~ House of Books ~ (MM B: 103943)

[Seba Granger]

Dash con Lualú

 

Dash podría haber dado saltitos de felicidades pero se contuvo un poco aunque sus orejas se movían mucho demostrando lo feliz que estaba con la idea de poder salir con Lualú, al pequeño siempre le había gustado salir por el callejón por largas horas luego que hacía todo en la casa, o al menos lo que le pedían.

 

Su amo desde un principio le había dado la libertad que él quisiera, al igual que a sus compañeros pero estos otros no eran tanto de salir, Nana prefería estar en su cocina, mientras menos tuviera que ver con las personas, mejor para ella, y Eros, prefería la tierra, todo lo que tuviera que ver con las plantas y jardines, a veces era de salir a recorrer Ottery para observar los patios de las mansiones.

 

-Al amo Seba le gustan mucho los chocolates, de todas las clases, rellenos, con fruta…- Dash sonrió al oír que la elfina iría por sus cosas para salir, -Dash esperara aquí a Lualú, aunque mejor me voy a cambiar- añadió mientras salía corriendo y cambiaba su larga polera por una de otro tono, un amarillo pálido, para Dash su ropa era su tesoro, cada que salía con su amo algún viaje al menos le salía comprando una nueva, aunque casi siempre usaba las mismas prefería no arruinar las nuevas.

 

Tras eso Dash regreso al mismo sitio donde la elfina de Darla lo había dejado, así se aseguraría que ella no lo perdiera.

[Anthony R. Dracony M.]

Letto elfo de Darla Potter Black

 

El pequeño elfo de ojos azules, dejaba a Nana, ella no le agradaba que estuvieran en su "cocina", así que el joven elfo fue a la recepción, ahí comenzo a acomodar los afiches para dar información a los clientes, estaba contento porque los amos estaban en su departamento y eso emocionaba a todos los elfos, no había magos más amables y ellos se sentían muy a gusto a las ordenes de la pareja enamorada. Estaba deseando que el día acabará, pues tenía intención de preguntar a los otros elfos si sabían algo nuevo respecto a la boda...¡algo tendrían que preparar!

 

Se puso a ordenar las cosas, emocionado por la celebración en puerta...

[Leonardo Myrddin E.]

Leonardo Louis Myrddin

 

"House of Books" decía el cartel del local que se encontraba en frente del Myrddin. Sacó de su bolsillo un papel. En él decía el mismo nombre, había llegado al lugar que buscaba. Acomodándose su gabardina gris, el castaño entró con paso decidido.

 

-Vaya, conque una librería. Qué lugar más interesante para citarme.- Dijo, al ver el interior de la tienda.

 

Era un local muy bonito, el primer piso estaba divido en dos: En un lado había montones de libros, y por el otro, mesas con cómodos sillones en los que relajarse leyendo. Esto era perfecto.

 

-Me pregunto dónde estará- continuó el joven, mientras buscaba con sus verdes ojos a una chica peliazul. Ni rastro de ella. El Myrddin avanzó, tomó un libro, y se dirigió a pedir algo de café. Un pequeño elfo muy amable lo atendió, entregándole una humeante taza de porcelana con rayas rojas.

 

El castaño se dirigió a un sillón, depositó su taza en la mesa, se sentó, abrió su libro, y se dispuso a esperar a la chica con la que había acordado encontrarse.

Editado 21 de Agosto del 2015 por Leonardo P. W.

[Anthony R. Dracony M.]

Letto elfo de Darla Potter Black

 

Está ocupado en ordenar sumido en aquellos felices pensamientos, cuando llego a la recepción de la librería un mago que pronto tomo un libro de una de las tantas estanterías, después iba hasta él y de forma amable pedía un café. El mago subió los escalones y fue a tomar asiento a uno de los mullidos sillones de la primera planta, estaba cerca del pasillo donde se observaba el jardín, el joven mago se dispuso a leer y el elfo fue a la cocina.

 

Tomo una charola de plata y encima puso el servicio de porcelana, agrego crema y un pocillito de leche fresca, una cucharilla de plata, servilleta y una taza. Fue por el café, sirvió una jarra y la colocó en la charola, también puso un canastillo de pastas francesas y tomó la charola para llevarla al mago.

 

En cuanto llegó junto al mago, inclinó su cabeza y con su vocecita suave le hablo al mago:

--- Aquí trajo Letto, lo que el joven mago, a solicitado, espera que sea de su agrado, Letto a traído también Pastas para que acompañe usted su café señor.

 

Dejo el elfo la charola sobre la mesita frente al mago e hizo una reverencia.

[Idylla Macnair T.]

La peliazul estaba nerviosa, cierto que hacía poco se había liberado de aquella triste celda, pero simplemente quería salir al aire libre, miro el cartel del local “House Of Books”, en efecto aquí era. Se había citado con un chico lindo que había conocido en la calle, ella no había tenido tiempo de conocerlo, pero le dio su número y el como un caballero se lo dio.

 

Después de mucho tiempo de pensarlo, lo cito en una librería, aparte de tomar un buen café que le habían recomendado; quería un poco de lectura para distraer su mente de las horribles pesadillas que la atenazaban cada noche; aún seguía recordando la torturas de aquel viejo loco, si, se había librado de su mano y de su celda, pero su recuerdo y sus torturas aún quedaban grabadas a fuego en la memoria. Iba tardan un tiempo en recuperarse.

 

Suspiro y se dirigió hacia una mesa donde se encontraba el chico, aun no conocía siquiera su nombre, así que solamente lo toco en el brazo para saludarlo.

 

-Por un momento pensé que no vendrías- sonrió un poco y sus mejillas se sonrojaron, aún no había tenido el suficiente tiempo de pasar con gente normal, y era muy raro en ella aceptar o proponer este tipo de citas. Pero estaba harta con vivir en el miedo, si quería recuperarse tendría que arriesgarse y salir.

 

Vio al elfo venir y le pidió su bebida amablemente, sonrió un poco al verlo, ya que le recordaba a una persona que conocía, solo no sabía a quién exactamente, su memoria aún no estaba recuperada- ¿me podrías traer un caramel machiatto por favor?

 

-¿te hice esperar mucho?- sonrió y rio un poco –sé que aun te da curiosidad mi nombre, pero tendrás que esperar para saberlo.

[Anthony R. Dracony M.]

Letto elfo de Darla Potter Black

 

 

El elfo escucho a la joven que llego en aquel momento, hizo una reverencia y le contesto:

 

--- Con mucho gusto, Letto traerá a la señorita lo que ha pedido a Letto, en unos minutos lo traerá para la señorita.

 

El elfo marcho por las escaleras y luego en ansia por ser más eficiente, desapareció, en la cocina Nana preparaba unos biscochitos y panqués, cuando Letto apareció solicitando lo que la joven había pedido.

 

--- Nana debe dar a Letto Un caramel machiato, es el pedido de una joven clienta que ha llegado al local.

 

La elfina se alegró, lo que más gustaba era preparar lo que los clientes solicitaban, así que tomo una charola y preparó con tanto esmero, que letto solo pudo mirar con asombro, el buen servicio prestado, cuando estuvo listo le dio la charola al elfo Letto para que lo llevará a la joven.

 

El pequeño letto se apresuro y llego a dejar sobre la mesa el pedido y luego se marcho al mostrador de la recepción, sonriendo de contento al ver el lugar tan concurrido.

[Darla G Dumbledore]

Lualú con Dash

 

--A la ama Darla también le encantan los chocolates --sonrió la elfina para luego asentir a las palabras de Dash de que la esperaría allí.

 

Con un rápido crack desapareció hacia el cuarto que su ama le había dado, cerquita de las habitaciones principales, aunque Leto había preferido un cuarto cercano a los libros y Tommy iba de un cuarto al otro entre la planta baja y el nivel del hogar de los amos.

 

La elfina se miró al pequeño espejo que tenía sobre la puerta de su armario y lo abrió eligiendo un vestido beige con flores celestes. Sonrió feliz y tomó su bolsito en el cual guardaba los galeones que le daba su ama para sus gastos.

 

Contenta salió de su cuarto y corrió hacia la planta baja, tras dejar una nota a Tommy y otra a Leto al verlo ocupado atendiendo a un cliente.

 

Dash y Lualú salen a comprar chocolates para celebrar el regreso del amo Seba y para alegar al ama Darla.

Las orejitas de la elfina se pusieron sonrosadas.

 

--Dahs se cambió, Dash se ve muy bien --sonrió más sonrojada la elfina y luego señaló hacia la puerta --Lualú y Dash pueden salir ya, Tommy y Leto se ocuparán del local. Leto atiende un cliente ahorita.

Editado 21 de Agosto del 2015 por Darla Potter Black

[Leonardo Myrddin E.]

Leonardo Louis Myrddin

 

-Por un momento pensé que no vendrías-

 

Alguien lo tocó en el brazo, el Myrddin quitó la vista de su libro, y la vió. Era muy hermosa. Aquel cabello azul le quedaba muy bien. Por un momento, olvidó quién era él mismo.

 

-Jamás dejaría plantada a alguien como tú- Contestó, mientras invitaba a la chica a sentarse.

 

Aquella joven se sentó enfrente suyo, y pidió al mismo elfo amable un caramel macchiatto.

 

-¿Te hice esperar mucho?- La chica sonrió y rio un poco

 

-Oh, no, acabo de llegar. Simplemente tomé este libro por que lo encontraba un tanto interesante. Además, pedí un café. Siento no haber pedido uno para ti- Contestó el castaño.

 

–Sé que aun te da curiosidad mi nombre, pero tendrás que esperar para saberlo.- Continuó la joven. El Myrddin la analizó por un momento. Detrás de aquella belleza de color azul podía sentir una especie de tristeza en su interior, como si acabara de salir de una muy mala experiencia.

 

El pequeño elfo de antes dejó una bandeja con los pedidos de ambos jóvenes, y además dejó Pastas para acompañar al café.

 

-Eso es muy amable, gracias- Agradeció Louis, el elfo hizo una reverencia y se marchó.

 

-Bueno, entonces diré mi nombre. Me llamo Leonardo, pero algunos me dicen Louis.- Dijo el joven. -Y si, tengo mucha curiosidad por saber tu nombre. Además, siento que escondes algo. Bueno, eso lo averiguaré después. De momento, cuéntame algo sobre ti- Finalizó el castaño, esperando a que la chica le diera su nombre.

[Anthony R. Dracony M.]

Leto, elfo de Darla Potter Black

 

El inquieto elfo, fue a la cocina, ahí se asomo, por un momento pensó en preguntar a la elfina Nana sobre los amos, pero...¿y si se molestaba por interrumpirla ahora que hacia el pan?...no, mejor no debía tentar a la suerte. Volvió a andar, tendría que esperar la hora oportuna y alguien más conveniente para indagar.

 

De un rápido crack apareció en su propio cuarto, era muy práctico porque estaba muy cerca a los libros, y los libros le daban esos datos que le provocaban sueños de cosas que podrían ser y ahora se puso un mandil, le facilitaba mucho para guardar libros en los pedidos que le hacían y ahora lo emplearía para transportar los libros que quería revisar y encontrar una idea para los amos, una que les alegrara, tanto como lo que prepararon para san valentin.

 

En cuanto se acomodó la prenda, sus ojos azules recorrieron el cuarto y se sonrió agradecido por estar con los amos, ya encontraría una cosa genial y que pudiera demostrarles que se encontraba gustoso de servirles y que fueran sus amos.

 

Trono sus dedos y fue de regreso a la estantería a la sección de jardinería...

[Idylla Macnair T.]

Sonrió un poco mas hacia el chico -Leonardo- repitió su nombre, saboreando cada silaba, y sin quitar la sonrisa de su cara, lo miro interrogativamente -mi nombre es Ariadna, me puedes llamar Ary- ¿esconder algo? se pregunto así misma, si daba la sensación a todas las personas de todo el daño que le habían provocado, o si solo era la imaginación tan grande de aquel chico sentado frente a ella.

 

-¿Esconder algo? claro que no, si quisiera esconder cosas no te hubiera citado en una biblioteca, ¿no crees que es algo raro?- le pregunto, y le dedico una sonrisa encantadora, mientras le tomaba un sorbo a su bebida.

 

-Y pues que te puedo contar de mi, no muchas cosas la verdad. No conozco mucho de mi misma, así que por el momento lo único que puedo decirte es que acabo de llegar, por así decirlo, hace muy poco tiempo a la ciudad- su sonrisa se volvió un poco mas tenue, mientras que el recuerdo de los daños hacia de nuevo su efecto paralizante; trato de distraerse con algo de su alrededor, y dio una mirada a la tienda, mas por curiosidad, que por gran interés.

 

-Así que no conozco a mucha gente tampoco, mejor háblame de ti, creo que eso sera lo mas fácil en estos momentos. ¿Siempre aceptas citas con desconocidas? ¿y si hubiera sido una secuestradora o una asesina a sueldo?- sonrió un poco mas y espero a la reacción de su interlocutor, mientras ponía la taza humeando en sus labios.