• Mansión de la Familia Macnair •

[Idylla Macnair T.]

-¿Dije Italiano?- pregunto la Macnair con una sonrisa un poco bromista, poco a poco se le quitaba lo tiesa y formal que estaba con la conversación. Pero hablar con Hades era muy fácil, ahora entendía porque su mamá lo había querido tan fácil - quise decir Frances, entonces Ada es tu sobrina- la Macnair volvió a aparecer un par de bebidas más frente a los dos.

 

-Suena interesante tu trabajo, un poco más que el mío, ya que solo recabó datos de diferentes partes- comento con una sonrisa y le dio un trago largo a su bebida -se lo que es viajar por diferentes países, un día de estos llévame a trabajar contigo, talvez cuente cómo el día de llevar a tu hijo al trabajo- 

 

Se encogio de hombros por la broma y espero la reacción del Ragnarok, la conversación ya no se sentía pesada ni forzada, por lo que ahora lo que dijeran estarían un poco más tranquilos los dos.

@ Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

El hijo de la noche arqueo una ceja al escuchar la corrección de la Macnair e informarle que trabajaba para su sobrina. respiro profundamente, la verdad es que Ada jamás había mencionado que para ella trabajara ninguna Macnair, lo cual lo hubiera hecho muy sospechoso si es que ellos hablaran de esas cosas. la verdad, la historia del cainita con Ada era  una cosa muy diferente a la que cualquiera pudiera pensar, ya que, si, era cierto que era su prima y que pocas veces solía molestarla, el ragnarok se limitaba a protegerla como un guardaespaldas muy letal invisible.

 

-Si, trabajar en san Mungo siempre fue mi sueño -dijo- la verdad me costo mucho llegar hasta donde estoy, prácticamente tuve que ir eliminando personas para ir escalando al puesto de director -el vampiro lo dijo en tono de broma pero en realidad no era así, tuvo que deshacerse de muchas personas, la única que se le había logrado escapar por los pelos había sido Bodrik, solo que la chica "misteriosamente" recibió una carta muy importante y tuvo que salir pitando dejando el puesto vacante y allí fue donde el ragnarok lo consiguió- no menosprecies tu trabajo, recabar información es importante, mas al menos cunado trabajas para San Mungo, jamás sabes cuando vas a necesitar datos de cualquier cosa, aunque debo admitir que tienes razón en que viajar puede ser muy divertido.

 

Al escuchar aquello ultimo el Ragnarok no sabia si @ Idylla Macnair T.  lo estaba diciendo en serio o en broma.

 

-Creo que te  tomare la palabra, pero no quiero berrinches o escucharte quejar con tu madre  de lo aburrido que fue ir al trabajo de tu padrastro -dijo un poco mas tranquilo, ya que parecía que de alguna forma se estaban comenzando a entender- si tienes suerte pasara algo interesante o te dejare que seas conejillo de indias en algún experimento, claro, si es que te portas bien -dijo en tono de broma el hijo de la noche suponiendo que la chica no aceptaria ser conejillo e indias para nada.

Editado 23 Marzo por Hades Ragnarok

[Idylla Macnair T.]

-Señor Ragnarok suena como.un auténtico mortifago, al hablar de eliminar a la competencia- comento la Macnair y dejo escapar una risita por lo bajo, la verdad es que su familia estaba plagada de mortifagos, no me importaría que Hades también lo fuera. Sinceramente si fuera parte de la orden, su odio incrementaría hacia el de una manera exponencial, por lo que busco como reaccionaba ante tan afirmación de su parte.

 

-Ya quisiera yo terminar quejándome del trabajo con mi madre- bromeo la Macnair y se puso sería de repente, hablar de su madre, la ponía un poco triste - ¿tu crees que yo pueda ser conejillo de indias de los experimentos? Más bien te consigo a algún muggle para que lo sea, eso sí sería interesante de ver- comento la chica y sonrió por lo bajo, si bien no tenía mucha confianza con el Ragnarok, no creo que por decir esas cosas de pronto fuera por todo londres a acusarla de que le gustaba torturar muggles. 

 

@ Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

-No necesariamente se tiene que ser mortifago para eliminar la competencia señorita Macnair -dijo el cainita observándola con esa sonrisa, si ella le decía señor el podía jugar el mismo juego y decirle señorita, señora o hasta venerable anciana- por ejemplo, mire el imperio Romano, cuantos Cesares hubo?, allí no podías confiar ni en  tu sombra o terminabas muerto, así que digamos que hice lo mismo -comento sin mas- me han traicionado demasiado, me han acuchillado por la espalda, me han dejado solo, abandonado, desangrándome en la eterna calle de la amargura y soledad, me han cambiado por alguien mas, porque por esa única vez no ser egoísta y obtener algo que deseaba? -dijo tranquilamente el hijo de la noche

 

El vampiro escucho la propuesta de la Macnair sobre conseguir a algún muggle para que fuera el conejillo de indias de sus experimentos. la verdad era que el había capturado a muchos Muggles, traidores  ala sangre y pseudo defensores de la paz y alguno que otro había terminado muerto gracias a las pociones o experimentos extraños que solía hacer el Ragnarok, sin embargo, aunque sonara  tentador el cainita debía mantener la mascara de ser bueno y respetable ante la sociedad mágica mientras ocultaba que era uno de los mortifagos mas poderosos y letales y además, el líder de una organización criminal.

 

-Aunque es muy tentador, no creo que sea correcto -dijo el vampiro- pero no te preocupes, no et obligare a ser conejillo de indias ni nada -comento el ragnarok para tranquilizarla en caso de que tuviera miedo o alguna cosa penando que el podría causarle algún daño

 

@ Idylla Macnair T.

 

[Idylla Macnair T.]

Mientras hablaba escuchaba todas sus palabras, no estaba muy segura pero sabía que el lado oscuro de su padrastro salía a la luz de cada tanto, no es que dijera nada directamente pero si se notaba que tenía alguna amargura y negrura en su alma que no se iba con nada y ella conocía muy bien aquella situación.

 

-Bueno se ve que eres un hombre que a conocido muchas cosas, desde las más desgarradoras, hasta las más inocentes. No es de extrañar que estés en un puesto tan alto y que seas el encargado de la gente vulnerable y de que los enfermos y heridos siempre vengan a ti por ayuda- comento la Macnair con una sonrisa, poco a poco le caía muy bien su padrastro, con esas ideas que tenía bien podían ser buenos amigos algún día.

-Nunca dije que fuera correcto usar muggles, pero sinceramente sería más divertido que usarme a mi- dudo un poco mientras lo miraba- ... Bueno eso creo- sonrió de lado y termino la bebida que traía en la mano. Ya no sabía de que más hablar, pero no sé sentia incómoda en ese momento, la tensión había bajado considerablemente con la plática.

@ Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

El hijo de la noche sentía que al menos la tensión o el ambiente de la estancia estaba un poco mas ligero. la verdad es que el no esperaba llevarse muy bien con Idylla de buenas a primeras, mas aun, siendo su padrastro no sabia exactamente cuales eran los limites en aquella relación. Suspiro, obviamente era una regla implícita que al ser una Macnair matar, eliminar o desaparecer haciendo parecer un accidente a aquéllos que intentaran acercarse a ella, la chica seguramente tendría millones de pretendientes. El ragnarok bufo por lo bajo, no sabia que tenían en la sangre las Macnair que eran terriblemente atrayentes para cualquier persona o criatura, pero al menos eso no estaría en discusión en aquel momento.

 

-Si, la verdad ser el director de San Mungo no es nada fácil, en un segundo puedes estar tarquino en tu oficina y en el otro intentando salvar al mundo, lo bueno, es que hay suficiente personal para cubrir las plazas, sino, tendría yo que también ejercer parte de ese trabajo -el vampiro miro a la chica- y no es que me disguste o me moleste, la verdad, todos empezamos desde abajo en algún momento, comencé de aprendiz, después sanador, jefe de planta y por ultimo Director -dibujo una mueca- aquí el secreto es siempre mantenerte actualizado o tener una gran inventiva, ya que un error puede convertir una poción para el resfriado en un veneno mortal que podría matarte en un segundo -rio divertido, ya que, había pasado muchísimo tiempo desde que algo así había sucedido.

 

El ragnarok sonrió un poco mas

 

-Tranquila, procuraré que la poción o lo que sea que tengas que probar este bien hecha, no quiero perder as una hijastra antes de tiempo -bromeo el vampiro al escuchar las palabras de la Macnair, ya que, era obvio que la chica tenia miedo de que hubiera algún accidente siendo conejillo de indias o siendo la victima de alguna prueba

 

@ Idylla Macnair T.

[Arya Macnair]

¿Será? 

¿Será acaso posible?

No, este ya no es lugar para mi. 

Y sin embargo, sin embargo aquí estoy, de pie ante la puerta que tantas veces se abrió para mí ¿Por qué no te abres ahora, est.úpida puerta? 

Púdrete. 

Giré sobre mis pies descalzos y oí el suave crujir de la madera, el clic metálico de la cerradura. La puerta se abrió a mis espaldas y la suave calidez que emanó desde dentro de la Mansión me golpeó con rudeza. La nariz me ardió, el pecho se me cerró, y los ojos se me llenaron de lágrimas. Odio este lugar, te odio casa, odio que me vuelvas débil otra vez, odio que borres todo por cuanto he trabajado. Pero lo que más odio de ti es la desesperante necesidad de volver a verte, de andar tus pasillos y rozar con la yema de los dedos muebles, quiero oír el eco de mi voz resonar en sus ambientes. Quiero volver a mi hogar. 

Entonces lloro, lloro en silencio y sin saber exactamente por qué. Aunque muy en el fondo lo sé, se que lloro porque estoy en casa una vez más, con lo bueno y lo malo, lo dulce y lo amargo. 

He vuelto. 

 

 

[Astara Macnair]

Era tarde. Serían, aproximadamente, las once de la noche, aunque no podía decirlo con exactitud porque el reloj de pie del descanso estaba completamente inutilizado. ¿Podría haberlo arreglado con un hechizo? Por supuesto, ese no era el problema. El problema era que el bendito se negaba a "arreglarse", como si tuviera vida propia. 

Papá me había dicho que esta mansión estaba en ruinas casi, pero a mí no me importaba. Yo quería ver el viejo esplendor de Ottery St. Catchpole. Este lugar estaba lleno de historias, sobre todo de cosas que habían pasado en los últimos diez años. Residencia de cientos de magos, la mayoría de sangre pura, se había mantenido casi tan inalterable como esta mansión. Estaba casi segura de que incluso habían intentado vandalizarla, sin éxito aparente. Pero los restos de los intentos estaban en el jardín delantero; botes de pintura en aerosol, pancartas rotas, restos de botellas y envoltorios de plástico. Sí, la gente había odiado a los Macnair. 

Para mí, eran una leyenda.

Así que, cuando la puerta de la entrada se abrió a las once de la noche, encontrándome paseando en pijama por el hall, con un vaso de lecho a medio tomar, por poco se me cae el alma al suelo al ver a una mujer pelirroja parada en el umbral. 

"La puerta sólo se abre a la sangre", me había indicado papá. Era mágica, como todo lo demás en este edificio. 

Ella puso medio pie dentro y miró alrededor, sin percatarse de mí. Estaba... embelesada. O, mejor dicho, aturdida. No le podía decir que se había equivocado. Si la puerta se había abierto, ella era una Macnair o, al menos, un familiar de sangre. 

-¿Buenas noches?- pregunté, más que saludar. 

Me hubiera gustado no estar en pijama de Hello Kitty, o no tener un vaso de leche en la mano. Mucho menos, tener el cabello pálido recogido en un rodete desprolijo. 

[Idylla Macnair T.]

El tiempo pasaba y ella seguía vagando y vagando por su habitación, su cabeza no paraba de pensar tantas cosas. El mundo mágico se estaba yendo hacia el precipicio y todos estaban intentando recuperar sus gobiernos después de la guerra, después de varios años matando y buscando personas traidores a la sangre ella estaba esperando que su hijo llegará a casa. 

 

Sebastián tenía tiempo alejado de ella, lo habían mandado fuera del país para que los conflictos no le perjudicarán directamente a el, así que después de casi cinco años ella estaba ahí esperando su regreso. Sus cartas solo decían que esa semana lo haría, pero no le dejan en claro ni en concreto si su relación estaba intacta o no.

 

Suspiro mientras se ponía un abrigo y salía detrás de la mansión, necesitaba caminar un poco en el bosque que estaba detrás de la propiedad, así que mientras pasaba la verja que los delimitaba en la parte trasera de la casa. Miro sus pantuflas de conejitos con comillos que su hijo le había regalado en su último cumpleaños, y sonrió un poco; apretujado más fuertemente el abrigo por encima de su pijama de felpa calientita.

 

Llevaba tiempo caminando por los árboles aledaños a la mansión, no sabía exactamente dónde se encontraba pero tampoco le importaba. No tenía un destino fijo, pero arrastraba los pies mientras miraba hacia el piso.

 

@ Radamantys

[Arya Macnair]

"Buenas noches"

La casa hablaba. 

La casa siempre había hablado ¿O sería yo la única que escuchase los susurros de sus pasillos?

Parpadeé varias veces para quitar el velo de mis ojos y allí la vi. No era la persona que esperaba, a quien añoraba tanto que las entrañas me dolían. Luego de viajar al Norte con los gemelos y abandonar todo cuanto amaba en un arranque de ¿egoísmo se podría decir? Sybilla había dejado de responder mis cartas. Aidan aseguraba que no estaba molesta —No tanto como para matarme, lo suficiente como para lanzarme varios gruesos tomos de la biblioteca familiar— porque aparentemente la maternidad le había ablandado ¿A Cissy? mi cuerpo entero reía imaginándola con Kore, y los niños, puro flores y azúcar. 

Sentía envidia por esos niños. Más no podía juzgarlos, la matriarca y yo nos habíamos encontrado demasiado tarde, y el tiempo es lo único que, incluso con magia, no se puede recuperar.

Ante mi tenía a una adolescente de espesa cabellera platinada, unos ojos color noche, que al parpadear se le veteaban de violeta. Antaño me habría puesto alerta, ya tendría la varita en mano y en un tris tras la muchacha estaría de cantos en el jardín frontal. Pero lejos había quedado ese comportamiento, Aidan había trabajado demasiado en mi paciencia, y los arranques de ira desmedidos habían mermado. En su lugar, me quité el grueso saco que me protegía del frío nocturno y con el rostro tan gélido como un iceberg, la estudié.

—Buenas noches— Saludé después de 1 interminable silencio, su pijama era la brecha a una carcajada que me vi forzada a esconder —Si la casa te permite pasearte a tus anchas por sus pasillos, estimo que has de ser una Macnair, soy Arya.

Extendía una mano mirando por sobre su hombro ¿Dónde diablos estaban mis hijos?

—Arya Macnair.

@ Astara Macnair