El Parque de las Lamentaciones y Circ dels Joglars (MM)

[Astara Macnair]

Acompañado: @ Cillian Haughton
Acompañante: Astara Macnair
Habilidad: Animagia

Mis palabras sonaban seguras, casi desafiantes, pero por dentro sentía una punzada de incertidumbre que no podía ignorar. Cillian Haughton no era un cualquiera. A pesar de mis habilidades y el control que creía tener sobre la situación, la realidad era que él era un adulto, mucho mayor que yo y probablemente más versado en la magia. Por mucho que me esforzara en mostrar firmeza, el hecho de estar frente a alguien que me superaba en experiencia me hacía dudar.

Mi corazón latía con más fuerza de la que me gustaría admitir. No podía dejar que lo notara, no podía mostrar debilidad, pero no dejaba de preguntarme si estaba en desventaja. Él parecía tan calmado, tan confiado, mientras yo mantenía mi compostura a duras penas, tratando de ignorar la sensación de que me encontraba en un juego mucho más peligroso de lo que había previsto.

—No soy de las que se venden por promesas vacías, Haughton —repetí, pero esta vez mi voz tembló apenas un poco. Me odié por eso.

Lo miré a los ojos, buscando algún indicio de lo que realmente quería de mí, pero no era fácil leerlo. Mi mente se debatía entre las ganas de demostrar que no era una niña que podía manipular y el miedo real de estar sobrepasando mis límites. Mis ojos recorrieron brevemente el lugar, buscando una vía de escape en caso de que las cosas se salieran de control, pero no quería pensar en huir. No quería sentirme acorralada, y mucho menos darle la satisfacción de que me viera dudar.

—Dime exactamente lo que tienes en mente —añadí con algo más de dureza, intentando reafirmarme—. Tal vez consideremos quién tiene más que ganar con esto.

La inseguridad seguía presente, como un murmullo en el fondo de mi mente, pero si iba a entrar en este juego, lo haría sin retroceder. Aunque no estuviera segura de cómo terminaría.

Mostrar lo que podía hacer, la magia avanzada que había aprendido en mis últimos años, podría tranquilamente meterme en problemas y ser un arma que él podría usar en mi contra, aunque aún no sabía cómo es que eso iba a ocurrir. A menos que tuviera algo interesante para ofrecerme, entonces buscaría la forma de zafarme de la situación.

[Cillian Haughton]

Adquiriendo la habilidad de Animagia
Acompañado por Astara Macnair

Cillian observaba cada movimiento de Astara, intentando descifrar sus pensamientos mientras ella luchaba con su decisión. La chispa de desafío en sus ojos lo intrigaba; era evidente que no se dejaría influenciar fácilmente, lo que solo intensificaba su interés. Sabía que tenía que jugar sus cartas con astucia. —Astara, imagina lo que podrías conseguir con una verdadera educación en magia —dijo, su voz suave y envolvente—. No estoy hablando de las clases aburridas de Hogwarts, sino de un aprendizaje real, de alguien que sabe cómo usar la magia para obtener lo que quiere.

Mientras hablaba, su tono se volvió un poco más enigmático, insinuando secretos que solo él poseía. Quería que ella sintiera que se estaba adentrando en algo grande, un destino reservado para unos pocos elegidos. —No estoy sugiriendo que lo hagas sin pensar. Pero… hay quienes podrían beneficiarse de tu talento, de tu disposición a explorar lo que otros temen. Quizás podrías ser una pieza clave en un juego que va mucho más allá de las simples rivalidades escolares —añadió, dejando que sus palabras se deslizaran en el aire como una promesa velada.

Cillian vio cómo Astara reaccionaba a sus insinuaciones. La incertidumbre en su rostro le decía que la pequeña bruja comenzaba a considerar las posibilidades. La idea de ser parte de algo mayor, algo que no podía comprender del todo, era atractiva, y él lo sabía. —La animagia… es solo la punta del iceberg, Astara.—dijo, su tono ahora más conspirador, como si compartiera un secreto entre cómplices.

Por un instante, Cillian se permitió imaginar a Astara como su aliada. Podía ser más que un simple estudiante. Con su ayuda, tendría la oportunidad de conocer más sobre lo que sucedía en Hogwarts, de obtener información que podría ser crucial. Sin embargo, quería que ella se sintiera motivada a dar el paso por sí misma, sin sentir que estaba siendo manipulada. —No es que necesitemos a alguien como tú, sino que podrías ser tú quien necesite encontrar su lugar en este vasto mundo de posibilidades. Con las habilidades adecuadas, podrías navegar por las corrientes más profundas de la magia y salir adelante en cualquier circunstancia —agregó, dándole la oportunidad de reflexionar sobre su propuesta.

Se detuvo por un momento, observando su reacción, buscando el destello de curiosidad que esperaba ver en sus ojos. Él sabía que debía ser paciente; la revelación de sus intenciones podría asustarla. Pero al mismo tiempo, no podía permitir que se sintiera demasiado cómoda. Debía comprender que había mucho más en juego de lo que aparentaba.

—Piénsalo bien, Astara. A veces, las mejores oportunidades llegan disfrazadas de riesgos. Las decisiones que tomas ahora podrían abrirte puertas que nunca imaginaste que existían. Y si decides tomar ese camino, ten por seguro que no estarás sola. Siempre habrá alguien que te respalde, alguien que te guiará en lo que podrías convertirte —dijo, dejando que las palabras resuenen en el aire entre ellos. Mientras Cillian sonreía, sabía que había sembrado la semilla de la duda y la curiosidad en la mente de la joven. La atracción hacia lo desconocido era una fuerza poderosa, y quería que se sintiera intrigada por lo que podía ofrecerle. En el fondo, sabía que tenía que ser cuidadoso, pero el juego apenas comenzaba, y estaba decidido a salir victorioso.

 

[toji]

Animagia con @ Suluk Akku

 

Quizás Toji estaba malinterpretando todo lo que estaba ocurriendo en el parque. Llegados a ese punto, no podía confiar en nada de lo que le estaba sucediendo. La situación de un memento a otro cambió de rumbo y ahora él ¿debía explicarle a la anciana esquimal cosas suyas? ¿Desde cuándo? ¿Por qué la mujer se tomaba tantas molestias? Un vacío se formó en el estómago del nipón, esa sensación que no sentía desde que era pequeño, de cuando su padre y su maestro empezaron con el entrenamiento para hacerlo un cazador de demonios. Toji no dio créditos a lo que estaba sucediendo en aquel parque... solo había salido a caminar.  

—¿Animal? —preguntó el hijo del sol naciente. — ¿A qué se refiere con afinidad? ¿Que si me gustan los animales? O ¿si tengo alguno? —era exasperante tanta pregunta de la anciana. Era como si todos los mayores tuvieran esa habilidad... el acribillar a preguntas a los demás. —Mire, le voy a ser completamente sincero... mi katana es lo único que me importa, seguido de las vidas que puede cegar o proteger con ella— no era del todo cierto, pero al menos sirvió para desviar un poco la atención del tema que intentaba sacar la anciana. Fushiguro hace mucho que no experimentaba cambios en su magia, en la magia ancestral de su clan. Era conocedor de que su familia, su clan y así como muchos más clanes en japón, guardaban un vínculo especial con ciertos animales, guardianes los llamaban, aunque algunas culturas occidentales les llamaban familiares.  

—No creo que lo que haya visto en mi sea algo que merezca su atención, seguro habrá magos y brujas más aptos y abiertos de mente para escuchar y aprender lo que pretenda enseñar— Toji bajó la cabeza, pensativo. Las palabras le habían salido por inercia, como algo que le habían enseñado a decir, algo aprendido. Una imagen del dojo en donde entrenaba día a día cuando era niño se le cruzó fugaz. Era el primogénito de la familia y como tal tenía responsabilidades que le eran recordadas día tras días, error tras error. —...no debería perder el tiempo conmigo, señora Suluk.  

Sin avisar, nuevamente una brisa levantó el vuelo y acarició el rostro del nipón. La caricia era suave, como las plumas aterciopeladas de un ave majestuosa que sobrevolaba sobre el azul del cielo. Fushiguro se sintió nuevamente angustiado, quizás sabía el motivo de lo que le provocaba esa reacción, pero no quería pensar en ello ahora, era mejor que la ignore que seguro desaparecerá con el tiempo. No puede ser coincidencia, ¿no?  

Había un ave en la cultura japonesa que tenía mucha influencia en la familia de Toji, pero pocos conocían de su existencia, era un ave que cuando alzaba el vuelo cerca de las fincas familiares, augura prosperidad y buena fortuna para los habitantes de la zona. De pequeño, Toji pudo avistar varias veces el vuelo del majestuoso Toki.  

[Astara Macnair]

Acompañado: @ Cillian Haughton
Acompañante: Astara Macnair
Habilidad: Animagia

La seguridad de mis palabras comenzó a desmoronarse, igual que esa chispa de orgullo que había intentado mantener encendida. Sabía que no debía dejarme llevar por lo que Cillian decía, pero sus palabras... eran peligrosas. La forma en que describía ese "verdadero" aprendizaje me hacía pensar en cosas que nunca había imaginado. Hogwarts siempre me pareció limitado, pero ¿realmente había algo más allá, algo que yo pudiera alcanzar si me arriesgaba lo suficiente?

Apreté los puños por un momento, buscando centrarme, pero no podía evitar sentir el peso de su mirada, como si pudiera ver a través de mí. ¿Era esto lo que quería? ¿Ser parte de algo más grande? ¿O simplemente estaba tentándome con promesas vacías, como había dicho antes?

Mis pensamientos se entrelazaban, luchando por encontrar una respuesta mientras él continuaba, insinuando secretos y poder. No quería mostrar interés, pero la verdad era que no podía evitarlo. Era demasiado tentador. Cerré los ojos un segundo, permitiéndome un respiro.

—¿Y qué es lo que quieres de mí, específicamente? —dije finalmente, manteniendo mi tono lo más firme posible, aunque no pude evitar que sonara un poco más débil de lo que pretendía—. Porque todo esto suena demasiado bonito. No soy tonta, sé que nada es gratis, y si estás insinuando que puedo aprender de ti, también sé que esperas algo a cambio. Nadie ofrece tanto sin querer algo a cambio.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda mientras lo miraba a los ojos, buscando cualquier indicio de sus verdaderas intenciones. Por más que intentara mantener la calma, sabía que estaba caminando en una cuerda floja, y él lo sabía también. ¿Qué tanto conocimiento podría ofrecerle yo a alguien que parecía tener el mundo en su mano? Porque así era como se movía y actuaba él. Era bastante imponente.

—No me interesa ser parte de ningún juego que no puedo controlar —añadí, aunque por dentro, el eco de su oferta seguía rondando mi mente. La idea de un poder que aún no comprendía, de una magia que iba más allá de lo que conocía, era seductora. Pero no podía permitirme perder el control.

Lo único que sabía con certeza era que, si decidía aceptar, nada volvería a ser igual. Y esa idea me aterraba más de lo que quería admitir.

Finalmente, me venció la curiosidad.

—¿Estamos haciendo un trato? Tú me enseñas... la magia que dices conocer... Y yo yo te enseño de Animagia— estiré mi mano para tomar la suya en un gesto de mutuo acuerdo.

¿En qué me estaba metiendo?

[Cillian Haughton]

Adquiriendo la habilidad de Animagia
Acompañado por Astara Macnair

Cillian pudo notar el temblor en la voz de Astara, lo cual representaba sin duda una pequeña grieta en su firmeza, y una leve sonrisa se dibujó en sus labios. Ahora lo sabía, estaba cerca de lograr lo que quería, la pequeña bruja frente a él comenzaba a ceder. La curiosidad era un arma y el rubio sabía como utilizarla para adentrarse en la mente de algunos magos y brujas y por suerte, Astara aún cuando intentaba resitirse no era del todo inmune. Cuando la palabra "trato" por fin salió de los labios de la pequeña bruja, Cillian supo que había dado en el clavo. Pero no por eso debía apresurarse, no con alguien como Astara. Debía dejarla pensar que tenía el control, que la decisión final estaba en sus manos aún cuando fuera completamente falso.

—Trato, sí, si así prefieres verlo —respondió calmadamente, aunque sus ojos brillaban con algo más, una promesa oculta entre líneas—. Yo te ofrezco lo que necesitas, pero debo aclarar que no solo es conocimiento, pequeña. Estoy hablando de acceso a un mundo más vasto, más profundo — y oscuro, pero eso no lo iba decir en voz alta—. Y en cuanto a lo que quiero... bueno, digamos que una habilidad como esa no es algo que se adquiera sin esfuerzo, ni en un solo sentido.

Extendió su mano, en respuesta del gesto de Astara y estrechó su mano con suavidad. A pesar de su intento por mantenerse firme, Cillian podía notar un poco de resistencia aún y no podía negar que esa lucha lo complacía, le demostraba que estaba en el camino correcto. — No necesitas controlar el juego, Astara —susurró, inclinándose ligeramente hacia ella, como si estuviera compartiendo un secreto—. Solo necesitas saber jugar bien tus cartas. El control no siempre viene de quien dirige, sino de quien sabe cuándo tomar riesgos.

Soltó la mano de la pequeña con lentitud, dejando que sus palabras calaran hondo, no sabía a ciencia cierta que es lo que estaba pasando dentro de la pequeña cabecita de aquella bruja pero él estaba dispuesto a aprovechar cualquier grieta dentro de sus pensamientos para utilizarla a su favor. — Ahora sí... Me interesa tu habilidad, tu potencial. Animagia es un don raro, y lo que puedas enseñarme sobre eso me ayudará a... ver las cosas desde otra perspectiva —hizo una pausa, midiendo cuidadosamente sus palabras—, sinceramente no sé si tenga lo necesario para adquirirla, pero estoy seguro de que con tu ayuda podré superar cualquier obstáculo.

Sobre lo que obtendría a cambio de su ayuda, Cillian no le diría todo de inmediato. No le revelaría por qué la necesitaba, ni lo que podría obtener al tenerla de su lado. Eso vendría con el tiempo. Por ahora, quería que ella aceptara el misterio, que se adentrara más en su propia curiosidad. —Si decides seguir este camino conmigo —continuó, su voz suave pero firme—, lo harás porque así lo deseas. Y con lo que puedas aprender de mí, serás capaz de hacer más que controlar tu magia; podrás moldear tu propio destino.

Observó por un par de segundos el panorama a su alrededor, ¿dónde se habría metido el grupo que acompañaba a Astara?

— ¿Crees que puedas acompañarme a algún lugar un tanto menos concurrido?

@ Astara Macnair

[Suluk Akku]

(4)

@ toji

 

Suluk no pudo evitar sonreír al recordar su juventud a lado de su amado. Y es que el nipón le recordaba cuando ella misma estuvo a punto de negarse a ser lo que ahora era. Pero aquel no era momento de nostalgias, era momento de mostrarle de que hablaba cuando le decía que debía enseñarle algo. La magia ancestral de la animagia parecía percibirlo también y le susurraba a su manera lo que se escondía en su anterior y luchaba por salir. Por mostrarle lo que el era realmente, algo tan majestuoso que solo unos cuantos podían tenerlo.

 

- oh, un ave, interesante - dijo interrumpiendo los pensamientos del joven, como si hubiese leído sus pensamientos o como si hubiese visto a través de sus recuerdos - pero no cualquier  ave, mmm, no termino de verla con claridad - volvió a hablar aunque no estaba claro si seguía hablando con estudiante involuntario o con ella misma.

 

Dio dos pasos mas alejándose de nuevo y de la nada levanto las manos al cielo y su cuerpo cambio del de una vieja esquimal al de una grulla que emprendió el vuelo elegantemente y planeo en los cielos antes de bajar y darle un par de vueltas al mago antes de aterrizar de nuevo unos 50 metros mas adelante. No sin antes susurrarle en vuelo de nuevo insistiéndole

 

- Sigueme Toji, tienes que aprender, es urgente que lo sepas - dijo esta vez mas como una especie de orden mas que como una invitación o sugerencia.