Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Zack Ivashkov]

—¡Ay, guapa! Créeme que te sorprendería mi lista de preocupaciones. —

Respondió casi instantáneamente pensando en la cantidad de cosas que había hecho desde que era un Mortífago. Con ese tipo de preguntas generales, la bruja no obtendría mucho de él. Si querían conseguir algo debían llegar más a fondo, buscarle la vuelta al astuto mago. Intercambió miradas con ella sin alarmarse por ser el centro de atención de los visitantes. Todavía le resultaba extraño que fueran ahí por “unas preguntas de rutina” ¿de cuándo acá?

El otro hombre se presentó de la misma manera que lo hizo en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, al menos estaba siendo transparente y no se inventó otra identidad para todo aquél teatro, iban en serio. Zack se animó a estrecharle la mano sin ninguna expresión en su rostro y asintiendo luego de su mini discurso de “papi viene a traer a su hijita al trabajo”. Era mejor abstenerse a hacer un comentario al respecto, además que no le molestaba estuviera ahí, seguro fue por precaución.

—Sospechosos de que Jank no aparezca... — Repitió las palabras de la mujer en cierta forma impresionado por la acusación —¡Pero si es sorpresiva la vez que el señor acude a las reuniones de la Asamblea! A la Directora le resulta un milagro verlo cuando se decide cumplir sus labores— No era la primera vez que el enanito se desaparecía del Concilio, ese bendito tema era el pan de cada día entre él y Cissy. Algún día terminarían botándolo por descuidado y entonces los primos Ivashkov junto a la Macnair entonces podrían hacerse con el poder absoluto de la organización.

—La última vez que lo vi debió haber sido hace casi dos meses en una reunión para importar productos nuevos. Ni siquiera estuvo cuando decidimos hacer actividades para navidad. Lleva mucho tiempo desaparecido. — Todos sabían que él era miembro de la Orden del Fénix, por lo tanto era el indeseable número uno para los otros tres miembros de la asamblea. No es que estuvieran muy pendiente de él, pero disfrutaban de sus largas ausencias, se sentían en confianza estando entre Mortífagos únicamente. Ley había sacado su identificación mientras hablaba, y Zack le dio un vistazo rápido asegurándose de la legalidad de la identificación.

Hasta ese entonces, el director de la Universidad no había vuelto a hablar. Sino cuando se dispuso a marearlo con un cuento chino para hacer que Zack cooperara. Lo estaba haciendo, al menos no los había corrido. Lo escuchó unos segundos y al instante siguiente estuvo a punto de llamar a su elfo para que les prestara una silla a los invitados y mantenerlos en la puerta. Pero no, él no era así. Tomó aire para soltar otro de sus “no” disimulados en una larga palabrería, y él mismo se interrumpió chasqueando la lengua.

—Bien, adelante. Nos ponemos cómodos y capaz todo fluye de manera espontánea— dijo retrocediendo al tiempo que chocaba con algo a sus espaldas. Miró por sobre su hombro notando que había tropezado con Elaena. La mujer llevaba más de tres meses desaparecida y ahora llegaba como si nada, sin siquiera avisar, aunque tampoco fuese tan necesario, ese también era su hogar. Las pupilas de Zack se dilataron mientras guardaba silencio y ella se presentaba a los invitados, que de no haber sido por ella, fueran tenido el camino libre para adentrarse al castillo.

—¡Vaya! Esto será una tarde llena de sorpresas— Su prima entendería claramente que lo decía por su repentino arribo al castillo. —Dale espacio a los señores. Ella es la directora del Cuartel General de Aurores, y él su acompañante. Vienen a preguntar por qué Jank no ha ido a trabajar, ¿qué te parece?— cuestionó con ironía mientras bufaba y dejaba el camino libre para que siguieran hasta el hall. Habían muebles de dos y tres plazas perfectamente ordenados con una lámpara de testigo iluminando con su tenue luz. Además, la mesa ratona al centro sirvió de soporte para una bandeja de plata con cuatro copas. Una botella de whisky de fuego junto a otra de vino acompañaron la jarra de jugo natural.

—Si les apetece algo más solo díganlo— Su elfo personal Jake, había aparecido junto con las bebidas dispuesto a servirlas. A Zack le dio una copa de whisky de fuego mientras esperaba la orden del resto. El vampiro degustó el licor y dejó que encendiera su garganta con un mínimo sorbo justo antes de soltar una nueva interrogante —Me gustaría saber por qué les preocupa, precisamente a ustedes, la desaparición de Jank— hasta entonces el hombre no había tomado asiento, se mantuvo apoyado al costado de un mueble. Como buen anfitrión esperaría que los invitados se sentaran primero.

[Ley Gryffindor Rosier]

-Tendré entonces que indagar más a fondo, señor Zack...- comenté con una voz "amable" pero venenosa.

 

Sus respuestas a pesar de no ser certeras me daban mucho a dudar de él y su reputación, evidentemente nuestra presencia lo incomodaba, pero a pesar de todo nos invitó a pasar, cosa que agradecí pues en otras ocasiones habíamos tenido que estar afuera en el calor abrasante del sol o el frío que calaba los huesos. Afuera hacía fresco ésta vez y dentro del castillo el clima estaba cómodo. Camino a se tropezó con una bruja alta, pero no más que Zack.

 

-Buenas tardes señorita Elaena, un placer- ya no hubo necesidad de más presentaciones y no quise seguir haciendo caso a nada más, después de todo no era ella quien me interesaba, si no Zack y su prima Leah. Los azules ojos del Ivashkov nos observaban mientras analizaba la situación... ¿Qué estaría pensando? No podía saberlo.

 

Tomamos asiento y el elfo llegó ofreciendo bebidas y vasos. Tomé uno y bebí un poco de whisky de fuego... esa bebida siempre me había gustado -Le agradezco, estoy bien-. Mi padre seguía callado, imaginaba que algo estaba pensando o esperando a hablar en el momento indicado. Dejé la bebida en una de las mesas y volví a tomar el papel y pluma con el que estaba escribiendo.

 

-Como ya se lo comenté, llegó una carta escrita en Rumano, en el que se les señala como sospechosos de su desaparición- guardé silencio un momento -Entiendo su molestia, a nadie le gusta que lo tachen de sospechoso, pero es nuestro trabajo investigar... espero que lo entienda- comenté al patriarca. Leah seguía sin aparecer, quería que llegara pronto para hacerle las mismas preguntas a ella también.

 

-Me comenta que Jank lleva alrededor de dos meses sin pararse allí... ¿Porqué no lo han buscado? Después de todo él es miembro de la logia ¿o acaso no les es necesaria su presencia? Porque digo, yo ya hubiera presentado una denuncia o algo- observé al mago en silencio mientras mi boca se apretaba esperando respuesta.

[Leah Dayne]

—Estando en Londres, sería muy tonto de parte de cualquiera de nosotros enviar una carta en rumano teniendo ésta propiedad en Transilvania —realizó un ademán con la mano—. Sabrán disculpar si he estado escuchando conversaciones en mi propia casa.

 

La voz de la Atkins irrumpió en la sala, donde estaban todos, al mismo tiempo en el que sus pasos la llevaban hacia Zack. Recién había llegado del Laboratorio de Análisis e Investigaciones Clandestinas y aún estaba agotada, ligeramente adolorida, pero se veía perfecta y sonaba con la misma arrogancia de siempre. Sus ojos verdes no mostraban ningún tipo de culpabilidad y tampoco parecía muy interesada en tener modales con respecto a la presencia de las dos personas que estaban en su castillo, de hecho, parecía más probable que pudiera echarlos a los dos en un futuro cercano si la sacaban de sus casillas. Miró primero a su primo y alzó una ceja hacia la chica, Ley, ignorando por completo al director de la Universidad.

 

De haber sabido quién era, su reacción hubiera sido menos diplomática. No obstante, ninguno de ellos tenía una prueba cien por ciento verídica de que formaban parte de las filas enemigas y los brazos desnudos de la rubia, dentro de su vestido azul, dejaban en claro que no tenía la Marca Tenebrosa tatuada en el brazo; un simple hechizo que ocultaba el tatuaje siempre que se veía en penosas situaciones con desconocidos. Escudriñó a la Auror con la mirada por un instante y luego soltó una serie de palabras tan precisas, directas y cargadas de la altivez que posee alguien de mucho dinero.

 

—Sin embargo, me pregunto por qué tanto interés con los Ivashkov cuando si mal no recuerdo existen un par de residentes en Inglaterra con títulos rumanos e, incluso, parte de una "realeza" —esbozó una sonrisa burlona sólo de recordar la existencia de Lisa—. Leah Atkins, el placer es todo suyo.

 

Reparó en la presencia de Elaena y torció el gesto sin muchos ánimos.

 

—Prima —en sus labios, la palabra estaba más cerca de ser un insulto decente—, tenía la esperanza de que no regresaras. Una lástima...

 

No tardó demasiado en volver la vista hacia Elvis, tan educado y serio como se le veía por las instalaciones académicas. Nunca había entablado una conversación con él a ciencia cierta, más allá de pequeños detalles de las clases, pero estaba segura de que él podía reconocerla con facilidad del mismo modo que ella lo hacía. Eso no quiso decir que se mostrara un poco más amable con él, así como lo había mirado había desviado la mirada hacia su acompañante y volvía a mostrarse apática.

 

—¿Puedo saber a qué se debe tanto alboroto? Cuando Jank aparece en las oficinas de la Asamblea del Concilio es una sorpresa para todos y no precisamente porque sea el empleado ejemplar. ¿Han buscado en Honeydukes? La última vez que lo vi no era más grande que un elfo doméstico raquítico, quizás se ha perdido entre los niños.

 

@BrujaOesed

[Zack Ivashkov]

En cierta forma fue sorpresivo el hecho de que la mujer del ministerio prefiriera una copa de whisky en lugar de un jugo natural. No debería tomar alcohol durante sus labores. Zack se limitó a sonreír sin comentar al respecto. Quizás la bruja tenía otras cargas sobre sus hombros de las cuales el licor la ayudaría a aliviar. Justo al instante en que el vampiro fuera interrumpido a su interlocutora para comentar al respecto, la voz de su otra prima se escuchó en el fondo resonando por la estancia. Evidentemente habría llegado hacía escasos minutos y estuvo escuchando toda la conversación.

El andar altivo de su pariente, su burla camuflajeada, y la antipatía insoportable la hacían ser completamente despreciable. Su presentación corta debió haber bastado para que los Aurores quisieran seguir conversando con el Ángel Caído sin ninguna intromisión. Pero ya que la buscaban a ella también, pues ahí la tenían, no había duda de que esa era Leah.

—Al contrario, que bueno que ha regresado. — Replicó apenas escuchó la inconformidad de la nigromante respecto a la aparición de Elaena. No es que el Mortífago se preocupara mucho por el trato de aquellas dos, había tendido la toalla desde el último encuentro. Pero no tenían por qué demostrar sus roces frente a los invitados. La mirada de enojo del vampiro fue clara como para que su solicitud de alto al fuego fuera atendida de la mejor manera, aunque Elaena no se controlaría por mucho tiempo.

—Es curioso y molesto que usted no responda mi interrogante, señorita Ley. Quise saber por qué les incumbe a ustedes la desaparición de ese hombre. La carta escrita en rumano es una completa tontería como ha indicado Leah, particularmente en la familia ya ni trabajamos el idioma.— Una vez tomó la palabra demandó la atención de los presentes —Además. Su departamento se encarga de investigar sobre utilización de artes oscuras, no quisiera saber que su acusación se extiende hasta tal nivel gravedad, ¿o sí?— preguntó esta vez frunciendo el ceño. Todavía no cuadraban completamente las piezas del asunto. Quizás haya algo que ese par estuviera ocultando, un detalle extra sobre su visita.

—Junto con Cissy, mi prima y yo hemos sabido sobrellevar el trabajo que demanda la organización. Afortunadamente no lo hemos necesitado. Por mayoría hemos tomado decisiones importantes, y su ausencia no notificada nos sella la aprobación para todas nuestras actividades. — Explicó esperando que con eso se fuera hecho entender. No es que no les importara que estuviese desaparecido, de hecho Cissy era quién debía ocuparse de tomar cartas en el asunto. El caso es que mientras pudieran trabajar sin él lo seguirían haciendo con la misma tranquilidad y eficacia de hasta entonces.

[Ethan Lenteric]

El nacimiento de Emma

 

Despertar y encontrarse totalmente solo no era muy común para Ethan, acostumbraba a dormir con su pareja casi siempre pero aquella noche ella la había pasado en el castillo de su propia familia. El castaño se giró en la cama quedando boca arriba y miró el techo de su habitación que si bien nunca le ponía atención esa mañana parecía un punto focal interesante para su visión, suspiro un par de veces moviendo las cobijas hasta su cadera con movimientos de sus piernas y después de quitarse un poco la pereza de encima por fin decidió levantarse. Estiró sus brazos por encima de su cabeza soltando un bostezo y dio un par de pasos hacia uno de los ventanales que tenia a la derecha de su cama, observó hacia afuera la capa de nieve que cubría los jardines del castillo Ivashkov y volvió a suspirar. Definitivamente esa mañana era muy solitaria para él.

 

Llamo a su elfo con el chasquido de los dedos de su diestra y pidió su desayuno como todas las mañanas, el elfo le informo que su madre se encontraba fuera del castillo pero que le había dejado dicho que pronto iba a volver lo que hizo que el castaño frunciera levemente el ceño. Por lo general su madre siempre le avisaba con tiempo pero solo esperaba que ella se encontrara bien, su instinto protector con ella era latente en demasía.

 

-Needles por favor ve con Kutsy y dile que quisiera comer con ella aquí en el castillo, si?-Ordenó al elfo quien inclino su cabeza en señal de aprobación y que en seguida se marchó, Ethan camino hacia el cuarto de baño y se dio una ducha relajada para después salir y vestirse como lo hacía diariamente de manera casual y elegante siempre ostentando el porte de caballero como se le había educado.

 

Después de su desayuno se dirigió a su trabajo en el departamento de transportes y realizo sus pendientes y por la tarde al notar que las manecillas del reloj comenzaban a acercarse a la hora de la comida decidió dejar todo a un lado con tal de verse con su amada, se dirigió al castillo de su familia y fue interceptado por su elfo en el hall de bienvenida. Needles le aviso que la señorita Kutsy se encontraba ya esperándolo en su alcoba y como alma que perseguía el diablo el castaño acelero sus pasos hasta toparse de frente con la puerta de entrada de sus aposentos. Abrió dicha puerta y ahí pudo verla tan esplendorosa como siempre, con esa sonrisa que lo enamoraba cada día mas.

 

-Hola extraña...-Dijo sonriente cerrando de nueva cuenta la puerta y se acercó a Kutsy quien estaba en las últimas de su embarazo y a quien se le notaba mucho mas cansada que en días anteriores. El Ivashkov la abrazó a su cuerpo y depositó un suave beso en su mejilla para después otorgar otro a sus labios carmesí.-Te extrañe, no me gusta dormir solo...Como te sientes?-

 

@Kutsy

[Mael Blackfyre]

Auror ○

 

En el momento que Zack nos estaba dejando pasar, de una buena vez por todas, una figura femenina hizo su aparición. Mi memoria no me ayudaba en recordar si la conocía del Ministerio o de algún otro sitio, pero rápidamente ella se presentó como Elaena, otra de las matriarcas. Todos mantenían su gesto altanero, como si creyeran que fueran mucho más importante. No necesitaba saber lo que pensaban para darme cuenta que estaban incómodos. ¿Por qué razón? Esperaba que eso no lo supiera y que nos fuéramos con la información que necesitábamos.

 

Solamente le dirigí una reverencia con la cabeza a modo de saludo, mientras ambos patriarcas nos invitaban a pasar. ¡Gracias a Merlin! Sentía un aire totalmente tenso. No sabía si se trataba de mis nervios o porque simplemente nunca había estado ahí. El no conocer a nadie siempre me obligaba a desconfiar, aunque éstos no hicieran nada malo. Caminaba detrás de mi hija mientras llegábamos a la sala y Zack preparaba todo. Nos ofreció algo de beber, ésa era buena señal. Pero no me senté. Tampoco tomé ningún trago. Me mantuve atrás de Ley, con los brazos que llevé por detrás de mi espalda. ¿Se notaba que quería finalizar con todo eso? Esperaba que si.

 

— Déjeme corregirlo, señor Ivashkok. Y así poder aclarar sus dudas —para aquel entonces, otra tercer persona se había presentado, y gracias a la barba de Merlin, se trataba de la persona que faltaba, Leah. Eso resumía nuestras responsabilidades y podríamos hablar con ambos al mismo tiempo. Pero la bruja mostró su ceño bastante arrugado, como si tuviera una poción fétida entre ambas fosal nasales. ¿Qué le ocurría? No hacía falta ni siquiera que hablara, por ésa razón, me dirigí a Zack, que insistía en nuestro interés por Jank—. El Cuartel de Aurores pertenece al Departamento de Seguridad Mágica, donde uno de sus responsabilidades, es la seguridad de la comunidad mágica en ella, para con ella y en relación con los muggles. Luego los Aurores se responsabilizan además, por lo que usted mencionó.

 

»El Departamento recibió ésta carta y nombraba tanto a Jank como a la familia Ivashkov. No estamos acusando a nadie. No estamos culpando a alguien en especial. Solamente queremos encontrar el sentido del porqué aparecería su apellido y qué tendrían que ver con eso. Pensamos que podrían ayudarnos y entender además, la casualidad de que trabaja con ustedes« hablé con vos tranquila, mirando nuevamente los ojos de aquel patriarca. Mi cabeza una y otra vez me recordaba que uno de los mejores métodos para obtener información, era recurrir a mi legeremancia pero una voz ajena me decía que aún no. Esperé que asimilaran la información y que mi hija tuviera algo más que agregar. Al parecer ningún otro miembro de la familia aparecía. No sabía si podíamos seguir hablando frente a Elaena, pero siendo matriarca, no podíamos hacer mas nada.

 

— Sin meternos en la privacidad de la Asamble ¿No poseen formas de comunicaciones entre ustedes? ¿La directora Cissy podrá hablar con nosotros para brindarnos algo más de información? Estoy seguro que tras su cooperación, como lo vienen haciendo y algo que nos sirva, eso nos bastará para que nadie vuelva a posar los ojos en su familia —hablaba nuevamente dirigiéndome a Zack y esperando que Ley estuviera de acuerdo con eso. No podíamos salir del castillo con las manos vacías. Sabía que lo que diría podía llevar a más tensión, pero no había otra forma de decirlo—. ¿Nos permitirían realizar un cateo por aquí? Como le dije en la puerta, es rápido. Ni notarán que estamos aquí. Creo que eso sería todo.

[Kutsy Stroud Lenteric]

El nacimiento de Emma ♥

 

Todo era nuevo, lo cual me hacía sentir extraña y ansiosa, ciertamente no era la primera vez que estaba embarazada pero aún de ese modo sentía como una madre primeriza con los nervios a flor de piel además de cientos de preguntas revoloteando por todos lados por lo que le había pedido a Ethan que me permitiera pasar la noche en el castillo de mi familia adoptiva, sabía era algo duro para ambos estar separados aunque fuera sólo una noche pero había tenido la necesidad de conversar con la mujer que consideraba como mi madre, Bel Evans, una bruja que con su sabiduría había acallado los miedos de una madre que está a punto de dar a luz.

 

Sabía que la fecha estaba cerca algo me lo decía además del propio cansancio que me advertía de algún modo que mi cuerpo se estaba preparando para el alumbramiento de mi tercera hija, una pequeña con la que había soñado desde el día en que me enteré de su existencia. Había tenido miedo, mas bien terror, pero al final me había dado cuenta que no tenía nada que temer y mucho menos teniendo a mi lado un demonio como lo era Ethan, al cual amaba desde hacía demasiado tiempo atrás y bueno que de modo sorprendente nuevamente estábamos juntos y para prueba de ello era que a pesar de la larga separación impuesta por la vida misma o el destino el amor que sentíamos uno por el otro había soportado los años de lejanía y las heridas causadas por cada mal entendido se borraron con el transcurrir del tiempo.

 

Tras pasar una mañana algo monótona y mientras tomaba el sol en los jardines del castillo Evans, el elfo de mi amado novio apareció dándome el mensaje de que me esperaba para comer así que preparé todo para mi salida de mi hogar y pidiéndole de favor a Needles me llevará hasta el castillo Ivashkov. Así que tras un parpadeo ya me encontraba frente el hogar del castaño, el elfo me condujo con diligencia hasta los aposentos del joven mago al que extrañaba sobre manera y se despidió de mí con una suave reverencia. Al estar sola en aquella habitación caminé con pasos acompasados hasta la ventana para admirar el exterior, y sonreír por unos instantes al percatarme del singular espectáculo que la nieve otorgaba a los terrenos de esa morada.

 

Acaricié mi vientre cuando una nueva contracción se hizo presente e inspiré lentamente esperando que pasara con rapidez, había pensado que con el tiempo esa pequeña molestia desaparecería más con el trascurrir de la mañana se volvían un poco más constantes suceso que me desconcertaba. Pero todo se volvió nada cuando la voz del hombre que amaba se hacía presente y me abrazaba contra su cuerpo, consolando ese anhelo de tenerle cerca, mis manos se posaron sobre sus mejillas conforme mi mirada se deleitaba con su rostro ─hola extraño…─respondí sin poder evitar acariciar su mejilla y volver a besar sus labios antes de cerrar los ojos cuando una nueva contracción me hacía quedarme quieta ─lo sé…─contesté una vez que ésta pasó ─no pude dormir sin ti, y Emma está muy inquieta ─añadí llevando la mano de él sobre mi prominente vientre.

[Caroline Ryddleturn]

Elaena Ivashkov

 

No se necesitaban palabras para que Elaena comprendiera que no era bienvenida. A Zack no le había agradado su presencia y se notaba en sus gestos, aunque a ella tampoco le simpatizaba. Podría haberse largado a su cuarto a beber, pero quería saber qué era lo que estaba ocurriendo y porque había un par de aurores allí. Seguramente tenía que ver con que sus primos fueran Mortífagos, cosa que ella fue meses atrás, y estaban siendo perseguidos por la desaparición de un Fenixiano.

 

—Seguramente Jank se está tomando unas vacaciones en alguna playa paradisiaca —murmuró Elaena, restándole importancia al asunto—. Cómo si fuera la primera vez que desaparece —agregó en un susurro, mientras se dirigían a la sala de estar. Al darse cuenta de sus palabras intentó arreglarlo—: Cuando Caroline trabajaba con ustedes me contaba que siempre faltaba al trabajo.

 

Ivashkov se encogió de hombros para quitarle importancia y que nadie le preguntara porqué sabía tanto. No le apetecía tener que explicarles que cuando su doppelgänger no podía ir a trabajar, ella la reemplazaba. Además, si hubiera estado Leah podría haberlo dicho, porque hubiera sido lo mejor de la vida decirle que la había engañado en su cara no una vez, sino en reiteradas oportunidades. Pero como no estaba… Tomó asiento en un sillón de dos cuerpos y alcanzó una copa de whisky. Se cruzó de piernas y bebió un sorbo.

Toda la conversación le parecía tan absurda y aburrida, además de que tenían pocas pruebas para acusarlos. ¿Una carta en rumano? Elaena sabía que sus primos no eran unos genios, pero tampoco serían tan est****os de ponerse en evidencia de esa manera. Y no era la única que lo creía, justo en ese instante apareció Leah y dijo precisamente lo mismo que acababa de pensar. En ningún mundo posible le daría la razón, ni siquiera para defenderlos y decidió quedarse en silencio, hasta que hubo algo que le hizo gracia.

 

—¿Dices por la “reina de Rumania”? —soltó la vampiresa y se echó a reír—. A nuestros padres les habría agradado ver eso. —Volvió a beber y clavó sus verdosos ojos en los de su prima cuando le dedicó todo su odio—. Oh, lamento tanto haber roto tus esperanzas, créeme —ironizó y fingió un puchero—. Caroline te manda saludos y dice que está disponible para que puedan darse un revolcón. —Le guiñó un ojo y sonrió burlona.

 

Por otro lado, Zack se encargó de hacer las preguntas y de ir aclarando la situación. Se podía notar la hostilidad por parte de todos y no era para menos, si Elaena estaba casi segura que había algo más detrás de todo eso y tenía que ver con los bandos. Era más que conocido que los Gryffindor eran Fenixianos y que sus primos se dedicaban a la magia oscura. Ella misma había estado en las filas Mortífagas, junto a su doble. por varios años y había sido atacada en su hogar innumerables veces.

 

—Sé que soy la que menos aporta, porque estuve meses en Bulgaria y no estoy en el Concilio, pero siento que nos están tendiendo una trampa, por algo pusieron nuestro apellido. —Tragó una bocanada de aire y agregó—: al menos a mí no me molesta que revisen el Castiilo; no tenemos nada que esconder. ¿Ustedes qué dicen?

 

Elaena contaba con que sus primos fueran cuidadosos con los objetos tenebrosos y al menos ella lo era.

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor Rosier

Cuartel General de Aurores

 

Observé con cuidado a los miembros de la familia, era más que evidente su hostilidad, sin embargo los motivos de nuestra visita eran claros y no le veía nada del otro mundo ¿Qué era lo difícil de entender? Cuando me di cuenta alguien más se había unido a la conversación "más parientes" pensé e imaginando poner los ojos en blanco hasta que se presentó. Se presentó como Leah ante nosotros por lo que el interés en ella volvió a mi en cuestión de segundos. Con diversión observé la poca emoción que sentían ambos primos por Elaena que recién llegaba, el odio y la tensión se podía respirar en el ambiente.

 

Estuve a punto de abrir la boca cuando mi padre se adelantó a responder. Sentí un gran alivio y lo dejé que les explicara todo lo que estaban preguntando de nuevo, a pesar de que ya se los había respondido parecía que estuviera hablando en chino. Sonreí para mis adentros cuando Elaena accedió a lo del cateo, si todo salía bien pronto nos iríamos a continuar ahora con la mansión Macnair para interrogar a Cissy. Elaena era matriarca entonces esperaba que no hubiera problema por parte de los otros dos.

 

-Parece que sabe mucho del tema, señorita Elaena... ¿o es solo mi percepción?- le había estado restando importancia a la mujer hasta su comentario que me pareció extraño. Al parecer ahora no solo resultarían de provecho Leah y Zack, sino también su querida prima.

 

-Si no tienen problema, procederemos a realizar una rápida revisión que no durará mas de cinco minutos- cuando decía ésto, se esuchó que tocaban el timbre afuera, volteé a ver a mi padre -Creo que se trata de otro de los miembros del cuartel.

 

@ @

[Romina Black Lestrange]

Empleada del Cuartel General de Aurores

 

La carta que recibió del Cuartel General de Aurores decía claramente que debía acudir al Castillo Ivashkov para llevar a cabo la investigación de la desaparición de Jank. No pudo evitar leer la carta un par de veces, tratando de asimilar que todo lo que decía en esta era verdad y no una broma como ella pensaba. En su cabeza no cabía lugar para creer que uno de los Altos Rangos de la Orden estaba desaparecido; pero al menos tenía bien claro que no tenía que tenía que comportarse como un empleado del departamento, y no como miembro de la Orden.

 

Nunca antes había asistido a una investigación, por lo que esperaba que todo saliese bien, sobre todo porque no sabía cómo comportarse ante aquellas situaciones. Mientras pensaba en todo aquello terminaba de arreglarse para poder aparecer minutos después en las calles de Ottery. Cuando estuvo en el lugar, no hizo más que seguir las indicaciones que Ley había dejado en la carta para poder llegar al Castillo. <<Estoy perdida>> pensó al llegar y encontrarse con una vieja cabaña rodeada de una verja, si, estaba perdida, a su alrededor no había ningún tipo de castillo.

 

Por un momento pensó en volver a su casa y luego inventar algún tipo de excusa para explicar por qué no había asistido, pero no, no podía defraudar a Ley de esa manera, por lo que nuevamente se encamino hasta la verja. Guardó su varita en el bolsillo derecho de su pantalón, lo mejor era entrar desarmada, para que los miembros de aquella familia no pensaran que iba a atacar o algo por el estilo.

 

Al apoyar ambas manos sobre los barrotes de la verja sintió un tirón a la altura del ombligo; ¿Qué estaba pasando? Al parecer se encontraba frente a un traslador o algo por el estilo, pero en todo el tiempo que tardó en cuestionarse esas cosas, ya estaba en otro sitio completamente diferente. <<Esta vez sí es un castillo>> sonrió para sus adentros, una vez más la curiosidad la había salvado de marcharse del lugar sin siquiera averiguar algo.

 

Caminaba con pasos lentos, esperando no llegar tarde. Al llegar a la puerta tocó timbre y se alejó unos pasos de esta, esperando que alguien la atendiera.