• Mansión de la Familia Macnair •

[Lord Cubias]

El ministerio italiano de magia estaba estableciendo su poder en el mundo mágico, y como parte de la estrategia propagandística planearon la organización de una gala benéfica en pro de la causa común, aquello también era una forma encubierta de decir "aquí estamos"....

Lord Cubías como ministro entrante se encargó él mismo de firmar las invitaciones a aquel acto, en el que pretenderían reunir a las principales familias mágicas y diplomáticos del mundo con el fin de establecer nuevas alianzas y consolidar el poderío.

El elfo Chuck de la familia Triviani fue el designado para entregar la invitación a una de las familias de la zona, el domesticó se aproximó a la entrada principal de aquella imponente mansión y dejó sobre las puertas un elegante pergamino en la que rezaban los detalles de aquel magno evento junto a la dirección del lugar.

@ Arya Macnair  @ Idylla Macnair T.  y Familia. 

TRASLADOR A LA GALA

-----

off: La gala es en CMI ahí arriba está el enlace, están invitados. 

[Kyle Blackthorn]

 

Necesitaba descansar un poco, estaba molido todo a causa del partido de quidditch que jugará contra los Vratsa Vultures. Había valido la pena el viaje desde Holanda, y perderse la boda de su primo Leonel, para hacerse con una snitch que sería su nueva compañera de viaje. Era mucho mejor que recordar su fallido compromiso con su ex-pareja, siempre le encontraba la quinta pata al gato, ya fuera en el campo laboral o emocional.

— Cálmate, Taylor. No es para tanto—encendiendo un cigarrillo le daba una calada. Krampi estaba disfrutando de su estanque, aquel trozo de hielo era un parque de diversiones para el pingüino. Vaya forma de pasarla bien con tan poco, ojala el tuviera la misma perspectiva de las cosas y no ser tan exigente en algunas de sus demandas. Pero era todo menos un conformista, no por nada siempre era incisivo cuando se trataba de sus negocios familiares.

— Me matará, pero vale la pena—sonreía lanzándose sobre la cama de la Macnair. El no tenerle cerca, provocaba un vacío difícil de llenar. Se conocieron al terminar la Copa de Holanda, donde el jugaba con los Flying Dutchmen. Buenos recuerdos de su tiempo como cazador y ahora era el buscador que le dio el triunfo a los Montrose Magpies, si que la suerte le sonreía dejando a la vista un futuro prometedor para el único descendiente vivo de los Mason Taylor. 

Sacándose la túnica de su equipo, depositaba esta sobre el respaldo de una silla. Lanzando los zapatos por el aire, casi le vuela unas cuantas plumas a su mascota— No estaba ni cerca, no comiences con tu alboroto—le reprendía en son de broma. Maltratar a ese pequeño era como lacerarse el mismo, imaginarse alzándole la voz, traía a su memoria la forma en que era tratado por su abuela. La dureza era la única forma que conocía para educarlo y formarlo como el hombre que era actualmente. 

— Ambos estamos en paz—apretando los puños, respiraba con fuerza. Exhalando con rapidez, recuperaba poco a poco su semblante impasible— Es momento de celebrar,  no pienso desperdiciar esta oportunidad—abriendo un mini bar, extrajo de este una botella de bourbon. Los gustos que compartía con la Primer Ministra de Nueva Zelanda, siempre estaban aderezados con una buena copa de alcohol. Descorchando la botella se la llevo a los labios, bebiendo todo el contenido como si fura agua—Absolutamente delicioso—relamiendo sus labios se tumbaba sobre una silla. 

[Ada Camille Dumbledore]

La noche estaba clara, era luna llena y era hermoso tener la posibilidad caminar por las Calles del pueblo de Ottery, no solía salir sola a ningún lado, siempre tenía la escolta de mi fiel compañera a mi lado mi querida loba huargo que había sido un regalo de hacia mucho tiempo y se había convertido en mi fiel compañera. No era extraño que dirigiera mis pasos a la Mansion Macnair, alli en aquel lugar vivían persona muy queridas para mí. Idylla era una gran amiga y le debía una visita , la última vez nos habíamos pasado la tarde muy bien charlando y compartiendo risas y recuerdos. Lleve a una botella de mi vino preferido b una diversidad de quesos y jamones curados para amenizar la noche, seguramente ambas estaríamos compartiendo un buen momento mientras reíamos. Por fin mientras caminaba junto a mi loba, llegué al edificio de la Mansion Macnair donde residía la joven. Llegué a la puerta y con calma golpee.

 

- Pequeña deberás quedarte aquí, todo va a estar bien

 

Le repetí a la monumental loba de pelaje rojo frente a mi y acaricié sus orejas y su frente.

 

 

 

 

[Albus Renaldi Macnair]

La noche resultaba estar calmada. Me encontraba en la azotea de la mansión, con los pies colgando de la cornisa, contemplando la majestuosidad de lo que era aquella comunidad. Sin duda era bonito, pero seguía prefiriendo las vistas de mi hogar en Italia. 

 

Cigarro tras cigarro los pensamientos fluían mientras el humo se vertía en el cielo estrellado. En alguna ocasión me dijeron que los podían padecer de enfermedades por fumar, pero la verdad es que no me importaba. 

 

Pude distinguir bien aquella figura cuándo entró a los terrenos de la mansión y mientras atravesaba el jardín acompañada de majestuoso animal. Lobo huargo, supuse. La escuché tocar la puerta y darle indicaciones a la bella bestia que le acompañaba. 

 

Era Ada. No esperé a que abrieran la puerta y de un pequeño empujón mi cuerpo se apresuró hasta el suelo a unos metros de distancia de dónde se encontraba mi jefa.

 

-No esperábamos visitas a éstas horas, pero buenas noches.- Mis colmillos quisieron salir cuándo el olor férreo de la sangre invadió mis fosas nasales. Su lobo me observaba con las orejas en alto, en posición de ataque. De frente era aún más majestuoso. 

 

-Espero no haberte asustado. Estaba fumando en la azotea cuándo te vi llegar.- Me acerqué poco a poco de manera muy lenta para evitar que su lobo saliera disparado contra mi.

 

@ Ada Camille Dumbledore  

Editado 29 de Septiembre del 2021 por Albus Renaldi Macnair

[Ada Camille Dumbledore]

El viento de otoño estaba soplando fuerte, era común en esta época que empezaran a pasar brisas frías y fuertes, todo para empezaran que las hojas de los árboles empezaran a caer. Era una época hermosa de colores maravillosos con naranjas, cobre y marrones por todo el paisaje y con las montañas de hojas donde podías jugar, era lindo eso.  Con tranquilidad esperaba que algún elfo me atendiera en la puerta, pero raramente se estaba demorando pero talvez no había nadie en casa. El sonido de un fuerte golpe me hizo sobresalta y mire atrás mío, Sasha se había puesto alerta y mi mano instintivamente fue a su lomo. Era Albus que había aparecido allí de repente. 

-    Que susto me has hecho llevar, que bueno verte, venía a visitar a Idylla y a charlar un rato. ¿Como estas? 

El escuchar el jefa de su boca me era molesto, bueno de todos, siempre me había gustado que me llamaran por mi nombre el “jefa” era para alguien más, no para mi que los consideraba un equipo. 

Un viento frío me hizo temblar por un instante y no era de dudarlo, llevaba una blusa de satin verde de tiritas y un pantalón beige. 

@ Albus Renaldi Macnair

[Lukyan A. Volkov]

Aries.

La ultima vez que había pisado aquella Mansión había sido para terminar su relación con la actual Líder de la Marca Tenebrosa, ahora se encontraba de nuevo ahí, de pie mirando la gran puerta que le permitía tomar una gran bocanada de aire, antes de entrar a enfrentarse con aquella mujer a la que en su pasado había prometido unirse a ella en sagrado matrimonio, lo que permitiría la unión de sus familias. Pero el día de hoy, aquella promesa era cosa del pasado, Aries estaba ahi buscando un poco de alojamiento, un lugar en el que después de una batalla pudiera llegar sin poner en peligro a su pequeño y permitiéndole a Kaori llegar a la casa de ambos a sanar sus heridas sin ponerla en peligro.

Al entrar a la casa, avanzó por cada una de las salas comunes hasta llegar a la cocina, donde se preparó algo de comer mientras esperaba que Arya o alguno de los patriarcas apareciera por aquel lugar, había escuchado el chasquido o aquel sonido que hacían los elfos al aparecer o desaparecer de un lugar, por lo que sabía que al menos una de esas criaturas serviciales se encontraba a sus espaldas, solo esperaba que no fuera la elfina de Pik Macnair quien no lo tenía buen voluntad, aunque tampoco deseaba que fuera Tholav aquel elfo presencio como dejo a su ama por otra mujer, sin que al rubio le importara "romperle" el corazón. 

---Hol-...

Se iba a voltear a saludar a uno de esos elfos, cuando solo sintió el golpe de la sarten en su cabeza que lo dejo tirado en el suelo tras resbalarse del banco en el que se encontraba sentado, se quedó ahi tirado en el suelo haciéndose pasar por una persona inconsciente tras tan bello recibimiento por parte del elfo de Arya Macnair. 

 

@ Arya Macnair

Editado 5 de Octubre del 2021 por Souichirou Mima

[Arya Macnair]

Intentaba descansar, la cabeza me dolía tanto que ni unas cuantas gotas de filtro de paz lograron que me durmiera. 

Molesta me levanté de la cama dejando que las sábanas cayeran al suelo y formasen una montaña arrugada, abrí las pesadas cortinas de un solo tirón y Siberia abrió los ojos parando ambas orejas, estaba alerta, tanto ella como yo lo habíamos sentido. Los Macnair poseían una magia rara relacionada con la sangre y todo lo que sucedía en los terrenos familiares parecían experimentarlo en las entrañas. Quité el pasador de las ventanas y dejé que el aire de media tarde inundara la habitación y acariciase mis mejillas, suspiré echando una fina bata sobre mis hombros desnudos y salí del lugar para enfrentarme a lo que aguardaba en la planta baja. 

Me causaba cierta tristeza y nostalgia no recibir aun noticia de Aidan, no saber de los gemelos era lo que me estaba quitando el sueño y La Marca me necesitaba ahora más que nunca por lo que no podía abandonar mi puesto e ir con mis hijos. 

Tholav se me adelantó, mientras descendía las escaleras descalza, el silencio rebotando contra las paredes. El pequeño elfo, súper protector, decidió que la mejor manera de accionar ante la aparición de Aries era atacar y lo recibió con un sartén en le medio de la frente. Oí el ruido más no creí encontrar la escena que me arrancó una media sonrisa de los labios; el domestico soltaba el traste que estruendoso caía al suelo y metía las mano tras la espalda, totalmente aterrado a la represalia del mago. Corrió tras de mi, se abrazó a mis rodillas, pero Black Lestrange estaba demasiado aturdido como para responder. 

Indiqué a la criatura que se marchase, que nadie le diría nada y me reí escondiendo lo mucho que me causaba la marca rojiza en su cara.

—Si buscabas el cuartel, déjame decirte que te enviaron al lugar equivocado— busqué un poco de hielo en la nevera dándole la espalda, no quería que viese mis ojos brillar por su aparición, casi no podía ocultarlo —A ver, deja, quita, quita la mano... no va a quedarte marca. 

Me senté a su lado sosteniendo el hielo. 

—...¿Cómo has estado?

Tenía que preguntarlo, aunque supiera la respuesta. 

@ Souichirou Mima

[Invitado Arcanus]

El trabajo de joven Arcanus no estaba brindándole la emoción que se había imaginado al haberse postulado a él. Los crímenes en las calles de Ottery no eran demasiados y tan espectaculares como tiempo atrás cuando el estaba del lado del mal. Tal vez fuera porque el mismo era responsable de casi todos los secuestros y muertes que allí ocurrían. No le pareció nada descabellado la idea de usar su condición de Auror para visitar algún lugar catalogado como peligroso, o habitado por magos y brujas que respondían a ideales, que la justicia,  consideraba malignos. Hacía añares que no hacía algo como eso pero lo iba a disfrutar.

Se apareció en los jardines de la mansión Macnair. Lugar que nunca en su vida había visitado pero de la que había oído algunos rumores. Tal vez encontrando algo interesante, podría aspirar a un ascenso dentro del cuartel de Aurores. O al menos, tendría algo de diversión por al menos unos instantes. Últimamente no había demasiados reportes de actividad mortífaga, ya que esa agrupación, parecía haberse disuelto. El viento soplaba y hacía ondear los cabellos del mago que llegó a la puerta tras una corta caminata. Sacó su varita del bolsillo para realizar un Alohomora, pero decidió que destruir la puerta sería una entrada más dramática.

- Confringo - Exclamó luego de apartarse un poco para que las astillas de la puerta que acababa de volar en pedazos no lo dañara. La explosión retumbó por toda la mansión lo que seguramente alertaría a sus moradores, pero poco le importaba al Auror. Luego de eso apuntó la varita a su garganta para conjurar el útil hechizo sonorus que amplificó su voz la cual adquirió una gran potencia

- Moradores de la mansión Macnair. Hemos recibido información de que aquí se realizan juntas ilegales y que además hay artefactos que ponen en peligro la seguridad mágica, por lo que tendré que revisar exhaustivamente el lugar. En caso de oponer resistencia tendré que usar la fuerza. Pero les advierto, que no soy yo cuando me enojo - Finalizando el aviso procedió a anular el encantamiento que pesaba sobre su voz y se dirigió a la vitrina de licores para servirse un poco de Whisky mientras comenzaba a revisar lentamente el lugar.

[Jessie Black Lestrange]

Habia recibido la orden de ir tras ¿Arcanus? ¿De verdad se llamaba así? ¿Porque la futura señora Black Lestrange le hacía aquello?

 

¡Oh cierto! Que se había burlado, según su tío, de ellos la pasada mañana en el castillo Black Lestrange. ¿Porque había hecho aquello? Ahora tenía que hacer los mandados de su futura tía.

 

—Velo por el lado amable, es tu líder y no es vengativa— trataba de convencerse mientras ingresaba a la mansión McNair dónde se escuchaba resonar por las paredes la voz de un hombre.

 

Suspiro y lo busco por las habitaciones de la planta baja hasta que dió con el sonido de una explosión, a dónde sus pasos se dirigieron con una carrera apresurada 

 

—¿Y cuando no estás enojado? — pregunto Jessie con una sonrisa ladeada en sus marfileño rostro que iluminaba sus grises ojos —No sabía que podíamos tomar cuando salíamos de misión — nego divertida tomando la botella de Arcanus de sus manos — y me mandó la líder, si pasa algo, debo avisar.

 

Dejando la botella en su lugar aferró si varita en la mano izquierda esperando la respuesta de los lugareños de aquel castillo.

[Invitado Arcanus]

Mientras revisaba el lugar tranquilamente, Arcanus pudo oír la voz de una joven que se aproximaba por la puerta de entrada. Al parecer los dueños de casa o no estaban, o estaban escondidos por el temor de tener que enfrentar el duro peso de la ley. El Auror volteó y vio a Jessie entrar y tomar la botella que tenía en su mano. Lo que le llamó la atención es que no llevaba el rostro cubierto de ninguna forma y hablaba de una "líder". Tal vez eso la metería en problemas si alguien llegaba a descubrir su identidad.

- No se de que lider me hablas. Solo estoy cumpliendo mi trabajo de Auror. Además, perdóname pero no te conozco. - Arcanus tomó un vaso y sirvió un trago para Jessie. No recordaba haber hablado con ella antes. Tal vez se había cruzado alguna vez en el cuartel de la Orden, pero no podía estar seguro. Decidió presentarse formalmente ante su compañera. - Por cierto, un gusto mi nombre es Arcanus. Ahora supongo que si - Le dijo ya con una sonrisa al tiempo que tomaba su mano para besarla en señal de cortesía.

- Me temo que estás un poco confundida, no se de que misión hablas, pero si quieres puedes ayudarme a buscar objetos peligrosos en este lugar. Todo servirá como evidencia para enjuiciar a los moradores en caso de que encontremos algo. - Sin duda cuatro ojos serían mejor que dos y era más divertido hacer sus labores acompañado charlando con alguien.

- ¿Cómo es eso que te enviaron a cuidarme? - Dijo divertido. Sin duda los que debían cuidarse eran los que se atrevieran a atacarlo.