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El Parque de las Lamentaciones y Circ dels Joglars (MM)


Sagitas E. Potter Blue
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El carboncillo dejaba rastros suaves en el papel, formando delicadas líneas que se unían para dar vida a las alas extendidas de un mirlo capturado en pleno vuelo⸺ella se hallaba sentada en uno de los bancos del parque, trazando con precisión cada detalle y permitiendo que el paisaje que la rodeaba se fusionara con el mundo que creaba en su cuaderno. Erya, su kneazle, dormía a sus pies, ajeno a los pequeños movimientos de la sombra que jugaba entre las raíces de los árboles cercanos.

Los mirlos cantaban desde las ramas más altas de los robles invadidos por los rosales, y Baela, con la cabeza inclinada y los ojos fijos en su dibujo, dejaba que sus sombras se deslizasen suavemente, tomando formas indefinidas a su alrededor. Eran figuras pequeñas, casi imperceptibles, que emergían con movimientos gráciles, a veces serpenteando por el suelo como espectros juguetones, otras veces tomando forma de criaturas que sólo ella conocía. Los quetzales multicolores en las cercanías no parecían molestarse, y los animales del parque continuaban con su calma habitual, ajenos al suave control que ejercía sobre sus criaturas

El parque estaba silencioso, salvo por el murmullo del agua en la cascada cercana, ese sonido, constante y envolvente, le ofrecía a la bruja la paz que tanto anhelaba⸺no era extraño que buscara refugio aquí, entre la naturaleza y los fantasmas del pasado de otros. Las leyendas sobre Alekséi y Anna no la perturbaban, de alguna manera, ella comprendía la tristeza que emanaba de esas historias. Aquí, rodeada de tanto verde, sus propios pensamientos se volvían más claros, y las sombras, menos amenazantes.

Suspiró, apartando el carboncillo un momento, observando cómo el mirlo finalmente se posaba en una rama cercana. Su obra inacabada reposaba en su regazo, mientras su mirada seguía el suave vaivén del pájaro⸺con un gesto distraído, movió una mano y una pequeña figura de sombra tomó forma: un mirlo hecho de oscuridad, batiendo alas inexistentes antes de desvanecerse en el aire.

⸺ Es un lugar hermoso, ¿no lo crees, Erya? ⸺murmuró aunque la pequeña kneazle seguía dormida.

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Kalevi Black Rosier

-Ni tanto como el castillo de... ¿papá?- respondió.

Kalevi, hermano de Baela, se dejaba caer sentado a su lado. Llevaba unos pantalones claros y tenis a tono, mientras que la camisa a medio remangar cubría su torso. Ladeó el rostro hacia la bruja y mantuvo la suave mirada en el perfil de su hermana, se parecía a su madre. La cálida luz del sol daban un tono aún más claro en los ojos color miel del muchacho. Volvió a mirar las nubes. 

Extendiendo la mano, acarició la cabeza del kneazle quien le ronroneó hasta que el joven mago pellizcó uno de sus bigotes y se lo sacó de una sola vez ¡seguro su hermana lo recriminaría!, pero el se encogería de hombros y sonriéndole le diría que es para su suerte. De hecho, siendo así, dejaría el mismo bigote del felino mágico en el bolsillito de la túnica de la bruja, sin que la misma se diese cuenta y luego, observando el mirlo sobrevolar la copa de los árboles, estiraría sus piernas con ambas manos entrelazadas sobre su nuca. Suspiró.

-Vaya familia nos tocó ¿verdad?- comentó el joven mago. Miró los garabatos a carboncillo en el cuaderno de dibujos- ¿es el que te regaló Castalia?... ¿cómo van las clases por el castillo?, creo que daré una pasantía muy pronto... un seminario mágico o algo así. Podemos almorzar juntos un día si quieres, no entorpeceré a menos que ande algún pequeño mago por ahí...- rio picando su cintura a motivo de cosquillas- ¡bromeo!, algún día tendrás familia e hijos que irán a parques como este y disfrutar de una brisa otoñal... sin sus padres claro- volvió a bromear con un bufido que movió un mechón azabache cruzando su frente- pero si pillo algún zopenco que te haga algo, lo parto en tres con estos...- enseñó los puños y luego revolvió su cabello. 

@ Baela Macnair

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Habilidad de animagia con @ toji

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Suluk miro con desden hacia la carpa de circo que estaba mas adelante, en su tierra los animales y los humanos convivían en armonía, como seres igual de importantes, ninguno mas que el otro, sin embargo, en el resto del mundo, incluyendo el mágico,  los animales y las criaturas magicas eran seres inferiores, puestos en el mundo para la diversión de los seres humanos.

 

- no, eso jamas,  - apunto hacia el circo - los animales no deben ser usados para nuestro entretenimiento. Suspiro. Le señalo un lugar junto a ella en el espacio sobrante de la banca y le hizo una seña para que le acompañase sentado junto a ella.

 

- Un gusto en conocerte, Toji, yo soy Suluk Akku y vine aquí a guiarte - sonrío alegremente. Ver la cara de asombro que ponían los magos que aprendían de ella cuando les decía eso era muy divertido para la anciana esquimal.  - no estoy loca si eso pasa por tu mente ahora, querido, lo juro. Siéntate y sígueme la corriente un poco. Cierra los ojos y siente....

Una suave brisa llego de todos lados y de ninguno y jugueteo con el cabello de ambos. Algunas hojas sueltas revolotearon a su alrededor y el suave cosquilleo de la magia circundante toco sus rostros como dándoles una caricia cariñosa. Una mariposa negra se poso en el brazo de la Arcana y esta la tomo en uno de sus dedos y le dio un leve empujón para que se fuera volando.

Dime joven Toji, que sentiste y ahí encontraremos la respuesta a porque estas aquí...

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Acompañado: Cillian Haughton
Acompañante: Astarita Macnair XD
Habilidad: Animagia

 

Mi corazón latía con fuerza, pero no podía mostrarle ni un atisbo más de nerviosismo. Tenía que mantener el control. Me puse de pie, sacudiendo la suciedad de mis manos y ropa.

El suspiro que dejó escapar me hizo arquear una ceja, tratando de descifrar si estaba realmente molesto o simplemente entretenido con la situación. Su expresión no revelaba mucho, pero cuando habló, me quedó claro que no pensaba dejarme salir tan fácil. Aún así, mantuve mi postura relajada, como si esto fuera solo una conversación más y no una situación potencialmente peligrosa.

"¿Un animal bonito?", repetí para mis adentros. Estaba claro que no iba a tragarse ninguna excusa sencilla, pero tenía que intentarlo. Aun así, su comentario sobre controlar animales me dejó con una sensación incómoda. No me estaba subestimando por completo, pero tampoco me tomaba en serio. Sabía que él tenía experiencia, mucho más que yo, y eso significaba que podía ser una amenaza.

Cuando mencionó que lo importante no era el circo, sino mi habilidad para cambiar de forma, un escalofrío recorrió mi espalda. No podía permitirme bajar la guardia ni un segundo. Sabía que me había metido en algo mucho más complicado de lo que parecía en un principio. Intenté mantener la calma, pero su interés por mi animagia era evidente. Demasiado evidente.

Respiré profundamente antes de responder, escogiendo cuidadosamente mis palabras.

He aprendido algunas cosas por mi cuenta —dije, manteniendo el tono ligero y despreocupado, aunque por dentro mis pensamientos corrían a mil por hora. No quería revelar demasiado, pero también sabía que necesitaba darle algo para que dejara de hacer preguntas—. Solo me gusta… experimentar.

Lo observé con atención mientras hablaba. Sus ojos se movían rápidamente de un lado a otro, escaneando el área como si buscara algo o a alguien. Eso me puso en alerta. No estábamos solos. ¿Quién más estaba aquí?

Los pasos que se acercaban resonaron en el aire, y mi instinto fue prepararme para huir. El problema era que no sabía si él me dejaría ir tan fácil. Algo en su actitud me decía que no había terminado conmigo todavía.

Pero ahora no podía preocuparme solo por él. Alguien más se estaba acercando, y lo último que necesitaba era un testigo en esta situación. Mis opciones eran limitadas. Podía intentar convencerlo de que me dejara ir, o podía aprovechar los pasos para desaparecer en medio del caos. El mago ya sabía más de lo que me gustaría, pero no podía arriesgarme a que más personas lo descubrieran.

Volví a mirarlo, intentando evaluar si había una oportunidad para escapar sin levantar más sospechas. Mi mente trabajaba a toda velocidad, pero las opciones no parecían estar a mi favor.

 

@ Cillian Haughton  

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Ainimagia con @ Suluk Akku   

 

La sugerencia que el nipón había dejado caer sobre la idea de visitar el circo que se mostraba erguido en el interior de aquel curioso parque. Para Toji no era más que una simple sugerencia, el mostraba cierto respeto hacia las criaturas, tanto mágicas como no mágicas. —Estoy de acuerdo con usted, señora... —volvió a echar un vistazo a la imagen de la gran carpa que se alzaba a unos cuantos metros de distancia. —no considero apropiado el uso de animales para el entretenimiento —Sin embargo, Fushiguro recordó haber leído en el tríptico, algo referente a que provenían de una reserva o que habían sido rescatados de situaciones adversas. 

¿Y qué más daba todo eso? La incertidumbre creció en Toji mientras aquella bruja se presentó como Suluk. La familiaridad con la que lo trataba no hacía más que acrecentar la desconfianza dentro del nipón. —¿Perdón? — la expresión de desconcierto en el rostro de Fushiguro se hizo presente. —No le estoy entendiendo muy bien... ¿a dónde va a guiarme? 

No sabía exactamente qué es lo que debería sentir... No estaba perdido, jamás, no desde la vez que fue rescatado por aquel mago hace ya casi 20 años. ¿Porque la arcana pensaba que él necesitaba de una guía? Quizás ella veía algo a través de la máscara que es obligado a llevar para ocultar sus verdaderos sentimientos, sus emociones y el motor que le mueve y le permite seguir viviendo día a día. Hace mucho tiempo atrás que se vio obligado a poner una barrera infranqueable, un muro de contención que le resguardaba de las intromisiones de otros seres y personas que solo lo utilizaban.  

De pronto, una brisa golpeó el rostro perfilado del nipón. Un cosquilleo hizo brotar los vellos que cubrían sus brazos, alborotandose... casi invisibles al ojo humano ... morenos y con conciencia. Reaccionan a un sentimiento que poco a poco invadió el corazón del mago e hizo que este empezara a bombear cada vez más deprisa, agitándolo, provocando sensación de ahogamiento. ¿Está pasando de verdad? No podía ser posible... ¿Como una simple brisa podía ocasionar tanta represión?   

—¿Qué me has hecho bruja? —lo que para Toji fue una eternidad, realmente eran escasos segundos, lo que duró la brisa en su mejilla.  

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(3)

Habilidad de animagia con @ toji

Suluk lo miro extrañada, aquel joven tenia muchísima mas magia de transformación en su interior de lo que hubiese imaginado. Por un momento casi lo miro cambiar a su animal interior, si el mago no se hubiese asustado el cambio hubiese sido casi instantáneo. Se pregunto que tipo de animal seria cuando por fin descubriera que era un animago. Lo miro fijamente pero esta vez no hubo sonrisa, mas bien su cara reflejaba algo de sorpresa y tal vez un poco de emoción, encontrarse con alguien así, con esa habilidad tan innata.

 

- yo? -  contesto Suluk como si no supiera de que estaba hablando - que te puede hacer una bruja anciana como yo...

- dime algo Toji, has sentido alguna vez una afinidad tal con un animal que pareciera que lo entiendes, como si fuesen conocidos de muchos años? - aquella fue su siguiente pregunta. - y solo para que estes tranquilo, no he sido yo, fuiste tu mismo, la magia en ti es poderosa, nunca vi algo igual, y mira que estos viejos ojos míos han visto miles de vidas pasar.

 

La esquimal se paro y comenzó a caminar, le hizo señas para que la siguiera y espero que su curiosidad fuese mas fuerte que su desconfianza. Quería llegar a un claro que estuviese escondido de miradas indiscretas, quería enseñarle lo que era ella y lo que ella creía que era el. Pero esta habilidad era tan especial y tan envidiada que no debía ser vista por ojos indiscretos

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Adquiriendo la habilidad de Animagia
Acompañado por Astara Macnair


- Experimentar... -No terminaba por tenerlo claro.

El tiempo seguía transcurriendo y el circo ya no era un lugar en el que pudieran seguir manteniendo aquella reunión, ¿qué pensaría la gente si vieran a un cuarentón reteniendo a una pequeña como aquella en un lugar alejado del bullicio de la gente? Sin duda no sería algo bueno así que la tomó de la mano, indicándole con un gesto que debía seguirla.

- Actúa con naturalidad -sabía que la chica no estaba obligada a hacerle caso y si quería podía salir corriendo en cualquier momento pero esperaba que no lo hiciera-. No voy a hacerte daño, lo prometo.

No, no lo haría. Era solo que lo había comprendido de un momento a otro, aquella chica era especial y podía serle de bastante ayuda para sus futuros planes. Necesitaba infiltrarse en Hogwarts, necesitaba esos registros sobre los estudiantes actuales y futuros de ese lugar. Comenzó a caminar con lentitud, alejándose del callejón en el que se encontraban y al darse media vuelta pudo observar cómo un pequeño hombre parecía bastante interesado en descubrir lo que estaba pasando.

- ¿Te apetece un bebida? -Inquirió Cillian a Antara, intentando pasar desapercibido y cuando estuvo seguro de que estaba lo bastante lejos para que aquel hombre pudiera escucharlo añadió: - ¿Cuál es tu nombre?

Tenía que estar seguro de que pertenecería a una familia pura aunque si no lo era, tampoco tenía problema en seguir con lo que tenía en mente. Necesitaba alguien dentro de Hogwarts y un estudiante era la mejor opción, de eso no quedaba ni la menor duda. ¿Y qué mejor si ese estudiante podía convertirse en un hurón y pasar desapercibido?

- ¿Crees que puedas enseñar? Ya sabes... -añadió mientras seguían caminando.

@ Astara Macnair

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Alzó la mirada de golpe luego de escuchar la característica voz de su hermano, siempre tan despreocupada y jovial, lo que finalmente rompió con toda esa atmósfera de silencio⸺curvó los labios en apenas una sonrisa, y con suavidad se volvió a abrigar con el chaleco negruzco que traía desparramado por ahí.

⸺ ¿Papá? ¿Ahora lo llamas así? ⸺presionó los labios con suavidad, y luego de abrigarse, soltó un pequeño suspiro que se disipó naturalmente con el canto de las aves.⸺ Al menos tú sí sabes quién es... a menos que sólo sea uno más de los secretos de nuestra querida madre.

Dirigió su mirada hacia Kalevi, quien acariciaba lentamente a su dormilona compañera, y en cuanto él arrancó uno de sus bigotes, notó como la kneazle se quejó molesta, volviendo a levantarse para ir al otro lado de la bruja⸺bien lejos de la chispa traviesa que siempre emanaba el joven Black.

⸺ ¡Un día va a arrancarte los ojos! ⸺le regañó mientras le apuntaba con la punta de su carbón, pero al ver esa sonrisa amplia, no pudo evitar contagiarse de esa ligereza, haciendo que la pesadez de sus pensamientos y emociones, comenzaran a desvanecerse lentamente.

Volvió a concentrarse.

⸺ Sí, fue un obsequio de Castalia… en realidad no sé si era dirigido a mí en particular, pero tomé el que más me gustó. ⸺respondió mientras iba acariciando el papel arrugado donde los carboncillos dejaban sus propias huellas, y volvió a la conversación.⸺ Mis clases van bien, ¿te conté que me ascendieron a Prefecta?

Le miró de soslayo.

⸺ En realidad no quería, pero… creo que no está nada mal poder tener un poquito de poder aún cuando sea una simple ilusión. ⸺lo miró con suavidad, y luego lo escuchó bromear, tenía una manera de ser demasiado contagiosa, energética y animosa, las ideas emanaban de él con demasiada facilidad a diferencia de ella.⸺ Oh, por Salazar

La imagen de tener una familia, aunque distante, llenó su mente por completo. Era aterrador y fascinante al unísono imaginarse como madre, no es como si tuviera una figura materna demasiado estable de la cual apoyarse, pero la idea tampoco le desagradaba del todo⸺el único pero, es que no se sentía merecedora del amor, y en concordancia con eso, veía un futuro demasiado solitario en su línea de vida.

⸺ No necesitas espantar a nadie, Kalevi. ⸺le empujó con el hombro, y luego de cerrar su cuaderno, se volteó hacia el mago con una sonrisita dulce, esas que pocas veces aparecían para adornar su rostro de muñequita.⸺ Además, aún te veo demasiado flacucho.

Le enseñó la lengua, y luego se quejó.

⸺ ¡Mi cabello! ⸺le picó el costado para hacerle perder la postura, y en cuanto se hubo acomodado los mechones oscuros detrás de sus orejas, se acomodó al lado de su hermano, alzando la mirada hacia el ligero movimiento de las hojas.⸺ En fin, gracias por estar aquí… realmente me alegra que hayas venido, y estaré aún más feliz si te veo en Hogwarts.

Estiró una mano para agarrar la de su hermano, y en cuanto entrelazó los dedos con cariño, apoyó su cabeza de forma somnolienta sobre el hombro masculino.

⸺ Kalev… ⸺tardó un poco en atreverse.⸺ No sé si sabes, pero mamá está en Inglaterra desde hace un par de semanas… ¿La has visto? ¿Seguirás sin hablarle?

@ Aaron Black Yaxley

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Acompañado: @ Cillian Haughton
Acompañante: Astarita Macnair XD
Habilidad: Animagia

Observé en silencio mientras me tomaba de la mano y me guiaba lejos del bullicio del circo. Cada fibra de mi ser estaba alerta, aunque no dejé que mi desconfianza se notara demasiado. “No voy a hacerte daño”, había dicho. Claro, lo había escuchado tantas veces, y casi siempre las promesas se rompían antes de que siquiera pudieras parpadear. Pero decidí seguirle el juego, por ahora. Estaba segura de que podía manejar la situación.

Su pregunta sobre una bebida me hizo sonreír con algo de arrogancia. ¿Una bebida? Qué sutil. Mientras caminábamos, me mantuve firme, aunque mi mente no dejaba de analizarlo. Un hombre de su edad, interesado en una chica como yo... Esto podía ponerse interesante.

Astara —dije con calma cuando preguntó mi nombre, dándole solo la información necesaria. Él no necesitaba saber más. No me gustaba que la gente supiera demasiado de mí sin antes haber demostrado sus intenciones.

Algo en sus palabras, cuando mencionó enseñar, despertó mi interés. Claro que sabía a qué se refería. Animagia. Eso solo podía significar que estaba buscando algo, y yo podría ser útil para él. Pero no estaba dispuesta a entregarle nada tan fácilmente.

Me detuve un momento, lo miré directamente a los ojos, desafiándolo de alguna manera.

¿Enseñar qué? —pregunté, aunque sabía perfectamente de qué hablaba. Quería ver hasta dónde estaba dispuesto a llegar, y qué tanto estaba dispuesto a ofrecer a cambio de lo que yo podría darle.

No era una chica fácil de manipular, y si pensaba que tenía el control, estaba muy equivocado.

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Adquiriendo la habilidad de Animagia
Acompañado por Astara Macnair

- Mi nombre es Cillian, Cillian Haughton -intentaba que su voz sonara lo más tranquila posible. Debía demostrarle a la chica que podía confiar en él y para que eso pasara tenía que hacerle creer que confiaba en ella-. Y sabes perfectamente de que hablo, Astara.

Soltó su  mano por fin, no necesitaba retenerla, estaba casi seguro de que aunque la pequeña bruja fuera lo bastante reacia a seguir órdenes si que estaba seguro de que le gustaba romperlo y mucho de lo que podría ocupar de ella en un futuro estaba relacionado a romper reglas. No necesitaba controlarla, solo tenía que encontrar su punto débil, sus intereses y poder usarlos a su favor. Sonrió ante la mirada retadora de Astara, le encantaba que no fuera una chica sencilla.

- No es necesario que lo hagas si no quieres, ¿sabes? -buscó algún lugar en donde pudieran sentarse, estaba casi seguro de que la función estaba por comenzar pero para ese momento eso era algo que ya no le interesa-. Pero si lo haces, estoy seguro de podrías obtener muchos beneficios...

Seguro que en aquel momento Astara se preguntaba que podría obtener de un aquel hombre frente a él, pero Cillian podía otorgarle cualquier cosa a cambio de su cooperación. Sobre eso no existía duda alguna. Si Astara estaba dispuesta ayudarlo, entonces ella estaría por completo respaldada desde el momento en que diera el sí.

Pero obviamente todos esos beneficios venían con una gran responsabilidad también.

@ Astara Macnair

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