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• Mansión de la Familia Macnair •


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Habilidad Metamorfomagia
Alumna: Alyssa B. Triviani
Mentora: @ Astara Macnair


No era la primera vez que atentaba aprender esta habilidad, algo que le frustraba inmensamente. En su primer intento la Black había regresado a Italia antes de poder pasar la prueba final, una emergencia que no podría haber ignorado ni pospuesto, pero aun así lamentaba haber invertido todo ese tiempo y esfuerzo para nada. Ahora de vuelta en Inglaterra estaba determinada a obtenerla, y es que esta habilidad le resultaría increíblemente útil dentro de su rama de trabajo tanto legal como clandestina.

Llegó a la mansión Macnair guiada por el dato que le habían pasado de que allí residía una metamorfomaga que podría ayudarla, no sabia su nombre ni aspecto, pero su determinación era tal que nada de esto podía disuadirla. Golpeó la puerta y al poco rato un elfo le dio la bienvenida, claramente la criatura le reconocía de las muchas oportunidades en las que había visitado este lugar por su ex esposo, Pik. El recuerdo le dejó un sabor amargo en la boca por lo que rápidamente trato de expulsarlo de su mente, nada como la traición de alguien que amas para transformar buenos recuerdos en pesadillas. 

- De hecho… no se exactamente a quien estoy buscando – replico la Triviani ante la pregunta del elfo – Vine aquí siguiendo el dato de que encontraría una metamorfomaga que podría ayudarme a obtener la habilidad.

La criatura parecía tan confundida como ella misma, aun así le dedico una pequeña reverencia y desapareció en busca de sus amos. 

 

#1
 

Off: @ Arya Macnair Maca de mi corazon *-* te misseooooo

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Radamantys apareció en límites del pueblo, hacía ya bastante tiempo que no se aparecía por aquellos lugares, el mismo se había impuesto un exilio de bastante tiempo, pero el mundo mágico se estaba moviendo y algo lo había hecho regresar.
Vestido con su tradicional pantalón negro, con hebillas plateadas a los lados en forma de serpiente, su camiseta sin mangas que dejaba a la vista los tatuados brazos del mortifago y sus zapatos negros a juego con la vestimenta.
Una suave brisa meció el negro cabello del demonio que empezó a avanzar lentamente, sin un rumbo fijo, con sus ojos negros pasando de una a otra de las estructuras que conformaban el lugar, sin prestar atención a nada en especial.
En ese momento su vista se clavó en una edificación que se encontraba a su derecha y enfilo sus pasos hasta aquel sitio, una vez en la entrada se detuvo un poco, analizando la entrada y preguntándose si sería buena idea ingresar, ya que no había sido invitado.
Aun así, conocía a los dueños y hasta donde el sabia eran partidarios de la magia tenebrosa y no creía que hubiera algún problema si el entraba y paseaba por los jardines exteriores de la propiedad.
Aun así, la varita negra del demonio apareció en su diestra y aferrándola fuertemente empezó el avance, traspasando la entrada y avanzando hacia una zona de varios árboles, donde se escuchaba el canto de las aves.
Así el demonio continuo el avance internándose cada vez más en la zona de árboles, cuando escucho el sonido de las hojas quebrándose bajo los pies de alguien, Radamantys se detuvo y examino el terreno, unos metros más adelante una joven der aspecto raro caminaba como si no tuviera rumbo fijo.
Radamantys rodeo algunos árboles hasta adelantarla y deteniéndose frente a un árbol por donde ella pasaría, recargándose en el, cruzo los brazos en jarra y clavo sus ojos negros en la chica que avanzaba lentamente.
-Aclarando la mente- susurro el Mortifago cuando tenía a la chica a escasos metros de él, analizo su rostro buscando ver una cara conocida, pero al parecer la chica era nueva en el mundo mágico, ya que no la recordaba o talvez era la mala memoria del demonio.
 

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Seguía en sus propios pensamientos, viendo mientras caminaba las hojas caídas de los árboles que estaban por encima de ella. Su cabello azul ondeaba por el aire que hacía y el abrigo apenas podía con el frío que estaba entrando por debajo de su pijama. 

Camino un poco más y observo las copas de los árboles, pensando que sería muy interesante ponerse su anillo y saltar por encima de ellos. Talvez no se quebraria ningún hueso, pero sería muy divertido intentarlo solo una vez.

Estaba tan absorta en sus pensamientos que no vio que una figura se acercaba tanto a ella, hasta que estaba a unos metros cerca de ella. Sacudió su cabeza mientras recordaba la cara de aquel mago parado frente a ella, no pudo escuchar lo que decía, pero su cara vaya que si pudo ubicarla en su memoria.

-¿Radamantys?- comento la chica, mientras el mago se acercaba a ella -Cuánto tiempo sin verte, han pasado años- solo balbuceaba un poco las palabras, el había sido su maestro en la academia cuando aún era menor de edad. Y ella había tenido un ligero enamoramiento con aquel mago parado frente a ella, nunca dijo nada de eso, pero varias veces lo había visto en el bando mientras cazaban o hacían juntas.

-Talvez no te acuerdes de mi, soy Idylla Macnair, fuiste mi maestro en la Academia- comento la chica con una sonrisa tímida y volteo a ver lo que traía puesto, su pijama de conejitos ahora la hacía sentir demasiado vergonzosa y en aquel momento sentía como sus mejillas se encendían de vergüenza.

@ Radamantys

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Radamantys observaba con atención a la joven, esta de repente levanto la vista y clavo sus ojos en el demonio, al tiempo que pronunciaba su nombre, Rada se quedó sorprendido ante eso, ya que la chica parecía saber su nombre, pero él no la recordaba y mucho menos su nombre.


La sorpresa creció más cuando la chica continúo hablándole con familiaridad y hacía referencia al tiempo que había pasado, Rada frunció el ceño mientras observaba más atentamente el rostro de la joven tratando de recordar algo, pero nada.


En ese momento la chica continúo hablando y comento a Radamantys que lo había conocido en la Academia, una sonrisa se dibujó en los labios del mago al comprender de donde lo conocía la joven bruja, sin duda le había dado clases de duelo, ya que el solo había impartido esa materia en la Academia.


-Ahora entiendo – dijo Radamantys despegándose del árbol y separando los brazos al momento que se acercaba un poco más a la chica, quedando de frente a ella, clavo sus negros ojos en los de la joven buscando algún recuerdo.


-Te ofrezco una disculpa- le dijo Radamantys sosteniendo un poco más. –Han pasado tantos años desde que dejé la Academia y además en mis tiempos tuve una gran cantidad de estudiantes que me es difícil recordarlos a todos-agrego mientras su mirada recorría el cuerpo entero de la joven.


La sonrisa de Radamantys se ensancho aún más al ver el pijama de conejitos de la chica y sus pantuflas, Rada dio un paso más acercándose hacia la joven y al momento tomo el delicado rostro con su mano derecha con suavidad, -Déjame ver si te recuerdo- añadió sonriente al tiempo que movía suavemente la cabeza de la joven hacia los lados.


-No, definitivamente no y tendrás que perdonarme, ¿qué puedo hacer para subsanar mi error? - pregunto Radamantys al tiempo q2ue soltaba el rostro de la chica y volvía a cruzar los brazos sobre su pecho mitrando atentamente a la bruja.


-Espero que no hayas desviado el camino y practiques la verdadera magia- le dijo Radamantys poniendo el semblante serio y fijándose una vez más en el atuendo del a joven, esperaba que esa apariencia fuer por confort y no porque la chica hubiera seguido los ideales de la orden del fénix y no los de la marca tenebrosa, o talvez podría ser que aquella joven no participara en el conflicto eterno de los bandos del mundo mágico.


Radamantys descruzo los brazos y llevo lentamente la punta de su varita a la negrea marca tenebrosa que tenía grabada en su antebrazo, en un claro gesto hacia la joven, para que ella supiera que Radamantys había sido y siempre sería un mago tenebroso, orgulloso de serlo. 
 

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Sin duda era el, su porte y sus acciones las recordaba muy bien. Una chica no olvidaba a su primer amor no correspondido y menos después de tantos años. Sabía que vestía de una manera nada acordé a su papel como miembro de la marca, pero estaba en su casa y quería estar cómoda, nadie pensaría que solo con pasear en la noche se encontraría con semejante personaje.

Si sorpresa creció cuando el mago le tomo de la cara para examinarla más de cerca, ella no creía que fuera a recordarla, siempre fue una bruja que no destacaba entre los magos poderosos o los que tenían más amigos por lo que cuando dijo no conocerla, aunque su corazón se encogió un poco con la esperanza de que hubiera más ahí de lo que pensaba. No se entristeció con la noticia. 

Pero el toque de sus manos en la piel de sus mejillas hizo que una descarga eléctrica pasará por todo su cuerpo, si sin duda ahí seguía la atracción, pero después dejo de tocarla y siguió comentando que que podía hacer para enmendar su falta de memoria -no hay nada que hacer, yo en aquel entonces era alguien que pasaba desaparecida para muchos así que no te preocupes - comento la Macnair con una leve sonrisa y se alejo un poco del mago. Este hizo un comentario que dejaba ver qué se había dado cuenta de su vestimenta por lo que su cara se puso aún más roja, pero no le daría pauta a qué pensara que era parte de algún ridículo clan.

-¿A lo dices por la pijama y las pantuflas? Bueno fueron un regalo y si te das cuenta es de noche y casi es hora de dormir, no es como que planeaba encontrarme a nadie en este lugar en medio de la noche- comento la bruja dándole algunas explicaciones que el no le había pedido, pero tenía que aclarar el asunto de su apariencia. 

-Digamos que no me eh desviado hacia ninguna parte - comento la chica con una sonrisa juguetona, mientras bajaba otra vez su manga ocultando su tatuaje -compartimos los mismos ideales desde que salí de la academia, solo que hoy en día es difícil saber quién es tu enemigo y quién tu amigo- la chica ya no sabía que decir, esperaba que no estuviera nadie cerca para poder escuchar su conversación -pero yo tengo una pregunta ¿Que estás haciendo dando un paseo en un lugar como este y merodeando afuera de nuestra mansión?- pregunto con cierta duda y continuo -no...es... Que me moleste, pero es algo verdaderamente curioso- medio balbuceo aquello último, esperando que le contestara con la verdad.

@ Radamantys

Editado por Idylla Macnair T.

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Sebastián tenía tanto tiempo sin visitar la mansión, cuando era niño lo hacía a cada rato con su madre, pero desde la guerra nunca había vuelto. Estaba notablemente nervioso mientras caminaba por la entrada de la casa, aún no sabía cómo aparecerse por lo que estuvo vagando por las casas un tiempo hasta que encontró la mansión. 

Atravesó la verja de la entrada y sintió un cálido saludo apenas entró, parecía que la casa tenía vida y le estaba dando la bienvenida. No le había avisado a su madre que estaba en aquel lugar, ni que la iba a visitar por lo que su nerviosismo estaba en aumento, no sabía con quién se iba a encontrar.

-Bueno ya estamos aquí, no hay marcha atrás y hoy conocerás a tu familia Sebas- se dijo a si mismo mientras tocaba la puerta de la entrada y está se abría poco a poco dándole la bienvenida, no se asusto ni nada, pero era extraño que se abriera sola. Su vestimenta era algo normal, unos jeans azules y una playera negra con un dibujo de anime en estampado en ella, a juego con unos tenis blancos y su varita en la mano por si algo iba a por el;  No sabía muchos hechizos pero si se podía defender.

-¿Hola? ¿Hay alguien aquí?- grito mientras pasaba por la puerta y entraba por fin a la mansión.

 

Off: holis me pasó por aquí para rolear con alguien de la familia quien guste darme la bienvenida lo agradezco 🥰@ Astara Macnair  @ Arya Macnair  @ Baela Macnair  @ Leopold Macnair  @ Juliette Macnair  @ Idylla Macnair T.

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Rada se quedó pensativo unos instantes mientras observaba a la bruja y se quedó analizando sus palabras,una suave sonrisa se dibujo en los labios del mago mientras asentía ,- tienes razón,no se que hago aquí- le dijo el demonio.


Agitando su mano derecha en señal de despedida avanzó hacia la salida de aquel lugar,mientras su mente se llenaba de viejos recuerdos,una vez fuera avanzó un poco más hacia la zona menos poblada y tras una última ojeada al lugar se giro con elegancia y se desvaneció con un suave sonido.
 

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Se hallaba recostada en uno de los sillones más pequeños de la biblioteca, envuelta en uno de esos raros momentos de tranquilidad que tanto valoraba porque pocas veces su cabeza le entregaba. El silencio de la Mansión era casi reconfortante, como si el eco de los años y de los recuerdos flotara en cada rincón, pero el sonido de la puerta abriéndose lentamente la sacó de su ensimismamiento. 

Frunció el ceño, incorporándose con agilidad: ¿Quién se atrevería a llegar sin aviso? Entonces, una voz desconocida resonó en el vestíbulo.

Baela se levantó de inmediato, sintiendo cómo su curiosidad iba en aumento. Las pocas veces que pisó los terrenos Macnair en Inglaterra siempre solían estar desérticos, como si hasta las almas en pena le huyeran a los rincones del hogar, y por lo tanto, recibir visitas no anunciadas era poco común, y menos aún alguien que pareciera tan… casual. 

Caminó con paso firme hacia la entrada mientras sus pasos eran amortiguados por las alfombras que cubrían el suelo antiguo, y al asomarse, se encontró con un joven que, a primera vista, parecía estar totalmente fuera de lugar⸺unos jeans, una playera negra con un estampado que apenas distinguía, y unos tenis... como dije, muy fuera de lo común en un entorno como ese. 

El pobre chico sostenía su varita de una manera que delataba cierta inseguridad, aunque había algo en sus ojos que le llamó la atención: era un destello peculiar, una chispa que generó en la bruja el pequeño impulso de enfrentarse a lo desconocido en lugar de huir en la dirección opuesta como usualmente ocurría.

Así que con los brazos cruzados y la cabeza ligeramente ladeada, Baela lo observó por varios segundos antes de abrir la boca, dejando que el silencio hiciera el trabajo de incomodarlo un poco más⸺o quizás, de hacerle agarrar valor para darle la bienvenida al imponente hogar.

¿Y tú quién eres? ⸺dijo finalmente.

@ Sebastian Macnair  🤍

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Habilidad: Metamorfomagia 

Alumna: @ Alyssa Black Triviani

Mentora: Astara Macnair - Pj secundario: Ava Onyx

 

La puerta de la mansión estaba abierta y había una figura parada en el umbral, por fuera, como si esperara algo. Dejé mí bolso en el suelo, a unos cuantos pasos de la chica que esperaba que el elfo volviera, y la observé en silencio. Apenas me habían llegado sus palabras sobre lo que necesitaba, yo estaba lejos cuando la vi entrar por el camino empedrado, pero me pareció curioso. 

-Disculpa, no quiero importunar, pero escuché que estás buscando un Mentor para que te ayude con Metamorfomagia- una débil sonrisa asomó a mis labios, suaves, aunque con varias arrugas debido a la edad. 

Inconscientemente alise arrugas en mí ropa y me aclaré la garganta. 

-Venia de visita a ver a mí antigua pupila, Astara. Soy Ava- otra pausa para que la muchacha pudiera asimilar quién era, antes de ofrecer mí ayuda-. Puedo ayudarte con tu habilidad. Aunque suelo enseñar a niños pequeños, en realidad, pero no me molestaría asistirte. 

Quizás mis pequeñas vacaciones para visitar a Astara no fueran lo que había planeado, pero me darían la oportunidad de conocer mejor la gente que la rodeaba. Sus padres me habían dicho que ella ya no respondía todas sus lechuzas y se encontraban preocupados de que pudiera tener malas juntas. Yo confiaba un poco más en la jovencita de pelo pálido. De todos modos, me había ofrecido a ir a verla para que ellos se quedaran tranquilos.

 

#1

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Sabía que había gente en la mansión, se escuchaban conversaciones lejanas en alguna parte y sin duda las posadas de alguien que venía hacia su encuentro. Por fin, pensó mientras una chica que no reconocía llegaba hasta el y le preguntaba que quién era.

La chica se veía muy cómoda en la casa, parecía que ya llevaba tiempo viviendo bajo ese techo, por lo que el se sintió como un intruso por molestarla en su casa. Aunque bueno técnicamente esa también ya era su casa ¿Que no?.

-Soy Sebastian Macnair, hijo de Idylla Macnair y vengo a instalarme en la mansión y hablar con mi madre- contesto el muchacho con una voz tímida pero segura -¿Será que me puedas decir dónde se encuentra?- su voz ahora tenía tono de nostalgia y una esperanza de volver a ver a la mujer que tanto ansiaba por abrazar.

Sus ojos recorrieron una vez más el lugar, la mansión era preciosa y todos los muebles y decoraciones hacían sentir que podía hablar sobre todas las historias que ahí habían ocurrido. Pero su ensoñación lo trajo nuevamente al presente, donde la joven bruja parada frente a el aún no respondía sus preguntas.

@ Baela Macnair

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