~ House of Books ~ (MM B: 103943)

[Idylla Macnair T.]

Después de unos minutos que parecieron una eternidad, la Macnair, vio que los ojos del castaño se abrían lentamente, mientras que ella cambiaba, la toalla de su cabeza. Le sonrió mientras enfocaba en donde se encontraba y lo ayudo a sentarse.

 

La desconcertaron las palabras que salieron de la boca del Myrddin, ¿cambiar de rojo a azul?¿ El sabia algo de lo que había pasado? Nadie pudo haberle contado, apenas si lo conocía. Aparento no haber escuchado ese primer comentario y le respondió al castaño, lo mas natural que pudo.

 

-Estuviste a lo mucho diez minutos, evite que cayeras al piso. Solo que no se exactamente que es lo que te paso, en un momento estabas bien y al otro... ya habías caído- lo miro extrañada, alguien que se desmayaba de esa forma, solo pudo ver algo muy aterrador en su mente. Esperaba que no fuera lector de mentes, porque la suya tenia imágenes perturbadoras que no harían dormir a nadie muy agusto.

 

-Esta bien, aclara tus ideas, estoy ansiosa por saber que es lo que sucedió hace un momento- lo miro y lo ayudo a ponerse en pie y sentarse en la silla -¿estas bien? o podemos ponerte en algún otro lugar en el que estés cómodo.

[Lestat Rambaldi]

Miró su lista, aun le faltaba por visitar algunos locales pasó el dedo por los nombres en su pergamino y las direcciones entonces uno le llamó la atención¿ una librería? era la primera vez que sabia de alguna librería en aquella ruta, tan atrás en el callejón que apenas podía verla.

 

Sin esperar un minuto mas acomodo su capa y caminó hacia la entrada, era como uno de esos lugares muggles que había visto en Francia, pero mas grande, seguramente modificada mágicamente...

 

Era un buen momento para conseguir algún libro para su colección hacia mucho no compraba nada nuevo y la biblioteca del castillo comenzaba a aburrirlo con tantos libros polvorientos de siglos anteriores....

 

Caminó con paso descuidado en el lugar, y sin mas llegó hacia la recepción.

 

—buenas ¿alguien puede atenderme?— dijo mientras observaba una de las revistas que se encontraban mas serca de el

[Leonardo Myrddin E.]

Leonardo Louis Myrddin

 

Ary se mostró ansiosa por saber qué había detrás de todo esto, así que Leo se tomó unos minutos para pensar.

 

-Ok, primero empezaré por decirte que, lo que acabo de ver, fue un recuerdo de hace unos años que había olvidado, pero por ciertas circunstancias, mi mente los ha evocado. Todo comienza en Japón- Empezó el chico, sintiéndose algo nervioso por recordar todo.-En aquella época, tenía 16 años, era joven y cometía locuras, como cualquier otro. Me encontraba en Japón para poder aprender kendo (esgrima japonesa), aprendí con un sabio maestro que me enseñó todos los secretos de este arte. Una vez concluido mi entrenamiento, me quedé unos meses a vivir allí. Luego de un tiempo, una grupo de personas entró en contacto conmigo. Eran magos. Habían estado espiándome, y decidieron que yo sería útil para ellos- Leonardo hizo una pausa, tomó su taza, y bebió un poco de café. -Desde ese momento, me dediqué a cometer asesinatos bajo sus órdenes. Era algo así como su asesino a sueldo. Una semana después de eso, conocí a una chica. Era completamente hermosa, alegre, y muy amable. Lo que más me gustaba de ella era su cabello, rojo como el fuego.-

 

Otra vez, el Myrddin se detuvo. El simple recuerdo de aquella chica le nublaba la mente. Aclaró su garganta, y prosiguió.-Con aquella chica, viví los siete meses más felices de mi vida, y yo, que era un asesino sin remordimientos, empecé a sentirlos gracias a ella. Ambos nos amábamos, cada día con ella era el mejor de mi vida. Todo era perfecto, hasta que ella descubrió lo que hacía. Dudé sobre si matarla o no, debido a que era una regla de nuestro grupo, la de matar a todo aquél que nos descubriera, pero no lo hice. La amaba tanto que no la maté. Ella me convenció que dejara de hacer eso. Yo lo único que buscaba era su felicidad, así que simplemente me dirigí hacia uno de sus cuarteles para renunciar a la vida que iba llevando. Ya era muy tarde, me habían descubierto, y me reprocharon el hecho de no haberla exterminado. Me dijeron, además, que ya habían mandado a alguien a matarla, para seguir manteniendo su organización en secreto.-

 

El castaño se sentía algo raro, no entendía de dónde podía recordar todo eso, pero una vez había empezado, continuar le fue más fácil. -Completamente enojado, maté a todos, me dirigí hacia el apartamento que ambos compartíamos. La encontré en un duelo con el mercenario que habían enviado. Aparecí justo a tiempo para salvarla, luego la tomé de la mano, y ambos decidimos huir. Era peligroso estar allí. Mientras huíamos, los demás miembros ya nos habían encontrado, y comenzaron a perseguirnos, lanzando maldiciones asesinas en todas direcciones, y entonces...entonces.- Una vez más, Louis se detuvo, pero no fue como las otras veces. Iba a quebrarse, aquél recuerdo lo destrozaba por dentro, pero trató de seguir.

 

-Uno de los rayos impactó en ella. Yo no pude hacer nada, miré horrorizado cómo caía al suelo.- El Myrddin bebió un poco más de café -Luego, en un acto de ira, asesiné a todos y cada uno de nuestros perseguidores. Aún no recuerdo cómo lo hice, mi mente se puso en blanco en ese momento, lo único que recuerdo fue que la tomé en mis brazos....ella estaba...- Leonardo no podía seguir, una sensación extraña recorrió su cuerpo. -Lo siento, no puedo seguir. Lo único que puedo decirte es que, después de eso, sentí que todo mi mundo se desvanecía. Yo había causado su muerte. La había arrastrado a todo esto, por la estupidez que cometí. Finalmente, juré no volver a asesinar a alguien nuca más, eso era lo que ella hubiera querido...lo que ella hubiera querido- El castaño se quedó, pensando en aquellas palabras, mientras miraba hacia la ventana. Esperaba que Ary le dijera algo.

Editado 26 de Agosto del 2015 por Leonardo P. W.

[Anthony R. Dracony M.]

@@Lestat Rambaldi

 

 

Leto, elfo de Darla Potter Black

 

El pequeño elfo narraba a la elfina del amo Seba, el incidente con aquel joven que de la nada se había desmayado, la elfina se puso tan disgustada por el parloteo del elfo que lo mando de regreso a la recepción de la librería.

 

Se apareció y grande sorpresa se llevó al ver a un mago de pie frente al mostrador, esperaba ser atendido, así que con gusto por ayudar al amita Darla, saludo al mago haciendo una inclinación bastante exagerada con deseo de hacer bien su labor y estuviese su amita orgullosa de él.

 

--- Muy buenas tardes Señor, es un gusto poder recibirle aquí, ¿qué desea? ¿tiene usted la amabilidad de decirle a Leto que títulos le interesan?, los amos no están por el momento, pero lualú, mi compañera elfina, ha dicho que no tardan en venir ambos por aquí señor.

 

Volvio a realizar una reverencia y miro al mago, aguardando por su respuesta.

[Lestat Rambaldi]

lestat no tardó mucho esperando pues rapidamente fué atendido por un pequeñin y amable elfo, le sonrió grata mente y le dijo:

 

—Buenas tardes, solo vengo a ver que novedades tienen para mi coleccion de libros en mi biblioteca, me gustaria que me muestre algo de lo mas nuevo que le hallan traido y pues seria un gusto que me mostrara el lugar, la verdad es primera vez que paso por el lugar y es algo dificil que tomo uno de estos dias para pasar nuevamente me gustaria aprovechar el tiempo que tengo libre—

 

Lestat le dió una reverencia al pequeño y luego le sonrió gratamente, era cierto que habia estado fuera mucho tiempo, pero estar en el callejon era un momento divertido para poder realizar muchas cosas las cuales para el eran muy nuevas.

 

En eso sintió una leve presencia familiar,¿su hijo estaba por ahi? no sabia si seria bueno acercarse, era mejor que si estaba,llegara por sus propios medios a hablarle al patriarca, por ahora solo se ocuparía de sus asuntos.

[Anthony R. Dracony M.]

Leto, elfo de Darla Potter Black

 

El elfo cerró con sorpresa sus ojos azules, ¿escucho bien?¡si!¡el mago deseaba comprar!quiso saltar de alegría ¡su amita estaría de lo más feliz!abrió sus ojos y con una sonrisa le hablo al mago, señalando en dirección de la estantería con letreros de cada apartado en letras doradas y camino lentamente frente a él, para ir mostrándole el lugar al tiempo mismo que iba dándole por menores de las novedades:

 

--- Muy buenas tardes a usted también, Leto esta feliz de poder enseñarle, tenga usted la amabilidad de seguirme, en este piso tenemos los sectores de novedades, mire, tenemos este nuevo título: "El hechicero que vestía de negro" es una obra de Nora Gaydos, una bruja que escribe para la niñez mágica, también tenemos "La guerra de los hechiceros" de Carol Gaskin, es una novedad, pues cada mago o bruja, va creando su propia historia, dependiendo totalmente de sus decisiones y de sus ideales, también tenemos nuevos libros de defensa y pociones, así como de literatura. Por esas escaleras puede usted subir después de elegir un libro, en esta librería ponemos a disposición de los clientes un agradable espacio con sillones y sillas para que puedan leer antes de comprar el o los libros que sean de su interés, tenemos todas las ramas de la magia y ...si así lo prefiere, también hay secciones de ejemplares escritos por muggles, en la sala de lectura, usted puede solicitar lo que guste usted beber o comer, Leto se complacerá en traer su pedido, además también puede visitar el jardín, igualmente tiene cómodos muebles de jardín, si gusta de disfrutar su lectura al aire libre.

 

El pequeño elfo le ofreció al mago un ejemplar descrito y espero a que esté eligiera libremente lo que más le agradará.

 

@@Lestat Rambaldi

[Idylla Macnair T.]

El castaño había comenzado a hablar y ya se veía un poco recuperado de su anterior incidente; la Macnair se acomodo bien en la silla y escucho atenta el relato del Myddrin.

 

Mientras que avanzaba en su relato, la Macnair no puso cara de sorpresa, la mayoría de la gente que había conocido en el mundo mágico; había tenido percances con la gente. Sintió pena por el chico, tantas cosas malas que le habían sucedido, no era de esperarse que de un recuerdo así; hubiera parado en el piso de aquel local.

 

Continuar con su relato lo ponía mal, su voz se quebraba en algunas ocasiones y ella estuvo a punto de callarlo, para no hacerlo revivir aquel infierno. Pero el chico siguió contando la historia hasta que ya definitivamente no pudo.

 

Tomo la mano del castaño entre las suyas y le sonrió para apaciguarlo -no tienes porque seguir cargando esa culpa, si tu vida a sido sin asesinatos en los últimos meses, días o años; mejor vivir tu vida como quieres vivirla y si recuerdas a esa chica, recuérdala por los meses que pasaron felices, no por los días que pasaron infelices- lo miro y siguió sonriendo, mostrándole que a pesar de toda la verdad que le había dicho, aun seguía gustándole como aquel día.

 

-Gracias por decirme todo esto, se que no nos conocemos ni de un día, pero siento que poco a poco voy a empezar a quererte- sonrió de oreja a oreja y espero a que el chico le respondiera algo.

[Lestat Rambaldi]

Lestat siguio al elfo por el lugar escuchando atentamente sus palabras, escucho las novedades en literatura magica y todo lo que el realmente estaba buscando. Hacia mucho no hacia compras y esta seria una nueva manera de obtener sus vienes, ademas la familia estaría agradecida de los nuevos libros que tendría la biblioteca.

 

—Esta bien me pondré a leer uno de esos,y estaría muy agradecido queme trajera algo de beber— me sentaré por aquel lugar y leeré un par de esos que me nombró.

 

Justo en ese momento lestat miró las estanterías, y vió uno de esos libros raros de tapa de cuero y algo desvencijado.

 

—¿Oye si no me equivoco, ese sera uno de los libros perdidos de los druidas ?? según la leyenda ahí se encuentra muchas historias perdidas incluso la vida de merlin.— Aquel sentimiento de posesión inundo al myrddin, sabia que lo queria y por nada del mundo dejaría de obtenerlo.

[Samantha Sokal]

Samantha no estaba segura de donde iría pero no quería tomar copas. Algunas veces (muchas) sentía la necesidad de escaparse de si misma y solo había dos maneras: La investigación o un buen libro, y si ambas venían juntas mejor.

 

Mientras caminaba por la calle pudo ver su figura reflejada en una vidriera, esperaba no llamar demasiado la atención con su ropa de cuero, sabía que tenía un estilo muggle pero no pensaba cambiarlo. Al menos esta vez había dejado la Harley en el castillo por lo que ningún mago miraría su moto con desprecio.

 

De repente vio lo que buscaba. Una tienda de libros. Era la primera vez que concurría a una librería mágica desde su regreso a la comunidad y no sabía que encontraría. Pero estaba dispuesta a investigar, historia, mitología, artes, esperaba encontrar algo que valiera la pena.

 

Recorrió las estanterías deteniéndose a leer cuidadosamente los títulos de los volúmenes que había en ellas, pero no encontraba nada que le interesara lo suficinete como para sacar el ejemplar de la estantería y hojearlo. Tal vez debería llamar a algún dependiente que la orientara por donde buscar.

 

Miro a su alrededor. Todos parecían ocupados en sus asuntos.

 

-¿Alguien puede orientarme? Preguntó en voz alta sin saber si alguien le haría caso.

 

 

 

 

[Lestat Rambaldi]

@Samantha Sokal @Antoni Tonks

 

Mientras caminaba observando las estanterías no pudo evitar escuchar la voz de una dulse voz que llegaba de una de las estanterías, con cuidado y con un poco de prudencia, haciendo como si leyera el libro que tenia en la mano se acerco hacia donde estaba aquella mujer.

La verdad era que tenia tiempo sin conocer a gente en el callejón pero acercarse a aquella chica seria toda una imprudencia si llegaba así sorpresivamente.

 

Haciendo como si leyera cada vez se acerco mas entonces escuchó que la chica pedía ayuda entonces poniendo la mirada en la suya le dijo.

 

—Hola, veo que vienes al igual que yo a buscar una buena lectura— y le sonrió mientras se hacia el distraído ojeando sin sentido el libro que tenia en la mano.

 

—Que torpe soy, mucho gusto soy Lestat myrddin—Le tendió la mano—, un placer conoerla, seguramente el elfo que me atendió hace un rato seguro la ayuda pero le sugiero aquellos que están en esa estantería segun el es lo mas nuevo que ha llegado a las tiendas— Lestat le habló a la chica y poco a poco fue entrando en confianza, la verdad era un chico conversador y hacia mucho que no socializaba por aquellos lares.

Editado 27 de Agosto del 2015 por Lestat Rambaldi