๑Moco de Troll๑ (MM)

[Alba Ryddleturn]

Por fin ya había acabado de dejar las cosas en su lugar de forma desordenada, claro. Tomó la varita (que no era la suya) y se incorporó lentamente. Iba a ir a tomar más cosas para ver que tal funcionaban, pero escucho algo. ¿Comida? ¿Habían dicho comida? Su estómago rugió, llevándose una mano a este recordó que no había comido nada desde hacía horas, por lo que comer algo en ese instante le vendría perfecto.

 

Empezó a caminar hacia donde había escuchado el llamado, y también guiada por su olfato. Llegó al fin a donde aquel raro olor la guiaba, y ahí estaba la bruja que había visto minutos antes con un paquete de maíz.

 

– Tú de nuevo – le decía a la bruja, pero sin tomarle mucha importancia a ella, sino más bien fijándose en el paquete que tenía en sus manos. Comenzó a comer como si no lo hubiese hecho hace mucho tiempo. Se llegó atorar por lo que tomó un frasco vacío que encontró cerca, y apuntándolo con “su varita” dijo – aguamenti – pero nada paso – aguamenti – nada - ¡aguamenti! – pero seguía sin salir nada de la varita. Comenzó a agitarla como si eso la fuese arreglar.

 

Tenía la garganta seca por lo que necesitaba tomar agua con urgencia, porque así lo pedía su cuerpo. Miró buscando donde conseguirla, y ahí vio varios frascos con líquidos, diferentes líquidos. Decidió tomar uno, lo bebió, no fue suficiente así que tomo otro, hasta llegar a tomar 4 seguidos, todos diferentes.

 

No llegó a tomar la quinta porque no pudo. Su cuerpo comenzó a flaquear, soltó la varita, tomó su cabeza. Intentó agarrarse de los estantes que tenía a los lados pero no pudo. Cayó al piso comenzando a convulsionar, por su boca salía espuma. Todo por haber tomado diferentes pociones tan seguido que su cuerpo no aguanto.

 

 

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[Leslie Ann Linmer PB]

-Si yo- gruño.

 

Pero apenas le dio tiempo para comentar u observar mejor a la muchacha que se abalanzó por la caja. Un silbido bajo salió de sus labios al ver el hambre voraz de la muchacha.

 

Pero lo que llamó su atención era la varita que tenía en sus manos, le resultaba extrañamente familiar solo que no recorbada de donde, se froto la barbilla mientras observaba como trataba de aparecer un poco de agua pero no pasó nada.

 

Chasqueo los dedos al recordar que eran las varitas falsas que vendían pero al ver como la bruja bebia varias pociones de todo tipo y desplomarse sobre el suelo su cabeza comenzó a trabajar como sanadora.

 

-Acaso no pudiste preguntarme si tenía agua- bramo molesta.

 

Se agachó un poco incómoda con su prominente vientre pero solo se limitó a sacar la varita y con algunos movimientos de su muñeca conjuro varios hechizos que lograron estabilizar a la mujer y sacarle de su sistema lo que había ingerido lo de todo el día.

 

Al parecer el estado de ebriedad había ocasionado la intoxicación pero las pociones solo lograron darle un color extraño a la espuma que salía de su boca.

 

-Uff, estuvo cerca- susurro poniéndose de pié, corrió al sótano donde tomó unas mantas y volvió al primer piso para tapar a la muchacha.

 

No podía dejarla ir a su casa o al hospital porque obviamente le preguntarán que paso y toda la responsabilidad seria suya, su corazón se aceleró a causa de eso, sacudió esa idea de su cabeza y dejo que la nuchacha descansara un poco mientras preparaba algo de tomar y un poco de comida, ya que lo más seguro era que tuviera hambre, sed y las jaqueca después de la bebida.

 

@@Alba Ryddleturn

[Alba Ryddleturn]

Abrió los ojos y se sentó rápidamente, pero se mareó por lo que tuvo que volver a recostarse. Con sus ojos apretados y tomándose la cabeza por la manera en que le dolía, poco a poco fue dándose cuenta en qué situación se encontraba; estaba en el suelo tapada ¿Cómo es que llegó ahí? Luego abriendo los ojos, que a la primera veía un tanto nublado y movido todo, pudo observar el lugar. No era muy familiar que recordará, estaba lleno de estantes, pociones, un tanto desordenado, y ahí vino a su mente la escena que había hecho.

 

Bien recordaba a la chica embarazada, su rostro no mucho ni tampoco su nombre, ni siquiera sabía si le había dicho su nombre, pero recuerdo cuanto había tomado y como llegó hasta ahí. Seguro se había desmayado por el alcohol, pero no le calzaba del todo aquello porque no recordaba haber tomado tanto como para llegar a quedar inconsciente. Vino a su mente las palomitas de maíz, y hasta ahí no recuerda más.

 

Se quedó recostada, moviendo los labios, tenía sed. Tocó se pantalón, al menos su varita seguía ahí, no estaba desarmada, por lo que la chica que la había ayudado no era su enemigo, que si lo fuera, no la hubiese dejado recostada y tapada, además de sola en su local.

 

Esperaría tranquila mientras la chica llegaba, no tenía muchas ganas de levantarse de ahí aun, su cabeza todavía daba vueltas. Quizás cuanto tiempo estuvo ahí inconsciente.

 

 

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[Yara Sarahi]

¿Cuánto tiempo había pasado desde entonces? ¿Cómo estarían todos? Habría sido un año, o tal vez un poco más, en esos momentos no esta tan segura, lo único importante era que había regresado después de haberse ido sin decir una sola palabra y se arrepentía de sobre manera, pero la cuestión que en ese momento asechaba a pelinegra era ¿Cómo dar la cara a su familia?

 

Mientras caminaba por las atestadas calles de Ottery buscaba la manera de pararse frente a su familia, lo peor del asunto era que no sabía que les diría en cuanto estuviera en el castillo, eso era lo más difícil de toda la situación, seguramente se molestarían por su falta de tacto y después le cuestionarían el porqué de su partida.

 

Ella no sabía cómo afrontar la situación que con cada paso que daba la asustaba más. Tenía que encontrar la manera de hacerlo sin que nadie se molestara o por lo menos encontrar la manera de controlar las lagrimas que se comenzaban a acumular en sus ojos.

 

Sacudió suavemente la cabeza intentando deshacerse de aquellos pensamientos, y mientras hacía eso lo recordó, recordó perfectamente aquel local colorido al que había ido una vez en su estancia en Ottery. En ese momento tuvo una idea, era más complicada, pero estaba segura que si visitaba primero a aquella persona se sentiría más preparada para lo que viniera después.

 

Fue entonces cuando comenzó a avanzar rápidamente por las calles chocando con cuanta persona se encontraba por el camino, pero ella ni siquiera se detenía a disculparse, lo único que tenía en mente era que con cada paso se acercaba más al negocio, minutos después y casi sin aliento llego a aquel negocio tan colorido que había conocido antes.

 

Frente a ella estaba el pequeño lugar de paredes amarillas, techo colorido y una gran puerta celeste, comenzó a avanzar hacia la puerta principal y sus nervios comenzaron a crecer, una vez frente a la puerta se detuvo y contemplo durante unos segundos. “Travesura realizada” las palabras salieron de su boca casi como un susurro, pero al parecer había funcionado pues la puerta se abrió dando paso al interior repleto de gente.

 

Sin perder tiempo entro y comenzó a buscar con la mirada a la persona que necesitaba, tenía que encontrar a su abuela, quería abrazarla una vez más, la había extrañado durante todo el tiempo que estuvo fuera, quería que su abuela le dijera las palabras que tanto necesitaba escuchar.

 

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[Leslie Ann Linmer PB]

En la pequeña cocina del local no entraba ni un alma más, además de los dos fantasmas que se encontraban sobre las dos únicas seres vivos del lugar burlándose de lo apretada que estaban, Alessandra estaba cortando unos sándwich de miga mientras dejaba calentar el café cuando el cuchillo se resbaló y golpeo a su elfina.

 

-Ama- la regaño Mar que se sobaba la cabeza dónde la golpeó.

 

-Perdón- chillo la embarazada conteniendo la risa.

 

La Rambaldi escuchaba perfectamente las risas de sus gemelos fantasmales ante la incomodidad de la elfina frente al vientre de la embarazada. Al cabo de varios minutos cuando logró pasar el café, después de volcar un poco a la pobre elfina, logró preparar dos grandes tazas de café bien cargados.

 

Al salir de la cocina colocó la bandeja sobre la mesada justo cuando las puertas del local se abrían, la boca de la rubia se abrió y cerró varias veces sin encontrar palabras al ver a su nieta frente suyo.

 

-Yara- susurro y corrió a abrazar a la niña -se puede saber dónde te habías metido?- después del abrazó la tomó de los hombros para mirarla y ver que realmente era ella.

 

-Nos has disgustado a todos-le recriminó su marcha.

 

Su hijo y su nieta también se habían marchado, kyle termino muy triste por la separación con Elizabeth y más cuando supo que había atacado a su propia hija Carlie.

 

@@Yara Sarahi

@@Alba Ryddleturn

[Yara Sarahi]

No supo cuanto estuvo buscando a su abuela, pero unos brazos la sorprendieron y para cuando se dio cuenta su abuela la miraba a los ojos mientras le hacía preguntas. Ella sabía que había disgustado a su familia y sobre todo a su padre, su madre y a su abuela, pero estaba asustada asi que no pudo responderle a la mujer.

 

Sin avisar las lagrimas que tanto había retenido comenzaron a resbalar por sus mejillas, abrazo a su abuela sin dejar de llorar. Estaba asustada y se odiaba a ella misma por haberle hecho aquello a su familia, pero no tenía ninguna excusa.

 

-Lo siento- susurro entrecortadamente- De verdad… lo siento… tanto- las lagrimas no dejaban de salir de sus ojos y el nudo que tenida en la garganta no la dejo continuar hablando.

 

Sabía que su abuela estaba enojada con ella, pero por un momento quería olvidarse de aquello y simplemente quedarse entre aquellos brazos que la hacían sentir segura y protegida, sin duda había extrañado aquella sensación, pero ahora tenía que explicar el porqué de su partida y ella no sabía que decir.

 

-Lo siento tanto de verdad- dijo mientras se separaba lentamente de la mujer- Intente… lo intente- la chica no sabía cómo explicar las cosas, asi que simplemente decir lo primero que pensaba- Pero… yo… no… de verdad lo siento- intentaba desesperadamente parar las lagrimas pero por más que frotaba sus ojos estas no se detenían- Seguro que ahora me odias ¿verdad abuela?- aquellas palabras salieron como un sutil susurro.

 

Se tapo la cara con las manos, odiaba que la vieran de aquella manera, tan frágil tan vulnerable, tan ella, sabía que su estado era terrible y se veía aun peor, pero ya no lo podía soportar. Tenía que ser fuerte y darle una buena explicación a su abuela, pero como siempre sus ideas era un tornado y sus emociones estaban a punto de explotar, ella ya no sabía que hacer.

 

Tener frente e ella a la mujer a la que más confianza le tenía era una ventaja pero también una desventaja, la había decepcionado y eso nadie lo cambiaria, ni siquiera el tiempo.

 

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[Leslie Ann Linmer PB]

-¿Odiarte?- aquéllo descoloco completamente a la Delacour que apretó más a su nieta contra su pecho.

 

Jamás había odiado a nadie y menos a su familia, hijos, nietos, padres siempre se iban un tiempo del mundo mágico para despejarse con la vista del mundo muggle que les prometía paz. Pero odiar sin duda no, y menos a su pequeña nieta.

 

-Cariño nunca te odiaria aunque te fueras por siglos- le beso la coronilla para calmarla.

 

Sin decir nada Yara se había alejado de ella para cubrise el rostro, Alessandra se acercó a la niña para sacarle las manos del rostro que la cubría.

 

-Yara, Yara Merlín, cariño calma- le pidió abrazandola -tranquila cielo, no pasa nada mira ven vamos a tomar algo- le dijo llevándola a dónde dejó la charola con ambos cafés.

 

-Toma bebe algo- le dijo tendiendole la taza -cuando estés más calmada me dices dónde estabas- le beso la frente y le tendió también varios trozos de torta de chocolate.

 

@@Yara Sarahi

[Yara Sarahi]

Cuando Yara escucho aquellas palabras se sintió aliviada, la calma se apodero de su cuerpo y sin protestar se dejo conducir por su abuela que poco después le tendió una humeante taza de café y algunos trozos de torta de chocolate. La chica vio todo aquello y le sonrió dulcemente a su abuela mientras tomaba la taza de café y dejaba que esta calentara suavemente las palmas de sus manos.

 

-Gracias abuela- la chica sabia que ahora venia la parte más difícil de todo- ¿Cómo están mis padres y mis hermanos?- durante todo ese tiempo se había preocupado por su familia, aparte de que era un buen tema para evadir la razón de por que se fue- La última vez que vi a mis padres estaban a punto de casarse- miraba directamente el liquido negro dentro de la taza mientras hablaba.

 

Recordaba que sus padres le habían anunciado su compromiso, pero después de eso lla se marcho y no supo nada de lo que sucedió, no sabía se habían casado y tampoco sabía dónde estaban en ese momento.

 

-Quería ir al castillo para encontrarme con ellos, pero el miedo pudo más y mejor decidí venir primero contigo- la joven alzo la mirada y la poso en su abuela mientras sonreía, sin duda se veía igual de hermosa, asi que supuso que no había sido tanto tiempo o por lo menos eso era lo que ella quería pensar- Pensé que si te veía a ti primero, tendría un poco mas de valor para ver a mis padres- y no lo decía solo por decirlo, pues las dulces palabras de su abuela le habían infundido valor, pues la joven se dio cuenta de que siempre contaría con ella.

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[Alexander Fox]

Estaba realmente emocionado, había estado varios días en casa sin saber que hacer, él era una persona que por lo menos salía y se perdía en la calle, conociendo y averiguando lugares nuevos, por lo que se había sentido atrapado, y es que había estado un poco indeciso a salir, ya que su lechuza había estado un poco enferma por lo que había estado cuidando, ahora, ya se encontraba bien, por lo que deseaba salir a conocer otros lugares. En ese rato un familiar le comunicó de un lugar llamado "Moco de troll" de por si el lugar tenía un nombre que lo hacía sentir curiosidad.

 

-An si ya estás bien, puedes llevar esta carta - le pidió con gentileza, la ave con mucha más energía que él esperaba la tomó y se dirigió a la casa de esa pequeña señorita que tanto aprecio le tenía, era su sobrina, aunque no le conocía mucho todavía, le tenía cariño, había conectado bastante con la joven, aunque no sabía si él realmente le caía bien a ella, por lo mismo decidió invitarla a esa salida a un sitio tan peculiar.

 

Hola sobrina.

 

Espero que estés muy bien, aquí mando a mi pequeña lechuza para invitarte hoy a una salida de aventura, un lugar conocido como "Moco de troll" no lo conozco, pero escuché que es un lugar de broma, quizás podamos comprar algunas cosas para travesuras, ojala aceptes a venir conmigo. Te estaré esperando en frente de la tienda.

 

Alexander Fox

Su ave voló a gran velocidad por lo que él salió también acomodándose con una chaqueta y Jeans negros, una franela blanca, estaba decente, todavía no podía decir si iba bien, pero por lo menos si presentable, "acomodó" su cabellera roja y partió de inmediato al lugar, un poco ansioso de conocer lo que podría conseguirse en ese lugar.

 

Llegó entusiasmado, pero se quedó impactado al ver el frente "lugar curioso" era lo que albergaba su cabeza era muy encantador, pero parecía que tenía un truco para entrar, recordándole la misma tienda de su madre, que para entrar debía colocarse en un columpio, por ahora se quedaría admirando el lugar a espera de su joven compañera.

 

@Kiky

[Kiky]

La mañana de la joven paso sin contratiempos, tan tranquila e impasible que le causo un gran aburrimiento, pero es que no podía hacer nada, últimamente su madre estaba ocupada y no podía molestarla con sus asuntos de manera egoísta, por lo que opto pasar el día encerrada en su habitación, esperando a que la noche callera para poder dormir.

 

Tomo un libro de su estantería, pensando que eso podría ser la solución, pero estaba muy equivocada, asi que si pensarlo cerro el libro y lo dejo sobre la mesita de noche mientras se acostaba sobre su cama, tal vez si dormía un poco, cuando despertara su ánimo se encontrara mejor, asi que cerro os ojos, pero un sonio la sobresalto.

 

Al buscar la causa de que aquel sonido, se dio cuenta de que provenía de la ventana, asi que se acerco para encontrarse con una lechuza que al parecer llevaba una carta, sin demorar mucho la joven abrió la ventana dejando a la lechuza entrar. El ave se poso sobre la cama, mientras la joven tomaba la nota.

 

-Lo siento amiguita, pero no tengo nada que darte, será la próxima vez, lo prometo- mientras acariciaba el suave plumaje del ave comenzó a leer la carta.

 

“Alexander Fox” la joven se puso de pie de un salto, si mal no recordaba aquel era el nombre de su tío, repentinamente una sonrisa se dibujo en sus labios, y pensar que hace unos minutos atrás la mejor forma de pasar el día era durmiendo. Rápidamente se dirigió a su armario y tomo una camisa azul para ponérsela sobre la blusa blanca. Dejo abierta la ventana para que la lechuza saliera una vez descansara.

 

No paso mucho tiempo para que la pelirroja llagara a las abarrotadas calles de Ottery, sin duda ese lugar rebosaba de vida y buen ambiente, la gran cantidad de personas hacia casi imposible el caminar por las aceras sin chocar contra alguien, cada algunos minutos la joven tenia que detenerse para disculparse, pero eso a ella no le importaba mucho, pues estaba más concentrada en encontrar el local en el que había sido citada.

 

Miraba los letreros uno por uno encontrándose con todo tipo, algunos grandes otros pequeños pero con su encanto, a lo lejos visualizo por fin lo que tanto buscaba “Moco de Troll”, corrió sin fijarse en el camino, una vez estuvo más cerca logro ver que había alguien parado frente al local asi comenzó a detenerse.

 

-¿Tío Alexander?- había un tono de duda en sus palabras pues la chica nunca lo había visto en persona, asi que mantuvo u poco la distancia esperando a que él le respondiera.

 

@@Alexander Fox