Castillo de la familia Haughton

[Cillian Haughton]

Casi cinco años habían pasado desde que Cillian descubrió que era un Haughton y si bien en un principio no tenia ni idea sobre su pasado, ahora si que lo sabía. Y también sabía que tenía que cumplir un objetivo de forma obligatoria, tenía que recuperar lo que Derek Haughton le había arrebatado al mago que se suponía que debía llamar "padre" aunque en realidad ni siquiera supiera realmente quien era aquel mago. 

La noche en que pensaba contarle todo a @ Monica Malfoy Haughton , Cillian se encontraba sentado frente a la chimenea del castillo familiar. Se sentía cansado, perdido y sin una vida propia. Desde su regreso al mundo mágico, había perdido a su esposo (lo cual tenía que aceptar que era completamente su culpa), a su familia (que en realidad nunca lo había sido), a sus amigos y demás. Había intentado reconstruir su vida, volvió a enamorarse, volvió a unirse a las filas de la Marca Tenebrosa pero la vida no quería ponérselo fácil.

El nuevo interés amoroso del Haughton terminó también por irse, murió a causa de un extraño virus ideado por muggles, y había dejado sobre él el peso del bando cediéndole el liderato del mismo. Dejó escapar un suspiro, el verano estaba por terminar y el otoño comenzaba a traer un poco de frío. ¿Dónde se habría metido Mónica? Estaba seguro de que la había citado en aquel lugar a aquella hora.

[Monica Malfoy Haughton]

Llegaba tarde a la cita por lo que sus pasos eran apresurados y algo torpes. Hubiera sido más rápido aparecerse en las inmediaciones del edificio o incluso en su propia habitación, pero últimamente Mónica prefería utilizar el tiempo que le daba el caminar para pensar en algunas cosas que la inquietaban. No estaba tranquila nunca y tampoco estaba conforme con nada. Se había vuelto algo hosca con el pasar de los años y la guerra por la que el mundo acababa de pasar no había ayudado demasiado en refinar esas maneras que estaba adoptando. No se fiaba de nadie ni hablaba con nadie más que con su circulo más íntimo, que por otro lado se había reducido a casi inexistir. Parecía la misma, pero no lo era. 

Cuando entró en el castillo ni siquiera los elfos la oyeron. Empezaba a hacer algo de frio pero aún así llevaba la capa colgada del brazo, quizás porque llegando casi a la carrera esta la había empezado a atosigar un poco. Dejó la prenda en el perchero del enorme vestíbulo y resopló ruidosamente como avisando de su llegada, pero ninguno de los pequeños sirvientes apareció. Llevaba ya unos días en los que tenía la convicción de que los elfos del castillo le rehuían y evitaban, posiblemente porque ya habían tenido que enfrentar un par de veces el mal humor de la bruja y a juzgar por la ausencia de estos, tenía razón ¿Creían que no encontrarse con ella era mejor opción? Parecía mentira pensar que llevaran tantos años a su lado. 

Cruzó el comedor y llegó a la sala de descanso, donde había quedado con Cillian. La estancia estaba en penumbras y tan solo la iluminaba la luz que derramaban las dos chimeneas, una en cada lado de la misma. Frente a la más lejana se encontraba su hermano, dándole la espalda, por lo que cuando llegó a su lado lo saludó cariñosamente con un apretón de su mano en el hombro. Allí su hosquedad parecía haberse reducido.

- Discúlpame, sé que llego tarde ¿Cómo estás? - se inclinó sobre él, dándole un beso en la mejilla. No se habían criado juntos pero desde que se hubiera enterado de que tenía un hermano por parte de madre, la Haughton había sentido una felicidad que hacía mucho tiempo no sentía. No había tenido a su madre nunca, pero al menos tenía a su lado a alguien que también provenía de ella y eso reforzaba, en cierta manera, la identidad perdida de la mujer-. ¿Para qué querías verme? - preguntó, sentándose en el sillón que se encontraba al lado del que ocupaba su interlocutor. 

@ Cillian Haughton