Stormride Ghost Ship (MM B: 102158)

[Cillian Haughton]

Ni bien se había separado de la escotilla cuando alguien comenzó a subir por las escaleras. Se separó un poco para darle espacio a salir, y después extendió su mano también para responder al saludo del mismo. El chico que había aparecido no encajaba del todo con aquel lugar, pero sin duda debía ser el dueño. ¿Quién otro tendría las ganas de rondar por ahí si no? Lo observó durante un par de segundos, era un tipo normal, pero no por eso era feo. La verdad era que tenía un atractivo unico, pero lo malo era que en aquel momento no estaba ahí para coquetear.

 

— Busco algo, pero no tengo ni idea del qué —comenzó, medio tartamudeando. ¿Qué sería tan importante que tenía que ser recogido en aquel lugar con el máximo cuidado? —. Estoy acá en nombre de Lyra, mi madre. Según me ha dicho, eres algo de ella pero no entendí bien el qué. ¿Me equivoco? —Cuestionó sin quitarle la vista de encima—. Me ha dicho que tenía que venir a buscar un objeto, no me dio detalles. Sólo sé que tú debes saber que es lo que busco y nada más.

 

Guardó silencio, quería una respuesta. Y también quería lanzarse encima del chico, pero no. Intentó pasar su mirada hacia otro lugar, pero el cuerpo del chico lo llamaba de alguna forma; su forma de vestir y los tatuajes que se asomaban en su brazo izquierdo. Se reprimió, mordió uno de sus labios y bajo la mirada. Esperaba que el chico no se percatara de que lo miraba con tanto ahínco.

 

— También podría comprar algo, ¿Existe algo aquí que sea lindo? —Añadió unos segundos despues.

[Axel Rexdemort]

- ¿Algo lindo?- Preguntó en voz alta levantando una ceja e inclinando un poco la cabeza hacía la derecha. – Bueno aquí estoy yo, aunque ya no estoy a la venta.- Riendo un poco para intentar romper la tensión, ya que el sujeto parecía algo nervioso. Quizás el hecho de encontrarse en un lugar similar le producía algo de incomodidad.

 

- Lyra… te refieres a Lyra Katara, ¿mi madrina? - Sonriéndole al hombre para reír un poco, e iniciar algo de conversación. – Ella es mi madrina, mi madre y ella son buenas amigas. – Pasando la mano derecha sobre su barbilla y hacer un gesto de cómo si estuviera pensando.

 

– Tú debes de ser el hijo de mi madrina. – Acercándosele para colocar su brazo izquierdo sobre su hombro y darle un sucinto abrazo. – Es como si fuéramos sobrinos o algo así. – Riendo un poco más, aunque se alejo rápido, para no incomodarlo más. Axel recordó que había estado todo el día trabajando en las viejas amarras del local y pensó que si olía a sudor, darle un abrazo habría sido una mala idea.

 

- Mi madrina tiene un gusto excelente, no por nada soy su ahijado – Riendo un poco más y mostrándole su sencilla sonrisa, intentando percibir si olia a sudor – Tengo un buen paquete para ella. – Apuntando con la mirada hacia la escalera que bajaba al interior del bote y sacudiendo un poco su cabellera negra, para mover la cabeza invitándolo a entrar. – Esta allí abajo, ¿me acompañas?- Preguntándole al sujeto, sin dejar de sonreírle. - No te preocupes, no te pasara nada. – Respondió casi de inmediato al ver la duda sobre los ojos del joven. – Me llamo Axel, mucho gusto, ¿tu eres?.- Guiándolo hacia la escalera que bajaba. – Ten cuidado el último escalón esta hinchado por la humedad. – Prosiguió el hombre caminando por delante del cliente, para que este llegara junto con él hacia el corazón del navío.

 

- No te voy a comer. – Dijo al llegar al cuarto, donde la colección de armas, el armario repleto de vestidos y los joyeros del barco hacían su presentación. - ¿Quieres echar un vistazo? Arriba son objetos para turistas, aquí abajo es donde tengo la mercancía que realmente vale la pena. –Ofreciéndole entrar al cuarto, mientras volvía a subir su pantalón, Axel había olvidado usar cinto en esa ocasión y tenía todo el día peleando con su ropa.

[Cillian Haughton]

— Y un lástima... —respondió por lo bajo al comentario de Axel y despues, subiendo un poco más el tono, añadió—. Seguro que tenías un precio demasiado alto para ser pagado ¿O me equivoco? —Inquirió con una sonrisa en el rostro. Un chico como aquel, si en algún momento de su vida se había vendido, era casi seguro que se había cotizado en un precio alto.

 

Despues de su su comentario se dedicó a escucharlo; al parecer aquel chico era el ahijado de su Lyra, pero Cillian no tenía ni la menor idea de quien fuera la madre del mismo. Nunca había conocido a ninguna de las amigas de su madre. La verdad era que desde que él había vuelto de su viaje, Lyra se había vuelto demasiado reacia a no interactuar con más personas que su familia.

 

— Así mismo, soy hijo de Lyra —confirmó—. Y mi nombre es... —Su presentación quedo cortada al sentir ver como rápidamente el chico lo envolvía en un abrazo que no había visto venir. No volvió a soltar palabra hasta que, unos segundos despues, estuvieron de nuevo un poco alejados—. ¿Cuál es tu nombre? —Inquirió.

 

No obtuvo una respuesta inmediata a su segunda pregunta si no que el chico se centró en contestar la otra primero. ¿Un buen paquete? Nada cuadraba aún, pero ya lo entendería cuando siguiera al chico; no, cuado siguiera a Axel, de quien acababa de conocer el nombre, al interior del barco. Lo siguió sin decir una palabra, y tuvo cuidado de su advertencia, no quería caerse y dañar algo que no le pertenecía.

 

— Mi nombre es Cillian Ryddleturn —respondió cuando estuvieron por fin dentro del camarote.

 

¿No me vas a comer? Deberías hacerlo, sin duda sería divertido, pensó mientras observaba la parte trasera de Axel. No estaba nada. Nada, nada, mal. Pero desprendió su mirada antes de que el mismo volteara y lo invitara a ver la mercancía que según el valía la pena.

 

— Y, aparte de ti, ¿Qué es lo que realmente vale la pena? —Inquirió sin más. Había dicho lo primero sin pensar.

[Axel Rexdemort]

Axel escuchó el último comentario del joven Riyddleturn y rió a lo alto. Para bajar un poco la cabeza y dar un suspiro inundado en su risa. – Yo soy lo más barato de aquí abajo… una cena y una botella de coñac... como sea, mira. – Caminando hacia atrás del cuarto para acercarse a una caja de cartón y levantarla.

 

- ¿Puedes despejarme esa mesa de por allí? – Preguntó el hombre, ahora con la caja sobre sus manos apuntando con la mirada la gran mesa de madera del centro, donde había un par de botellas, un libro y algunas agujas de costura– Pon eso en el piso, y el chaleco, solo arrójalo al taburete de tu derecha. – Apuntando nuevamente un trozo de tela que Axel estaba cociendo y el pequeño taburete donde más retazos de tela de diferentes colores se encontraban.

 

Una vez hecho eso, Axel colocó la caja en la mesa y suspiro un gracias a su ayudante. – Aquí esta.- Pasando su mano sobre su cabello nuevamente, para mostrarle el contenido a Cillan. – Este es el pedido de mi madrina, cuatro estatuas de piedra. – Sacando de la caja un pequeño dragón, así mismo un montón de aserrín cayó sobre el suelo y la mesa. Axel tomó la escultura y le sopló en la cara para ofrecérsela al joven hombre. – Con cuidado que esta algo pesado. – Riendo un poco. – Se llaman Drachentaktiken y cada una representa una casa de un reino. – Dando media vuelta y caminando al librero que se encontraba cerca de la escalera para subir. – bwaa por aquí debe estar. – Revisando unos pergaminos, para sacar uno leerlo rápido y regresar. – Aquí esta.- Mostrando el papel al joven que aun parecía algo confundido. – El dragón que sostienes es el de la casa de los lamentos, añadiré el pergamino al paquete, a mi madrina le encantara la historia. – Sonrió divertido, para doblar el pergamino nuevamente y volver a tomar la estatua.

 

Axel comenzó a guardar la estatua nuevamente en la caja, no quería que sufrieran algún daño antes de que llegaran con su dueña. – Aquí abajo tengo armas, si te gustan acabo de conseguir unos chakrams de acero.- Terminando de cerrar el paquete con sumo cuidado.

 

– Tengo joyas de todo tipo, los alhajeros están por allí. – Guiando con la mirada a los tres cofres de madera del piso. – También tengo una gran colección de vestidos clásicos antiguos, desde victorianos a algunos usados en cortes reales, aunque no creo que quieras un vestido. – Riendo un poco para acercarse a los vestidos y buscar un cinturón dentro del armario pues con cada paso sentía que su pantalón mostraba un poco más.

 

- Tengo también ropa de caballero si te interesa. – Metiéndose de lleno al armario, para salir con una camisa algo vieja, en la cual resaltaban los volantes blancos del cuello. En la mano derecha y un simple cinturón en la otra – Creo que esta se te vería increíble. – Colocando una vez más su mano derecha sobre la barbilla para hacer esa expresión como si pensara en algo. – La camisa lleva un detalle de calavera que… no sé donde lo deje, si deseas puedes probártela, esa puerta de atrás es la de mi recamara, por si quieres vértela puesta. – Aún sonriendo, los clientes no eran muy frecuentes por lo que tratarlos bien era una norma estricta, cuando comenzó a ponerse el cinturón. – También tengo el sombrero a juego, creo… no se… necesito buscarlo… de todos modos, cualquier cosa que te guste solo pregunta- Sonriéndole al joven Riddleturn.

Editado 18 de Junio del 2014 por Axel Rexdemort

[Cillian Haughton]

Después de la explicación sobre el paquete para su madre Cillian se había quedado un poco pausado. En realidad no había prestado demasiada atención a las siguiente palabras de Axel, simplemente se había quedado observandole como un bobo, pero no... Aquello no era posible. En aquel momento no era más que un cliente y el chico frente a él lo único que intentaba era ser cortés, para ver si pillaba alguna venta. Negó ante el producto que el moreno sostenía en sus manos.

 

— Creo que no es mi estilo —soltó sin más—. ¿No tienes algo un poco menos pirata? —Sonrió ante su pregunta, la verdad es que en aquel lugar todo parecía estar relacionado a aquella profesión; si es que ser pirata podía considerarse una—. O quizá y sí, me gustaría ver esos vestidos. ¿Piensas que me miraría bien en uno de color rojo? —Inquirió parte en broma y parte en serio.

 

La verdad era que los vestidos siempre le habían agradado, pasaba horas con Marissa hablando sobre ellos al igual que sobre chicos. Pero nunca se había atrevido a vestir uno, quizá era por el que dirán... Pero en aquel lugar las cosas eran ya bastante extrañas y no estaba más que él y aquel chico que era algo así como su primo. ¿Podría confiar lo suficiente en él para que pudiera probarse unos vestidos sin que nadie más lo supiera? Aquella duda lo invadió en un segundo, pero ya lo había hecho, ya había dado el primer paso.

 

— Venga, no tenemos todo el día. ¿Me los mostraras o no?

[Axel Rexdemort]

Axel solo rio un poco, sobre el comentario del vestido, y dio media vuelta regresando al closet que tenía detrás, los vestidos eran más de colección dado que las mujeres odiaban la ropa pasada de moda, pero si al joven hombre que tenía ahora allí le interesaban, que mejor.

 

- Rojo, Rojo…El trasero de un mono es rojo… Hyuna es roja… - Repitió para sí mismo buscando entre la ropa, algo que el hombre pudiera usar, Axel se puso un poco nervioso, no sabía si era una broma o algo, así que solo se dedico a continuar la búsqueda.

 

- ¿Qué opinas de este? Mostrando un vestido de color vino, donde los detalles negros y pomposos blancos de tela, creaban una enorme falda. Uno de los que más llamaban la atención dentro de su “colección” cuando rio un poco más.

 

- El problema serian tus hombros… - Cuando sostenía el vestido en una mano y la otra se rasco el pequeño tatuaje detrás de su oreja izquierda. – ¿Te molestaría quitarte la camisa? – Pregunto acercándose al chico para ver su anatomía, Axel no había puesto mucha atención en el físico del hijo de su madrina, dado que su tener su primer cliente potencial en meses lo exalto un poco, pero no pudo negar que el joven tenía buen cuerpo, una vez que se enfoco en él.

 

Pienso que la espalda y los hombros no se te verían bien. – Dijo en un tono divertido y pueril. - Yo no soy costurero ni nada, y lo poco que coso aquí abajo. – Apuntando con la mirada sus retazos de tela y agujas en el taburete. – Son reparaciones menores.- Dejando el vestido en los brazos del chico. – Si lo quieres te lo regalo, aunque creo que con lo que gastes con un buen sastre te saldrá caro. – Riendo un poco más dedicándole una sonrisa.

 

- Bwaaaa, YA SE! .- Gritó emocionado, caminando entre todas las cosas por el cofre de joyas y buscando algo, que tomo entre sus manos y lo llevo para que el hombre lo viera. – ¿Que tal? Esta hermosa es una tiara, si mal no recuerdo fue saqueada de un barco real de la corona Belga, por piratas fineses. – Ofreciéndole una delgada corona de oro, donde los detalles gravados así como una pedrería en color rojo se reflejaban. – Creo que son rubís, la verdad no estoy seguro habría que llevarlo con un joyero experto. – Tomándose el atrevimiento de acercarse bastante a su cliente, y ponerle la corona sobre su cabeza. – Te vez muy bien... pareces un rey, considerando que es una corona para chicas... Me gustas. – Sonriendo un poco, cuando se dio cuenta que ambos rostros estaban a centímetros de separación

 

Axel trago saliva y se alejo dando media vuelta, pensando que se había ruborizado. Ya de espaldas solo volvió a rascar su tatuaje trasero en síntoma de nervios, suspirando un poco. – Entonces, te quieres probar el vestido, lo mejor sería quitarte la camisa. – Volvió a repetir, Axel estaba algo confundido si el mismo había decidido que no le quedaría bien el vestido por que volver a insistir en quitarle la ropa al chico, así que volvió a tragar saliva y dijo rápidamente. – Ósea, por si quieres ponértelo o así. – Haciendo una mueca tonta, algo avergonzado, que sentido tenía pedirle algo así, cuando el mismo le había dicho que no sabía nada de costura. Lo mejor sería callarse, mientras exhalaba un poco para tranquilizarse nuevamente y volver a poner su mente en orden.

Editado 30 de Julio del 2014 por Axel Rexdemort

[Cillian Haughton]

¿Acaso el sobrino de su madre estaba loco? Hacía solo un par de segundos que al Ryddleturn le había parecido una persona normal pero, a partir de aquel momento, había comenzado a actuar extraño; como un adolescente que no lograba poner sus pensamientos en un mismo lugar. Lo observó revisar el clóset y tomar aquel vestido rojo, al parecer había tomado su broma en serio al cien por ciento.

 

— Creo que es precioso, pero vamos —guardó silencio un par de segundos centrando su mirada en el vestido—, un chico nunca quedaría bien en un vestido —terminó.

 

Pero sólo eran palabras, por que la realidad era que deseaba enfundarse en él. ¿Por qué? No lo sabía, desde hacia un par de días o semanas la idea le había rondado por la cabeza y aquella era su oportunidad. Y no, no le molestaría quitarse la camisa ya que al fin y al cabo estaban en familia. Aunque aquello no era algo de fiarse después de todo aquel drama con Lionel, lanzó un suspiro y se quedo pasando su mirada entre Axel y el vestido.

 

— La verdad es que... No lo sé. Sé que no soy un chico normal, pero llegar al punto de ponerme un vestido ¿no crees que es cómo pasarse un poco de la raya? —Inquirió.

 

Sin saber si el chico lo escuchaba ya que en aquel mismo instante estaba en movimiento de nuevo buscando alguna otra cosa, cosa que un segundo después se descubrió como una hermosa corona. ¿Qué estaba pasando en aquel lugar? Las cosas se volvian más extrañas a cada segundo y lo fueron aún más al escuchar las palabras de Axel, y sentir su cercanía.

 

— Tienes bastantes cosas en este lugar —comentó en medio de una crisis de nervios observando como Axel se alejaba un poco de él, deseando que aquello hubiera continuado de otra manera—. Y creo que sí me probaré ese vestido...

 

Dio un par de pasos y se situó a un lado de donde el chico había dejado el vestido y, sin pensarlo demasiado se sacó la camisa, y también los pantalones, quedando sólo en boxers. Cosa que fue sólo un par de segundos y ni siquiera se percató si Axel lo miraba o no, simplemente pensaba en el vestido. Y dos minutos después estaba dentro de él.

 

— Entonces, ¿Vas a ayudarme a subir la cremallera o qué? —Soltó la pregunta con una sonrisa y después se dio la media vuelta.

[Axel Rexdemort]

- Claro soy coleccionista de artilugios piratas, desde niño cuando vivía aun en Copenhague me gustaban mucho los piratas. – Dijo aun de espaldas al joven Riddleturn, ya se encontraba mucho mejor, su voz ya sonaba más serena así como su respiración ya algo rítmica. - Pasaba horas admirando a la Den lille havfrue, o deambulando en Amalienborg Slot antes de de entrar a Drumstrang y después de mudarme a Christianshavn. – Comentó Axel al escuchar la primera pregunta de Cillan, intentando alejar la insistencia en que se quitara la camisa.

 

- Por eso compre este barco, es como un pequeño lujo; ya que al llegar a Inglaterra solo tenía la granja Rexdemort, pero como que sentía que me faltaba una parte, aun así suelo ir por lo menos cada dos meses a Copenhague a visitar a mis amigos y conseguir mercancía, los mercados noruegos, fineses y rusos, estan llenos de tesoros. – Continuaba el hombre, mientras su comprador se encontraba en silencio, fue hasta que el joven hombre le pidió ayuda que Axel paro con todas esas historias de cómo había sido su vida en Inglaterra desde que abandono Escandinavia.

 

Axel volteo y para su sorpresa su comprador portaba el vestido que en tono de broma, le había ofrecido. – Oh por dios. – Suspiro viendo de abajo arriba. – No pensé que te lo pondrías… - Dijo con algo de vacilación en su voz, una vez que el joven le pidió ayuda para acomodarlo. Soplo un poco de aire y vio como se daba media vuelta, acto seguido Axel intentó esquivar la mirada de su espalda desnuda pero sus ojos encontraron no solo su camisa, si no su pantalón en la mesa que tenía en el centro de su tienda. – Dæmons- Dijo para sí mismo en un susurrante danés, el hombre se encontraba solo en ropa interior. Una combinación de risa, nervios y homo-erotismo rodeaban la habitación.

 

- Bwa… - Soltó a decir, una vez que se acercó lo suficiente como para ayudarlo. – Entonces… este… ehhh… deja lo subo. – Intentando subir el cierre del vestido evitando tocar su espalda, si se había puesto nervioso por tener sus labios tan cerca la ultima vez, ahora estaba en una situación peor. Torpemente subió el cierre hasta la mitad del cuerpo, pero se dio cuenta que subirlo todo podría dañar el vestido, ya que no estaba diseñado para un hombre con ese tipo de espalda. – Como lo predije, no te cierra… Como lo sientes de la cadera.- Comentó ahora enfocado en el vestido, frunciendo el entrecejo una vez que Cillan se dio media vuelta para verlo de enfrente.

 

- Te regalo este vestido, creo que aquí en el callejón hay una sastrería por si deseas repararlo, o si lo quieres regalar a alguien más. – Una vez que lo vio con el traje puesto, no pudo disimilar que en verdad le quedaba bien, pero inconsientemente admitió que en realidad se veía mucho mejor con su ropa masculina, así que intentando romper esa extraña atmosfera que le produjo, intento bromear un poco. – El problema es que te faltan pechos, y como que te sobra algo por allí. – Bajando un poco la vista, para después volver a ver su rostro y sonreírle tenuemente.

 

- Me refiero a tus hombros… eh…. bueno bueno, basta de bromas ej. – Llevando su mano izquierda sobre su brazo derecho. – Entonces el vestido es todo tuyo, la tiara si no creo poder regalártela… Aunque te quede muy bien. – Mostrando los dientes, para acercarse y encaminarlo hacia una recamara trasera.

- Este es mi cuarto, no tiene puerta pero eso se arregla. –Apuntando a una pequeña habitación donde algunas joyas y libros descansaban sobre una sucia cama del mismo color de la madera, para tomar un pedazo de tela rojiza con la cual estaba confeccionando algunos chalecos. – Yo estoy aquí solo, por lo que no la necesito, pero mira allí está un espejo enorme. – Creo que puedo hacerte una puerta, por si quieres cambiarte. - Apuntando al espejo, una vez que Cillan había entrado al cuarto.

[Cillian Haughton]

Sonrió.

 

Los segundos habían pasado en una mezcla de bromas y momentos un tanto incómodos, y al Ryddleturn se le habían antojado eternos pero no porque se estuviera aburriendo, bien podría decirse que en ese momento tenía una de las compañías más agradables de todo Londres, o poco más. Sintió el movimiento de las manos del chico, que en ningún momento llegaron a rozar su espalda, y continuó escuchándolo.

 

— ¿Enserio? —Cuestionó aún de espaldas. Le gustaba el vestido, de verdad que le gustaba, pero aquel era un gusto culposo que sólo un pequeño grupo de personas conocía y bien podría decirse que no eran más de tres—. De verdad que me gustaría llevarlo a casa, pero no estoy seguro… ¿Crees que alguien verá mal mi gusto por los vestidos? Venga, no es que mi importe, todos en Ottery saben sobre mis gustos…

 

Dejó la frase en el aire y se dio media vuelta, claro que le faltaba un poco de aquello y le sobraba bastante de lo otro. Su rostro aún mantenía aquella sonrisa tonta y durante un par de segundos volvió a apreciar al chico que tenía frente a él, le gustaba. Alargó una de sus manos y le rozó uno de los brazos al tiempo que Axel comenzaba a moverse. ¿Su recámara? ¿Para qué debían ir allá? Aquel detalle le había hecho olvidar el tema de la tiara.

 

Lo siguió y al final del camino descubrió la intención.

 

— Pero, mis ropas se han quedado atrás —comentó en un tonto bastante tonto. En realidad en aquel momento no le importaba tener o no ropa. Pero no sabía cómo actuar, no sabía cómo se lo tomaría Axel así que lo mejor sería no hacer nada.

Editado 29 de Diciembre del 2014 por Cillian

[Anthony R. Dracony M.]

Muy bien, este era un verdadero barco, el letrero del "local" sugería ser un barco fantasma, pero al menos era solo el nombre porque estaba bastante visible y sólido. Y como estaba en busca de una espada, quizas y fuese posible que aquí la hallará, sabia de sables que algunos piratas usaban y bueno, ya que estaba con tiempo y ya tenía bastante que empleaba en aquella busqueda que definitivamente era hora de desengañarse, podía encontrar ese artículo o no y solo bastaba entrar al barco y preguntar, así que de una buena vez se apresuro a ir al interior, pues si no era el lugar indicado más valía saberlo ya.