El Parque de las Lamentaciones y Circ dels Joglars (MM)

[Sagitas E. Potter Blue]

En el Parque de las Lamentaciones:

 

-- Ay, lo siento, lo siento...

 

Ver a aquella persona mayor levantarse del suelo y limpiarse de las manchas de tierra me hizo sentirme muy mal. Encima el vestido era blanco. Me levanté a toda prisa y me acerqué a ella.

 

-- ¡Lo siento, lo siento! Siempre le digo a los niños que no se corre y yo... esto... ¿Se hizo daño? -- como siempre que estoy nerviosa, no callo para nada. -- Tengo una tintorería en el pueblo. Si quiere, puede llevar el vestido para que se lo dejen como nuevo. Las manchas de verde de la hierba son muy difíciles de quitar de la ropa...

 

Su comentario, sin embargo, me sorprendió. ¿Señora Potter? Anda, si me conocía...

 

Pues yo no...

 

No recordaba a una persona mayor en el pueblo, no suelen haber muchas personas mayores en el lugar.

 

-- Perdone usted. ¿No...? ¿Nos conocemos?

 

Ella dijo que se llamaba Eyra Weasley y... ¿Qué Weasleys conocía yo?

 

-- Hum... Esto... Encantada, señorita Weasley... Esto... ¿Tenemos parentesco en común? Sé que tengo algún Gryffindor y Snape, pero Weasley... Ahora no caigo -- mencioné en voz avergonzada porque ella me hubiera conocido al instante y yo no.

 

Ella me extendió la mano y yo lamenté que mi sorpresa no me hubiera permitido ser educada. La tomé y se la moví, no con fuerza. Aunque ella asegurara que había sufrido golpes más duros, yo estaba segura que el golpe había sido fuerte, pues yo misma tenía el hombro dolorido.

 

Un elfo apareció al instante con una tarjeta en la mano. La tomé y no le hubiera hecho caso, a pesar de sus palabras de que alguien me esperaba en la carpa, sino hubiera visto el nombre y el cargo del funcionario que me visitaba.

 

-- ¿El Director de Transportes y Deportes Mágicos? ¿Te dijo por qué venía, si por lo primero o por lo segundo? -- le inquirí al pobre elfo, quien me dijo que no sabía, que sólo le habían recibido en la entrada del Circo y que no había dicho nada más. -- ¿Usted cree que el Circo se puede considerar un deporte Mágico?

 

Aunque la pregunta se la había hecho a la señora mayor apellidada Weasley, en realidad me la había dirigido a mí misma. El Circo como Juego y como control de apuestas, tal vez, pero Deporte.. No. Debía venir con algún tema de Transportes. Fuera como fuere, era un funcionario ministerial y no estaba bien visto hacerles esperar.

 

Pero tampoco podía dejar a la mujer así, allá, en el Parque, sola, por si le pasaba algo...

 

-- ¡Anna! -- grité. Sí, todos están acostumbrados a que grite. La fantasma del Lago se apareció, vaporosa, frente a mí. -- Tengo una visita ineludible en el Circo. ¿Puedes quedarte con esta señora hasta que vuelva? Prometo tardar lo mínimo pero no quiero que se quede sola por si le pasa algo. Hablar de vuestras cosas. Estoy segura que haréis buenas migas mientras regreso.

 

Si una potestad tengo es que puedo aparecerme en cualquier lugar de mi negocio, por lo que desaparecí aún antes de que me ninguna de las dos me contestara. Aparecí por detrás de aquel joven y carraspeé.

 

-- Buenas tardes. Perdone por mi aspecto. Es que he venido corriendo y estoy un poco manchada por la tierra pero... Adelante, siéntese. Yo soy la persona que busca. Sagitas, la directora del Circo. -- Blandí en el aire la tarjeta de visita que el elfo me había dado.-- Así que el Director de Transportes y Deportes Mágicos... ¿Qué puedo hacer por usted? Espero que no haya infringido alguna norma... No es corriente que un Director se persone en los negocios, suelen venir los empleados normales...

 

Mientras hablaba, acerqué con la varita una bandeja de madera con una flor azul estampada en el centro (por cierto, la que caracteriza a la familia "Ojo Loco" Potter Blue, que para algo soy su matriarca) y le ofrecí unos vasos de zumo naturales.

 

-- Si quiere café o té sólo tiene que pedírmelo. Aquí no tenemos alcohol, lo siento...

[Hecate Engosvezhof]

Eyra Weasley ~ En el Parque de las Lamentaciones

- No, no, descuide – le dijo con una sonrisa a la mujer de pelo violeta. Le parecía graciosa a la hora de disculparse. Parecía una mujer buena.

- No se preocupe por el vestido – sacó su varita de serbal y con un movimiento suave, limpió el polvo de la tierra que se le había quedado impregnado la ropa que llevaba encima.

- ¿Ve? No hay problema con eso…

- No, no nos conocemos, pero yo a usted sí. Bueno de oídas claro. Es muy famosa en el pueblo – le dijo Eyra con una sonrisa en el rostro. Si ella supiera…

- ¿Señorita? – rió por lo bajo- más bien señora, como usted. Ya estuve casada en su momento. Pero mi esposo falleció hace muchos años…

La señora Weasley rió un poco al ver cómo la mujer intentaba relacionarlas. Decidió darle una mano.

- Heliké y Annabelle, son mis nietas – seguía manteniendo la misma postura, tanta que hasta seguro que la sacerdotisa se asombraría.

La suave brisa que hacía en el lugar, movía los árboles con gracia. La señora Potter tomó la mano de la anciana y justo en esos

momentos, se apareció un elfo, al parecer, la necesitaban para un asunto ministerial. Llamó a gritos a alguien. Arqueó una ceja, pero, si estaban ahí solas, Eyra no podía comprenderlo.

Hasta que una mujer fantasma se apareció ante las dos damas. Transparente como los viejos fantasmas de Hogwarts.

- Seguro que sí – asintió con la cabeza ante las palabras de la mujer- pero la verdad, soy una bruja, no tiene por qué preocuparse por mí – le dijo con una sonrisa, mientras veía cómo desaparecía para atender a ese funcionario ministerial.

[Alyssa Black Triviani]

Era una noche preciosa, las estrellas brillaban aunque la luna se encargaba de opacarlas alumbrando todo con su mortecina luz que parecía teñirlo todo de blanco. La Black se había aparecido sobre un camino de tierra, frente a una enorme carpa que albergaba en su interior las exóticas funciones de un circo ya conocido para ella, uno que tenía una larga historia para quien llevaba el tiempo suficiente en Ottery. Circ dels Joglars se llamaba, y a espaldas de la mortífaga se encontraba El Parque de las Lamentaciones, la sonrisa se ensanchó en los labios de la mortífaga que a su vez permanecería oculta tras la máscara de plata que llevaba sobre el rostro, completando el atuendo con la túnica negra y la capucha echada sobre sus cabellos rojizos.

 

Con un fluido movimiento se llevó la varita hasta la marca en su antebrazo y realizó el llamado, sintiéndola arder y sabiendo que sus compañeros no tardarían en aparecer; las taquillas que precedían la entrada a la carpa estaban ante ella, a un costado se veían los carromatos donde el staff podía guardar sus pertenencias, también se veía una carpa más pequeña donde la Directora albergaba su despacho y a un costado de esta la pequeña cafetería.

 

- Bienvenidos – saludó la Ángel Caído.

 

Una vez sintió la presencia de sus compañeros junto a ella la Black inició su avance, pero no hacia el circo en sí sino a la cafetería que había visto a un costado de la carpa reservada para la directora. Una vez frente a la puerta de aquel pequeño recinto se deshizo de ella con un simple movimiento de su varita, sin aguardar ingresó al lugar abriéndose paso entre la nube de polvo y escombros.

[Lukyan A. Volkov]

El día era de los mas aburridos, no sabía si era por que su vagues era demasiada o por que en verdad aquel día no había nada interesante, sintió como la marca en su antebrazo ardía, eso indicaba que alguien los había llamado a reunirse aun lugar. Se acomodo la capa y desapareció del interior de la mansión Macnair. Apareció a las afueras de Ottery, en un lugar llamado el Parque de las lamentaciones, miro a hacia la izquierda y pudo apreciar al Circ dels Joglars.

 

Comenzó a caminar hacía aquel lugar, pasando por una mansión en ruinas, por un momento dudo si quedarse contemplando el mirador y disfrutar la bella vista que aquel cielo despejado le mostraba, la luna se reflejaba en la mascara plateada que cubría su rostro, una sonrisa apareció en su rostro y decidió seguir su camino hasta lo que era una verja vieja, quedando de pie fuera de una puerta con figura de un dragón. Movió su varita y la puerta se abrió.

 

Ahora solo quedaba llegar a las taquillas, donde estaba segura que gran parte de sus compañeros la esperaban. Al llegar al lugar, su cabello azul, empezaba a ser de un color plateado, y al encontrarse cerca de sus compañeros les sonrió. Para ese momento Nathaly pudo ver que la persona que había hecho el llamado era la nueva Ángel Caído y pareja de su regicnado padre, Alyssa Black. Le dedico unas palabras y miro a sus demás compañeros.

 

- Lamento el retraso. Empecemos.

 

Sugirió mirando una pequeña carpa a un lado de la carpa de Dirección, preguntándose que era lo que había en aquel lugar. Al parecer la bruja pelirroja había pensado lo mismo que ella, ya que empezó a caminar en dirección a aquel lugar. La Metamorfomaga la siguió quedándose a unos pocos metros de ella.

 

 

[Mia Black Lestrange]

La luz de la luna se filtraba por cada pequeño hueco que dejaban las cortinas de su habitación, permitiendo entender porque se decía que octubre tenía las lunas más hermosas del año. Era la ocasión perfecta para disfrutar en compañía de algunos de sus conocidos más cercanos, la posibilidad de darle un escarmiento a personas que habían elegido ser miembros de la Orden del Fénix, esto con la finalidad de dejarles en claro que era mejor tener a los mortífagos de amigos, que de enemigos.

 

Con los ojos cerrados, sintió como la marca tenebrosa que tenía tatuada en el antebrazo izquierdo comenzaba a cobrar vida lentamente; el llamado había sido dado. Aún con los ojos cerrados, esbozó una sonrisa y permitió que la imagen de una mujer de cabellos pelirojos y parada delante de un circo invadiera su mente, allí era el lugar al que tendrían que ir.

 

Se levantó y miró en el espejo, con el rostro un poco girado a la derecha comprobó que su atuendo no era el adecuado, negando lentamente se colocó sobre el desnudo cuerpo una sencilla túnica negra a juego con una capucha y unas botas del mismo color, y para finalizar sobre su rostro colocó la máscara plateada con detalles de filigrana verdes que cubría su identidad. Finalmente, sobre su cuello cargaba un collar con diversos amuletos y anillos, que correspondían a los libros de hechizos aprendidos hasta el momento.

 

Era hora de partir, cerrando los ojos dejó que la marca la guiará, hasta segundos después aparecer a las afueras del local El parte que de las lamentaciones y Circs dels Joglars. El cielo despejado, permitía que la luminosidad del astro acompañante de la tierra fuese suficiente para recorrer caminos sin tropezar, y fue justamente eso lo que hizo, asintiendo con una cabezada ante la orden de ingresar al lugar.

 

—Vamos... —siseó más para sí misma, al percatarse que había aparecido junto a su madre delante de las taquillas, la saludo y se fijo en la carpa del circo que se extendía delante de ellas.

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

La noche era placentera, fresca al menos para mí pero lo mejor de todo era la paz que me brindaba estar caminando por los jardines de la mansión sin tener ninguna interrupción por parte de alguien de la familia, últimamente todos estaban muy ausentes pero al menos eso me brindaba una paz interior.

 

Lo único que me preocupaba actualmente era mi hijo, hacía tiempo que no sabía nada de él; desde aquella ocasión en nuestro negocio que salio corriendo para que no acabara con su vida por lo que me había hecho. Obviamente no acabaría con su vida pero no se libraría de un buen castigo, claro cuando lo encontrara.

 

Un ardor en mi antebrazo me saco de mis pensamientos, era un ardor que a pesar que lo reconocía perfectamente hacía ya algún tiempo que no lo sentía, tal vez era por que estaba un poco alejado de todos mis compañeros pero agradecía que en esta ocasión pudiera estar a su lado, sin duda haría que la noche fuera aún más magnifica.

 

Me puse de pie colocándome la camiseta de tirantes para cubrir mi pecho y poder salir a donde Alyssa nos estaba llamando, una vez que contemple que llevaba mi varita en el short gire sobre mis talones desapareciendo en una voluta de humo. Unos segundos después estaba en unos viejos terrenos, sin duda conocía el sitio hacía unos días estaba ahí con otro propósito.

 

Las ventanillas de esa carpa de circo estaban siendo invadidas por los compañeros, por lo que me acerque hasta donde estaban ellos y así poder comenzar con la aventura nocturna. Al llegar a su lado, conocía a la mayoría de ellos, de hecho conocía a todos pero no con todos había tenido una conversación, por lo que esperaba que sus lazos se unieran más en este evento.

 

- Buenas noches, con que el circo Circ dels Joglars sera nuestro objetivo en esta ocasión - Sonreí bajo la mascara de color dorado, que sabía que aunque ellos no visualizaban mi sonrisa, probablemente supieran cual era mi expresión en ese momento.

 

Una vez que estábamos todos comenzamos a avanzar hacía la cafetería, ese espació donde había estado conversando con la dueña del circo, por lo que lo conocía digamos que un poco a la perfección, lo único incomodo en ese momento era el no llevar calzado y esperar que en un movimiento de rapidez recibiera un pisotón.

[Arya Macnair]

—Auch

 

La bruja frotó su muñeca izquierda con desespero ¿por qué dolía así?, sacudió el brazo y siguió quejándose pues lo que sentía en la boca del estómago no era representativo al dolor, sentía una ferviente necesidad de enarbolar su varita y atacar. Echó una capa oscura sobre sus hombros y colocó la capucha para cubrir su cabellera rojiza que normalmente llamaba la atención, besó la frente de su bebé quien se removía quejosa entre los brazos de su padre a quien despidió también con un beso en la mejilla prometiendo volver y no meterse en líos aunque lo segundo era mentira porque los problemas le seguían desde el día en que nació.

 

Salió por la puerta principal donde todo se encontraba destruido debido al ataque de su propio dragón y negando lentamente desapareció. No quería que nadie viera lo que haría pero como Alyssa mencionó aquella perfecta noche en la fortaleza ahora desarrollaba una conexión con todos sus compañeros aunque éste no era solamente alguien con quien compartiera ideales, llegado el caso compartían sentimiento. Segundos después tomaba la mano de Dovakhin con una media sonrisa que le permitió ver por un instante hasta que las sombras se apoderaron de sus facciones, él la esperaba en los jardines Haughton y de allí mismo volvieron a desaparecer.

 

Cuando sus ojos verdes se fijaron en una verja labrada con forma de dragón a los límites del Parque de las Lamentaciones soltó la mano del mago y enmudeció el semblante, ahora su rostro estaba cubierto por una máscara completamente negra, creada desde la oscuridad de su alma y endurecida debido al material que luego la finalizaba, el onix.

 

—Te estaré vigilando

 

Macnair bromeó con Dovakhin como no lo hacía con nadie y se abrió paso junto con el resto de sus compañeros dirigiéndose hacia la taquilla del Circo al que le harían la visita ceremonial.

[Dovakhin Haughton]

La noche había llegado y la claridad de la misma era característicamente inusual. Al parecer la iluminación natural de las estrellas y la Luna dejaban una Luz tenue sobre la superficie permitiéndole al Haughton poder ver con claridad lo que sucedía a metros de donde estaba. Pensaba constantemente en su planes a futuro y no dejaba de proyectar posibles situaciones desarrollándose desencadenándose una tras otra. Ascender de rango en la Marca Tenebrosa lo había motivado nuevamente.

 

Parecía ser una de esas noches tranquilas y aburridas hasta que el tatuaje en su brazo comenzó a arder respondiendo al llamado de una de sus superiores, supo entonces que tendría trabajo que hacer, al instante notó que su trabajo sería doble, que al amanecer lo llamarían nuevamente al mismo lugar pero esa vez para limpiar los desastres de la noche anterior. No pudo evitar reír.

 

Fue entonces cuando Arya llegó dispuesta a llevarlo al lugar donde se llevaría acabo la masacre. No dudó en ponerse su máscara y disponerse a hacer lo que ella dijera para encaminarse hacia el destino. Su sobretodo negro, camisa, pantalones y zapatos del mismo color estaban a juego con la noche y lo único blanco que sobresalía en su ser era aquella hermosa y preciada máscara que cubría su rostro de ser descubierto.

 

—Estoy listo— Mencionó con tranquilidad. Luego ambos desaparecieron para reaparecer de inmediato en lo que parecía ser una entrada con forma de dragón. Una vez allí, Dovakhin avanzó junto a su compañera en dirección al resto de sus colegas mortífagos que se encontraban en la cafetería, para comenzar con lo que sería el ataque.

 

Trató de recordar el nombre del negocio para cuando tuviera que volver a limpiar el desastre. "Circ dels Joglars" Supo que lo recordaría cuando notó lo difícil que le resultaba pronunciarlo en su mente.

 

 

[Mia Black Lestrange]

La mirada de la Black se posó en todo aquello que la rodeaba, el río, los árboles y diversas figuras de pequeños castores que iban de un lado a otro, negando lentamente se encaminó hasta la entrada de la carpa.

 

Pensando un par de segundos si ingresar o no, tomó una rápida respiración e ingreso al lugar. con la sonrisa dibujada en los labios traspasó la lona que cubría la entrada principal y un camino hasta la pista principal se extendió delante de ella, negándose a continuar, regreso sus pasos un poco hasta el camino de tierra que segundos antes había recorrido y allí vio dos taquillas.

 

—Morphos —siseó apuntando a una de ellas con su varita mágica.

 

La taquilla comenzó con su transformación en un puma de tamaño adulto que se colocó delante de la rubia, lista para protegerla de cualquier posible ataque.

 

Al ver que sus compañeros comenzaban a ingresar a la cafetería, se encaminó hasta ellos

 

— ¿Creen que vengan? —preguntó sin dirigirse a nadie en particular, para después apuntar a una simple bolsa de basura de palomitas, y susurrar —Vitae —esta comenzó a animalizarse y adquirió todas las propiedades de una araña viuda negra que estaría lista para picar a quien la matriarca Black Lestrange lo ordenara.

[Orión Yaxley]

Una noche clara, de otoño. El clima un poco fresco, pero lo suficiente como para llevar una camisa y sudadera liviana. Sin embargo, todo le quedaba horriblemente grande. Le faltaba un poco para rellenar con carne las mangas. Pero algo era algo, y prefería estar vestido a tener que andar en cueros por Ottery. Llevaba unos jeans cómodos, para mejor movilidad y unas botas oscuras que generaban un sonido metálico al caminar.

 

Se había aparecido en las taquillas del Circ dels Joglars. Era diferente a lo que él recordaba. Incendios y animales libres, estampidas y destrucción. Esas imágenes lo golpearon ni bien sentó pies sobre la tierra. El asalto que había organizado con Glenin antes de su exilio del bando fue una de las cosas que más lo marcaron en su juventud. Ahí entendió los verdaderos valores de la vida, la libertad y la liberación.

 

Llevaba una máscara de madera con algún detalle en cobre. Humilde. La había encontrado en la Black y poco sabía de su procedencia, pero se veía bonita y fue la suficiente razón como para cargársela al hombro para un asalto. Llevaba también su pesada varita en mano. El mango le daba una estabilidad a la que ya se había acostumbrado.

 

Sus cabellos cobrizos con las características puntas azules se ocultaban en la capucha de la sudadera. Imposible reconocerlo. Suspiró aliviado y caminó hacia donde se encontraba su prima Alyssa, quien había realizado el supuesto llamado, pero por lo chico que era el tatuaje, ni él se daba cuenta de esas cosas, teniendo que recaer a alguna que otra técnica de adivinación.

 

- ¡Hola! ¡Hola! Buenas noches.