Castillo de la familia Haughton

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor

 

-Limitate- Volví a atacar con éste efecto de nueva cuenta a Zack, el efecto daría de lleno en su varita evitando de ésta manera que realizara rayos e invocaciones durante tres largos turnos. El ángel caído nada podría hacer para zafarse de aquello por más que así lo quisiera, había que ser rápidos. Los rayos iban y venían de un lado a otro, era una gran batalla que sabía que no terminaría bien, pero para el bando contrario.

 

-Floreus- volví a arremeter con el efecto contra Zack, haciendo ahora que de la punta de su varita solamente saliera un ramo de flores muy bonito que probablemente le dejaría en la tumba a alguna de las mujeres con las que éste venía. Alcé las cejas esperando ver aquello, y la sorpresa en su cara cuando viera que las cosas no saldrían como él las hubiera querido.

 

Habíamos perdido a uno, fruncí el ceño con rabia- Malditos- susurré negando con la cabeza, la pagarían caro.

[Romina Black Lestrange]

—Corpus Patronus— al decir eso logró ver como de la punta de su varita salían varios hilos plateados que al juntarse, después de varios segundos de haber estado flotando en el aire, formaron un patronus corpóreo. La forma del animal era la misma que la de un oso adulto, muy grande, casi le duplicaba en tamaño a la joven, pero al menos este le serviría como defensa de algún rayo o invocación que trataran de enviarle. —Morphos— apuntó con su varita en dirección a un trozo de madera pequeño, quien sabe de dónde había salido, pero al menos tenía la masa suficiente como para crear una araña viuda negra que pudiera envenenar a cualquiera, su veneno era tan fuerte que hasta te llevaba a la muerte.

[Mia Black Lestrange]

Avanzando con pasos lentos, se adentró a la propiedad, y tras observar algunos minutos los movimientos, decidió que había llegado el momento de ingresar al castillo, por lo que entró y se encaminó hasta el salón principal; escenario de la batalla entre miembros de la Marca Tenebrosa y la Orden del Fénix.

—Morphos —apuntó a la vestimenta de Ley, logrando que esta comenzará la transformación en una avispa marina, la cual, de inmediato le inyectó su veneno, para después volver a su forma original.

Con una media sonrisa en los labios, observó como varias brujas estaban esperando por atacar o defenderse, y todas ellas tenían luz en el rostro, ¿acaso solo había mujeres en la orden? Era algo que no podía saber del todo, y además, no tenía porque permitir que su mente continuará con esa dirección de pensamientos.

—Sectusempra —en esta ocasión apuntó a la espalda de Romina, la cual, de no protegerse, del rayo que viajaba a gran velocidad en su contra, moriría desangrada por las heridas que ese hechizo provocaría en su espalda.

[Leah Snegovik]

-Fuego Negro.

 

Una bola de fuego oscura apareció a varios metros de su cabeza, los suficientes como para que una vez que terminara de crecer no significara ninguna molestia ni para ella ni para sus compañeros de bando. No había visto a Mía llegar, pero le dedicó un movimiento de cabeza a modo de saludo mientras volvía a mover la varita.

 

-Fuego Negro.

 

Una segunda bola de fuego apareció en paralelo a la primera, a varios metros de distancia de la primera y con las mismas cualidades de crecimiento, además de las prevenciones tomadas al momento de la invocación. Con ésto tendría dos armas letales listas para usar en un momento determinado, más adelante, contra las fenixianas.

 

-Morphos -dijo, apuntando a una silla, ésta mutó y se transformó en una viuda negra que se escondió esperando órdenes de la Nigromante.

[Lisa Weasley Delacour]

Ea, aquello era la fiesta del fuego. Sentía aun el doloroso quemazón de las quemaduras, valga la redundancia de lo que Leah me habia enviado. Un fuego maldito. Episkey, pensé, para eliminar por completo de mi cuerpo aquel ataque. El fuego maldito de Leah se esfumo de mi anatomía, dejándome ilesa, al menos, por el momento, pero no, oye, no iba a ser tan fácil todo aquello.

Era un maldito caos, pero no me importaba. Allí estábamos para combatir, para sobrevivir y dar la cara. Episkey, volví a p3nsar, pero esta vez para curarme del fuego maldito mortis que Juve me habia lanzado. Soportaría con rudeza cada ataque que los mortifagos me mandase, porque habia nacido para eso, para combatir. No me iba a detener tan fácilmente. Era una hunter y aquel apodo conllevaba muchas cosas

– Episkey – Use mi tercera acción para curar del fuego maldito mortis a mi líder, a Mei. Juv no tocaría un pelo de su bella caballera. Sabía que estábamos en riesgo, pero ¿acaso la vida no lo era ya? Aun tenía mi hipogrifo y mis ganas intactas de acabar con el mal de la sociedad.

[Mei Black Delacour]

Episkey pensó rápidamente al mismo tiempo que su viperthoot le enviaba una llamarada a Juv, curándose de las heridas del fuego maldito mortis de parte de Juv que había impactado en ella de forma irremediable, pero que no importaba, pues aún tenía tiempo de curarse y lo había hecho a tiempo, pues justo después de su curación, Juv volvió a atacarla, esta vez con un confundus que desvió su atención de la batalla y la envió al rincón más inhóspito de su mente, allí donde nada tenía coherencia, ni el espacio, tiempo o situación…

 

Sacudió su cabeza, volviendo en sí, aquella había sido una jugada, pero lástima para la Ángel Caído que su llamarada también había impactado y por ende se hallaba gravemente herida. El dragón volvió a enviar una llamarada a Mía a la vez que ella se preparaba ahora para atacar:

 

–Floreus – dijo, haciendo que la próxima acción de Leah se viese limitada debido al hecho de que nada más que un ramo de rosas marchitas saldría de su varita en vez del hechizo que planeara hacer.

[Mia Black Lestrange]

—Morphos —un pequeño pedazo de cristal que había salido volando, de cómo 10 centímetros de largo, comenzó su transformación en una araña viuda negra, que iba a proteger a seguir las ordenes de la matriarca, cuando ella las diera.

La situación era bastante critica, así que no estaba de más protegerse con algo, por lo que observó lo que tenía a su alrededor y logró ver un sofá no muy lejano de su posición, eso era justamente lo que necesitaba en esos momentos, por lo que con la sonrisa en los labios, apuntó directamente a él.

—Morphos —el sofá comenzó su transformación en un puma, el cual, se colocó al minuto después de que apareció delante de la bruja, lista para protegerla de cualquier posible ataque en su contra, o para seguir sus indicaciones.

[Zack Ivashkov]

Una nueva bruja ingresó al lugar atacándolos sin mediar palabras. A penas apareció el dragón Zack se quedó expectante sabiendo lo que sucedería a continuación. Siguió esperando hasta que finalmente una llamarada viajó hasta él. El fuego lo absorvió su detritus dejándolo completamente ileso y sin ningún daño. Lo unico que afectó fue el siguiente hechizo, que dejó totalmente ciego al vampiro.

 

En ese mismo instante sintió como sus jeans se encogían y de pronto dejó desaparecieron. Él no podía ver lo que sucedía pero sí sintió que algo pequeño rozó su pierna al caer al suelo. Seguramente se trataría de una araña (la creada por Ley) como esos animales no envenenaban al contacto con la piel y luego no quedó directamente sobre su cuerpo, la criatura no alcanzó a descargar su veneno en él. De igual manera en caso de que volviera luego de caer, el detritus la iba a repeler alejándola del vampiro.

 

A continuación el vampiro pensó en un episkey para curar sus ojos del strellatus de Mei. Y además con ello se deshacía del silencius de Ley. Volvió a pensar en otro episkey erradicando por completo los efectos del strellatus y recuperando su visión.

 

- ¡Pero qué ganas! - Se burló al ver que Ley seguía enviando hechizos en su contra pero por algún motivo estos no salían como ella esperaba y no afectaban a Zack. Tendría que esperar un poco más si deseaba atacarle. En ese instante volvió a ver el dragón de mei lanzar una llamarada directo a Mia. Zack corrió y le aplicó a mía un episkey en todas las quemaduras sanándola de inmediato. -Tengo algo que hacer, disculpen- Dijo en voz alta con cierto tono comediante mientras se digiría a la planta alta, directo a su habitación donde buscaría algunos consumibles útiles.

[Romina Black Lestrange]

Una bruja había aparecido en el lugar de la batalla y no tardó en atacar a su compañera Ley y a ella le trataba de enviar un Sectusempra, el cual logró detener gracias al oso que había invocado minutos atrás, dándole la orden de que se interpusiera entre el rayo y ella. El rayo logró impactar en el animal, causándole varias heridas. —Morphos— apuntó con su varita en dirección a una de las botas que llevaba puesta Mia Black Lestrange, el efecto fue inmediato, su calzado se transformó rápidamente en una araña viuda negra que tenía la orden de picar el pie de la bruja, inyectándole su veneno, por lo que tenía que curarse si no quería llevar a la muerte. —Floreus— apuntó nuevamente en dirección a Mia Black Lestrange, el efecto sería inmediato, provocando que de su siguiente hechizo saliera un ramo de flores.

[Ley Gryffindor Rosier]

Ley Gryffindor

 

-Morphos- dije sin mucha emoción transformando una pinza para el cabello que yo misma lancé al suelo en un bezoar que inmediatamente metí a mi boca y tragué para curar el envenenamiento. La avispa marina murió al no estar en contacto con el agua. Nuevamente nos veíamos las caras Mia y yo, en la redada pasada (la que habíamos perdido) no había tenido la oportunidad de matarla, pero ahora si cobraríamos venganza, no yo tal vez... o tal vez si, ya se verían las cosas.

 

-Corpus Patronus- de la punta de mi varita salieron miles de hilos plateados que se juntaron hasta formar un elefante africano adulto que se paró frente a mi esperando a que le diera algúna orden. Por supuesto estaba allí para protegerme sin más, sin dudarlo ni un segundo. Las cosas iban dentro de lo que cabía bien... pero no debíamos confiarnos por supuesto. Teníamos que estar atentos y más a la nueva integrante.