๑Moco de Troll๑ (MM)

[Jank Dayne]

- La madre.. - susurró - ¡Ardius Strellatus! - conjuró al final, bastante fuerte.

Conjuró rápidamente. Al instante, un flash mágico invadió la sala y afectó los ojos de Agatha, Leah, Hades y Zack al instante, causándoles una grave infección en éstos y haciéndoles perder la vista completamente. Aquello, aunque lo sabía, no representaba ninguna ventaja, pero aún así tendría que ingeniárselas para idear una táctica convincente. El Aqueora de Lestat le había caído encima como anillo al dedo, puesto que le sanó parcipalmente de las heridas causadas por el fuego maldito mortis realizado por Zack. Hank, por su parte, ya más relajado, enderezó su columna hasta hacerla sonar como un martillo contra una clavo rebelde. Por eso volvió a aplicarse otro "Episkey" pensante para terminar de sanar las heridas del Fuego Maldito Mortis, y su cuerpo bajó unos cuantos kilos (?) de tensión pura y dolor. Ya estaba realmente compuesto. Y entonces, una confusión le invadió la cabeza producto del encanto realizado por Hades, aunque él no lo supiera.

- Hija de una mortífaga y rescatada por ellos - miró el cuerpo de Cirse, con asco - creo que ya tenemos suficientes pruebas, ahí tienes. Y llegaron tarde para ti..

Al parecer, todos excepto su propia madre habían ignorado su presencia.

[Arya Macnair]

—Morphos

 

Musitó apuntando a su zapato izquierdo, éste se convirtió en un Bezoar, el cual tomó con rapidez, apresurándose, con el zapato derecho a machacar a la viuda negra que le había picado antes de que ésta lograse escapar y pudiera envenenar a alguien más. Sin pensarlo dos veces, tragó el bezoar para poder eliminar la ponzoña de su organismo a tiempo, realmente no le había visto venir, pero era mejor prevenir antes que caer en el sueño muerta por un paro cardíaco, más tarde se lo agradecería a la dueña del arácnido, ¿Es que le había afectado que atacasen a Cirse?, ¿se habría metido con una prima, una hermana, una hija quizás?, sospechaba que había dado en el blanco y una cínica sonrisa se dibujó en sus labios, gracias a su luz nada se vio, y ella mantuvo sus oscuros pensamientos a raya.

 

—Episkey— Tras ésto, las heridas del Fuego Maldito de Leah estaban por completo sanas, más aun faltaba. En ese momento, un cerbero en llamas se dirigía a ella e impactaba de lleno en su costado izquierdo. Más curaciones

 

—Episkey— Pensó por enésima vez casi, ya ni los contaba, y las heridas del fuego maldito de Zack mejoraron, un Ángel Caído, vaya cosa, nunca había sido atacada por uno en verdad, se sentía extrañamente divertida. Solo un poco más.

[Lestat Rambaldi]

Se reproducian como cucarachas, o eso le parecio a lestat pues de un segundo para el otro comenzaron a salir como cuando quitas un mueble infectado y salen corriendo una de tras de la otra.

Pero tenia que mantener la calma aunque ellos eran menos en numero sabia que podían lograr al menos salir de esta, por lo menos tenia la satisfacción de haber logrado acabar con dos en aquella noche.

Mientras pensaba otro fuego maldito lanzado por hades me daba en un costado senti un ardor inmenso, como vampiro el miedo mas grande era al del fuego.

 

—Aqueora—Dije nuevamente ya que el anterior se había desvanecido luego de curarme del primer ataque lanzado por zack,ahora el segundo me curaba el costado de ememergencia por el de hades.

 

—Episkey— dije nuevamente y terminaba de curarme del primer impacto por completo. la verdad habian atacado con todo pero aun no acababan con aquel viejo mago, no podrian acabar con el castaño legionario tan facilmente.

[Jank Dayne]

- Corpus Patronus - exclamó, pasando el brazo por encima de su cabeza. Cientos de hilos plateados formaron a un hermoso fénix plateado que se posicionó sobre su hombro derecho.

- ¡Aqueora! - conjuró animadamente después, haciendo que una masa de agua transparente le cubriera de pies a cabeza y por todos los flancos. No tenía heridas qué curar, pero el encanto lo protegería lo suficiente para relajar sus músculos durante un gran rato. En aquellos tiempos, el pobre jovencito había sido víctima de tantos hechizos que su locura temprana se convertía de a poco en paranoia.. Y eso que tan solo aparentaba tener catorce cortos años. ¿Cómo podían ser tan crueles.. ? Hank se preguntó por primera vez de quién era el negocio después de todo. Tendría que pagar los daños, para rematar..

- Morphos - dijo de último, haciendo que la puerta del Moco de Troll se convirtiera en una raña viuda negra que pasaría a sus órdenes. Estaría, entre otras cosas, atenta a las de su creador, camuflajeándose entre los palos ya destruídos del mostrador principal del negocio, a la expectativa de las ordenes de su amo. Posiblemente se pasaría disimuladamente entre las personas e inyectaría su mortal veneno en alguna pierna, pero todo dependía de lo que viera Hank. Habían muchas cosas por hacer todavía, y seguramente se le irían ocurriendo, o eso esperaba..

[Arya Macnair]

—Episkey— Volvió a pensar, éste era el tercero y final para sanar as heridas del Fuego Maldito que Zack le envió momentos atrás. El alivio llegó a ella como un balde de agua helada en pleno desierto, se sintió mucho mejor, incluso ya podía respirar, pero algo llamó su atención, no podía hablar, ¿Qué estaba pasando?, su sonrisa de instantes atrás desapareció, así como la rapidez que portaba su varita, más el poder y la adrenalina siguieron allí, persistentes, al parecer, ahora era considera una grata amenaza para los Mortífagos, y eso, muy lejos de molestarle u asustarla, le hacía sentir viva, al fin ellos veían más allá de sus narices, siempre había estado ahí, hostigándolos desde las sombras, o tras el cobijo de algún Alto Rango, aprendiendo, perfeccionando la técnica, hasta lograr ser lo que ahora era, un problema para ellos, una piedra en su zapato, la pelirroja más molesta de todo Ottery, de todo Lóndres, que va, de todo el Mundo Mágico, y eso comenzaba a gustarle. Volvió a sonreír.

 

—Episkey— pensó, para sanar el Fuego Maldito que Hades le había enviado, era apresurarse o morir. aun le faltaba otro poco, su dolor le indicaba que había sido otro Ángel caído.

[Hades Ragnarok]

Una tétrica cancioncita comenzó a sonar en su cabeza. Su mantra infantil ya había comenzado a repetirse una y otra y otra vez. Su vida podría correr peligro pero no importaba en lo más mínimo. Allí, en aquella batalla podía morir en cualquier momento y en cualquier circunstancia. Rió bajo aquella mascara mortifaga. Lo único que le molestaría es que fuera Leafa, su mortal enemiga y némesis quien reclamara su vida y la victoria. Sin embargo los fuegos negros que habia conjurado seguian en lo alto creciendo cada vez mas

 

-¡Absorvere!- dijo claramente. La victima de aquel absorvere eran las manos donde Arya, hank, lestat tenían sostenidas las varitas, más específicamente a las falanges que permitían el agarre de ellas. Se romperían y no podría agarrarlas más.

 

Un peculiar destello apareció en los negros orbes del Ángel Caído. Sentía aquella filosa Katana entre sus manos enguantadas, sin perder tiempo la estaba moviendo de forma ágil y precisa <<¡Proyectar Corte de Katana!>> pensó simplemente el Ragnarok. Dibujo una mueca divertida mientras pasaba la lengua por los filosos y ponzoñosos colmillos al ver como aquellas heridas profundas y sangrientas se abrían en el pecho de Ayta podía oler la sangre.

 

-<<¡Confundus!>> -pensó nuevamente apuntando a Hank. El efecto seria aun peor e inmediato. Ahora quedaría confundida y desorientada.

[That is not my name]

Me llegó un patronus de una esfinge después de masacrar a Hades en un castillo, de inmediato me puse la luz mágica en mi rostro para cubrirme la identidad, obviamente tenía que proteger a mi familia del ataque de los mortífagos en cierto modo, aunque ellos, al pertenecer a la orden del fénix, pues obviamente tendrían el modo de defenderse. No esperé más y me desaparecí del castillo Lockhart donde dormía, con mi pantalón y camisa de pijama, nada más, con varita en mi mano derecha y listo, me aparecí en el callejón diagón, lejos de la batalla para pensar en un buen plan para poder entrar a defender a mis compañeros, o hacer lo que pudiera para levantar el honor de mi grupo. Respiré profundamente, las cosas se pondrían difíciles pero podría aguantar, lo que se pueda, lo que se intentara hacer en ese tipo de casos.

[Leah Snegovik]

-Leah Atkins

 

 

 

-Episkey.

 

El primer hechizo curativo apareció en la mente de la mujer como si quisiera simplemente curarse de algo que no conocía. Pero sí, lo había notado. El ardor en los ojos se disipó tan pronto como el efecto se hizo en sus globos oculares, logrando que el efecto del Strellatus del Demon Hunter, Hank, se pasaran. Pero aún sin pensar en nada más que en lo que tenía que culminar de hacer para poder ver correctamente, simplmente agregó un segundo Episkey al primero. La vista de la rubia se curó por completo en cuanto estuvo con ello encima y nada más restaba que esperar para cambiar de oponente. Arya había caído en batalla, después de todo. Y lo de maldita lo había dicho la Atkins antes de entrar, nada costaba leer ññ xD

[That is not my name]

- Sectusempra

 

Mandé mi rayo con potencia hacia el mortífago Hades ya que me había lanzado corriendo a Moco de Troll, ingresé y pude posicionarme al lado de mis compañeros para poder hacer algún movimiento que pudiera ayudarles en el ataque. No podía esperar más, el rayo que le impacto de lleno al pecho le hizo varias heridas sangrantes para que se tuviera que curar de manera inmediata sino terminaría su aprticipación en esa batalla, de cierta forma era mi deber como miembro del bando. Respiré profundamente, debería de seguir atacándolo si quería lanzar otra vez.

 

- Silencius

 

Un efdecto que dejaría reseca su garganta para poder mantenerlo a raya del ataque que estaban enviando en dicho local, uno que era parte de la defensa de la orden del fénix. Tenía que estar al pendiente, todo podría cambiar en ese momento.

[Mica Gryffindor]

Por fortuna contaba con ese par de fantasmales manos que se materializaron frente a ella para no dejar pasar el flash de luz lanzado por Hank, dejando su visión sana y salva por el momento.

-Séneca- dijo hacia Hank justo antes de su Aqueora viendo como luego el fenixiano realizaba o intentaba realizar un morphos que no detectó a qué dirigía. De inmediato lanzó contra Hank su lobo blanco, con el objetivo de desgarrar su cuello hasta que perdiese la última gota de sangre.

No podía hacerse esperar, llegaban más y pronto podrían tomar el control de la batalla si no actuaban en forma inteligente.

-Absorvere- pronunció, rompiendo de inmediato las muñecas en que se hallaban las varitas de Hank e Ishaya. Esperaba que así se complicaría un poco su actuación en batalla.