El Parque de las Lamentaciones y Circ dels Joglars (MM)

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Al parecer todo el sitio iba a ser destruido por uno de sus compañeros, pero eso no me interesaba realmente lo que me ponía a pensar era que las personas del bando contrario últimamente eran unos zombies, la gente de ellos ya ni se presentaban por el temor que les causaba enfrentarse a nosotros.

 

O simplemente no era verdad lo que decían de proteger a los neutrales, aunque eso lo sabíamos múltiples habíamos ido a sitios donde ellos simplemente dejaban de lado a esas personas, si no seguían su ideología eran traidores así de fácil era para ellos de igual forma. En el momento observe como la pantera se recostaba del aburrimiento del sitio por lo que soltó una gran carcajada en el sitio.

 

Al reaccionar noto como sus compañeros se estaban retirando, por lo que se acerco a la mujer encargada del llamado y le hizo una reverencia de forma cortes.

 

- Nos vemos en otra ocasión linda dama - Le tomo la mano y le dio un beso en ella para después alejarse hasta la taquilla donde en unos movimientos ágiles desapareció sin dejar ningún rastro alguno.

[Arya Macnair]

Echó hacia atrás la capucha permitiendo que todos los presentes quedasen cautivados por el rojizo de sus cabellos y bufó, su águila aterrizó a unos metros de su ubicación para volver a lo que principalmente había sido: un banco de concreto así como su lobo el cual después de recibir un poco de afecto por parte de su creadora regresó a ser un abrevadero, sintió nostalgia y deseó estar cerca de su cachorro ya adulto entonces en ese momento así que decidió sin más marchar. Alzando la mirada buscó a su comandante pero quien llamó su atención fue nada menos que su hermana quien parecía invitarle a cenar, sorprendida enarcó una ceja y separó los labios pues aquella noche tenía otros planes más no se pudo negar.

 

—Allí estaré— Desvió la mirada por la cafetería buscando a Dovakhin y regresó a Nathaly, —O quizás llegue para el postre...

 

Con una reverencia se despidió que Macnair y luego de su madre con aun más respeto, deshizo lentamente la distancia tortuosa que había entre el Haughton y ella y lo tomó de la mano con fuerza, casi empujándolo hacia sí, cuando entraba en combate parecía olvidarse que había personas a su alrededor y todo lo destruía a su paso por tanto una sacudida lo devolvería a la cruda realidad de que la fiesta acababa o que en ese preciso instante estaba por comenzar.

 

Sin mediar palabras lo guió a través del circo hasta regresar al parque principal y bordear el mirador, allí volvió a ponerse la capucha sobre el rostro, escondida entre las sombras y deshaciendo la mitad de su máscara pues ésta era controlada por la oscuridad de su ser y echando ambos brazos sobre el cuello de Dovakhin rememoró unos segundos la despedida de soltera de Alyssa en donde se vieron enredados en algo que aun era inconcluso. —Vamos, sígueme.

 

Una vez que cruzaron la verja forjada con forma de dragón juntos caminaron unos diez pasos y desaparecieron con rumbo incierto para quienes los hubieran seguido.

[Orión Yaxley]

Se rascó un poco la barba. No creía que los pollos entrarían a defender sus propiedades. Una lástima. Denegaban la libertad de uno y no se hacían cargo de sus propias acciones. De ahí en más, quedaba todo inconcluso, sin fundamentos. Si no practicaban lo que decían, en tanto sea Lealtad y Sacrificio, se reducían aquellas consignas a la nada misma.

 

- Yo me voy con el pequeño ¿Si?

 

Se subió a su toro improvisado y decidió salir del lugar al mejor estilo medio-oeste. Le clavó los tacos en las costillas de la mesa y empezó el camino. Saldría primero por la cafetería y luego hacia Ottery para volver a sus asuntos. Otro día tendría la oportunidad de cerrar los clavos sueltos

[Alyssa Black Triviani]

El lugar estaba en llamas, había animales y objetos vivientes dando vueltas por todos lados, mientras que la Black simplemente se dedicaba a contemplar la escena mientras que acariciaba las oscuras plumas de su fénix. El ave chasqueó su pico buscando la mano de su creadora para que le rascara el cuello, a lo que Alyssa respondió con una sonrisa accediendo a los deseos de su mascota. Uno a uno sus compañeros abandonaron el lugar dejando un rastro de destrucción tras ellos, y la mortífaga aguardó paciente hasta que todos hubieran desaparecido para seguirles con paso tranquilo hasta salir de la cafetería al fresco aire nocturno.

 

En el interior podía escuchar el crepitar de las llamas consumiéndolo todo a su paso, su expectro la siguió de cerca sobrevolando el lugar para cerciorarse de que no existiera ninguna amenaza para su creadora. Una vez fuera vislumbró a Nathaly, Arya y Dovakhin, quienes estaban a punto de desaparecer de allí pero antes la primera se dirigió a ella con una simple declaración.

 

- Allí estaré – replicó la Triviani asintiendo con la cabeza, un tanto divertida ante el ímpetu de su hija. – Morsmordre – masculló apuntando con su varita al cielo.

 

La Marca se formó en el firmamento, la calavera y la serpiente enroscándose en ella brillaron con intensidad alertando a todos sobre la presencia de los mortífagos. Vio a sus compañeros desvanecerse hasta quedar completamente sola, lanzando una última mirada al resplandeciente astro que les vigilaba con atención, la Black giró sobre sus talones y desapareció del lugar rumbo a su castillo haciendo que el fénix que había creado desapareciera también en medio de un siniestro chillido.

[Sagitas E. Potter Blue]

Parque de las Lamentaciones:

 

La conversación con el funcionario había sido muy escueta, pues había durado poco (?), tal vez tuviera muchos negocios que visitar. Libre de mi obligación de atender al ministerial, volví al parque para seguir hablando con la anciana. Anne, la fantasma del Lago, la mantenía ocupada y llegué ante ellas, dispuesta a agasajar a la mujer que, según había creído entender, era familiar de mi sobrina Heliké.

 

-- Así que es la abuela de mi futura nuera -- le comenté a forma de saludo. -- Pues sea bienvenida a este lugar de calma. Espero que ya no sienta el golpe que le di antes...

 

Me senté a su lado, contemplando la luna reflejada en el lago. Era un lugar emotivo, pausado, donde las energías parecían pacificar las almas de los presentes.

 

O eso debería...

 

En un momento dado, me pareció sentir unas risitas y unos pasos ahogados. Giré la vista en dirección a la entrada, algo confusa. ¿A aquellas horas aún quedaban parejas en el Parque? Eso era inusual... Volví la vista al lago y, entonces, me di cuenta que había demasiada luz.

 

-- Vaya... Parece que me dejé encendidas las velas de mi despacho -- le dije a la abuela de Heliké, levantándome del banco y saliendo de bajo la protección de aquel enorme árbol. -- ¡Demonios congelados! -- grité.

 

Se veía una gran humareda (¿cómo es que no la había olido desde allá?) y fuego, mucho fuego, que destruía lo que momentos antes había sido el Circo.

 

-- ¡Demonios, demonios! -- grité de nuevo. -- Anna, busca a mi hermana y dile que... ¡qué venga! -- El fantasma del Lago asintió y desapareció rumbo a Accidentes, a dar el mensaje a @Amya_An.

 

Corrí. Sí, lo sé, sería mejor aparecerse pero sólo un loco haría eso para encontrarse rodeado de fuego. Cuando llegué a la zona, todavía humeaba y todo estaba en ruinas. Varios elfos apagaban el fuego que aún perduraba. Enseguida me dirigí hacia los rediles. De todo lo que había allá dentro, lo que más me preocupaba eran los animales. El humo hacía que no se viera nada alrededor, ni luces ni brillos ni marcas especiales. Sencillamente, aquello era un caos.

 

-- ¿Bajas? -- pregunté, de forma escueta, al enano gruñón.

 

-- La suya, como le pase algo a los animales que presentan síntomas de asfixia.

 

-- ¿Quiénes? -- pregunté, pasando por alto la amenaza del miembro del Staff. Todos sabíamos que Gruñón preferiría mil muertes humanas antes que un rasguño en un animal. -- ¿Es grave?

 

-- Los hipogrifos sufrieron de lleno el humo porque ardió todo el serrín de las jaulas. La acromántula huyó al bosque y ya la traen de vuelta. Después la examino. Los dragones se libraron porque volaron muy alto. El basilisco es el que más está afectado. Necesitaré que venga algún miembro de Criaturas a comprobar su estado.

 

Esta última frase me dolió más a mí que a él. Nunca hubiera imaginado que él pediría ayuda a un veterinario. Seguro que eso le dolía en su amor propio.

 

-- ¿Se sabe quién...? ¿Cómo...?

 

Un enano se acercó despacio con un plástico chamuscado en la mano. Lo observé y lo tomé, girándolo entre los dedos.

 

-- ¿Música muggle? -- dije al fin. -- ¿Pim-pi-ne-la? -- esto era demasiado. Grité al aire: -- ¿Quién tiene tan mal gusto para escuchar este bodrio de cancioneeeeeees?

[Matt Blackner]

Es lo qeu tiene ser acidentoso, pasar mucho tiempo en el departamento, y ser de la familia. Que cuando el fantasma del lago apareció para buscar a la tía Amya no pudo dar con ella, asi qeu recurrió a mi. Abrí los ojos, tan alarmado como enfurecido al saber lo qeu acababa de suceder en el Circo. De pronto, la tranquilidad de una mañana de donuts y café desapareció por las prisas. Pedí a la fantasma del Lago qeu informase a mi madre de qeu acudiría en seguida al circo.

 

Saqué la varita y convoqué mi patronus, un lobo de color azulado brillante, al cual di un mensaje:

 

 

 

@ @ :

 

Ataque en el Circo de Sagitas. Necesitan nuestra ayuda urgente.

 

El lobo se alejó al instante, buscando a la tía y la vampiro. Convoqué un segundo patronus, exacto al que acababa de marcharse, al cual entregué otro mensaje, esta vez para el resto de empleados del departamento:

 

 

 

@@Luisitha Black M. @@Little G. @@Mia Zoeh @@Galedra Azhebel Myrddin @@Dovakhin Haughton

 

Accidentosos! tenemos una urgencia en el Circ dels Joglars, a las afueras del pueblo. Han sufrido un ataque. Os espero alli.

 

Si, tenía prisa, y además nunca había sido demasiado hablador, pero esperaba qeu entendiesen el mensaje y acudieran a la llamada. No tardé demasiado en dejar el ministerio, y una vez en la gran calle ancha, la cual no solía ser transitada por muggles, decidí desaparecer...

 

...para dar con la entrada del parque. en seguida me llegó el fuerte olor a humo, lo cual no me gustó nada. Menos mal que divisé pronto a mi madre, que berreaba no se que de unas canciones junto al enano gruñón. Corrí hasta ella con los guantes de piel de dragón ya puestos, quitándole el cd de las manos.

- Como sabes qeu esto no es una trampa? - pregunté, casi riñéndola. - Que ha pasado aqui?

[Dovakhin Haughton]

El trabajo que había conseguido hacía casi un mes atrás lo impulsó a guardar las apariencias para con el resto de las personas, tratando de disimular al máximo su sed de caos y destrucción siendo ahora un trabajador encargándose de accidentes y catástrofes y limpiando lo que su propio bando generaba cuasi constantemente. Era de suponer que se trataba de un buen negocio, el ir a atacar lugares y luego cobrar por refaccionarlos sin dudas le daban una buena razón para causar el mayor daño posible la noche anterior.

 

Dovakhin estaba tranquilo en su casa cuando recibió el llamado que le indicaba la necesidad de su presencia en el circo, sonrió y dejó escapar una breve y sutil carcajada producto de la ironía provocada por ser victimario y juez en el mismo juego, nada podía salir mal. Era como estar lavando dinero, de hecho podría asumirse que era eso.

 

Se acercó a pie hasta el lugar -ya que aún no poseía licencia de apariciones y no la tendría jamás luego del papelón que protagonizó en su examen la última vez- y una vez llegó se presentó cordialmente ante sus compañeros y los propietarios damnificados.

—Dovakhin Haughton— Exclamó expresando su nombre. —¿Qué fue lo que pasó?— preguntó simulando no saber absolutamente nada del caso. Tenía ganas de reírse, quería reírse en la cara de esas personas pero sabía que tal acto imprudente sólo lo perjudicaría innecesariamente.

 

Con la mayor de las seriedades observó el lugar. Ahora con la luz del día y sin máscara puesta el Haughton podía notar todo el lío que había causado con su equipo mortífago, sin embargo aún tenía el mal sabor de boca de saber que los odefos no fueron capaces de llegar a defender el lugar. Aquello le molestaba realmente —No puedo creerlo— Mencionó.

A los ojos de sus interlocutores, Dovakhin estaba indignado por el desastre que estaba presenciando, pero el motivo real de su comentario fue generado por el reiterado sentimiento de impotencia al no tener un par de pollos que desplumar en el momento del acto delictivo.

 

—En fin, ¿por dónde empezamos?— Cuestionó con tranquilidad.

[Hecate Engosvezhof]

Castillo Rambaldi:

 

Tenía pensado algunas ideas para la fiesta de Halloween (? xD) de éste año, además de preparar cierta boda (¬¬ xD) que ya me estaba produciendo dolor de cabeza. Los preparativos eran fáciles lo más complicado era transportar a todas las personas al lugar indicado. Había salido del baño con una toalla en la cabeza y otra en el cuerpo.

 

La suave brisa ondeaba las cortinas abiertas que daban a la terraza de mi habitación, cuando lo vi. Un lobo de color azulado brillante que hablaba con la voz de Matt. Pedía ayuda urgente. Rápidamente recogí la varita que tenía encima de la mesa y fui sacando prendas del armario, al final, me había decidido por lo de siempre: camiseta, tejanos, botas de piel de dragón y por supuesto la cazadora de cuero.

 

Até el pelo en una cola de caballo alta. Recogí el monedero de piel de moke y lo puse al cuello con todas mis pertenencias, para cuando estaba lista, me desaparecí del castillo y lo hice en el Parque de las Lamentaciones.

 

http://i.imgur.com/yc6FRQ3.png

Reparaciones

 

Parque de las Lamentaciones:

 

Rebusqué dentro de mi morral de cuero y enseguida encontré lo que necesitaba. Era una acreditación que usaba siempre cuando salía del Ministerio. La coloqué en la parte visible de mi chaqueta y con la varita en la mano derecha, susurré un alohomora a la puerta de hierro en forma de dragón y ésta con un chirrido se abrió casi de golpe. Además de los olores a humo quemado, también pude notar el de Matt, que ya sabía que estaba ahí. Otro, sumamente familiar, uno que hacía siglos (sin exagerar) no notaba. Me pareció súper extraño, pero cómo mi deber era atender a las llamadas urgentes, seguí el aroma de Matt hasta que llegué a Sagitas. La cosa no tenía buena pinta. La pelivioleta estaba con algo en la mano, y parecía que enfadada con el enano mientras mi pareja también parecía un tanto ¿enfadado?

 

- Em, ésto, hola - carraspeé y dije en voz alta- ¿Qué ha pasado? - pregunté mirando a ambos. Una cosa que no iba a admitir, es que, cuando Sagitas se enfadaba de verdad, daba miedo, así que, esperé a tantear el terreno, por si acaso, viendo las actitudes de ambos antes de empezar con nada.

[Sagitas E. Potter Blue]

En el Circo:

 

Gruñía, claro que gruñía. A pesar de que la llegada de Matt me animó, yo me sentía malhumorada porque... ¡un CD de Pimpinela! Si al menos hubiera sido de Camilo Sexto... Pero Pimpìnela... ¡Qué mal gusto, qué insulto a mi sentido de la música muggle!

 

-- No es una trampa, hijo -- le contesté a Matt. -- Es un mal gusto enorme por la música muggle tan excelente de los años ochenta. Con la de grupos famosos que había, tienen que dejarme este souvenir cuando estropean el Circo.

 

Estaba muy enojada y la presencia de aquel desconocido, a quien supuse compañero de Accidentes, no mejoró mi estado de ánimo, ya que su forma tranquila de hablar me hizo pensar mal de él. No mal en cuanto que fuera maleducado sino... Era como si ya conociera lo que se iba a encontrar, como si aquel ataque no le viniera de nuevo.

 

Tal vez me estaba volviendo mal pensada.

 

Y para más inri, la voz de mi sobrina Heliké preguntando qué era lo que había pasado.

 

-- ¿Que qué ha pasado? ¿Qué qué ha pasado? -- contesté con mucha rabia contenida en aquel gruñido. -- ¡Pues que me han regalado un cassette de Pimpinela! ¿No te crees que es suficiente para estar así de cabreada! ¡¡Música de Pimpinela a mí, que la odio!!

 

Prioridades, Sagitas, prioridades.

 

-- ¡Ah, y han destrozado el circo! Espero que vengáis a arreglarlo porque no habrá palomitas dulces para nadie hasta que esté impecable.

[Hecate Engosvezhof]

http://i.imgur.com/yc6FRQ3.png

Reparaciones

Parque de las Lamentaciones:

Escuchaba atentamente las palabras de Sagitas, me mantuve en silencio mientras escuchaba como soltaba palabras a cada paso más enfadada... Bueno habían atacado a su negocio era lógico que estuviese cabreada, yo también lo estaría si lo hicieran en los míos, sinceramente...

Hasta que...

- ¿Cassette de Pimpinela? -Había escuchado ese nombre en algún lado, quizá cuando viajaba del mundo muggle al mágico y alguna que otra canción horrible que salía de esa música de tan bien cómo definía mi tía Sagitas, de mal gusto, estallé a carcajada limpia...

- Peor sería si te regalaran un disco de Celestina Warbeck yo no aguanto sus gritos, sinceramente - lloraba de la risa, hasta que al final mi tía se centró en lo que le preguntaba...

- ¿Palomitas? Bueno, me conformo con que sea un par de entradas gratis al circo - dije con una sonrisa - si nos llevas hasta allá, podemos mirar los daños... ¿Qué tipo de ataque fue? - pregunté, intentando aparentar profesionalidad (?).