►—Castillo Crowley—◄

[Kraven Von Alexandros]

Suesencia ardia mientras observa a los prsentes, sabia que en los jardines de aquel lugar se llevaria una gran batalla, aun asi no dudaba que los que se incorporaron, algunos mortifagos mas venian , auqne podrian perecer deberian dar cara a la situacion, mirando como los rayo volaban el mortifago Kritzai, movia su varita en dirección a los miembros de la orden, cubieto de momento no dudo en seguir atacando, probablemente se llevaria algo a casa, una sonrisa se formo en su rostro, era de malicia pura. Se dio unos cuantos pasos hacia a un lado, los ataques serian inesperados dessde todos lados. la sensacion de poder arrebatar vidas le llenaba en la mente. Un rayo viajo hacia el mientras el Morphos saltaba a cubrirlo.

 

—Expelliarmus—EL hechizo de la varita del mago viajo a impactar a la Auror (Mei) pues asi su varita saldria disparada hacia tres metros de lejos, el castaño sonrió anbte eso por haberse cubrido la varita de la auror habia sido disparada. sin mas el mortifago sabia que no terminaria esto,

 

—Accio varita de Mey— el efecto saldria rapidamente para asi tomar la arma magica tirada a tres metros del mortifago Kritzai, el efecto que atraia objetos le llevo hasta el mortifago su varita ante esto el castaño sonrió le habia despojado de momento de su arma que usaba regularmente.

[Groter Shulton Granpié]

Caminaba por las calles de Ottery, por dónde me habían avisado que debíamos llegar, pasando por mi cara la varita una luz blanca que ocultaba mi rostro, para que nadie me reconociera, llegué al castillo previamente acordado.

 

Sabía que tenían sospechas de actividad ilisita, por eso la cita, estaba listo, aunque no estaba aún acostumbrado a estas redadas, me gustaba sentirme útil para el bando al que seguía y del que formaba parte, era un extra por creer que el bien era la respuesta para el momento en el que pasaba nuestro mundo.

 

Al llegar, tenía la varita en mano, al parecer ya comenzaba el combate entre miembros de ambos bandos, era el momento de actuar, así que debía ver que hacia falta para poder ayudar desde mi posición, poder terminar con algunos morífagos y lograr la labor para la que habíamos sido llamados, esperaba que todo saliera conforme a los planeado y todos salieran ilesos, al menos eso deseaba para los del bando de la Orden, también esperaba terminar personalmente con alguno de esos asquerosos morífagos.

 

- Parece que han empezado sin mi, eso lo van a pagar. - Dije bromeando mientras entraba y me acomodaba, con mis jeans y mi playera azul pegada, dejando ver mi formado cuerpo de joven.

[Mey Potter Black]

No solo era un mortífago, para aquellas alturas ya eran dos... ¡no, tres! Sin llegar a preocuparse (Se encontraba dentro de una masa de agua que la salvaba de cualquier tipo de ataque después de todo), Mey se arremangó las mangass del vestido para poder posicionarse en la acción. Ubicándose a una distancia de seis metros de cualquier mortífago, se se dispuso para comenzar la batalla realmente... Encaminándose hasta Isaac dentro del bosque.

 

-Ardius...

 

Comenzó el hechizo murmurando aquel poder que le otorgaba una mayor velocidad, apuntando a Isaac pensó un Confundus, que lo sumió en un estado de semi conciencia que no le permitía actuar con claridad. Fue entonces que su fénix volcó una lágrima sobre la herida provocada por el fuego maldito mortis anterior de Isaac. Confundus, repitió el mismo pensamiento sin dejar de apuntar a Isaac, quien volvió a decaer en la misma confusión reinante segundos atrás. El fénix volvió a volcar una lágrima, esta vez para la herida del segundo fuego maldito mortis de Isaac. Para finalizar, Mey continuó con aquel cliché, sin dejar de apuntar a Isaac, y exclamó un...

 

-Tripio Sectusempra!

 

Haciendo surgir tres rojizas luces de su varita mágica. Los rayos impactarían: el primero en el pecho de Isaac, el segundo en el pecho de Isaac, y el tercero en el pecho de Isaac. A partir de ese momento precisaría múltiples curaciones para poder curarse o terminaría sucumbiendo al poder del hechizo. Por supuesto, el rayo de Kritzai no impactó en ella ni nada ya que la protegía una aqueora

[Helen Evans]

Al ver a más, probables mortífagos entrar al lugar, enmascarados, supe que no sería sencillo llevar a la bruja, en fin, apenas la habíamos desarmado, pero ellos no parecían estar felices con la idea de vernos allí, me encogí de hombros al ver como uno de ellos comenzaba con los hechizos, giré a mi alrededor y vi una enorme roca cerca al bosque la apunté y de inmediato dije:

 

- Morphos

 

Una viuda negra se encontraba ahora en el lugar donde estaba segundos antes la roca, señalando a otra del mismo tamaño dije firmemente:

 

- Morphos

 

Esta vez se trataba de un pequeño zorro, aunque ya era adulto el que apareció en el lugar, sin embargo no pude ni darles órdenes ya que unos rayos impactaron de inmediato en mis criaturas, abriéndoles profundas heridas, sin duda los pobres animales se desangrarían en segundos, miré a mi alrededor y vi que más de uno había entrado en ayuda de la bruja que habíamos ido a capturar, bien, las cosas estaban animadas

[Mei Black Delacour]

Al parecer algunos de los mortífagos habían decidido entrar, algo que le parecía increíble hasta para ella misma. Pero a pesar de todo, la castaña sonrió, esperaba un momento de acción de esos desde hacía muchísimo tiempo.

 

–Aqueora – susurró, haciendo que una masa de agua apareciera y la cubriera por completo desde todos los flancos, brindándole una protección impenetrable y que la cubriría de cualquier hechizo que le enviaran, rayo o invocación, nada lo traspasaría. De inmediato, el aura blanca del hechizo la curó de la herida del primer fuego maldito mortis de Isaac.

 

–Corpus Patronus – murmuró, logrando de esa forma que de su varita salieran varios hilos de plata que tomaron la forma de un fénix del tamaño de un cisne adulto, el cual permaneció volando justo frente a ella, pero de inmediato se movió para quedar arriba de su cabeza, revoloteando a su alrededor, dispuesto a defenderla con sus garras y su peligroso pico. De inmediato, el animal derramó dos lágrimas. La primera para curar la herida del segundo fuego maldito mortis de Isaac y la segunda para curarla de la herida de la katana que había recibido de parte del mismo mortífago.

 

–Morphos – dijo, apuntando a un tronco talado y totalmente muerto de dos metros de alto y uno y medio de ancho que al instante mutó hasta convertirse en un hipogrifo de dos metros de alto y uno y medio de ancho, portado de sendas alas que le permitirían volar sin problema. El animal, con sus afiladas garras, se colocó a la derecha de la castaña, dispuesto a defenderla y obedecer cualquier orden que le diera.

[Mey Potter Black]

Teniendo en cuenta el rango de Isaac, aún pese a que tenía consigo la protección del aqueora y las mismas lágrimas como curación de su fénix, esta solo sirvieron para proporcionarle un alivio de emergencia, nada más. Por lo cual le indicó a su fénix que volcara en ella una primera lágrima para la primer herida del fuego maldito, y una segunda lágrima para la segunda herida del fuego maldito de Isaac. Por supuesto también pensó un Episkey para dar una primera curación a la primer herida del Fuego Maldito también.

 

-Corpus Patronus!

 

Volvió a invocar, para hacer surgir así un hipogrifo adulto que la protegería y atacaría cuando ella así lo decidiera. Cada vez eran más, y solo se encontraban Mei y ella como Altos Rangos... Por el momento.

 

-Morphos!

 

Fue lo siguiente en murmurar, convirtiendo una roca del tamaño de su puño en una viuda negra. La araña se escondió de cualquier mortífago, puesto que su misión aún no se encontraba clara en realidad. Más tarde con toda probabilidad Mey la utilizaría, no así en aquel momento.

[Adryanie]

Era un bonito bosque donde se encontraba Adryanie o más bien donde se estaba llevando a cabo la pelea la primera pelea enmucho tiempo entre aurores y mortífagos, era muy oscuro pero tenía todo lo que un buen bosque podía contener, la vegetación los animales, rocas algunas grandes oras pequeñas allí cerca de ellos habia una al menos cerca de Adryanie lo bueno no la ocupaba al menos por el momento.

 

-Corpus Patronus- Dijo nuevamente haciendo que de su varita saliera un gran hipogrifo podía aterrorizar a cualquiera con solo verlo, este animal mucho más grande que Adryanie adulto, con sus enormes garras podría destrozar a cualquiera si se lo proponía y así se fue materializando poco a poco hasta quedar frente a ella para defenderla. Y evidentemente lo hizo cuando vio una bola de fuego volar en dirección aa ella lo bueno es que frente a ella se encontraba el hipogrifo que fue el primero en recibir el impacto de la bola de fuego de pik quemándolo pro completo.

 

-Morphos- Dijo nuevamente a una de las prendas de vestir inferiores del ángel cáido pik haciendo que esta se convirtiera en una avispa marina, por sus efectos era conocida venenosa y letal al mínimo roze de esta inyectó su evneno en el cuerpo de pik haciendo que en poco tiempo este quedara con su veneno en la sangre y muriera.

[Mei Black Delacour]

Divisó a Isaac entre los árboles, ¿se estaba ocultando? Porque todos ellos estaban en los límites del bosque a diferencia del Ángel Caído. La castaña se encogió de hombros, sin darle demasiada importancia a lo que haría.

 

–Incendia Din – dijo repentinamente, apoyando la mano y toda la varita en el suelo, logrando de esa forma que Radamantys quedara cubierto por completo por una esfera de fuego que le impediría salir o moverse siquiera. El calor lo sofocaría, como así también le haría imposible el atravesar las llamas sin terminar gravemente herido.

 

Gladius pensó ahora, haciendo que una espada milenaria apareciera en su mano libre y de inmediato la clavó en el suelo, minando la primer acción de León en los próximos ataques que intentara realizar, siendo imposible que ejecutara movimiento alguno.

 

Confundus pensó por último hacia Isaac nuevamente, logrando de esa forma que su tercera acción quedara totalmente anulada gracias a aquel hechizo inevitable.

[Kraven Von Alexandros]

Tan pronto esto se llevaba a niveles de extremo el mortifago miró a unos de sus compañeros ver caer ante oleadas de hechizos asi que sin mas se dispuso a ejecutar mas artes oscuras puesto a que todo se veria en un completo caos en segundos despues, el ambiente tenido de ssangre, sae de la orden o de los propios mortifagos incitaban a llevar acabo mas, mas de todo, mirando hacia sus adversario Kritzai sonrio debajo de su mascara., la noche era hermosa para mori, asi que le castaño miró por un segundo hacia todo alrededorLa sonrisa del mortifago se ensancho al ver que los demas compañeros se unian al ruedo. esto seria totalmente bello. miró a la auror (Mey), y su varita se elevo hasta ella.

 

—Todo o nada ¿no? Avada Kedavra— de su varita de roble saió un hechizo verde, potente que de al ver que lanzaba ataques hacia un compañero no le daria capaz de protegerse, su muerte seria una mas entre las cuales podria ver el castaño. al ver impactar el hechizo en su pecho el castaño blandio de nuevo su varita.

 

—Avada Kedavra— Un hechizo verde emergio de su varita hacia la auror (Adr.) de impactar en la bruja auror (Adr.} le provocaria lamuerte en le instante una mas que se podria llevar con el el castaño, su mano aun temblaba por todo lo que sucedia en ese lugar una muerte bella si se daria aquello.

[Boss Elessar]

-- No puede ser posible... -- decía Elessar con una media sonrisa en el rostro. Acababa de recibir un mensaje, bastante urgente por el contenido. Al parecer varios mortífagos habían hecho acto de presencia en un castillo del cual apenas conocía. Sin embargo el patronus le había indicado correctamente la ubicación del lugar. El sujeto asintió, dejó el cigarro a medio fumar en el suelo, y se desapareció luego de colocarse en el rostro una cegadora luz blanca.

 

Instantes después apareció a las afueras del castillo Crowley. Su delgada túnica oscura se movió suavemente, al compás de una suave brisa que corría de este a oeste. Miró a lo lejos como los destellos de colores delataba el lugar en donde se batían fieramente a duelo miembros de ambas organizaciones secretas. Y como en sus mejores tiempos, Boss saltó el muro y corrió hasta el lugar, aún escondido entre algunos arbustos, cuidando su posición. Por suerte nadie le había visto, de eso se había asegurado. Estaba a varios metros de la contienda aún, pero podía distinguir a los mortífagos, pues las máscaras en sus rostros eran inconfundibles.

 

Varita en mano, Boss se preparó para lo que sería una agradable carnicería por parte de la Orden del Fénix. Sí, peleaba por los inocentes, y por lo tanto, debía acabar con la plaga de mortífagos que inundaba Londres.