~ House of Books ~ (MM B: 103943)

[Anthony R. Dracony M.]

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El rostro de su amiga sonrió de una manera tan original que le hizo recordar la primera vez en que se vieron, él también sonrió y muy contento se encamino al lado de ella para ir al primer piso, inició una amena charla como si nunca se hubiesen separado, el llevarla hasta su sitio preferido en la sala de lectura, era como si le acercara a su mundo fantástico, de entre todas las cosas que comenzó a conocer en esa vida nueva como mago, se levantaba en lo alto el contacto con los libros, sus grandes amigos de papel.

 

Se dio una vuelta a la cabeza nervioso, era como si presentará a todos aquellos amigos librasticos, a su primera amiga real, esperaba que ella apreciará tanto la lectura como él, que estaba en aquella librería como si fuese su casa, entonces recordó las noches en que se quedo dormido con alguno de sus "preciados amigos" en el regazo, ahí mismo, en aquel sillón donde podía ver el jardín o pedir al pequeño Leto un desayuno o una cena...tanto gustaba de disfrutar la compañía de los libros que se sonrojo al siquiera pensar en ello.

 

Era mejor platicar con ella, así que le condujo hasta donde había dejado su mochila negra, ya tenía en sus pertenencias algunos libros pero consultaba muchos otros para conocer sobre todo aquello que le tenía fascinado.

 

--- Que bueno que aceptes Romi, estaba intrigado de tu paradero, yo casi vengo a diario aquí, como permiten leer los libros antes de que los compres, he estado muy entretenido leyendo sobre criaturas mágicas, he comprado algunos libros pero me gusta mucho leer y es muy buen lugar aquí, si uno desea, le puedes pedir a uno de los elfos café, te, limonada o alguna otra bebida y hacer una amena lectura con un aperitivo, es de lo mejor, a mi me gusta este asiento en especial, mira, desde él se puede apreciar el jardín, también hay quien gusta de leer afuera, todo según el gusto...¿dónde te agradaría estar Romi?

 

Le miro interrogante y deseoso de platicar con ella.

[Seba Granger]

Dash y Lualú

Las orejas de Dash como siempre bailaban cada que la elfina aparecía de nuevo mas cuando vi el hermoso vestido que esta se había puesto para salir, por su cabeza daban vueltas algunas preguntas, ¿Acaso los elfos podían tener citas?, o ¿Que opinarían sus amos por que ellos iban a salir?, pero la segunda pregunta él mismo se la contesto, sus amos eran diferentes al resto, ellos no trataban mal a sus elfos al contrario los querias como hijos, al menos así le decía su amo a veces.

-Dash solo cambio su polera, Lualú si se ve linda- dijo lo último bajando la cabeza sonrojado mientras se veía los pies que no los dejaba quietos, -Será mejor irnos, antes que a Nana se le ocurra mandar a Dash, no lo puede ver sin trabajar- dijo la criatura mientras le indicaba la puerta a la elfina y se la abría como su amo solía hacer con su novia.

-Eros le encargo a Dash semillas, ¿pueden Dash y Lualú pasar a donde las venden a la vuelta?- los elfos se llevaban bien aunque el mas viejo de los elfos del Granger era un poco huraño con los demás, para él solo las plantas eran lo que lo animaban, antes de llegar a las manos del Granger no había sido tratado muy bien.

-¿A Lualu le gustan los dulces?, Dash puede comprarle si ella quiere- volví a propalar el elfo mientras cerraba la puerta de tal manera que la campanilla no sonará.

[Anthony R. Dracony M.]

No estaba seguro si su amiga Romi quisiese tomar algo, de reojo y lo más discreto posible, busco con la mirada al elfo Leto, ese simpático elfo que le atendía de maravilla y con que él se entendía bastante bien.

 

Si acaso Romi deseaba pedir algo, le llamaría a él. Lo vi atendiendo a un mago que conoció en uno de los locales, al menos parecía que el elfo llevaba el servicio de café.

 

Su amiga Romi sonreía dulcemente y se le veía impresionada por el acogedor lugar, a él le hacía emoción que los demás disfrutarán de aquel estupendo lugar y fuesen clientes frecuentes, mostrar aquel maravilloso mundo de letras y papel era uno de sus gozos en la vida.

[Darla G Dumbledore]

Lualú con Dash

 

La elfina sonrió y negó con la cabeza.

 

--Gracias, a Lualú le alegra le guste su aspecto, Dash también se ve guapo --las orejitas de Lualú se sonrojaron pero asintió enseguida al escuchar que era mejor irse antes que los pescara Nana.

 

La elfina siguió el gesto del elfo y se encaminó hacia la puerta, con pasito rápido y cortito, a la espera de que Nana no los descubriera.

 

--Oh si, a Lualú le gusta ver las plantitas y las flores, con gusto acompaña a Dash a comprar semillas para Eros. Al ama Darla le gustan las plantitas también y las flores.

 

La elfina dió leves palmadas con sus manitos enguantadas mientras daba saltitos ante las palabras de Dash, entusiasmada con la idea.

 

--A Lualú le gustan, le gustan mucho los dulces, la amita Darla siempre le deja una ración extra cuando compra golosinas para sus elfos.

 

Los redondos y brillantes ojos de Lualú se posaron en los de Dash y la sonrisa de la elfina ocupaba todo su rostro mientras giraba sus orejitas feliz tras que él cerrara la puerta del local.

 

Dash es muy bueno con Lualú --y le estampó un sonoro beso en la mejilla.

 

La elfina había imitado el gesto dulce de su ama cada vez que ella le hacía alguna atención pero nunca le había producido un sonrojo tan grande y un calor como al darle el beso a Dash. ¿Sería que dar besos a otros elfos no era lo mismo que dar besos o recibirlos de sus amos? Claro que su amita le había dicho que no todos los amos trataban así a sus elfos, y por eso era un secreto entre ellas dos. Lualú se sonrojó más, pensando que no quería traicionar el secreto de su amita.

Editado 24 de Septiembre del 2015 por Darla Potter Black

[Ada Camille Dumbledore]

Hacia mucho tiempo que no venia por Inglaterra y mucho menos pasaba por el callejón, debia una Visita muy especial y no podia dejar de hacerla.

 

Tome la torta de chocolate y nueces que les habia preparado y después de arreglar la falda de mi vestido purpura fui directo al local de mi hijo y mi nuera en el callejón.

 

El viento Soplaba algo fuerte y el cabello rubio de la dama oscura bailaba con él. Ingrese al local con una gran sonrisa e intente encontrarlos con la vista.

 

-Hola. ..mamá vino a verlos

 

Canturree alegre

[Darla G Dumbledore]

Tommy - elfo de Darla

 

El elfo se movía de aquí para allá en el depósito, habían llegado nuevos libros, aunque ninguno parecido a los que vendían ahora en el Magic Mall. Pero eran de apoyo para los estudios de cada uno de esos libros. Su ama no le había sabido explicar muy bien, aunque el elfo sospechaba que no había querido explicarlo bien delante de los demás elfos del local. Con cuidado ubicaba las cajas según el estricto orden de registro que llevaban, separando según los códigos.

 

El sonido de la puerta de ingreso llegó hasta los oídos de Tommy y sus orejitas se elevaron presto, sabía que Lualú y Dash habían salido, Leto atendía generalmente en el primer nivel, Nana y Eros no eran de andar por la zona del local, sino por las instalaciones privadas que conformaban el hogar de los dueños. Así que se apresuró a salir hacia el área de la librería, en el preciso momento que una voz suave y cantarina llenaba el lugar con su melodía. Era la mamá del amo Seba.

 

--Ama Dumbledore --dijo el elfo apareciendo frente a ella e inclinándose hasta casi tocar el suelo --es un placer recibirla, los amos Seba y Darla han salido en este momento pero regresarán pronto, si usted quiere esperarlos tomando algo en el nivel de arriba será un placer atenderla.

[Seba Granger]

Dash con Lualú

-A Dash le gustan las plantas, o mas bien los bichos que se posan en ellas, a Dash le gusta perseguir mariposas, cuando el amo tenía la mansión salía al bosque a perseguir muchas, pero Dash no las mataba, Dash no hace eso- dijo el elfo con timidez a la elfina mientras caminaba a su paso y de vez en cuando miraba así tras como esperando ver a Nana con un sarten para dejárselo caer.

La criatura con las cosas que la elfina de la novia de su amo le contaba podía notar que la bruja se parecía mucho a su amo en la forma de tratar a sus elfos, aunque a veces Dash pensará que el amo debía ser mas severo con Nana por lo grosera que a veces se comportaba con él.

La sorpresa de Dash fue grande cuando la elfina le daba un beso en la mejilla, que casi sentía que se le encendía la mejilla, las orejas de este comenzaron a moverse tal cual como si fuera a volar, no sabía que decir o hacer solo se quedo viendo a la elfina por un largo tiempo.

-Lua.. Lua...- balbuceo el elfo sin poder completar la palabra, camino por unos instantes en silencio al lado de la elfina deteniéndose cada que esta lo hacía.

-A Dash le gusto lo que Lualú hizo- añadí la criatura luego de un largo silencio sin mirar a la elfina mas que de reojo, pero demostrando una amplia sonrisa.

OFF:

@, Bienvenida a nuestro local Ma.

[Darla G Dumbledore]

Lualú con Dash

 

--Dash debería decirle a su amo que pusiera el bosque en los jardines traseros, Lualú esta segura que con magia todo se puede hacer, allí podría Dash perseguir mariposas y Lualú lo acompañaría con gusto.

 

Lualú observó preocupada a Dash tras el beso, las orejas le giraban, las mejillas le ardían como si tuviera fiebre, el color habitual había sido sustituído por el color más rojo que la sangre que guardaba en la nevera su ama. Lualú se preocupó, pensando que quizás al elfo le había dado alguna fiebre mágica repentina, más cuando empezó a tartamudear como si le castañearan loa dientitos. Segurito, segurito tenía fiebre, ay, el amo Seba la iba a matar por llevar a la calle a Dash y hacerlo enfermar.

 

La elfina lo observaba de reojo mientras seguían caminando en silencio, parecía que estaba bien, pero ¿y si no? Lualú se sintió mal, su amita viajaba por todas partes ¿y si le había contagiado alguna enfermedad rara de esas que no hacen eclosión hasta que zápate y Lualú se la había contagiado a Dash?

 

Lualú lanzó un suspiro de alivio, Dash hablaba, y además le decía que le había gustado el beso y hasta sonreía de oreja a oreja. Le tocó el turno a Lualú para ponerse más roja aún que Dash y hacer girar las manguitas del vestido junto con sus orejitas mientras movía las manos de un lado para otro, al compás de sus pasos. Sonrió también y miró de reojo a Dash.

 

--A Lualú le gusta Dash, él es bueno --y cualquiera que los viera pensaría que eran un par de tomates con patas caminando por el lugar.

[Seba Granger]

Dash con Lualú

El pequeño elfo abrió muchos los ojos con la idea que la elfina estaba dando, tal vez el amo si podría hacer eso, y tal vez también podría hacer aparecer la cabaña donde al Granger le gustaba pensar y ordenar sus ideas, la verdad siempre había creído que el mago se sentía mas comodo en aquella pequeña cabaña que en aquella inmensa mansión que poseía.

Dash veía a la elfina tan roja como el sentía que estaba él, la verdad no sabía muy bien la sensación que estaba sintiendo, algo en su estomago se movía muy rápido, y en cierto modo lo asustaba un poco por que Dash era un elfo muy sano, pero para no parecer un bobo delante de Lualú no preguntó, ya mas tarde si tenía la oportunidad le diría a su amo, él de seguro le podría decir.

-Lualú también es buena, a Dash le gusta pasar su tiempo con ella, a Dash también le gustaría que Lualú lo acompañará a perseguir mariposas, además de pasear por sobre las hojas secas- el sonido que hacían estás últimas al ser pisadas le encantaba al pequeño.

-Mirá, ahí Dash siempre le compra dulces a su amo, o al menos cuando este le pide- dijo el elfo mientras le señalaba un local en la acera del frente.

[Darla G Dumbledore]

Lualú con Dash

 

Lualú sonrió mucho al escuchar al elfo, al principio había parecido que estaba pensativo pero luego le había dicho que él también estaba contento de estar con ella y la invitaba a cazar mariposas y caminar sobre las hojas.

 

--Lualú nunca ha cazado mariposas, Lualú solo a cazado globos en la Mansión Cartwrigh y pintado lunares en las paredes --sonrió más mientras recordaba aquella idea de la tía de su amita.

 

--A Lualú le encanta caminar descalza por el bosque, en las mansiones de la amita Darla siempre recorría los bosques.

 

En ese momento Dash señalaba un local que había enfrente y le comentaba que allí siempre compraba los dulces para su amo, la elfina asintió y tomó la mano del elfo para cruzar hacia el local.

 

--Lualú quiere ver, seguro hay de los dulces que le gustan al ama también y algunos para nosotros.

 

La elfina casi arrastró a Dash hacia la colorida vitrina donde se veían ya dulces de calabaza, fantasmitas de goma, chicles de colores y los carteles anunciaban que manchaban la lengua o convertían a los golosineros en esqueletos durante cinco minutos para deleitarse haciendo bromas de Halloween. Claro que a la elfina le gustaban más las vitrinas adornadas para Navidad y San Valentín, sobre todo los de San Valentín con sus cupidos, corazones y los colores rosa y rojo llenándolo todo.

 

--A Lualú no le gustan mucho los dulces de Halloween --dijo haciendo un mohincito que parecía más bien un pucherito de berrinche.