~ House of Books ~ (MM B: 103943)

[Seba Granger]

Los besos continuaban por su piel, quería intentar recorrer cada rincón de su cuerpo con mis labios, dejar suaves caricias que le recordaran cada día lo que ella era para mi, el amor que sentía por ella desde que nos habíamos reencontrado en la academia, el amor que había nacido aquella fría tarde en el jardín de aquel lugar donde nos habíamos dado nuestro primer beso y tímidas caricias.

Sus palabras sobre entregarme su inmortalidad hacían que separara mis labios de su dulce piel para ver sus ojos con amor, jamás podría ponerla en riesgo, sabía que ella hacía muchos años que era inmortal, ni siquiera sabía si ella podía ser una mortal de nuevo y la verdad yo la amaba como era, no quería cambiar nada de la mujer de la cual me había enamorado.

Besé su barbilla con ternura mientras no podía despegar mis ojos de los de ella, -Algo me habían dicho, ¿Sabías que tu hombre te ama mucho mas?- un ronroneo escapo de mis labios al sentir como me apresaba a su cuerpo, como en cierta forma intentaba que no me escapara de ella, aunque eso jamás había sido una opción para mi, realmente lo que prefería era desaparecer de ahí en esas mismas fachas y perdernos juntos por unos días sin que nadie nos interrumpiera.

-¿No harías nada que pusiera tu vida en peligro, verdad?- sin darme cuentas las palabras salían de mi boca.

OFF

@ Gracias por los preparativos

[Darla G Dumbledore]

Darla con Seba en el depósito - zona prohibida al público

 

Un nuevo suspiro surgió de los labios de la pelirroja, él sabía como encender su alma perdida, sus ojos se habían encontrado una vez más y era como si la paz y la euforia se unieran en ella despertando sus instintos más tiernos y más salvajes a la vez. Amaba a su Seba con todo su ser, su cálido beso en la barbilla y su respuesta la hicieron sonreír más y su mano alborotó el cabello del mago en una muestra de cariño y amor.

 

El ronroneo le arrancó un suave ronroneo a ella misma mientras sus labios rozaban la piel de él y sus manos le recorrían una vez más con ternura. La sorpresiva pregunta la hizo detener una de sus manos en el centro de la espalda de él, rozando sus uñas sobre lsu columna y la otra se enredó en sus cabellos. ¿Por qué le preguntaba eso?

 

--Solo si es para salvarte a tí --susurró sin dudarlo.

 

Sus labios besaron con más ternura que nunca los labios de su novio, sabía muy bien que aquella respuesta no lo iba a dejar jamás tranquilo. Y también sabía que dado su bando en aquella guerra oculta no sería fácil mantener todo el tiempo su promesa de no ponerse en peligro por nada más. Pero sabía seriamente que aquello que pudiera hacer no sería nada en comparación con lo que era capaz de hacer y dar por él. Su vida, su alma si aún quedaba algo de ella, su inmortalidad y mucho más.

 

 

off: perdón por perderme gracias @ por el detalle ^^

[Anthony R. Dracony M.]

Me recline en el sillón. Aquellos libros eran muy interesantes. El diccionario de las varitas, era un en listado detallado compendio de las varitas y sus características.

 

Lo primero que busque, fue la información sobre las varitas de carpe. La lectura sobre ella, me sorprendió como también me hizo tener más aprecio por ella. Después leí sobre las otras varitas, era muy interesante.

Pasaba las hojas con cuidado, mientras continuaba aquella vista sobre el tema de las varitas.

 

Luego hallé otro apartado igual de interesante: los núcleos de las varitas. Nuevas cosas fui descubriendo, tome nota mentalmente, para buscar después, otros libros que dieran más datos. Seguía emocionado aquella lectura.

[Seba Granger]

Reí con el gesto que hacía su mano en mi cabello, me deje alborotar una vez mas por ella, ya que era obvio que no así lo lograba, tan solo con una sonrisa hacía que mi cuerpo la deseara y quisiera estar cada mas pegada a ella, arquee mi espalda por unos segundos al sentir las uñas de la bruja que rosaban mi columna pero era su mirada la que me hacía intentar adivinar que pasaba por su cabeza.

-Jamas pondría tu vida en peligro, no buscaría ponerte en una situación que pudiera irse de las manos- por un momento la seriedad llego mas a mis palabras y la preocupación a mis ojos, sabía que al ser miembro de la orden en algún momento tal vez me vería involucrado en una situación de riesgo, o en alguna especie de redada, además ya mas de una vez me había enterado que mis compañeros habían atacado a mi novia sin saber el por que.

En alguna ocasión cuando recién nos habíamos visto después de haber sido compañeros años atrás me había parecido ver un tatuaje en su brazo, pero no había alcanzado a verlo del todo ya que este había cambiado, de eso si estaba del todo seguro, pero pese a mis dudas de si ella era o no del bando contrario siempre la defendería donde fuera, el amor que sentía por ella nada lo cambiaría.

-Te amo Darla, eso nunca lo olvides- pronuncie intentando relajar de nuevo mi semblante, luego cobije en mi cuerpo con todas mis fuerzas.

[Darla G Dumbledore]

Las palabras de su Seba en respuesta a lo que ella había dicho la hicieron verlo con amor y adoración en los ojos, podía sentir la seriedad de su tono de voz y notar la preocupación en su mirar. Amaba tanto a ese hombre, jamás lo pondría en peligro y no quería que nada los pudiera separar jamás. Sus palabras se volvieron tan dulces, serías, pero dulces.

 

--Yo te amo a tí mi Tian, con todo mi ser --susurró mientras él la acurrucaba en sus brazos, como buscando protegerla de algo que ella no sabía que era --jamás olvido cuánto me amas mi vida.

 

Mientras estaban allí abrazados un sonido llegó hasta sus oídos, la pelirroja se tensionó un poco, tratando de que su novio no se preocupara para luego escuchar con más atención. Eran susurros, ¿quién podría andar allí? esa zona del local estaba vedado incluso con hechizos repulsores, al público en general. Finalmente distinguió la voz de Lualú peleando con la elfina de Seba, seguramente algo de la cocina, aunque.

 

Que te apures, que los bombones para los amos deberían estar ya en el cuarto de los amos.

 

Que dejes eso que Nana llevará sus dulces, no pongas tus manos en esa bandeja.

 

La discusión pareció seguir pero las elfinas se alejaban ya del lugar y sus voces iban en dirección a los pisos superiores. ¿Qué podía estar pasando? Darla suspiró y cuando su novio la observó preocupado ella sonrió con timidez.

 

--Mi amor, temo que vamos a tener que subir, creo que Lualú y Nana están a punto de agarrarse de las mechas por unos chocolates.

 

No tenía ni idea de por qué sus elfinas peleaban por chocolates ni a qué se referían con el cuarto de ellos, pero mejor intentar mantener la armonía entre ellas. Suspiró extrañada en el fondo, le había dado expresas instrucciones a Lualú de respetar el territorio de la elfina de su novio.

[Seba Granger]

Me encantaba oír de sus labios que me amaba, saber que con el pasar de los meses ya años ella se había enamorado de mi como yo de ella, al recordar como la había encontrado de nuevo me hacía pensar en el momento que la había conocido, la vez que ella había ido por mi, aunque lo mas seguro que ella solo me hubiera visto en esos momentos como un compañero mas o aun menos, yo recién era un iniciado en la orden.

La miré a los ojos de nuevo al sentir que algo le ocurría, su cuerpo era distinto por unos segundos, sentía que algo le estaba preocupando pero no me decía, o tal vez algo estaba pasando fuera que yo no me percataba, por mas que intente agudizar el oído ni un ruido llegaba a ellos, pero sabía que ella algo estaba percibiendo.

No fue necesario que le preguntara nada, ella también sabía ver en mis ojos a veces, -¿Que hizo Nana ahora?- suspiré resignado al ver que nuestro romance o mas bien nuestras horas de pasión clandestinas si así se podía llamar por el lugar en donde estábamos se habían acabado por mi elfina.

A regañadientes me aparte un poco de mi amada para permitir que esta se vistiera mientras que yo hacía lo mismo cuando lograba encontrar mis ropas entre tantas cajas desparramadas, creo que después de demostrarnos nuestro amor habíamos hecho un caos en la bódega.

-Nana me sacara canas verdes, a veces es peor que un hijo, además que es una enojona, creo que le he permitido mucho a veces- mordí mi labio sabiendo que para la elfina nunca había sido su preferido y si estaba conmigo es por que era su dueño por herencia sino ya se hubiera ido, al menos eso creía.

-Solo te digo una cosa esto lo vamos a retomar, ¿Eh?- dije riendo mientras tiraba de las bragas que tenía en sus manos, -Aun nos queda todo el año para celebrar San Valentin, cumpleaños o tan solo por estar juntos tu y yo- agregue mientras le devolvía su ropa interior tampoco quería que saliera sin ellas hacía el exterior, aquel hermoso cuerpo era solo mío.

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja no necesitaba ser ni legilimántica ni tener conocimientos de adivinación para ver en el rostro de su novio la desilusión al verse interrumpidos por las andanzas de sus elfinas. Acaricio su mejilla con mucha ternura, viéndolo con amor.

 

--Creo que no es solo ella, Lualú tiene su carácter y caprichitos a veces también, aunque sea algo miedosa no le gusta quedarse callada con los demás elfos.

 

Sonrió al darse cuenta que estaba justificando a la elfina de su novio para que no la retaran, por las barbas de Merlín, pensó mientras recogía sus ropas del piso, Seba tenía razón, se sentía como una madre justificando a los hijos para que no les retaran. Se acercó con ternura a él y acaricio el labio que mordía en ese momento, buscando que dejara de hacerlo y preocpuarse, los labios de ella le rozaron suavemente unos segundos después. La reacción de él a continuación le hizo lanzar una carcajada.

 

--Si mi amor, no se preocupe, ésto sigue --sonrió mientras jugaba a tironear uno de cada lado de las braguitas --claro que vamos a celebrar, además aún tenemos mucho tiempo por delante --dijo mientras terminaba de colocarse las prendas que faltaban y acomodaba un poco su ya de por si revuelta cabellera.

 

Un par de prendas y minutos después, casi perfectos, salían del depósito e iban rumbo a donde estaban los elfos, o eso esperaba ¿la cocina o el cuarto? ¿Qué habían dicho las elfinas?

 

 

[Seba Granger]

Ronronee una vez mas al sentir la caricia que mi Darla daba en mi mejilla, sin dudas ella sabía que hacer conmigo para que me relajara para que me derritiera por ella en todo momento, la escuché en silencio lo que me platicaba de su elfina, ella la conocía mas que yo pero en ningún momento había notado que Lualu tuviera mal carácter, además que Dash siempre me andaba hablando muy bien de la elfina.

-Amor es que con Nana no hay que quedarse callada, ese fue mi problema al principio le aguante mucho siempre, además que se escudaba detrás de su antigua ama así que mejor ni peleaba, ella la retaba o regañaba. A veces he pensado en enviarla al campo a cuidar unas propiedades de la familia- bese sus dedos por la caricia.

Termine de acomodar mi camisa y abotonarla mientras que la Potter Black así lo mismo con sus prendas, de reojo me deleitaba con su hermosura, suspiré profundo cuando me dieron ganas de comenzar de nuevo y quitarle todo pero era urgente salvar a Lualu, ¿O tal vez era a Nana?, reí pensando en tener que salvar a mi elfina.

Acomodé un par de cajas que estaban a la salida y luego seguí a mi chica por el negocio, observe a todos lados para ver si había clientela, me parecía oír entre los libreros a alguien que ojeaba, lo mas seguro es que sería Antoni que se había afaliado hace ya un tiempo.

Subí primero las escaleras por si volaba alguna olla desde alguna parte del departamento, aunque me parecía que había un poco de silencio, solo esperaba verlas a ambas con bien, ¿Donde estaba Dash? que no había intervenido en aquella pelea, al pasar por el pasillo asome la cabeza hacía la sala pero en ese lugar no había nadie.

-¿Donde crees que estén?- preocupe intrigado a mi novia, -¿Nos separamos para investigar?- dije en un tono de humor.

[Darla G Dumbledore]

Había sentido la mirada de su novio a cada movimiento que hacía, de hecho había movido sus caderas y todo su cuerpo en forma coqueta, consciente del calor que su cuerpo emanaba y como sus ojos posados sobre ella la hacían elevar también la temperatura mientras se vestía. Escuchó atenta los comentarios sobre su antigua ama y no se atrevió a preguntar al escuchar que ella era la que interpelaba a la elfina, evitó suspirar pensando en la ex de su novio. Eso era pasado y nada de su pasado empañaría ni su presente ni su futuro juntos.

 

Mientras iba hacia el piso superior notó que había alguien en el local, pero sus elfos no estaban en su puesto habitual, lo que si notó es el hechizo protector para que nadie aprovechara su ausencia. Aspiró el aire sintiendo el aura de un joven mago conocido y sonrió, Antoni, en ese momento sintió el otro hechizo flotando en el aire, era el que avisaba cuando un cliente solicitaba un libro o un auxilio para algo en el local, ya fuera en la librería o la cafetería. La voz de Seba la sacó de su ensimismamiento y no pudo evitar reír.

 

--Espero que no se convierta en una película muggle de suspenso o terror mi amor --acaricio de nuevo la mejilla de Seba y sintió la vibración de las auras a su alrededor--pareciera que están todos en las habitaciones superiores, si no es guerra de chocolates deben estar ordenando.

Editado 1 de Marzo del 2015 por Darla Potter Black

[Seba Granger]

Solté una carcajada con el comentario de Darla mientras ella me regalaba una vez mas una caricia de las que tanto me gustaba, antes que estaba bajara su mano apoyé la mía en la de ella para acariciarla y luego llevar su mano a mis labios besándola con ternura.

Tras las siguientes palabras de la Potter Black busque lo que hubiera mas a la mano, intentando no reír mas le alcance un jarrón del cual había sacado las flores de su interior y las había puesto sobre el mueble que estaban posado antes el artefacto, luego me aleje unos pasos hacía la sala y traje en mis manos el atizador de la chimenea.

Cuando iba saliendo de la sala recién me daba cuenta de lo que había en el piso, miré por el pasillo hacía las escaleras por las que había subido y di un golpe en mi cabeza al darme cuenta que no había notado los petalos de rosas.

-Yo los sujeto y tu los golpeas- dije bromeando al pensar que esos elfos juntos eran capaz de cualquier cosa cuando se unían, además no estaba del todo seguro que Darla se diera cuenta del piso, aunque si me extraña al ella tener tan buenos sentidos, acaso esto lo había tenido planeado ella también.

Me acerqué un poco mas a la puerta del cuarto que estaba frente a la sala, ya habíamos verificado que no estaban ni en la cocina, ni en otro lugar de la casa, solo nos quedaba nuestro dormitorio.

-A las 1... a las 2... y a las...- comencé el conteo mientras giraba el pomo de la puerta.