominaban,había dejado atrás el fanatismos y ahora avanzaba en una senda donde buscaba las cosas que le hicieran felíz.

Y precisamente una de aquellas cosas era lo que había hecho que el aparecía en ese sitio,el mago solía ser una persona alejada y reservada,pero había ciertos momentos en los que se tenía que hacer acto de presencia y aquel era uno de esos momentos,al menos en esta ocasión y con ella el quería hacer las cosas bien,era algo diferente y como tal,de manera diferente lo manejaría.

Así pues el mago empezó a caminar,con calma y sin ninguna prisa ,se sentía en paz y se sentía tranquilo,mientras avanzaba hasta su destino,los recuerdos del mago volaron a lo que había vivido últimamente y de las pláticas que había tenido con Idylla,sabía que ese era si camino y que estaba haciendo lo correcto,los tiempos en que Radamantys escapaba,habían quedado en el pasado.

Tras un lapso breve de caminata,el mago llegó hasta la entrada principal de la mansión Macnair y no pudo evitar que de sus labios escapara una sonrisa maliciosa,al recordar la última vez wue estuvo ahí, acompañado de los miembros de su bando y buscando evidencias para incriminar a la familia a la cual ahora buscaba de manera amistosa.

Rada se encogió de hombros,aquellas cosas del mundo mágico así eran, entonces se quedó de pie, pensando que no se vería bien que volara la reja y llegara hasta la puerta principal,eso sin duda hablaría mal de el ,y el ante todo era un caballero,no quería empezar aquel encuentro con el pie izquierdo así que tocaba hacer las cosas bien.

A su derecha  se encontraba un intercomunicador, Radamantys saco la varita y lo picó con está,al momento una voz metálica se dejó escuchar preguntando quién era y cuál era el motivo de la visita,- Soy Radamantys y vengo a visitar a la señorita Idylla Macnair - respondió secamente el mago mientras se quedaba una vez más frente a la puerta ,en espera de ser atendido.

La paciencia nunca había Sido unas de las virtudes de Radamantys,por lo que sus ojos negros se entrecerraron un poco y sintió el peso de la varita en su distra mientras pensaba que que pasaría si apresuraba un poco las cosas,al final ahí estaba y eso era lo importante y en esas ideas estaba el mago mientras se debatía entre volar la reja o esperar ser atendido.

@ Idylla Macnair T.

Editado hace 7 horas por Radamantys

[Idylla Macnair T.]

Estaba muy feliz por ver a la bruja que era su hija ahí de pie en la entrada, le hacía varias preguntas - Bueno antes de contestarte todas las preguntas, ¿Porque no pasas y lo platicamos con una galletitas y un te?- comento la bruja, mientras la acompañaba hacia adentro de la casa -pues como ya sabrás la vida aquí en la mansión es muy aburrida, es más divertido ahorita todo en el ministerio con los accidentes y las demás cosas que han pasado, la verdad es raro que me encuentres por la mansión- sonrió mientras la invitaba a sentarse en la sala y dejaba sus cosas por un lado.

-Artemis- dijo y con un crack apareció la pequeña elfina en su presencia.

-A sus órdenes ama- comento la pequeña criatura con una reverencia, le gustaba que siempre estuviera a su servicio si la necesitaba.

-Necesito que lleves las maletas de @ Akiza Dumbledore Macnair  a su habitación y nos traigas te y galletitas para poder platicar- comento la Macnair con una sonrisa y con una reverencia más desapareció con las cosas -bueno en un momento más nos traerá los bocadillos, mientras puedes seguir contándome sobre lo que has estado haciendo cariño- mientras la miraba frente a ella, dio un suspiro, por fin dos de sus hijos estaban con ella y se sentía feliz. Claro que sí la tercera hija llegará su felicidad sería plena, pero ahors solo necesitaba el amor de sus hijos y de su novio.

Mientras que pensaba en eso último, el timbre sonó y alguien más estaba en la puerta, la elfina estaba trayendo los bocadillos y el té, así que fue a abrir la puerta de enfrente. Últimamente había mucha actividad en la mansión así que cualquier persona podría estar fuera de la puerta en aquel momento.

Después de unos segundos de espera y de que la elfina fuera por el @ Radamantys estaba entrando por la puerta para la sorpresa de la peliazul -¡Mi amor! No te esperaba en la mansion- comento con una gran sonrisa y fue a echarse a sus brazos -No me mal entiendas me agrada que estés aquí, de hecho quiero presentarte a alguien- se fue de la mano con su novio y fue a dónde estaba Akiza -cariño te presento a mi hija Akiza- lo dijo mientras los presentaba -Hija mia te presento a Radamantys mi novio- lo dijo con una gran sonrisa en su cara y espero a que ellos hablarán.

 

@ Cissy Macnair

[Akiza Dumbledore Macnair]

Estaba cómoda al fin en casa, suspiré -Bueno mamá tu sabes que tenía gustos muuuy raros- dije sonriendo esperando las galletitas y el té para hablar tranquilamente con mi mamá. -La verdad solo fui a hacer investigaciones de mis gustos, descubrí muchas cosas de plantas y animales que pueden apoyar en curas interesantes, pero ya debería ver si en algún momento, podría traer esas cosas acá del extranjero...pero bueno ya sabes el papeleo que costaráy a mi no me gusta hacer papeleo- dije riéndome suavemente.

-Y bueno...mamá que más te puedo contar...que reabriré mi negocio que tenía claro por mi ausencia tuve que cerrarlo...y bueno- suspiré suavemente -Debo ver cómo poner las cosas en orden ahí...quiero remodelar todo...y mencionar a Seba mi otro socio...pero bueno el ya se fue de este mundo- miré a la ventana recordando y daba un poco de emoción al recordarlo.

De pronto, escuché el timbre, mientras tomaba una galleta, vi la emocion de mi mamá @ Idylla Macnair T.  al levantarse y saludar al hombre imponente que acababa de entrar, me dio un leve escalofrío, tenía la leve sospecha que sii lo conocía pero como pasaron muchisimo tiempo...suspiré suavemente y me acerqué a ellos, escuchando sorprendida a su mamá que me decía que era su novio...

-Vaya sorpresa mamá! Me voy un tiempo, y ya te encuentro con pareja...felicidades mamá. dije atónita sin poder dar crédito a lo que escuchaba, me acerqué para estrechar la mano de @ Radamantys  un poco tímida ante esa persona.

-Un placer Radamantys...me presento soy Akiza...espero poder llevarnos bien- dije con una sonrisa. -Cúanto tiempo ya están saliendo?- pregunté curiosa mientras los miraba volviendo a tomar asiento en donde anteriormente estaba.