Ranas Lunares (MM B: 105591)

[Idylla Macnair T.]

Ariadna Macnair Grindelwald

 

 

 

-No me tientes que si me voy contigo a estar a solas- le comento la Macnair con una enorme sonrisa, pero no iba a dejarlo escapar tan fácil de su familia, ahora que estaba desmemoriado tenia que estar junto a ellos para que lo ayudara con su problema -Pero vine a un bautizo con tu familia y estaremos con ellos. No quiero que se lleven una mala impresión de mi.

 

-Anda, vamos a entrar. Sirve que me presentas a tu familia con mas tiempo, y si te da nerviosismo yo te doy todo mi apoyo aquí a un lado- le agarro la mano con una sonrisa y se dirigió a una pareja de brujas que estaban hablando. El abdomen de una era voluminoso, claramente con signos de un embarazo adelantado y casi completado -Vamos a conocer gente de tu familia- La bruja le tendió una bolsa al Mago donde contenía unos regalos para los gemelos -Sirve de que entregamos los regalos que les traje.

[Groter Shulton Granpié]

Groter Shulton Granpié

La miré y tenía razón tendríamos que entrar y conocer a toda la familia que me llegaría con preguntas repetitivas, tal vez alguna otra persona, pero tendríamos que pasarla por ahí esperandoq ue no se acercaran muchas personas a hablarme, odiaba tener que dar explicaciones y menos cuando no me importaba.

 

- Vamos... - Le dije sin mucho ánimo, fue un error venir en primera instancia, debí desechar la idea en cuanto Kronoterun me dio la invitación, suspiré y me acerqué junto con mi peliazul al par de personas que estaban hablando sobre un bebé, si bueno la mujer embarazada tendría mucho que decir acerca de eso...

 

- ¿Se dan regalos en fiestas como estas? - Le pregunté sonriendo sin animarme a hablarle a las personas, mejor caminar hacia donde la demas gente hablaba y esperaba que empezara el bautizo. - Buena idea traer regalos yo ni siquiera recordé eso, ya les haré llegar eso en otro momentom total, que pueden pensar, son bebés... - Sonreí.

[Marabella Rambaldi G.]

Kyttara Gryffindor Rambaldi, junto los mellizos.

Su novia Sophie y Robb llegando al Bautizo(?)

 

 

La hora pasaba y de por sí ya llagaríamos tarde ,pero claro , eso no era novedad alguna en mí , siempre surgida un imprevisto que me retrasaba , y esta vez no fue la excepción, por más que me apure en tener todo listo y con antelación , pero tenía que surgir un problema , de cual podía haberse evitado , si mis hijos no fueran tan extrovertidos , este desastre de última hora , y sin Naika me puso de muy mal humor , pero gracias a Merlín mi novia estaba en el Castillo Rambaldi , junto a mí .

 

 

-¡Seintmontt Rambaldi! - grite regañando a mi hijo -¡¿Cómo puedes hacer semejante desastre?!- ciertamente, no podía entender, como era posible que en un par de minutos, destruyera toda su habitación y de paso rasgar toda su ropa y la de su hermana entre su juego brusco, claramente su mitad lobo me estaba sacando de quicio, más pronto de lo que esperaba.

 

 

Sophie se encontraba junto a mí, en la entrada de la habitación de los mellizos, al percatarse de mi cambio de humor, me tomo de la mano y me susurro al oído -<< Tranquila amor, son solo pequeños, tómalo con calma e intenta sonreír, es su día >>- suspire, ella tenía razón era su día, debía controlarme por esta vez.

 

 

-¿Nina?- llame a mi otra elfina, debía limpiar aquel desastre antes de que mi enojo, aumentara.

 

 

-¿Si ama?, Nina está aquí, ¿para qué quiere a Nina, la amita?- la pequeña elfina, apareció en menos de un segundo frente a mí.

 

 

-Prepara a los mellizos, cambiales la ropa y luego limpia este desastre por favor- dije seriamente y me gire para mirar a Sophie - ¿Vamos abajo? , Robb está esperándonos – Dicho esto la tome de la mano y caminamos hacia la salida- Nina, trae a los mellizos, a penas estén listos.

 

 

Bajamos hasta el vestíbulo donde Robb, no esperaba algo impaciente, claro como no estarlo, si llevabavamos más de media hora de retraso, y ahora otro poco más con la demora de los mellizos, mire a Robb y le sonreí mientras le decía que no se preocupara que ya estábamos casi listo… entre tanto justo bajaba Nina con mis hijos, así que ya era hora de marcharnos.

 

 

Tomamos las cosas necesarias y nos fuimos al lugar acordado, solo esperaba que Arya no estuviera tan furiosa por el retraso.

 

 

Al llegar al lugar, me percaté de que estaba ya lleno de invitados, comencé a ponerme nerviosa, casi nunca me pasaba eso, tome la mano de Sophie para tomar valor, esto era importante y no debía salir nada malo.

 

 

-Bien, ya llegamos, ¿entramos?- les pregunte a Robb y Sophie, quienes sonriendo afirmaron que sí, caminamos entre medio de la gente, mire muchas caras conocidas, mas no me tome el tiempo de saludarlos uno, a uno puesto que demoraría un siglo en llegar donde Arya, los mellizos por su parte se soltaron de la mano de Nina y comenzaron a correr por todos lados, en busca de juegos. Sabían perfectamente que esta fiesta era de ellos, Robb al igual que yo buscaba a su madre, por otro lado Sophie no se apartaba de mí.

 

-¡Madrina!- dije en voz alta, casi en un grito – Mil disculpas, por la demora, pero surgió un imprevisto, el cual tu ahijado tiene algo que ver – le mencione en un tono molesto.

 

@@Robb Stark @ @

[Emilia Malraux]

La joven se había perdido en el hilo de sus pensamientos olvidándose por completo que está junto a su hermano y hermana, era algo que solía pasarle a menudo y por eso ella siempre estaba distraída vagando en algún recuerdo o en algún pensamiento que requería de meditación y su subconciente no podía esperar a llegar a un lugar de paz. El prefería disparar a cualquier hora y en cualquier minuto sin precio aviso.

 

No supo en que momento unos diminutos pero cálidos brazos la llamaron con una urgencia tal qque no pudo resistirse, pues al bajar su vista pudo comprobar que aquella diminuta figura no era más que su hermanita menor o así la consideraba ella pues en realidad no tenía lazo sanguíneo que compartiera con ella.

 

-Emilia ...!- exclamó con aquella voz cantarina e infantil que la caracterizaba, Ámbar podía ser un amor cuando así lo deseaba pero también podía causar estragos con una diminuta rabieta. Aún no sabía cuantos poderes ocultaba esa diminuta niña a la cual sólo la había visto incendiar unas cuantas cosas en el Castillo de su madre adoptiva.

 

-Ámbar! Mi niña- dijo la demonio con una nota de alegría en sus ojos mientras la tomaba en brazos para abrazarla y jugar con el globo que ella traía en sus manitas. - pero que grande estas nena, dentro de poco serás más grande que yo - le dedico una sonrisa al ver que la niña la miraba con aquellos ojos llenos de alegría dignos de un infante.

 

No había pasado mucho que tenía a ámbar en sus brazos cuando su madre hizo su tardía pero elegante aparición, espero pacientemente a que ella saludara a sus invitados y se acercó hasta ella con Ámbar tomada de la mano ya que allí también estaba Arya.

 

-pero que guapa mama - susurro cerca de ella casi mantandola del susto, mientras le dedicaba dos besos en las mejillas y le sonreía luego a Arya, mientras Ámbar jugaba aún tomada de su mano al globo -cada día está más hermosa -le dedico una sonrisa a su madre adoptiva y con una disculpa de Alejo para buscar a sus queridos terremotos.

Editado 27 de Septiembre del 2015 por Emilia Malraux

[Arya Macnair]

Arya saludaba invitado tras invitado aunque no los conociera, observaba las manecillas del reloj moverse y volvía la mirada en dirección a la puerta, ¿Dónde estaba?. Negó instintivamente con la cabeza chasqueando la lengua, no había forma de poner a aquella muchacha en regla; los tentempié se habían acabado hacía media hora y los empleados tuvieron que reemplazar cada plato por uno repleto, la música aburría y las luces comenzaban a molestar, los hielos en las bebidas se habían vuelto agua y los pocos niños que corrían entre sus piernas ya fastidiaban a los adultos. Pero cuando todo parecía perdido oyó su gloriosa voz.

 

—¡Kyttara!

 

Gritó cuanto los pulmones se lo permitieron enmarcando una enorme sonrisa de oreja a oreja. Caminó hasta ella haciendo resonar sus zapatos de tacón y estrechándola entre sus brazos al tiempo que se hacía a un lado antes de ser arrasada por los mellizos torbellino. —Temía que ya no vinieras a TU propia fiesta de bautizo— reprochó con mirada severa, deshaciendo la sonrisa y acusándola con el dedo. Pronto Emilia se les había unido y Ámbar se hallaba prendida cual garrapata a la pierna de su hermana, —Ya veo que ésta pequeño monstruo encontró compañera de travesuras— comentó alzando una ceja, —Emilia, te ruego, nada de fuego aquí— y dicho ésto se volvió hacia su ahijada.

 

—Espero que todo sea de tu agrado— Expresó y la abrazó una vez más besando su cabello, —Uff, te echaba mucho de menos pequeña mía— confesó casi en un susurro, comenzaba a ponerse grande y melancólica.

 

Luego buscó a Seintmontt con la mirada y cuando dio con él, el pequeño se aferraba a un mantel para jalar de él y tirar absolutamente todo lo que la mesa albergaba en su base. —Alto ahí vaquero— musitó tomándolo por debajo de los brazos y logrando que soltara el mantel al asustarse cuando sus pequeños pies dejaron de estar en contacto con el suelo. Rápidamente lo volteó y le llenó el rostro de besos mientras éste se retorcía y se negaba al amor de su madrina tal y cual lo había hecho su propia madre unos cuantos años atrás.

 

—La madrina tiene un obsequio para ti— le susurro caminando hasta donde estaba Kyttara y dejando al pequeño diablo junto a su madre. Buscó a tientas su varita y tras varias florituras hizo aparecer una caja del tamaño de Seintmontt; emocionado el niño daba brincos en el lugar y aplaudía, tenía los ojos abiertos de par en par, aquello era un verdadero espectáculo para Arya, ni siquiera su hija festejaba cada uno de los regalos que le había hecho de aquella manera.

 

Arrodillándose en el suelo le quitó la tapa a la caja y miró a la Gryffindor desde donde estaba, —Es inofensivo— se defendió antes de que la mujer pudiera decir nada, y metiendo sus manos extrajo un pequeño cachorro de Lobo, solo que éste no era un huargo como Siberia, pocos había, más todos estaban en el Norte y solo los Stark podían sentirse honrados de compartir alma corazón y vida con semejante criatura.

 

—Será tu amigo si quieres, y te acompañará siempre. Si algún día algo sucede, él traerá a la madrina contigo, ¿Vale?— Despeinó al muchacho y dejó al cachorro ante sus pies para estudiar su reacción. El pequeño cuadrúpedo tenía un collar púrpura al cuello, bajo un espeso pelaje negro como la noche, de éste pendía una gema que transportaría a Arya a cualquier sitio en el mundo de solo sentir que su ahijado estaba en peligro. Además, la ternura radicaba en la única mancha blanca que tenía en el ojo izquierdo, uno verde y el otro azul cielo.

 

@KyttaraBlackPerduts @@Emilia Malraux

[Lestat Rambaldi]

Aquello tenia que ser una sorpreza, aunque ella pensara de que su padrino no la queria, todo tenia que parecer un gran momento para aquela joven damita que tanto queria, lestat, el caballero myrddin habia estado ausente durante mucho tiempo y este no seria un momento como aquellos en los cuales el habia estado por fuera.

 

Enterarse de aquel bautizo era lo de menos, en el mundo magico y el cielo no habia secretos, todo se sabia, y que mas que los compañeros para darle la información que mas necesitaba...

Aquella tarde el castaño se habia puesto aquella tunica azul cielo, que hacia juego con sus ojos color del mar, su vestimenta aunque sensilla lo hacia ver como aquel principe azul que se encontraba fiero a conseguir su caballo, para cabalgar hasta su dulse destino. ya preparado y con la caja de regalos bajo el braso tomó su escoba.

 

el vuelo hacia el callejón seria rapido y sin contratiempos, tomó su vaita que la escondió bajo su manga y tomando el mango de su escoba voló hacia el lugar....

 

llegó rapido, el viento habia movido un poco sus risos que se encontraban ahora en un pequeño desbarajuste sobre su cabeza, y luego de un momento al tocar tierra con su mano derecha los acomodó para ponerlos en su justo lugar...

 

Caminó hasta donde se encontraba la reunión de invitados y sin mas buscó con la mirada a su pequeña niña Kyttara.

 

- Pequeña mia, ¿pensabas que no llegaria a tan importante evento?- Sonrió ampliamente al verla desde lejos y la llamó con su mano para que viera que habia llegado...

[Lyra Katara Selwyn]

Lyra Katara Selwyn.

En otro día diferente al bautizo, con Evelyn en las oficinas.

 

-Nunca te pregunté que pasó con los empleados de Criaturas Mágicas, Evelyn. Nunca revisaron, ¿verdad?- Miré con curiosidad a mi empleada.

 

-No, Katara. Recuerdo que ese día mencionaron algo sobre tomar las medidas adecuadas, pero aunque se que les expliqué que necesitaban, nunca atendieron el local. Solamente dieron media vuelta y se fueron.

 

-Tampoco fueron al otro negocio, Evelyn, no te preocupes. ¿Sabes? Tengo estos dos anillos y este colgante maravillosos, pero sobre todo este anillo que me ayudará a detectar más fácilmente las plagas. Tengo muchas ganas de usarlo.- Sonrei mientras veia los anillos que venían con el libro.

 

No era que antes no pudiera deectar a las plagas solas, tenía el conocimiento apropiado, pero el anillo incrementaba los poderes. Me acordé que debía algo más, mientras alisaba las arrugas imaginarias de mi falda azul claro. Usaba una playera de mangas cortas del mismo color la cual dejaba ver en mi antebrazo izquierdo el tatuaje de un gato persa blanco, mismo que tenía movimiento. Sin embargo, si había muggles cerca este no se movía.

 

-Recuerda que le mande a Arya un regalo de agradecimiento por organizar el bautillo en el local.- De acuerdo, Katara.

 

Con los anillos en la mano y el colgante puesto, empezamos a revisar en la oficina, acompañada obviamente de mi varita. El monedero de piel de moke estaba bien guardado en un compartimiento secreto de uno de los cajones del escritorio.

[Rory Despard]

Era la segunda vez que pisaba Ranas Lunares, aunque las razones que me traían esta vez no podían ser más distintas. Hace unas cuantas semanas estaba allí para celebrar un bautizo, y ahora venía básicamente por trabajo.

 

Y es que, algo aburrida en la oficina de Criaturas se me había dado por ayudar a Zamira a archivar algunas viejas solicitudes hechas al departamento. Fue entonces cuando en medio de una ruma especialmente pesada, un expediente cayó en medio. Luego de colocar en el archivador todo el resto de files, me animé a recoger aquel empolvado folder, en cuyo interior encontré una inconclusa inspección por el tema de plagas.

 

Y era esa solicitud la que finalmente me había traído de vuelta a Ranas Lunares.

 

Acomodándome la chaqueta negra y echando atrás los molestos mechones pelirojos que rebeldes se empeñaban en cubrirme el rostro, ingresé al local, tratando de hacer el menor ruido posible, algo que conseguí gracias al uso de zapatillas y no zapatos de tacón, que siempre me resultaban un incordio. Dentro, la quietud del lugar me sorprendió pues esperaba encontrar el local mucho más concurrido.

 

Sin saber bien a quien poder acudir, me acerqué al mostrador donde una joven empleada estaba atendiendo, y mostrándole mi credencial de empleada ministerial procedí a presentarme.

 

- Soy Bel Evans McGonagall, vengo como representante del Departamento de Control y Regulación de Criaturas Mágicas. Tengo entendido que aquí solicitaron una inspección que lamentablemente no pudimos llevar a cabo ¿todavía requieren de nuestros servicios? Sea o no sea ese el caso, agradecería mucho me pudiera poner en contacto con la dueña del local, para ofrecerle mis mayores disculpas por el retraso en cumplir su solicitud.

 

[Lyra Katara Selwyn]

Lyra Katara Selwyn

Estaba en una mesa cercana al mostrador donde se encontraban Evelyn y Frank. No me gustaba estar tanto tiempo sola en la oficina cuando iba y como estaba todo tranquilo en es momento, había decidido quedarme ahi, leyendo un poco mientras contemplaba como corrían las ranas dibujadas en las paredes.

 

Por ese motivo había alcanzado a escuchar a Bel, así que me levante dejando el libro en la mesa segura de que Evelyn y Franklin lo vigilarian. Llevaba ropa cómoda, tennis, pantalón de mezclilla y una playera de mangas cortas azul marino. No me gustaba usar las mangas largar aunque hiciera frío, a menos que fuera en un sweter o chamarra.

 

-¿Bel? Yo la atiendo, Evelyn, muchas gracias. No se si me recuerdes, creo que te atendí con la inscripción del grupo en el festival del Rock in Ottery.- Comenté, no me gustaba usar esa referencia que traía malos recuerdos.-Soy Lyra Katara Selwyn, la dueña del lugar, ¿en que puedo ayudarte?

 

Me quede pensativa, ¿dónde más la había visto? Si no me equivocaba, en el Magic Mall mientras los empleados la atendían.

 

-Te he visto también en el Magic Mall. Perdona que te tutee, pero es como si ya te hubiera tratado de más tiempo, a lo mejor con la cantidad de veces que te ido aver.- Bromeé.-¿Gustas tomar asiento? Así me dices para que me buscabas.

 

Señale una de las mesas en la primera planta. Normalmente los recibía en la oficina para los asuntos formales pero esperaba que no le importara ser atendida ahi. De todas formas, el local estaba tranquilo, así que no nos interrumpirían.

 

@

[Rory Despard]

Con @

 

La espera resultó increíblemente corta. Apenas había terminado de presentarme en el mostrador, cuando dejando un voluminoso libro que reconocí como de los que el Magic Mall vendía, se dejó ver la dueña de la tienda, nada menos que la conocida Lyra Katara Selwyn.

 

Me sorprendí que pese al tiempo transcurrido pudiera recordarme tan bien. Sonreí con la anécdota del festival (en el que por todos los incidentes ocurridos no había podido ni siquiera presentarme con mi banda) y luego cuando escuché eso de que me había visto "muchas veces" en el Magic Mall, no pude evitar sentir algo de vergüenza recordando lo compulsiva que había estado con las compras tras la reapertura de dicho establecimiento.

 

Asentí a su ofrecimiento y me senté a la mesa que ella me señalaba. Era increíble la serenidad con que aquella mujer se conducía, como si conociera ya todo lo que la vida tenía para dar. Y sin embargo, en ese traje tan informal si tenía muchos años encima no era capaz de notársele, y se veía incluso más joven que yo.

 

Respiré hondo para botar los nervios

 

- Pues verá estimada señorita Lyra, venía fundamentalmente por asuntos laborales. Tengo entendido que hace unos meses solicitó al departamento para el que trabajo- le extendí mi credencial- una visita por el tema de control de plagas. Por muy diversas razones el trabajo no pudo completarse, así que estoy aquí para finalizar ese trabajo, aunque si ya resolvió por otros medios el problema que la aquejaba, sirve mi visita para extenderle las disculpas del caso a nombre de todo el departamento.

 

Levántandome de la silla hice una ligera reverencia hacia ella, al estilo que mis padres muggles me habían enseñado, y luego volví a tomar asiento.

 

- Igual y la verdad que tiene usted un local muy bonito- observé el rítmico paso de las ranas en las paredes que casi hechizaba- así que no me imagino que clase de plaga podría haberla estado molestando.

 

Katara Selwyn ¿no tenía ella alguna clase de lazo con Kutsy, Eliah y con Cillian? todos compañeros míos, dos de ellos definitivamente cercanos. Mientras escuchaba sus respuestas me parecía estar viendo en algunos de sus gestos a mis mismísimos compañeros, y aquella comprobación me dejaba con una sonrisa tonta en la cara y la duda si otros no encontrarían en mis hijas también gestos míos.