Jump to content

Castillo Ivashkov (MM B: 106154)


Leah Dayne
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Seguridad Mágica •• Cuartel General de Aurores.

Era inquietante el peso que sentía tras dejar su cargo por varias semanas. Había llegado a creer que había sido retirada del mismo; para su suerte, aún tenía posibilidades de recuperar su actividad. Le habían llegado novedades acerca de la actual planilla ministerial, donde informaba que Elvis ya no era la cabeza del departamento y Ley ocupaba su puesto. No había mucha relación entre ellas, pero estaba segura que era una persona eficaz y, sobre todo, sabría cumplir con los requisitos que un puesto tan importante merecía.

Su actual directora le había informado sobre lo que estaba acechando en el mundo mágico en esos momentos: Jank Dayne se encontraba desaparecido y era uno de los deberes de esa planta resolver ese misterio. Al tomar conciencia de lo sucedido, sólo sintió tristeza por su compañero. Era una excelente persona y no merecería tal trato. Deseaba que, por lo menos, se encontrara con vida y esperar que ese episodio no afectara su personalidad en el futuro.

Su reflexión duró todo el trayecto hasta llegar hasta una de las calles principales de Ottery St. Catchpole, donde la imagen característica de la estación se hacía visible. La fresca brisa que provenía de los árboles de mayor altura y cubiertos de nieve, le hacían olvidar los temas que ocupaban la mayor parte de su mente. Sin embargo, no era lo suficiente para que su conciencia quedara tranquila. De repente, los nombres de los sospechosos figuraron en sus pensamientos. «Cissy Macnair, Zack y Leah Ivashkov» Era imposible de creer que patriarcas de familias tan prestigiosas estuvieran involucradas en semejante caso. Lo descubrirían tarde o temprano, lo presentía.

Al divisar unas enormes y fuertes rejas de tonalidades plateadas, supo que allí era la residencia de la familia Ivashkov. El resto de sus compañeros debían estar teniendo una investigación muy profunda dentro de aquel espléndido castillo. Creía que cualquiera podría quedarse horas visualizando el paisaje que ofrecían esos terrenos, pero no dejaría que esa tentación la invadiera y dejara hipnotizada. El tiempo era muy valioso y, en esos momentos, debía gastarlo únicamente en su labor ministerial.

— Veamos —se dijo a sí misma mientras recorría el sendero en busca de la entrada. Por más intentos que hiciera, le era inevitable dejar de escudriñar hacía el interior. Como en muchos hogares, debía estar protegido con muchos encantamientos y para entrar era prescindible informar con qué propósito ingresaba. Era momento de asegurarse de tener todo en orden, por lo tanto, buscó en uno de los bolsillos de su túnica la insignia que informara que era parte del departamento de Seguridad Mágica, por si hacía falta.

Cuando quiso darse cuenta, estaba frente a la entrada hecha de hierro. La vista era una belleza, aunque simple a diferencia de las demás. Podría ser aquella la razón por el cual cautivaba su atención. Había tomado la decisión de alejarse unos centímetros de los límites de los castillos y esperar con perseverancia que alguno de los encargados de dar las bienvenidas, le atendiera.

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Ley Gryffindor Rosier

Cuartel General de Aurores

 

Sabía que me creerían que Luna era inexperta, la cuestión era que no era así. Era una bruja experimentada y todos allí lo sabían, pero siempre había sido así de ocurrente. Sonreí para mis adentros cuando mi padre la tomó por el hombro y le agradecí infinitamente para que la calmara. Comencé a pensar en dónde buscar primero... La pantera no me importaba en lo absoluto, pues igual podríamos detectar la magia sin necesidad de buscar en los recovecos de todo el castillo Ivashkov. Desperté de mi ensimismamiento cuando escuché que Leah se dirigía de nuevo a mi, al parecer seguía molesta por lo ocurrido y parecía detectar que por la presencia de algunos de sus familiares ¿por quién? No sabía, pero por su tono de voz era indiscutible eso.

 

-¿Perdona? Lo siento, esque ya comencé con mi trabajo. Les ruego me disculpen, pero no suelo escuchar pláticas ajenas- bajé la mirada al animal que me observaba con sus penetrantes ojos y volví la mirada a los miembros presentes allí -Con permiso- y saqué mi varita para comenzar con los hechizos. El timbre sonó afuera, al parecer había llegado otro más de los Aurores. Esperé a que alguien de la familia saliera para abrirle.

 

Caminé un poco por el lugar y subí las escaleras. Mi varita vibró en respuesta a uno de los encantamientos que rezaba, al parecer había algo por allí interesante en una de las habitaciones. Escuché que mi padre les comentaba algo sobre los objetos del Magic Mall que tuvieran allí, si encontrábamos algo como eso estaban fritos, por su bien que no hubiera nada. La pantera se alejó para seguir a otro de los chicos, no podía seguir solo a uno pues nos habíamos separado. Podía sentirlo, había allí magia negra.

 

Abrí la puerta lentamente, después de todo tenía permiso para observar. Con una floritura de la varita volví a checar para ver qué me encontraba, y me indicaba que debajo de la cama había algo dentro de lo que parecía un baúl. Con otro movimiento se abrió y abrí los ojos como platos. Una katana estaba allí, y esos objetos solo eran usados por mortífagos de alto rango. Tragué saliva porque tenía lo que parecía sangre. Tomé nota y salí de allí buscando más cosas.

 

Entré a otra de las habitaciones observando todo con detenimiento. Había allí un guardarropa y con un movimiento de la varita lo abrí para poder observar un montón de túnicas que eran de una mujer... pero solo una de ellas me llamó la atención. Aquella bruja a la que tantas veces me había enfrentado en redadas (y que muchas veces iba desnuda) solía llevar una túnica blanca como la que yacía colgada allí, imposible no reconocerla. La mortífaga a la que no le reconocía la la cara, sin duda alguna le pertenecía ésta túnica. Apreté los labios ¿Es que aquí vivía esa maldita bruja?

 

Tomé con la mano el collar que colgaba de mi cuello y lo apreté para llamar a Elvis. Sabía que su collar se calentaría lo que le indicaría que lo necesitaba para que con sus propios ojos viera lo que allí tenían.

 

Me alejé poco a poco tomando nota rápidamente en mis hojas, con las que haríamos la investigación. Caminé lentamente hacia donde habíamos comenzado para esperar a ver qué mas tenían de pruebas los chicos.

 

@ @ @ @

Editado por BrujaOesed

http://i.imgur.com/Fcazzag.gif|| http://i.imgur.com/8g56kcK.gif||http://i.imgur.com/7lEGqUN.gif


SpXVsLD.png

http://i.imgur.com/0A7BEB7.gif|http://i.imgur.com/yYl0nGf.gif|http://i.imgur.com/Y0QeE0I.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—Porque ya me lo acabé y no quisiera perder la cordura frente a los visitantes — Respondió a Derek mientras le mostraba la copa vacía en sus manos. Desde que llegaron los Aurores estuvo tomando whisky de fuego, era una suerte que ya se le acabara; un vampiro Mortífago borracho seguro daba muchos problemas.


Zack desplazó la mirada hasta la última chica en llegar, ahora estaba apenada. En realidad debía estarlo por haber irrumpido en el castillo de esa forma tan insolente. Para la familia era muy importante que respetaran su espacio, fue por ello que todos se alarmaron tanto que quisieron matarla apenas comenzó a hablar como loca. Trató de ignorarla volviendo la atención a sus parientes, se suponía que ellos ya comenzarían a trabajar e invadirían cada hueco de la estancia, aunque sabían que ciertos lugares eran casi impenetrables por cualquier ajeno a la familia.


—De hecho sí, estuve con él un rato antes de que llegaran los trabajadores del ministerio —Quiso agregar en cuanto escuchó el estallido de Leah acusando a su padre —Igual, si tienen tanto que hablar asumo que no les molestará esperar a más tarde, cuando estén solos y no tengamos que aguantar su discusión — agregó esperando que no hicieran un escándalo en presencia de los extraños. —Gracias — finalizó asintiendo, y esta vez centrando su atención hacia Elvis.


—Amm sí, ese es mi nombre —Dijo rodando los ojos. No hacía falta tanta formalidad después de que estuvieran a punto de invadir todo su hogar. Además, tendrían que tratar de manera más casual ahora que Zack estaría de vuelta en La Universidad impartiendo un curso bastante especial. Se quedó escuchando al otro hombre sin apartar la mirada ni mostrar ninguna expresión en su rostro, a pesar de que estuviera confundido por su rara intervención.


—Como sabrá, todos los magos y brujas de la familia tenemos un alto nivel mágico como para dominar objetos peligrosos... Pe li gro sos — repitió elevando las cejas, esperando que quedara en claro la palabra, la que su interlocutor había utilizado era completamente errónea —En el Magic Mall no vendemos objetos tenebrosos, como tú los ha catalogado, Elvis. Y no, lo que allá se vende está en sus correspondientes bóvedas, no aquí.


» De igual manera, dudo mucho que encuentren ese tipo de objetos durante el cateo. Y de ser así, no representaría problema alguno. Estando autorizados por el ministerio cualquiera los puede tener para defensa personal. Las organizaciones secretas están cada vez más activas y se hace necesario tener objetos que ayuden a escapar de sus ataques— Explicó tranquilamente tal cual experto en el área, en realidad lo era. Lo único que podría inculpar a alguien sería la adquisición de algún cuerno de erumpent, y sin embargo.


Ahora que lo recordaba, desde que abrieron el Mall sólo dos personas habían comprado cuernos de erumpent y una más había comprado un cuerno de erumpent ancestral. Este último era el más peligroso, incluso a veces se consideraba tenebroso, dependiendo del uso que se le diera. En todo caso, los miembros del Concilio estaban en la obligación de mantener en secreto lo que cualquiera comprara en la tercera planta.


—En conclusión, tener un objeto consumible no es un delito — Aclaró finalmente atravesándolo con la mirada, como si supiera cada uno de sus pecados. Sería una locura inculparlos por tener un objeto peligroso cuando él mismo estaba en posesión de algunos. Sí, por supuesto que lo sabían, la Logia Eligentium monitoreaba las adquisiciones de todos en el pueblo inglés.


Al instante siguiente el vampiro rodó la mirada hasta la puerta principal, como si pudiera ver a través de ella. La verja en los límites del castillo se abrió dándole paso a la nueva visitante, quizás fuera otro Auror pendiente de arruinar a la familia con esa sospecha tonta.

Editado por Zack Ivashkov H.

5CBNzmy.jpg

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Elaena Ivashkov

 

—Parece que al único que le agradó verme es a Derek —señaló Elaena, mientras se ponía de píe y al escuchar el comentario de Leah dijo—: ¿Cómo sabes que fue hace un año? Parece que estuviste hurgando en mi ropa, querida prima.

 

Ivashkov tenía casi quinientos años y estaba comportándose como una niña, pero era algo que solía hacer cuando estaba en presencia de Leah. Las demás personas casi no le importaban y por lo mismo no se inhibía a la hora de hacer una broma. Y aparentemente el resto tampoco sentía ningún tipo de vergüenza. Derek y su rubia hija comenzaron a sacar sus temas privados a colación, mientras que los aurores aún no se decidían a comenzar con la revisón. ¿Es que acaso necesitaban una tarjeta de invitación?

 

Leah fue la primera en decirles que iniciaran, así el resto se podía quedar discutiendo en paz. Elvis realizó un par de hechizos con su varita y fue seguido por su compañera Ley. Por lo visto no era necesario que se movieran, porque los encantamientos se encargaban de recorrer el edificio. En ese instante, alguien llamó en la entrada del Castillo y Zack le abrió las puertas con un conjuro. Aparentemente la idea de que todo el Departamento de Aurores estaba ahí no era tan equívoca.

 

—Milou —llamó Elaena a su elfo y este apareció inmediatamente—. Trae a la chica que acaba de llegar.

 

La criatura se encaminó hasta la entrada, donde estaba Kirara. Por otro lado, Zack le comentaba a Elvis sobre los objetos tenebrosos, luego de que él insinuara que allí podrían haber algunos. La vampiresa se encontraba en calma, porque ella no tenía nada que la inculpara. Los objetos tenebrosos que tuvo ya no existían, luego de que se quemaran en el incendio de su viejo hogar en Bulgaria y las últimas cosas que había adquirido estaban en su bóveda. El único problema eran las pertenencias de André, Nadeshka y Alexei.

 

—Si me permiten, este Castillo tiene cientos de años y hay habitaciones que ni siquiera nosotros conocemos. Nuestros padres fueron los antiguos propietarios y no sabemos dónde están, ni mucho menos las cosas que pueden haber escondido acá. —Elaena se puso al lado de Zack—. No pueden culparnos por cosas que no nos pertenecen y como acaba de decir mi primo, nuestros objetos son aprobados por el Ministerio y certificados por el Concilio.

Ivashkov
YqkyUSo.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Como suponía, Zack había reaccionado de una manera tranquila pero bastante alterado para lo que estaba preguntando. Solo deseaba poder terminar con todo aquello y que no empeorara más. Negué con la cabeza, admitiendo que había utilizado tal vez la definición incorrecta ¿Aun que quién podía contradecirme que una mano que servía para los ladrones no podía llegar a ser tenebrosa? Su fama hablaba por si sola pero no entraría en debate. Y Elaena parecía quererlo:

 

Oh, discúlpeme, señorita. Pero creo que el whisky está nublando su cabeza. Mi pregunta no iba dirigida hacia ninguna acusación. Solamente quería corroborar que cualquier objeto dudoso, pudiera pertenecer o no al Magic Mall. Y tan solo con saber que es de allí, nos alcanza. Luego si usted tiene un objeto que hace ruido, salta o baila, no es de nuestra incumbencia —hasta el momento había ignorado a aquella bruja. No había dejado de hablar ni por un segundo. Y al parecer su llamado de atención era porque el mago que tenía al lado, Zack, la ignoraba bastante—. Pero era solamente para que nos quedemos tranquilos, Zack. Estoy seguro que todo va a estar bien y nos iremos en unos pocos minutos.

 

Les dirigí una reverencia con la cabeza, de nuevo. Ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había hecho eso. Miré hacia detrás de la sala, notando que Romina y Ley habían desaparecido de la sala. Y que Lunática aún se encontraba analizando la zona dónde la había dejado. Y también alguien nuevo llegaba. No tenía ni idea de quien era. Sin embargo, en aquel instante cuando me había dado vuelta, sentí un ardor que llegó a atravesar las dos capas de ropa que tenía hasta inclusive el pecho. Ley me estaba llamando, aunque no podía desaparecerme allí mismo. Seguramente me buscaba en los pisos superiores.

 

Iré a corroborar en los pisos superiores que esté todo bien y ya luego los dejaremos en paz —pasé rápidamente por al lado de aquella enorme pantera. Era una ejemplar adulto y me producía un escalofrío. Pero si pensaban que podía sentirse como una amenaza, era un concepto errado. Tan solo un movimiento con mi varita y tendría el cuello quebrado. ¡Y los Gryffindor eramos leones! Un animal mucho mejor que aquel, con mas valentía, fuerza y vitalidad. Llegué a las escaleras y las subí de dos en dos. ¿Dónde estaba Ley? Caminé unos pasos, para ver que se encontraba dentro de una de las habitaciones—. ¿Qué sucede, Ley? ¿Ya terminaste aqui, por qué no nos vamos y...?

 

Pero mi voz se entrecortó y pude ver con las cosas que se había encontrado mi hija. Me recorrió un escalofrío más fuerte desde la base de mi espalda hasta la nuca. Si quería terminar con aquello y rápido, estaba equivocado. De hecho aquello era mucho peor. Por mi cabeza pasaron muchas imágenes: Nosotros bajando con aquellas cosas, los patriarcas negando todo y aumentando su tono de voz, las palabras empezaban a ir y venir, pero también lo hacían los hechizos. Y no quería seguir imaginándome. Estábamos dentro de las fauces del inframundo. Se me ocurrían miles de salidas pero a la vez ninguna.

 

Ni lo pienses. Deja eso ahí y nos vamos de aquí. Ley ¿Tu sabes cómo va a terminar ésto? —conocía a mi hija. Sabía lo que quería hacer. Pero estaba seguro que había otras formas. De hecho si bajábamos con aquello, sería darle el arma que nos mataría. Y sería en vano tener pruebas de lo que realmente sospechábamos de aquellas personas.

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

• Seguridad Mágica •• Cuartel General de Aurores.

La entrada de la residencia le había abierto sus puertas a los pocos segundos que se detuvo en esa posición. Era como si estuviera bajo un mecanismo de protección, a menos que el encantamiento se hubiera producido desde el interior de la casa y de forma inmediata. Se le ocurrían varias ideas de lo que podría haber ocurrido, pero decidió centrar su atención en el castillo que estaba enfrente de ella y desear que sus compañeros pudieran haber encontrado, al menos, una mínima pista. La dimensión del terreno no dejaba nada que desear porque las maravillas de los objetos de decoración estaban expuestas a la vista de cualquier ingresante. Por un instante se arrepintió de no haber llevado a su elfina Blondie de acompañante. Estaba segura que le encantaría tal paisaje.

«Estás para una investigación de gran seriedad, no de paseo» Se dijo así misma para proponerse una imagen profesional y evitar hipnotizarse de esa pura naturaleza que se respiraba allí. Hasta ellos mismos podrían estar en peligro si las sospechas se corroboraban. Sin embargo, sentía interés por conocer cada uno de los rincones de ese castillo. Era como si, por unos instantes, se encontrara fuera de los límites de Londres, pero era imposible. Negó con su cabeza y se atrevió a cruzar el umbral. Antes de dar algún otro paso más, visualizó la figura de un hermoso elfo, el cual la recibiría.

— Buenos días —saludó la bruja a la criatura, una vez que ésta estuviera a una distancia considerable—. Estoy buscando a mis compañeros del departamento de Seguridad Mágica —le informó para que, antes de dar un paso más, le respondiera. Necesitaba tener esa información, de lo contrario sería de mala educación entrar a un hogar ajeno sin tener siquiera una razón.

— A ver —Hurgó su bolsillo en busca de la insignia de metal que los reconocía. Cuando era miembro de Accidentes Mágicos y Catástrofes, aquello le ayudaba en momentos como aquel. Luego, desvió la palma de su mano para que el elfo pudiera ver lo que decía—. Esto lo comprueba —dijo con voz suave para evitar que se asustara. Suponía que muchos habitantes de la comunidad mágica tenían interés por saber qué aspecto tenía el interior de ese castillo, por esa razón, era lo ideal detallar con qué propósito los visitaba. Aunque, no le contaría a la criatura sobre la desaparición de Jank Dayne, puesto que esos temas podrían estar hablándose en el interior con los patriarcas.

— Si siguen aquí —comenzó alzando su mirada hacía la edificación para saber si podía tener una respuesta antes de tiempo—, ¿podrías llevarme con ellos? Te lo agradecería —añadió, volviendo su mirada hacía él. Esperaba no estar mareándolo con tantas preguntas sobre el mismo tema.

Editado por Kirara Rosier

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Esto... esto es.... simplemente, inaudito- observaba el suelo fijamente mientras trataba de asimilar lo que había visto.

 

Un par de minutos más tarde mi padre llegaba a donde me encontraba, le tomé del brazo y lo encaminé a la habitación donde había encontrado las cosas, primero a la de la túnica y luego a la de la katana sin decir ni una sola palabra. Frunciendo el ceño lo observé esperando a su reacción. Conocía bien al Gryffindor y era justamente la reacción que esperaba que tuviera, por lo que sentí cierta frustración.

 

-Muffliato- murmuré apuntando a la puerta de la habitación para que no nos escucharan y poder hablar en paz.

 

-No podemos dejar esto así como así ¿Te das cuenta de que son una familia de mortífagos? Esa túnica padre... esa maldita túnica la he visto miles de veces en batalla. No sé a quién de las mujeres les pertenezca- hice una pausa, luego seguí -La katana además, sabes bien que solo la usan los mortífagos de alto rango.

 

En ese momento sentí un ardor recorrer mi rostro, sentía como si quemara. El coraje que sentía era tal que mi voz se quebraba y la cien me palpitaba avecinando un dolor de cabeza fuerte. Comencé a caminar en círculos con las manos detrás de la espalda analizando la situación.

 

-Gracias a esa maldita cosa muchos de los del bando han muerto... ¡No podemos quedarnos de brazos cruzados!- Quería salir corriendo de allí y mostrarle en la cara a la familia la clara prueba de que eran seguidores de Voldemort, una bola de asesinos y más que evidente, cómplices de la desaparición de Jank... y eso iba a hacer. Tomé con cuidado la katana (ayudándome de la varita para no tocarla) y me enfrenté a mi padre aún con la voz temblorosa... Jamás lo desobedecía, pero ésta vez yo había perdido la razón.

 

-Si... Si tu no quieres hacer nada, lo entiendo... Pero Jank está perdido y probablemente éstos malvados lo tengan, no puedo esperar ni un segundo más- y me di media vuelta sobre mis talones acercándome con velocidad a la puerta para abrirla y bajar a la sala.. ya iba pensando todo lo que les diría y esperando ver sus reacciones.

 

Estaba tan cegada por el odio que no me daba cuenta el peligro en que ponía al resto de los chicos.

http://i.imgur.com/Fcazzag.gif|| http://i.imgur.com/8g56kcK.gif||http://i.imgur.com/7lEGqUN.gif


SpXVsLD.png

http://i.imgur.com/0A7BEB7.gif|http://i.imgur.com/yYl0nGf.gif|http://i.imgur.com/Y0QeE0I.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¡No avances ni un pie más, Ley! Escúchame... —claramente mi hija había reaccionado como yo había esperado. De hecho se había comportado como cualquier persona lo haría, pero lo que jamás entendía, es que así no era la cuestión. En un puesto como se encontraba ella, tenía que ser razonable, pensar más allá del problema que se le presentaba, pensar con la cabeza en frío. ¿Qué menos podía esperar de un Gryffindor? Me había costado años entenderlo y agradecía estar allí en ése momento—. ¿No te das cuenta de que son solo palabras? Una túnica ¡Por Merlin, hija!

Me acerqué unos pasos a ella. Claramente la había tomado por sorpresa y lo peor que nos encontrábamos en el peor momento. Había lanzado un encantamiento para que no nos escucharan y habíamos cerrado la puerta. ¿Pero qué sucedería si alguien venía? No quería ni pensarlo. Mi cabeza giraba a mil por hora. Me había encontrado en situaciones simulares pero la gran mayoría habían terminado mal. Me aferré a su brazo y la di vuelta para quedar cara a cara.

Ahora eres tú la directora del departamento. Eso lo entiendo y sé que eres capaz. Pero déjame hablarte como padre, como ex director y como alguien más en la Orden... Ésto es una mala idea. Corremos peligro nosotros, los chicos que están abajo y Jank. Imagina las situaciones, bajas al comedor, los acusas y empieza una batalla campal ¿Crees que saldrás con vida, que todos lo haremos? ¿Y luego que hacemos con la información que nos falta de Jank, quién nos la dirá? ¡Piensa, muchacha... piensa!

Le hice algunos gestos aunque todo en un sentido amable. Estábamos a tres pasos de atravesar aquella puerta y que empezara el caos. Me encaminé hasta ésta y la abrí sólo un poco. No había nadie en el pasillo, ni de los suyos ni de los nuestros. Teníamos ¿unos segundos? Se empezaron a disparar unas ideas y podríamos lograrnos, pero hasta no estar afuera, no me confiaría. Cerré la puerta y le ordené que dejara la katana sobre la cama. Cuando lo hizo, la apunté con la varita:

¡Geminio! —solamente esperaba que fuera entiendo cual era mi intención. Teníamos que salir de allí como si nada de eso hubiera sido encontrado. Teníamos que encontrar alguna manera de alejarnos de los Ivashkov y encontrar tiempo con algo más. Si tardábamos pocos minutos más, se empezarían a cuestionar qué estábamos haciendo. Ésta maldición actuó de inmediato. La katana brilló de un color rojizo y con un estallido mudo, se duplicó. Era totalmente idéntica—. ¡Pon la copia dónde estaba y salgamos de aquí! Finalizamos el cateo. Ley, te lo digo en serio, es lo mejor.

Aproveché ése momento y rebusqué entre mis ropas aquel monedero de piel de moke que llevaba para ésas ocasiones. Con un movimiento de mi varita, la katana original flotó sobre la cama y fue introduciéndose dentro de él. No sabía porqué, pero me daba escalofríos tocarla, como si una magia oscura hiciera algo. Cuando aquella arma mortífaga estuvo dentro cerré el bolso y lo volví a meter entre mi ropa. Le hice una seña a mi hija. ¿Lograríamos actuar como si no pasara nada? Deshice el encantamiento muffliato cuando decidimos salir, ella ahora ordenaría a todos irnos. Antes de salir le comente que iría al profeta ya mismo, no sabía cuánto duraría aquella fachada.

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mientras esperaba detrás de la puerta a que alguien le atendiera notó la presencia de alguien más y al voltearse se dio cuenta que se trataba de Luna, una de sus compañeras de bando y empleada del Cuartel de Aurores, y no como ella que en ese momento se hacía pasar por uno, por lo que esperaba que no se dieran y estaba segura de que así sería. No podía creer lo que la chica estaba haciendo; ¿Acaso estaba loca? La vio entrar al castillo sin siquiera llamar a la puerta y seguido de eso una alarma ensordecedora sonó por todo el lugar.

 

No sabía si entrar o no, no quería causar más problemas, pero para su suerte un elfo se había encargado de llevarla hasta el lugar donde ya se encontraban Ley, Elvis y los que ella creía que eran miembros de la familia. En medio de tanto alboroto casi todo eran gritos gracias a las alarmas que dejaron de sonar después de unos minutos. La joven no hizo más que presentarse y acercarse hasta sus compañeros esperando órdenes para poder empezar de una buena vez con todo el asunto. Nunca había realizado un cateo estando con los miembros de la familia, pero al parecer el trabajo de los Aurores dentro del Ministerio se hacía de esa manera.

 

Intentaba no prestarle atención a nadie más que no fuesen sus compañeros, lo único que quería era que acabaran con eso antes de que los quisieran sacar de lugar a las fuerzas o algo por el estilo. Mientras subía las escaleras repasaba mentalmente algunos de los conjuros que tenía que utilizar para aquella ocasión, puesto que era más fácil la utilización de un hechizo que andar revolviendo todo el lugar sin encontrar nada. Levantó su varita haciendo que un hilo plateado y brillante empezara a recorrer el lugar; lo único que tenía que hacer era esperar a que el hilo empezara a tirar de su varita, indicándole que había un objeto peligroso en el lugar.

 

En ese momento sus pensamientos no eran del todo claros, puesto que estaba pensando en los posibles objetos que podría encontrar y de repente se ponía a pensar en lo que haría al salir del lugar y así era todo el tiempo hasta que la varita se le escapó de la mano. No pudo evitar soltar una pequeña sonrisa al haber encontrado algo, lo único que hizo fue seguir el rastro y llegó hasta de una de las muchas habitaciones del Castillo. Al parecer y si no se estaba equivocando pertenecía a una mujer, o eso le indicaba el tipo de decoración y las cosas que el sitio tenía.

 

Pero… ¿Dónde había un objeto peligro? ¿Sería prudente ponerse a revisar el lugar? Negó con la cabeza, eso lo haría si fuera un simple muggle sin posibilidad de usar magia, por lo que pronunció el mismo hechizo utilizado minutos atrás para que este la guiara hacía el punto exacto de la habitación en donde detectaba algún tipo de magia oscura.

 

Logró ver como el hilo se empezaba a poner más tenso en uno de los cajones por lo que se acercó y lo abrió de golpe. Por su parte ella no encontraba nada raro, solo era un cajón que tenía muchas joyas, nada raro o que pudiera tener peligro hasta que de un segundo a otro recordó la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras que había cursado meses atrás en la antigua Academia, en donde había aprendido sobre un Collar Maldito de Ópalo y estaba casi segura que se trataba de ese objeto, motivo por el cual tendría que revisar el cajón con mucho cuidado.

 

Sus sospechas se habían confirmado; en una caja negra se encontraba el collar maldito, lo único que hizo fue sacarlo con su varita, haciéndolo levitar para observarlo por un par de segundos. Luego de eso lo devolvió a su lugar sin siquiera atreverse a tocarlo con sus manos, no quería terminar muerta a causa de esa cosa y no estaba segura si debería sacarlo o no, por lo que simplemente memorizo lo que había encontrado para después comentárselo a sus compañeros.

 

Salió de la habitación y no pudo evitar dirigir su atención hacía una de las habitaciones que estaba cerca de la escalera, en donde al parecer Ley y Elvis se encontraban platicando, no tenía pensado meterse en la conversación, por lo que simplemente se acercó hasta ambos luego de comprobar que ya no platicaban.

http://i.imgur.com/DV8mZwJ.gif
http://i.imgur.com/8NWGEA0.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Elaena tenía mucha razón, hacía muy poco tiempo que ellos se hicieron cargo del castillo como para conocer con exactitud todo el lugar sabiendo que podía haber tanto pasadizos secretos como habitaciones ocultas detrás de paredes falsas. Asintió ante el comentario de Elvis y se limitó a acribillarlo con la mirada por la manera en que respondió. No quiso decir más nada a ver si de una vez por todas terminaban con aquella estupidez. Zack y Leah estaban conscientes de que no habían hecho nada a Jank para que se perdiera, él solito puso las cosas a favor.


– Creeme que ya quiero que se larguen – Comentó a su prima al tiempo que se desplomaba sobre uno de los asientos. Leah y Derek seguían ahí también, guardando silencio, como a la espera de que algo importante sucediera. – Si de verdad fuésemos hecho algo seguro ni siquiera lo notarían. Qué molesto tener que permitirles el paso a esos sangre sucias, es sabido por todos que los Aurores son miembros de la Orden del Fénix – Para nadie era un secreto eso último. Aun así, trabajar en una oficina del ministerio no les daba potestad para demandarlos, además que ellos no eran de ese tipo de gente.


La pantera del Ángel Caído se hizo notar de nuevo en cuanto comenzó a bajar la escalera. Parecía ser seguida por los otros visitantes, quienes estuvieron por varios minutos arriba, en las habitaciones rebuscando cada cosa. Una vez Zack los vio se dirigió a ellos sin moverse del asiento.


– Espero hayan dejado todo tal cual lo encontraron. Es verdad que a Elaena no le gusta que registren su ropa interior – Bromeó procurando no parecer tan serio. Quizás si se mostraba amable ahora que terminaban, se irían de una vez por todas. – Si están complacidos con lo que vieron entonces ya han terminado su trabajo. No creo que falte nada más – Sí, los estaba corriendo. Él tenía muchas cosas del bando por hacer, y otras tantas en el concilio, atenderlos a ellos era un desperdicio de tiempo, particularmente porque no eran culpables de nada que estuviera en evidencia.

5CBNzmy.jpg

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.