Jump to content

• Mansión de la Familia Macnair •


 Compartir

Publicaciones recomendadas

La luz del interior me permitió verla bien. Entró, se quitó el abrigo, y me miró como si yo fuera un payaso. Me miré a mí misma unos momentos después de que ella lo hizo, intentando analizar lo que ella veía. Si, bueno, el pijama era un regalo de mamá, no iba a tirarlo, sería descortés. Hice un mohín y volví mí mirada a ella.

A pesar de que la luz tiraba destellos cálidos sobre ella, su cabello parecía encendido como una bengala. Diablos, era pelirrojo, precioso. Besada por el fuego.

-ca***o- susurré al escuchar su nombre.

Por poco tiro el vaso a la mier**.

-¿Arya Macnair? ¿LA Arya Macnair?- mí voz salió en un tono demasiado agudo y, luego me puse a chillar como si fuera una cría. Un chillido de alegría, seguido por un saltito-. ¿La maldita Arya Macnair? ¿La líder de la Marca Tenebrosa? ¿La Arya Macnair que trabajaba con el Ministro Aaron Black?- otro grito y otro saltito-. ¡Ay! mier**, lo siento, lo sientl. Soy Astara... -me sequé la mano húmeda por la transpiración del vaso en el pijama y la extendí,- Astara Macnair.

Esa mujer era una leyenda entre leyendas. No lo podía creer. La mismísima Arya Macnair había vuelto a Ottery y estaba en casa, en la puerta de la mansión que me había recibido, mirándome con una sonrisa un poco burlona.

La había visto en el árbol que estaba en la pared de la sala de estar, pero seguramente ese retrato la mostraba más joven. Estaba... Cambiada.

 

@ Arya Macnair

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Retiré la mano como si se tratase de un perro rabioso, ladrándome. Sus alaridos me tomaron por sorpresa, no lo voy a negar; ni siquiera en mis años mozos alguien había chillado así por mi. Tal vez en batalla, pero con animosidades violentas. Esto… esto era totalmente otra cosa. 

 

La adolescente se limpió la mano, cambiando el vaso qué sostenía de agarre, e intentó presentarse. Volví a repetir el accionar, Astara estrechó mi palma, podía sentirla temblar bajo el agarre. 

 

—Perdona, no me lo vayas a tomar a mal pero— hice una pausa cortés —¿Nos conocemos? 

 

Era imposible conocer el rostro de cada Macnair, aunque éramos pocos los que sobrevivimos con el correr de los años. Más si había alguien que recordase casa nombre del árbol, después de Sybilla, era yo. Y no, no tenía ni la más pálida idea de quién era esta joven que parecía estar al borde del desmayo. Igualmente colgué mi abrigo cuando pretendía explicarme un poco más nuestro parentesco, sin dejar de oír todos los sonidos de la Mansión.  

 

Aidan y yo nos habíamos separado en Viena, los gemelos habían querido quedarse con él los 2 días que aun le restaban del viaje. Prometió que nos veríamos aquí para estás fechas, y sin embargo no había ni pista de ellos. Él sabía que detestaba los contratiempos, además Henry había estado un poco enfermo la última semana, los echaba de menos. 

@ Astara Macnair

 

 

nqOolSA.gif

N0sdOK4.png

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Por poco se me cae una lágrimas cuando su dulce, suave y cálida mano tocó la mía. ¡Me había tocado! Jamás volvería a lavarme esa mano...

-Ay, no, no, ¿cómo crees? Para nada me lo tomo a mal - hice un gesto con la mano, quitándole importancia-. En realidad nadie sabía mucho de mí- me encogí de hombros. A estar alturas debería estar acostumbrada al secretismo que manejaban algunas personas, pero me seguía molestando todo lo referente a mis padres-. Soy sobrina de Castalia, hija de su hermano Faolan- me hamaqué sobre mis propios talones, mientras la veía llevar el abrigo al perchero-. Ay, perdón, es descortés de mi parte. ¿Quieres tomar algo? Sé que estamos a finales del verano, pero es que esta noche está algo fresca... ¿quizás un té o un café?- aventuré.

Me daba pena tener que explicar lo complicado que era el asunto familiar de mi lado de la línea de sangre. Mi padre y mi tía estaban peleados desde su adolescencia, cuando Castalia había decidido irse con Tobías Atkins. Por supuesto, eso no había salido bien, y ella había desaparecido como por cinco años. Después, papá se había enterado que Castalia se había casado con un Stark y había abandonado la Marca Tenebrosa. La había repudiado por esa decisión. Pero yo creía que era fácil juzgar viéndolo desde afuera. Después de todo, él no se había enlistado nunca en La Marca Tenebrosa, aunque profesara los mismos ideales. Para mí, eso era ser hipócrita. Al menos mi tía Castalia tenía bien en claro sus cosas.

Mientras cavilaba, había ido caminando hasta la cocina y ya estaba poniendo la tetera en el fuego. No había elfos en la mansión. Tipsy y Dipsy se habían ido a trabajar en Hogwarts en 2024 y yo no les había pedido volver. Sabía que a Rohana no le gustaba que ellos sirvieran a nadie, así que no veía el motivo para pedirles que estuvieran de vuelta. Aún así, había cosas que siempre "se hacían". Las camas, la ropa limpia, las luces encendidas. Primero había pensado que la mansión estaba viva. Después había notado que cosas como las comidas también estaban listas en los horarios habituales. Finalmente, luego de decir unos cuantos nombres al aire, la elfina de Sybilla, Jill, había aparecido. Aparentemente Sybilla se había mudado a la mansión Ragnaventus, y Jill odiaba ese lugar, así que se había quedado en la Macnair. Al no estar Tipsy o Dipsy dándole órdenes, se había sentido libre de hacer las cosas por cuenta propia.

-¿Tienes hambre? ¿Dónde están Aidan, Henry e Issac?- pregunté, despreocupada, como si conociera a la familia de toda la vida.

 

@ Arya Macnair

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Faolan... 

Casi podía oír los engranajes de mi cerebro trabajando. Castalia nunca me había hablado de su familia, evitaba el tema de forma tan abrupta que después de cierto tiempo opté por ya no preguntarle. Y ahora aparecía una sobrina suya en mi hogar. Alcé una ceja, todavía me preocupaba un poco el estado mental de esta jovencita, me veía como yo solía observar los libros de pociones en la biblioteca de Babilonia. Pero la casa no era tonta, jamás dejaría pasar a alguien que pusiera en riesgo a los Macnair, y los encantamientos contra los traidores a la sangre seguían de pie, pude sentir el hormigueo en la piel cuando crucé el umbral del jardín. 

Así que la seguí hacia las cocinas, observando lo vacías que se veían las salas, aunque siempre cuidadas e impecables. No había elfos, Tholav no estaba por ninguna parte, por lo que intuí que seguía con Ámbar en Viena. De alguna manera tenía que cuidarla, pues aunque nuestra relación había mejorado muchísimo, seguía impidiendo que la protegiera. Astara no paraba de hablar, hablaba sobre su padre, sobre Lia y sobre La Marca ¿De dónde se apagaba esta niña? 

—¿Por qué tu padre se distanció de Lia exactamente?— Me interesé, no veía imperfecciones en aquella mujer, yo la amaba casi como a una madre. 

Tomé asiento cerca de la mesa donde siempre había algo qué comer, incluso de noche cuando todos deberían estar durmiendo, y tomé una tarteleta de cuestionable color. Le di un mordisco mientras la platinada ponía la tetera al fuego y soltaba una pregunta antes de responder mi interrogante que me hizo endurecer. Por instinto y viejas mañas bajé la mano hacia el costado de la cadera, allí donde siempre reposaba mi varita. Si yo no la conocía, y su padre estaba distanciado de Castalia ¿Cómo ella sabía de mis hijos? 

Sutilmente dejé el dulce sobre la mesa, me limpié la comisura de los labios y me acerqué a ella. 

—Aidan y los gemelos ya deberían estar aquí— Mi voz, carente de expresividad —Por favor, Astara, explícame qué haces aquí, por qué estás sola y cómo es que nos conoces a todos.

Cuando adoptaba aquel tono imperativo, mis ojos se volvían oscuros como la misma noche.

—Tendrás que volver a disculparme, pero llevo...— ella me interrumpió, incluso sabía cuánto tiempo llevaba fuera. 

Era sorprendente y aterrador al mismo tiempo.

Estaba a punto de interrogarla de forma poco amigable, cuando pasó algo que me descolocó completamente. La puerta de la cocina de abrió, aquella que comunicaba con los jardines traseros, y por ella entró Siberia, embarrado hasta la madre, aquel bello pelaje blanco todo mojado, y se sentó junto a Astara, colocando su cabeza bajo la palma de sus manos para que le hiciera cariño. El huargo casi le llegaba al pecho, pero su comportamiento era el de un cachorro. Si él, protector de mi familia, bajaba la guardia ante la adolescente, definitivamente yo también debía hacerlo. 

@ Astara Macnair

nqOolSA.gif

N0sdOK4.png

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Para mi vergüenza debí admitir que no era un buen hijo, hermano o familiar de la Familia Macnair. Digamos que era una muy exacta representación de la oveja negra. No es que comulgase con los ideales puristas y si algo tenía en común con mi madre @ Cissy Macnair  era que a veces nos delitabamos en desmonetizar a algun mago de alcurnia. Bueno eso era antes. Creo que desde mi boda con @ Perenela Arya Grindewald Potter Blue  donde me llevo al altar no veía a Cissy. Y familiares pues a @ Idylla Macnair T. la veía a cada rato.

En fin que quería retomar mi vida familiar y después de pasar por la Dumbledore tocaba la Macnair. No sabía que esperar pero mi paso al cruzar la verja era firme. El lugar imponía pero no me era desconocido. Así que simplemente abrí la puerta, y entre en la mansión. 

-Buenas alguien por aquí.

Dije y el eco de mis palabras se extendió por la edificación. Parecía estar solo en el lugar así que decidí mirar y claro pasar por la cocina. Si algo demostraba vitalidad en el lugar era que la comida estuviese presente y fresca, pista de que los elfos hacían lo que debían.

MATADORES-FINAL.gifSean-y-Leslie.gif

T9wDvtJ.gif

XXBPo79.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Demasiado parlanchina. Demasiado.

Me di cuenta tarde.

Apenas mencionar a Aidan y los gemelos, Arya llevó su mano a la cadera y me tensé. 

Dioses. Yo no era duelista. No tenía la menor idea de cómo enfrentarme a una persona en batalla. ¡Apenas había aprobado Defensa Contra las Artes Oscuras el año anterior! Me retiré, dos o tres pasos, no supe cuántos, pero choqué con mi cadera la mesada de mármol y supe, por la forma en la que Arya Macnair me miraba, que yo era una presa y ella un depredador muy, muy grande. Alcé ambas manos al aire, como si me estuviera apuntando con un arma muggle. 

-Ámbar- dije, porque fue la única palabra que salió por mis labios. Tenía miedo de empezar a hablar de nuevo y cag.arla.

Entonces, la puerta del patio se abrió y Siberia entró, soltando un ligero bufido y poniéndose a mi lado, estirando su enorme cabeza lobuna para que le hiciera mimos en ella. Lentamente, bajé mi mano izquierda y enterré los dedos en su pelaje suave, aunque embarrado y maloliente. Respiré profundo y bajé la otra mano, viendo cómo Arya volvía a bajar la guardia, sus hombros más relajados. La imité. 

-Perdón... suelo emocionarme demasiado y hablar de más- la voz me salió rasposa, como si no hablara desde hacía semanas. Los niveles de cortisol se habían disparado y ahora estaba intentando calmar a mi cuerpo para que dejara ese temblor que había empezado en la punta de los dedos de los pies-. Conocí a Ámbar en mi primer año de Hogwarts. Ella estaba en cuarto, con Kalevi. También a Rohana, pero ella ya estaba en sexto- encogí un hombro, recordando a Rohana con su aire de prefecta, llevándome de la mano como si fuera su hermanita, para enseñarme todo Hogwarts-. Compartíamos apellido, así que empezamos a indagar, entonces Rohana me contó de Castalia y le escribí una lechuza. Ella me envió una foto suya con mi padre, y atamos cabos al instante. Papá apenas hablaba de ella. De pequeña recuerdo haber recibido sus postales y regalos en Navidad, pero no mucho más, jamás nos visitó en casa.

Hice una ligera pausa, evocando los recuerdos al haber recibido esa foto en la lechuza. Era comienzo de mi primer año en Hogwarts, y a los once años había descubierto que el mundo no comenzaba y terminaba en mi hogar, sino que era mucho más basto. 

-Empecé a enviarme regularmente cartas con mi tía. Me contó de su casamiento, de los gemelos, de Rohana y de Sebastian. También me contó de esta mansión, de sus sobrinos... De la hermosa Arya y la divina Juliette- sonreí, recordar sus descripciones en mis cartas era de las cosas más divertidas que había vivido-. Entonces, Rohana, Kalevi y Ámbar empezaron a incluírme en sus cosas. Comidas, torneos... Para cuando pasé a tercero y tuve salidas a Hogsmeade, Rohana estaba graduada, pero Kalevi y Ámbar se volvieron mi día a día. Y hace dos años, Rohana me invitó a pasar los veranos en la mansión Macnair. Castalia quería que yo fuera al Norte con ellos, pero papá se negó rotundamente, así que sólo podía venir aquí- me encogí. Esa sí había sido una buena pelea. 

-Castalia me visitó dos veces mientras estuve en Hogwarts, sin que mis padres supieran. Me preguntaste por qué se pelearon... Papá decidió que la tía era una traidora por dejar la Marca e irse al Norte a vivir "cómoda y segura" en vez de "proteger los ideales de la pureza de sangre". Creo que en realidad siempre estuvo celoso de ella- le quité importancia. 

Siberia se hechó al suelo después de los mismos y yo, más tranquila, me senté a la mesa con una taza humeante de té. 

-Castalia me habló de todos. Aidan, los gemelos, Idylla, Baela... Bueno, Baela ingresó a Hogwarts un año después que yo. ¿Sabías? - le consulté. 

@ Arya Macnair

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Estás viejo, viejo y sucio. Eso era lo que decía mi mirada inquisitiva hacia el huargo. 

Pero este, como siempre, lejos de respetarme, bufó soltando unas gotitas de baba y se echó a los pies de Astara. Ella por su parte se había dado a la tarea de explicarme de qué rama familiar provenía, cómo sabía tanto de mí, y por qué yo no sabía un cuerno sobre ella. Una violenta punzada de culpa me obligó a sentarme cerca de la joven y aceptar su taza de té. Cuando Ámbar ingresó en Hogwarts estaba casi al cuidado completo de su abuela, Mei. La veía regularmente, pero ella me detestaba y yo bien podría haber ganado el premio a la peor madre del siglo. Luego Castalia apareció en nuestras vidas y cambió por completo mis conceptos sobre familia, hizo que me replanteada muchas cosas sobre la personalidad de mi.erda que siempre tuve, e intenté salvar la relación con mi hija. 

Para entonces Arya ya estaría cursando su cuarto año en Hogwarts, La Marca me absorbió y nuestros caminos volvieron a bifurcarse. Llevé una mano a mi frente, apesadumbrada, Dioses, era un desastre como persona. 

No, no lo eres. Lo fuiste. Deja de mirar hacia atrás o vas a golpearte con una pared. La voz de Aidan siempre me salvaba de estos pensamientos intrusivos. 

—Quizás Ámbar me haya hablado de ti, en alguna de sus cartas— Astara me miró, sus ojos brillando en el horizonte de la taza, mientras el vapor del té le humedecía la nariz —Pero es posible que no le haya puesto mucha atención en el momento. 

¡Espabila niña, tú no sabes la porquería de persona que tienes en frente! Grité por dentro, por fuera solo hice una mueca, pues su comentario final me retorció las tripas.

—Si tu padre se tomase la molestia de saber un poco sobre lo que está hablando, creo que no malgastaría saliva— acoté, jugaba con el aza —Creo que hiciste bien en quedarte en la mansión ¿Ya has comenzado tus clases? ... Espera ¿Baela quién?

Mis ojos se abrieron como platos, pero lo que pudo haber sido una explosión de sentimientos, se vio interrumpido.

Sobre nuestras cabezas se oyeron pasos, inquietos, de un lado para el otro. Luego un poco de gritos. Más pasos escaleras abajo, alguien tropezó, rodó y cayó. Una profunda carcajada dulce como el chocolate resonó en el rellano. Rodé los ojos, todo aquel show era inconfundible. 

—Ya que los mencionaste ¿Quieres conocer a los gemelos?

Esta vez mi sonrisa era genuina. Astara bien podría haber padecido estar lejos de sus raíces de no haber sido por la personalidad tan vivaz que tenía. La envidiaba un poco ¿Qué habría sido de la joven Arya Macnair si se hubiese tomado la molestia de buscar a su verdadera familia? 

@ Astara Macnair

 

 

Editado por Arya Macnair

nqOolSA.gif

N0sdOK4.png

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

   Si Walden estuviera vivo, creo que moriría nuevamente al ver en lo que se ha convertido ésta familia. 

Negó con su cabeza, manteniendo su semblante tranquilo, dando pasos observando el alrededor de lo que parecía ser la mansión. ¿Estaría Leopold en el lugar correcto? según las indicaciones de quien decía ser su progenitora, estaba en lo correcto. 

Anoushka caminaba a su lado, aquella elfina fiel a Leopoldo, quien cuidó y crio, mientras su madre había desaparecido. Según las historias de la elfina, había sido poseída por una especie de entidad demoniaca malvada, haciendo que sus decisiones y juicio se vieran alterados, por eso es que lo había abandonado, a su suerte, sin saber si sobreviviría. Pero gracias a su ingenio logro salir adelante, volviéndose diestro en la supervivencia, no tanto así en la magia, sus habilidades eran poco útiles por ahora. 

   Señor, llegamos a donde habitaba su madre en antaño, no estoy segura de que ella aún se encuentre aquí, ¿esta seguro de querer entrar? no sabemos que lo depara dentro...    Anoushka estaba preocupada por Leopoldo, él simplemente sonrió -o intento hacerlo- y acaricio su calva, para demostrarle tranquilidad y con una floritura de su varita empujo la verja de hierro negra que yacía frente a ellos. 

   No te preocupes, si las cosas no salen como lo esperamos, simplemente desapareceremos. 

Los recuerdos eran algo que a lo que le temía bastante, ¿se habría equivocado al elegir hacer esto?, en que pensaba al entrar por aquella puerta? sus pensamientos habían nublado su visión y cuando volvió así mismo, pudo ver una fuente de grandes dimensiones con agua cristalina fluyendo por ella. Se encorvó un poco y con su mano izquierda toco el agua, jugueteando con sus dedos como si fuera un niño.

Continuo un poco más, observando la flora que adornaba el terreno, perfectamente decorado y mantenido, hasta llegar a la puerta. Dio tres golpes con su varita, esperando ser escuchado y recibido por alguien en su interior. 

  • Me gusta 1
  • Love 1
  • Triste 1

MnMnkwu.jpeg

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

A medida qu me acercaba a la cocina oí algunas voces en una charla que parecía animada. Mmmm realmente me dio algo de recelo el interrumpir, a fin de cuentas a pesar de tener cuarto en la Mansión pocos me conocían. Respire profundo y me apreste a lo desconocido, las voces eran femeninas así que mi encanto natural era mi escudo. Pero justo en el momento en que tenía la mano en el picaporte la puerta principal sonó. Espere un momento y al ver que nadie iba negué con la cabeza. Los modales ya se estaban perdiendo.

Sin mas regrese sobre mis pasos siempre sonriente, una buena impresión siempre ayuda. Y ya en la puerta gire el gran picaporte y abrí la misma para toparme con un chico imberbe y una elfina a su lado.

-Bienvenido a la Mansión Macnair. Que se le ofrece señorito?. 

@ Leopold Macnair

 

MATADORES-FINAL.gifSean-y-Leslie.gif

T9wDvtJ.gif

XXBPo79.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La habitación estaba como la había dejado años atrás, pensó mientras se detenía en el centro, observando los detalles familiares. Las sombras de la noche acariciaban los muebles antiguos, proyectando formas que le recordaban momentos olvidados de su juventud. El espejo frente a la cama, el tocador donde solía dejar sus joyas, todo estaba exactamente igual, como si el tiempo no hubiera pasado para este rincón de su vida.

Pero el tiempo sí pasó, y vaya que lo hizo.

Caminó hacia la ventana y, con un suave movimiento de su varita, apartó las cortinas, dejando que la luz plateada de la luna invadiera el espacio. Sus ojos recorrieron el exterior de la mansión: los jardines, las esculturas que, de alguna forma, parecían más apagadas, más frías que antes. El peso de los recuerdos la envolvía con cada detalle que observaba. Había algo melancólico, pero también reconfortante en estar de nuevo allí, como si esta casa, que una vez había sido su cárcel privado, ahora fuera el único lugar donde su mente podía encontrar refugio.

⸺ ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que dejé este lugar? ⸺pensó en voz alta, pero mientras los recuerdos la asaltaban, uno en particular la golpeó con fuerza: el día que perdió a su bebé. El día que le dijeron que había nacido muerto. Aquella herida nunca había sanado del todo, fingía que sí, que los años y el amor de Baela lo habían logrado, pero no, la cicatriz permanecía, oculta bajo capas de fortaleza, pero siempre presente.

Suspiró, apartando esos pensamientos de su mente. No tenía tiempo para debilidades. No ahora.

Y entonces lo sintió.

No era un sonido o una visión, sino una vibración, un eco que parecía pulsar en el aire. Juliette se quedó inmóvil, como si su cuerpo respondiera a una llamada inaudible. Una sensación de familiaridad la invadió, pero al mismo tiempo era desconcertante, como si algo muy antiguo y profundo dentro de ella estuviera despertando.

Se volvió hacia la puerta, tensando los músculos, como si algo o alguien se acercara. Su corazón comenzó a latir más rápido, sin que ella pudiera explicarlo del todo. Se concentró, intentando entender de dónde provenía esa energía que la envolvía. Era cálida y a la vez dolorosa, como un recuerdo reprimido, una memoria que no terminaba de desvelarse.

La sensación se hizo más intensa. Alguien había entrado en la Mansión. Lo sabía. Lo sentía en cada fibra de su ser, aunque no supiera por qué.

Juliette caminó hacia la puerta de la habitación, con pasos silenciosos pero decididos. Se detuvo justo antes de abrirla, concentrándose en esa presencia que ahora se movía por la casa. No era un extraño, y, sin embargo, no había nadie que ella recordara con esa energía tan peculiar. Un estremecimiento recorrió su piel. No podía identificarlo, pero lo que fuera que había cruzado el umbral, traía consigo una conexión que resonaba en lo más profundo de su ser.

Se acercó a la ventana y miró hacia el jardín nuevamente, como si la respuesta pudiera estar allí, entre las sombras, pero no había nada, solo la sensación persistente de que el pasado había regresado para reclamar algo otra vez. Apretó el puño, manteniendo su expresión serena, pero la inquietud en su interior no cesaba. 

Respiró hondo, intentando calmarse.

⸺ Es solo la mansión, no te espantes… este lugar siempre me ha afectado así.

Intentó convencerse, pero en el fondo de su alma sabía que había algo más. Algo que la conectaba con esa energía. Algo que no podía explicar… aún.

Sin atreverse a abrir la puerta o bajar las escaleras, Juliette se quedó en la penumbra de su habitación, observando, esperando, con el peso de esa extraña familiaridad llenando cada rincón de su mente.

@ Leopold Macnair

8QtWKtp.png

PnupsKa.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.