Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Ley Gryffindor Rosier]

Me quedé fría con la mano en la manija de la puerta a punto de abrirla, la apreté ligeramente y luego de unos segundos la solté al fin. Sentía como cada músculo de mi cuerpo estaba tenso, pero ante la orden de mi padre era como si me hubieran aplicado una maldición que me paralizara. Me quedé inmóvil allí mientras destensaba la quijada y sentía como mis ojos ardían mientras se llenaban de lágrimas. Mi respiración se tranquilizó y giré la cabeza todavía sin voltear a ver al Gryffindor, a mi progenitor.

 

-No es solo la túnica, padre, entiende por favor... Esa katana es importante...- dije lo último en un hilo de voz. Con la mano derecha enjugué las lágrimas rápidamente y me di la vuelta para encararlo.

 

-Tengo miedo papá... no por mi, si no por Jank, por ti y los demás. Está claro que pronto descubrirán la treta que quieres armar- dije mientras lo observaba, ya había entendido todo -¿Qué va a pasar después? No temo por mi vida, pero los demás...

 

Decidí terminar con mi conversación y cedí la katana mientras asentía a las palabras que me decía. Tenía razón, como directora ahora recaía una gran responsabilidad sobre mis hombros, que era la seguridad de el mundo mágico y de mis colegas del cuartel. Cuando me di cuenta, Romina se encontraba allí. Asentí a mi amiga y luego me llevé una mano a los labios diciéndole claramente que no dijera una sola palabra.

 

-Todo está listo, vayámonos pues- puse la copia de la katana en donde se encontraba la original anteriormente mientras veía como mi padre la guardaba en su monedero de piel de Moke. No sabía cuánto tiempo nos daría el plan... tal vez solo un par de horas, pero sería el tiempo suficiente para actuar e ir a la mansión Macnair. Bajamos las escaleras los tres juntos y llegamos a donde se encontraban los habitantes del castillo. Sentí como mi cuerpo se estremecía mientras se tensaba y veía cómo los ojos de Zack brillaban.

 

Hice una sonrisa forzada y observé a cada uno de los allí presentes -Por supuesto, señor Zack... hemos terminado nuestro trabajo, ahora pasamos a retirarnos- comencé a caminar a la puerta mientras veía a todos los demás miembros del cuartel haciéndoles ver que era una orden de retirada si o si -Por supuesto, todo está bajo control. Agradecemos su colaboración y sus... amabilidades. Con su permiso.

 

Salimos de allí, al cruzar la puerta sentí como mi respiración se hacía irregular y sentía como si mis ojos fueran a salirse de su lugar, como si el aire se hubiera bajado 10 grados. Al cruzar la verja y caminar 10 metros desaparecimos en conjunto en dirección a Ottery a seguir con nuestro trabajo.

[Mael Blackfyre]

Se me erizaba la piel cada vez que lo pensaba. Y Ley no estaba ayudando demasiado. Claramente que para cualquier persona estaría actuando normal: después de un pesado día laboral, se quería ir más rápido de lo normal. Debíamos parecer claramente que habíamos realizado todo sin problema. Mientras bajábamos las escaleras, que se nos había unido Romina, pude rebuscar algunas cartas viejas que había llevado por precaución. ¿Qué nos aseguraría eso? Simplemente que habíamos hecho un cateo de rutina, como les habíamos prometido.

 

— Hemos finalizado, Zack. Lamento de verdad nuestra presencia en el castillo. Pero fue necesaria —me acerqué dónde estaban, que se encontraba casi acostado sobre uno de los sillones. En ése instante, Ley ordenó que era hora de irnos. Lunática y Kirara, que recién había llegado, podrían seguirla detrás. Romina ya había escuchado la petición desde antes. Me acerqué al joven patriarca y tendí mi mano para estrechárselas. Y le dirigí una reverencia a cada uno de los presentes. Cuando volví la vista sobre los ojos de Zack, deseaba con todo mi corazón analizar hasta el rincón más pequeño de su cabeza. Estaba seguro que algo podría sacar, pero allí no podía—. Les dejo éste pequeño certificado, para que nadie más los moleste. De verdad, agradecemos su ayuda.

 

Aquel papel solamente rezaba el nombre del departamento y anunciaba que habían realizado un cateo exitosamente, sin encontrar nada sospechosos. El Cuartel de Aurores los apartaba de aquellas sospechas y aparecían algunas palabras mas con el gran sello del Ministerio. Pero nada extraño. Estaba seguro incluso que ése papel llegaría más rápido a la basura que yo a la Gryffindor. Ley ya estaba atravesando el umbral de la puerta, cuando los demás empleados la siguieron. Fuí el último en salir y aquel peso en el estómago no se aliviaba. Allí pude salir. El camino de regreso se hacía eterno. Realmente tedioso. Sentía como si algo extraño sucediera a mis espaldas, pero no debía girarme.

 

Cuando llegamos a la verja, fuimos trasladados nuevamente a Londres. Apoyé mi mano sobre mi pecho, que era donde llegaba el monedero. Podía sentir la katana. Necesitaba unos pocos minutos. Tan solo... Pero no debía ir a la Gryffindor, para nada. ¡Debía ir al Profeta! Aquello sería noticia y nos daría tiempo de más. Cuando regresamos al punto inicial y todos estábamos a salvo, le comenté a Ley que los encontraría en la Macnair.

[Sherlyn Stark]

Su atención hacía el paisaje era mucho más fuerte que la de escuchar las respuestas del pequeño elfo. Sentía que jamás volvería a ser expectante de tal belleza y sería lastima que, si las sospechas eran ciertas, estuviera bajo oscuras manos. Le recordaba mucho al castillo Atkins, sólo que podía distinguir que allí el aire era más puro y la gran población de arbustos era mayor considerando que era invierno. Necesitaría ver tal belleza en fechas primaverales, cuando las flores se alzaban a la vista de los visitantes.

El establecimiento tampoco se quedaba atrás, hacía una excelente combinación con lo que lo rodeaba. Parecía antiguo, pero a la vez estaba tan cuidado que parecía haber sido construido recientemente.Jamás había tenido buen ojo para distinguir la antigüedad de los objetos, así que sólo admiraría los detalles de la arquitectura. Debían ser afortunados, sin dudas. Aunque, todavía no había visitado los grandes terrenos de la familia Stark. En la comunidad mágica murmuraban que era una maravilla, pero deseaba verificarlo con sus propios ojos.

— Oh, lo siento mucho, hermoso elfo —lamentó, volviendo su vista hacía él. Por más interés que le había puesto a las palabras del mismo, si la criatura había soltado alguna, terminó haciéndole caso omiso a fin de cuentas—. Lo siento mucho, pero no he escuchado ninguna de sus palabras —dijo Kirara. Si no lo decía se sentiría aún peor, ya que si le daba la razón sin haber oído ninguna de sus palabras quedaría como una persona que le desagradaba.

— Allí están —informó la bruja, haciendo referencia a sus compañeros que salían por la puerta del castillo—. Le estoy muy agradecida por abrirme la puerta de esta residencia —dijo la bruja. Si sus dueños eran miembros de la Marca Tenebrosa, suponía que él estaba fuera del tema. Así que no tenía por qué evitar una conversación con la pobre criatura—. Hasta en otra ocasión —se despidió la castaña, mientras seguía al resto de su grupo, quienes habían seguido de largo con mucha prisa. Tenía muha intriga por lo que podría haber sucedido. Su próximo destino sería la propiedad Macnair.

Editado 30 de Diciembre del 2015 por Kirara Rosier

[Zack Ivashkov]

La Directora del Cuartel de Aurores fue la primera en acercarse al grupo de nuevo. Explicó que el cateo había resultado un éxito y aparentemente no habían encontrado nada que pudiese inculpar a la familia. Zack estaba alegre, en cierta forma de quitarse ese fastidio de encima, no tendrían que lidiar con molestos interrogatorios en el Ministerio. Asintió con una sonrisa en su rostro mientras desviaba su mirada a Elvis, con quien estrechó la mano una vez se acercó y él se levantara de su asiento.

—Qué bueno que todo haya salido bien. No te preocupes por la visita, nunca antes había pasado, pero como dijeron antes, hacían su trabajo — Soltó muy tranquilo mientras tomaba el certificado. Lo leyó rápidamente. Al menos nadie más tenía derecho a hurgar en sus cosas con aquél papelito. Quizás lo conservarían para cuando quisieran volver recordarles que antes no encontraron nada sospechoso ahí. —Que pasen buenas noches — Sí, ya se estaba poniendo el sol y al parecer ellos seguirían detrás de los culpables de la desaparición de Jank.

En cuanto todos los Aurores abandonaron la edificación, la puerta se cerró tras ellos dejando solo a los pertenecientes a la familia. Por varios segundos guardaron silencio mirándose entre sí, hasta que Zack lo rompió diciendo lo que todos esperaban.

—Sí, hay que ver dónde estuvieron rebuscando — Soltó cerciorándose a través de una ventana de que ya fueran atravesado la verja y desaparecido en los límites. Con prisa subió las escaleras hasta llegar a su habitación. La puerta estaba de par en par, como lo esperaba. Negó con su cabeza en señal de desaprobación mientras atravesaba el umbral. Sus prima había corrido a su propia pieza, pero Zack la llamó casi que con un grito ensordecedor.

—¡Leah! — Exclamó con fuerza empuñando su mano izquierda y golpeando con fuerza una mesita de noche, que sirvió de sostén para una lámpara antes de que esta rodara al suelo por la fuerza aplicada. —¡Los desgraciados vieron mi Katana! —Anunció apenas sintió la presencia de sus espaldas. Él se acercó al cofre y detalló el arma mágica. Habían sido tan brutos que dejaron el cofre abierto, como para avisarles que sí la habían visto.

Zack se inclinó y tomó el arma, algo andaba mal. Frunció el ceño mientras la sostenía con ambas manos midiendo su peso. A pesar de que él en asaltos la manipulara con facilidad, la plata pesaba, y aquella era demasiado ligera. Desenvainó la Katana y esta rechinó, aunque no de la misma manera que la suya lo hacía. Curioso, se atrevió a pasar delicadamente el dedo por el filo de la hoja quedando anonadado con el resultado.

—No corta… — dijo tranquilamente mostrando el índice a su prima, estaba analizando la situación —¡Es una maldita copia! — Soltó esta vez con fuerza lanzándola al suelo. Los Aurores habían robado su preciada arma, se habían metido en la boca del lobo y cometieron el mayor error de sus vidas por tal atrevimiento. —¡Mataré a ese desgraciado! — Agregó pateando el cofre, volv

[Leah Dayne]

Ida, completamente ida.

 

Así se había quedado. La cantidad de pociones que estaban en su organismo no habían hecho buenas migas con el Whisky de Fuego y después de haberse bebido el primer trago, se había quedado en un estado medio ebrio medio confuso, incapaz de recordar los motivos por los que estaba ahí con media familia sin hacer mucho más que mirar hacia el infinito. Alzó la mirada cuando Elvis apareció, ¿por primera o segunda vez? Pero no dijo nada relevante. De hecho, no dijo nada. Fue sólo cuando Zack empezó a despedirlos que reaccionó un poco mejor ante la situación y que logró mover la cabeza de un lado a otro, reafirmando sus pensamientos en el lugar correspondiente.

 

Los miró salir y los contó. Ley, Lunita, Elvis, Romina, Kirara. ¿Le faltaba alguien? ¡Habían llevado a toda la maldita oficina! Sólo al ver la cantidad de Aurores que tenía en su casa recordó el mal humor que la había llevado a estar ahí en primer lugar y bufó con cierta molestia empezando a erizarle la piel. Algo así como un mal presentimiento. Pasó los ojos primer por Elaena y luego por Derek, ambos estaban tan tensos como los otros dos patriarcas, pero sólo ellos lo representaron en voz alta. Inquieta, la Atkins meditó sobre lo que podrían haber estado mirando...

 

—Grita si ves algo fuera de lo común.

 

No tenía fuerza suficiente para subir al trote, como él, que desapareció por la puerta como la hoja de un Seccionatus, pero desapareció en el acto y volvió a pisar suelo en su habitación. La puerta abierta, las gavetas mal cerradas, el armario... Vaciló. La túnica, la túnica estaba ahí y había sido manipulada.

 

—No, no, debía estar en la Atkins. Maldita sea —exclamó la maldición con tanta potencia, que una pequeña cantidad de aire la rodeó de pronto—. Los voy a...

 

Dio un brinco ante el grito de su primo y casi se cae del sobresalto, cosa que aprovechó para correr a la habitación del Ángel Caído. Y mientras se tambaleaba por el pasillo, escuchaba toda la explicación sin necesidad de tenerlo delante. La Katana, el arma más emblemática de los Altos Rangos de la Marca Tenebrosa, la habían visto. No... la habían tomado. Los vellos de la nuca se le erizaron de inmediato y sintió cómo la sangre se acumulaba en sus mejillas justo cuando atravesaba el umbral y se encontraba con un Zack encolerizado, al punto de que más que sentir empatía empezaba a sentirse un poco impactada.

 

—¡¿Cómo que es una copia?! —miró la cosa barata esa en el suelo y por poco sufre un ataque al corazón—. Es que yo te mato. ¿Cómo dejas ésto aquí sin ningún tipo de protección? ¡Juraba que estaba bajo algún hechizo o algo! Escondí las máscaras y la túnica es poco relevante, cualquiera podría tenerla, ¡¿PERO LA KATANA?!

 

Soltó una retahíla de insultos a medida que iba a la ventana y los vio desaparecer a todos fuera de los terrenos.

 

—Hay que ir a la Gryffindor. Puede que sean lo bastante tontos como para ir allí antes de ir por Cissy —chasqueó los dedos y su ropa cambió, siendo reemplazada por una túnica azabache que no solía usar; asimismo, las máscaras aparecieron flotando entre los primos—. Invoca la Katana antes de que sea demasiado tarde —se puso la máscara de una sola estocada y estiró la mano, aguardando para la desaparición conjunta.

[Zack Ivashkov]

Como era de esperarse Leah se molestó por el descuido de Zack. Haber dejado la Katana ahí, simplemente guardada en un cofre sin ningún hechizo adicional que la protegiera había sido una completa locura. Él simplemente ignoró las acusaciones de su prima y se acercó al armario buscando una túnica negra, no tardó mucho en conseguir una, tenía casi una colección entera. Se vistió con ella, e hizo aparecer su varita mágica.

—Cálmate, que me vas a hacer arrechar más —Advirtió asegurando que ya estaba suficientemente molesto como para querer acabar con todos a su paso, estaba que se llevaba al mundo por delante con tal de dar con los desgraciados que se atrevieron a duplicar su Katana y robarse la original. —Le aplicaron la maldición geminio, capaz hicieron unas cuantas copias más, pero se llevaron la original. Quién sabe qué le estarán haciendo en este momento — manifestó sabiendo que debía invocarla cuanto antes.

Había estado tan distraído que olvidó por completo recuperar su Katana. Con solo un pensamiento, su arma mágica se materializó en la zurda. Sostuvo el mango con firmeza y sintió una pequeña descarga eléctrica que le atravesó toda la extremidad. Definitivamente esa sí era la original. Si los Aurores estuvieron manipulándola mientras él la trajo de vuelta, se darían cuenta que lo mejor sería esconderse el último rincón del mundo.

—No perdamos más tiempo — Dijo mientras tomaba la máscara plateada y se la colocaba en el rostro. Se unió a su prima tocándola procurando ser envueltos por la misma estela negra que los desvaneció del castillo Ivashkov. Irían a vengarse.

[Derek Lúcien]

—Últimamente son bien mal educados algunos, Ela —respondió antes el comentario de la mujer. Al demonio si le agradaba verla, no sólo a ella, sino a todos los familiares; mas no podía decir lo mismo de los miembros del ministerio que ahora se dedicaban a escudriñar al castillo.

En las épocas en las que él había conocido el lugar, estaba repleto de aparatos oscuros, animales extraños y cosas bastante espeluznantes, pero ahora habían cambiado todos aquellos adornos por nimiedades bastantes normales, la casa era aunque con un ambiente oscuro, bastante agradable y fuera de sospechas a primera vista, aunque si uno estaba al tanto de los familiares, podrían sospechar algo.

Leah le incrimino que no era una simple explicación, pero el castaño no se pronunciaría al respecto en esos momentos en que estaban bajo el ojo de la tormenta. Aunque no sabía por donde empezar su explicación, en cierto modo agradecía que esa conversación se retrase algunos minutos, no tenia las palabras correctas para el momento, y sabía que con Leah ninguna conversación es sencilla. O terminarían odiándose, o con una pelea campal que involucre a todos los Ivashkov.

—Lo sé —murmuro llevándose el vaso que tenia en la mano a los labios y tomar un buen trago de su contenido.

Los hombres seguían allí rebuscando y ni prestar atención cuando apareció una mas que ni bien entró, tuvo que salir ya que los demás estaban descendiendo las gradas algo apresurados. Giró sus ojos para observarlos y verlos despedirse apresuradamente entregando un certificado a los miembros de la familia, salieron y se cerró la puerta tras ellos.

-Esos no saben disimular nada -menciono haciendo sonar sus dedos sobre la mesa rápidamente-. Han salido tan rápido que ni tiempo de despedirse apropiadamente tuve -al comentario de Zack y Leah, respondió mientras a estos subían a sus habitaciones-. Seguro encontraron dinero y se lo robaron -bromeo.

El salón de haber estado abarrotado de personas ahora solo contenía al demonio y a la mujer doppelganger. Se miraron unos instantes y en menos de un minuto los gritos de Zack se hicieron escuchar por todo el castillo. Al parecer había tenido razón, les habían robado y no precisamente dinero, sino un arma mágica bastante importantes, peligrosa y, legítimamente propiedad de un miembro de la Marca Tenebrosa.

—¿Quieres comida? —le preguntó a la mujer girando su varita y haciendo aparecer una bandeja con bocaditos diversos, algunos dulces como de chocolate y nutella (?) y otros de queso y jamón—. Esos dos tienen para rato... ¿Qué ha sido de tu melodiosa vida? Han sido demasiados meses sin verte, la última vez que nos encontramos fue en el negocio de Carol, cuando me explicaron el coso de la duplicidad, y nunca mas te vi.

El castillo quedó completamente en silencio y era bastante obvio que ahora se encontraban solos en toda la extensión del terreno. Seguramente los otros habian ido a recuperar la Katana, dejandolos a los personajes con la única compañía viva del lugar, un pequeño elfo que se habia dedicado a limpiar el lugar por donde los inquisidores habian caminado. La mugre se pegaba, y seguramente el elfo sabía que era mejor limpiarlo antes que le den las ordenes.

[Luna Gryffindor Delacour]

Me había quedado retrasada viendo algunos recortes en una habitación sin mucha importancia cuando escuché la voz de mi padre diciendo que nos teníamos que ir, algo parecido a la sonrisa,se formo en mi rostro hasta que vi a ley y pude entender lo que había pasado.

 

Nadie lo sabía pero yo había entrado luego de mi papá y al ver todo lo que ley veía pensé lo mismo que ella, denunciarlos ya mismo, iba a seguir a ley cuando mi papá nos detuvo en seco, elvis tenia razón no podíamos hacer eso, así que suspirando acepte la derrota saliendo con ellos de la habitación.

 

Para cuando llegamos a abajo solo vimos a romina , a quien había perdido tiempo atras y escuché a mi padre despidiéndose yo ni los miré y enfile lo más rápido que pude detrás de ley para salir de allí cuanto antes.

 

_ diganme que no volveremos ahí por favor, diganmelo, aunque encontramos todo cuanto queríamos no? Pasa algo? _ pregunté observando a ley y a elvis preocupada _

 

Antes de que me pudieran responderme ya habíamos desaparecido en conjunto estando a 10 metros del lugar, hacia el ministerio y sitios más agradables y menos hostiles que el que dejábamos atrás.-

Editado 31 de Diciembre del 2015 por Lunatica Lupin Evil Black

[Zack Ivashkov]

Jake - Elfo personal de Zack.

 

La criatura apareció en el hall anunciando su presencia con un estallido que captó la atención de Elaena y Derek. Ambos miraron interesados en el aparente mensaje que la primera tenía para dar. Antes de extenderles el papel que sostenía en sus manos, hizo unas forzadas reverencias, no le gustaba inclinarse frente a nadie que no fuera su amo.

—Jake ha sido enviado con este mensaje. Su amo dijo que era importante entregarlo a tiempo — Zack había llamado a su elfo minutos antes de arribar a la Macnair, donde se encontraban los protagonistas del hurto descarado que se llevó a cabo tan solo minutos antes en el mismo castillo Ivashkov. —Jake puede enviar otro mensaje de vuelta, si así lo desean — Explicó poniéndose a la orden, aunque más bien era un indicador de que deseaba irse cuanto antes a realizar la cantidad de labores que Zack le encargó.

El panfleto indicaba en su interior un claro mensaje con alargadas letras oscuras, típicas de un vuelaplumas.

Los quiero en la mansión Macnair cuanto antes. No solo robaron mi Katana, le faltaron el respeto a nuestro hogar. Procuren proteger sus identidades.

… Y más les vale venir.

 

 

No hacía falta explicar en la nota de quién era el mensaje, a Zack le resultó casi imposible no agregar la amenaza del final. Esperaba contar con Derek y Elaena en la tortura de la que quería hacerlos partícipes, a ver si así recordaban un poco su pasado y se animaban a volver a las filas tenebrosas.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

No habia hablado mucho con Cissy y Zack de este plan..y puede que a los habitantes les llamara algo la atencion...y pues..siempre podrian hechizar a los manifestantes...pero es que despues de salir de El Profeta..tenia la idea bien clara de como hacerles pagar que acusasen a los Ivashkov y Cissy de mortifagos...y mi plan empezaba aqui. Mire al frente y vi al hombre tosco que habia contratado en el callejon Knockturn...evidentemente me habia cambiado el aspecto...aunque claro...mencionar ciertos nombres podria habrir muchas puertas en los bajos fondos.

 

-Bien sabes que hacer no???- el hombre corpulento asintio...y yo sonrei...sin mas me dio la espalda y se reunion con una docena de sus colegas..que ya estaban informados de lo que habia que hacer.

 

La idea era simple...si el Porfeta acusaba a nuestras familas de ser mortis....o al menos sugeria la idea...por que no darles una reaccion popular ante lo que escribian..si una manifestacion...contra los supuestos mortis....algo que no pensase pudiese ocurrir...algo que podria ser utilizado despues...para hacerles quedar mal...si..era un plan bastante bueno...Los que lo implementarian seria algunos rostros tradicionales de callejon..que siempre parecian enojados..y claro..algun que otro conociddo del gremio...claro...nada de enfrentamientos magicos...solo hacer bulla....

 

Asi todo comenzo....sonrei al ver como comenzaban a alzar los carteles..con las fotos de los primos Ivashkov muy bien....estilizadas...si..habia algunas muy sugerentes y pronto la voz de una treintena de personas se hizo oir...

 

-IVASHKOV MORTIFAGOS!!!!!...CARCEL PARA LOS PRIMOS IVASHKOV!!!!